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019. i missed you

CAPÍTULO DIECINUEVE
▬ ❝ los extrañé ❞ ▬



































MÉREOPE COMENZABA A RECUPERAR LA MOVILIDAD DE SU CUERPO POCO A POCO TRAS ESTAR BASTANTE TENSA Y CONFUNDIDA ENTRE LA VOZ, y tratar de comunicar en lo que Ginny estaba metida mas el peligro en el que ella debería estar en esos momentos, pero grande fue su sorpresa al enterarse que todo había terminado y que su mejor amigo había podido contra todo lo que se le había presentado en la Cámara de los Secretos y había demostrado ser un verdadero Gryffindor al derrotar al recuerdo joven de Voldemort con la espada que se le presenta solamente a un verdadero Gryffindor.

Ademas, comenzaba a arrepentirse por haber llamado guapo al recuerdo de Lord Voldemort.

—¿Qué? —cuestiono la pelirroja después de haber escuchado lo poco que Madame Pomfrey le había contado, alegando que darle mucha información no sería favorable.

—Así es, señorita Tonks —Madame Pomfrey ayudaba a Hermione a que bebiera el remedió, que por cierto, sabía asqueroso—. Por cierto muchacha, Harry Potter y Ronald Weasley vinieron hace unos días y tiraron unas bolsas de gomitas que un par de Slytherins te habían traído.

La pelirroja chilló indignada, para después sentir los brazos de su mejor amiga rodeándola con fuerza, provocando que el enojo e indignación se redujesen en su cuerpo.

—¡Mér! —Hermione había puesto tanta fuerza que ambas habían terminado recostadas en la cama de Méreope, aun abrazadas—. ¡Siento mucho lo que nos paso, no fue mi intención...!

—¡Oye, no fue tu culpa! —Méreope paso su mano por el cabello de Hermione, tratando de consolarla—. En realidad, el estar petrificada no fue taaan malo, ¿sabes?

Hermione rió entre lagrimas y la abrazo aun mas fuerte.

—Hasta aprendí una nueva canción misteriosa —Hermione la miro con curiosidad, posiblemente tendría que explicarle luego con más tiempo.

La canción se repetía mil y un veces seguidas dentro de su cabeza, al igual que el recuerdo de aquella madre cantándole a su hija mientras, según ella escuchó, esperaban al padre de familia.

Había una parte borrosa en la letra de la canción, no la recordaba mas, solamente el tarareo de esta: tenía la necesidad de recordarla, pero su mente no daba para más.

Y estaba, aparte, el caso de aquel Thackery Binx, el dueño de aquella extraña voz que le hablaba en ese pasillo blanco con solo una puerta que desapareció y las advertencias de la voz.

"No elijas la puerta equivocada"

Un maullido logro sacarla de sus pensamientos, al parecer, la poción había sido todo un éxito ya que todos habían regresado.

—¡Vamos, vamos! ¡No querrán perderse también la gran celebración! —todos sonrieron, menos la gata de Filch.

Hermione tomo la mano de Méreope y ambas comenzaron a correr rumbo hacía el Gran Comedor con los demás detrás.

Méreope con una sonrisa de oreja a oreja abre la enorme puerta del Gran Comedor, logrando su entrada triunfal.

[...]

Dentro del Gran Comedor habían dos Gryffindors impacientes, los cuales miraban entre su comida y la puerta sin parar.

—Tardan mucho, ¿no Ron? —Harry mordía sus uñas, aun recordando como Voldemort deseaba el poder de Méreope y lo que había dejado pasar por alto: Su apellido.

Según Voldemort, él la había conocido con otro apellido hace años pero nunca menciono cual era.

—Tranquilo Harry, no deben tardar más —alegó Ron sonriéndole de lado, tratando de tranquilizarlo a él y a sí mismo.

El azabache asintió todavía intranquilo y siguió consultándose mentalmente las palabras de Voldemort con respecto a su mejor amiga, intentando distraerse.

De pronto, las puertas del Gran Comedor fueron abiertas de par en par, dejando ver a dos chicas que portaban  enormes sonrisas en sus rostros e iban sujetadas de la mano.

Harry sonrió radiante—. ¡Méreope! ¡Hermione!

La pelirroja no espero mas y corrió lo mas rápido hacia sus amigos, arrastrando a Hermione con ella.

Cuando estuvo lo mas cerca que pudo, no lo dudo ni dos veces y se lanzo a los brazos de Harry, rodeándolo con sus brazos por el cuello.

—¡Harry! —chillo Méreope en el oído de su amigo—. Te extrañe.

—¡Yo igual Issa! —dijo Harry de igual forma, aferrándose a la espalda de su mejor amiga y dedicándose a olfatear el champú con olor a fresas de Méreope.

El director Dumbledore miraba con una sonrisa ladina la escena, sabía lo que vendría para la pequeña pelirroja el próximo año, al menos había logrado transmitirle la enseñanza suficiente sus poderes a tiempo.

Se guardo en su túnica un pergamino con letra bastante extraña, pero podía entenderse, y se dedicó a seguir mirando como todos se reencontraban con los petrificados.

Méreope dejo un beso en la mejilla de su azabache amigo y se giro hacía Ron, envolviéndolo en un abrazo también, a pesar de que a este no le gustaran del todo.

Ronnie, siempre es bueno verte.

Ron bufo, pero aun así le regreso el abrazo con fuerza.

Si que la había extrañado, tanto a ella, como a su arrogancia divertida.

—Yo también te extrañe, Meli —Ron rió por lo bajo tras ver el rostro colorado de la pelirroja que tenia frente a él.

—¡Lo lograron, lo lograron! —gritaba emocionada Hermione, abrazando a Harry.

Él le regreso el abrazo, pero pensó que no lo sentía igual a los que Méreope le proporcionaba. Los de la pelirroja eran cálidos y suaves. Lograba sentirse seguro en los brazos de la muchacha.

Hermione se separo de Harry e iba a abrazar a Ron y él a ella, pero gracias a sus orgullos no lo hicieron y simplemente se dieron un apretón de manos con una ligera sonrisa en sus rostros.

Méreope iba a hablar, pero fue interrumpida tras ser rodeada por un par de pequeños y delgados brazos.

—¡Perdóname, perdóname, perdóname! —repetía Ginny Weasley, enterrando su rostro en el hueco de la cintura de Méreope—. Yo no quería, él me... me lavo el cerebro y...

Méreope le devolvió el abrazó con la mayor sinceridad que recaudó y dejo un beso sobre la cabeza de esta.

—Tranquila Ginny, esta bien, estoy bien —murmuraba Méreope, mientras Ginny quitaba un par de lagrimas que bajaban por sus mejillas mientras le sonreía.

La pelirroja comenzó a recorrer las mesas de las distintas casas con la mirada, hasta que llego finalmente a la casa con los colores verdes y plateados que representaban a los Slytherin.

Cuatro cabezas se asomaron de ahí.

Los primeros tres eran su grupo pequeño y confiable de Slytherin.

Blaise, Daphne y Theo.

Y a unos metros de ellos estaba Draco Malfoy, que asintió hacia ella dándole una pequeña sonrisa disimulada. A la chica le extraño, por lo que solo asintió en su dirección, con la intención de no lucir descortés.

El trío de Slytherin se levanto y fue hacia ella a paso apresurado.

Theo la abrazó con fuerza mientras trataba de no ser enviado a la enfermería tras la mirada fulminante que cierto azabache le dirigía todo el tiempo que estuvieron abrazados.

Blaise le sonrió—. Es un gusto poder hablar contigo de una forma en la que estás menos quieta.

La pelirroja rió ante ello. El chico era tan amigable como cuando estaba petrificada.

—Seremos grandes amigos, Blaise —el moreno asintió sonriendo y dejo ver a una chica rubia y de ojos bonitos que se escondía detrás suyo.

—¡Hola! Soy Daphne, Daphne Greengrass —extendió su mano en forma de saludo y la Gryffindor la acepto sonriente—. Espero poder llevarnos bien, —se acerco al oído de la pelirroja y hablo—. Digamos que soy bastante rechazada entre los Slytherin.

Méreope rió negando—. Me agradas, rubia, me agradas.

—Siempre íbamos a visitarte —informo Theo, rascándose la nuca nervioso—. Y llevábamos gomitas, pero siempre desaparecían.

La de ojos celestes recordó las palabras de Madame Pomfrey unos minutos atrás.

"Por cierto muchacha, Harry Potter y Ronald Weasley vinieron hace unos días y tiraron unas bolsas de gomitas que un trío de Slytherins te habían traído."

Méreope giro su cabeza hacia los chicos como la chica del exorcista y les dirigió una mirada asesina a sus dos mejores amigos varones.

—HARRY POTTER Y RONALD WEASLEY, ¡¿SE ATREVIERON A TIRAR MIS GOMITAS?! —ambos chicos se miraron entre si y tragaron duro. Se podían meter con ella, sus poderes y su aspecto físico (aunque la ofendería muchísimo) pero con sus gomitas, no—. ¡ME LAS VAN A REPONER PAR DE ZOUWUS!

Ellos asintieron frenéticamente.

Méreope Calissa Tonks era bastante parecida a Molly Weasley cuando se enfadaba.

Y nadie quiere a una Molly Weasley enojada, ¿cierto?

—Hermana...

—Estas...

—¡VIVA!

Los gemelos no se separaron de ella hasta que Dumbledore los obligo tras ver como el rostro de la muchacha parecía que estallaría del hambre en cualquier momento.

Y la conocía bastante, ya que no fue en vano su niñero personal mientras sus padres cumplían misiones en la Orden del Fénix... esperen. Eso es una historia de otro momento.

;)

Méreope aun sonreía a lo grande tras saber que Gryffindor había ganado de nuevo la copa de las casas ya que Dumbledore les había dado 400 puntos a Ron y a Harry.

Y su sonrisa se ensanchó cuando la profesora McGonagall se levantó para anunciar que el colegio, como obsequio a los alumnos, había decidido prescindir de losexámenes («¡Oh, no!», exclamó Hermione); o cuando Dumbledore anunció que, por desgracia, el profesor Lockhart no podría volver el curso siguiente, debido a que teníaque ingresar en un sanatorio para recuperar la memoria. Algunos de los profesores se unieron al grito de júbilo con el que los alumnos recibieron estas noticias.

Y Méreope no se quedaba atrás.

—¡Qué pena! —dijo Ron, cogiendo una rosquilla rellena de mermelada—. Estaba empezando a caerme bien.

La pelirroja rió, mientras pensaba sobre el loco año que había tenido.

Y fue peor cuando la profesora Minnie le entrego una carta.

De su madre.

Y ahí si que sintió el verdadero terror.









———AUTHOR'S NOTE. yo creo que todos somos méreope cuando nos llega algo de nuestras mamás...

¿como están? espero realmente que bien, para los que ya entraron a clase ¿cómo les fue?

recuerden: voten, comenten y compartan la historia para que así crezca esta pequeña gran familia💕.

eso es todo travesuritas, soooo

-Travesura Realizada-



Majo P.

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