017. méreope tonks, i miss you
↯ CAPÍTULO DIECISIETE
▬ ❝ méreope tonks, te extraño ❞ ▬
MÉREOPE NO SABÍA CUANTOS DÍAS HABÍAN PASADO O SI YA HABÍAN HECHO EL ANTIDOTO, SE SENTIA IMPONENTE Y ESTÚPIDA. El no poder ver absolutamente lograba estresarla mas de lo que ella misma creía, su impotencia crecía con cada mala noticia que llegaba a sus oídos. Los profesores aparecían para verificar el estado entre los petrificados y charlar sobre las malas noticias con Madame Pomfrey.
Al ser ella una mestiza hubo mucho de que hablar, ya que al parecer, ni siquiera los mestizos estaban seguros.
Las visitas eran muy frecuentes, pero muy cortas a la misma vez.
Los días que llevaba petrificada había escuchado las voces de sus hermanos perdidos; Fred y George, quienes le contaban a la muchacha las bromas que hacían y como molestaban casi a diario a Filch en nombre de la pelirroja.
Theodore iba todos los días sin falta, aún que estuviera en estado de petrificación le había presentado a Blaise Zabini, el moreno que estaba con él en cualquier momento. Apenas y la conocía, pero le expresó lo preocupado que se encontraba por su estado, sorprendiendo a la pelirroja.
Y junto a Blaise, Daphne Grengrass se acercó a la enfermería junto a los otros dos chicos y, para aún más sorpresa de la muchacha, comenzó a hablarle con timidez –al menos al inicio– diciendo que cuando Méreope saliera de aquel estado, deberían conocerse mejor.
Ginny Weasley la visitaba a diario, sin falta en sus tiempos libres se pasaba un muy buen rato sentada a su lado, llorando y lamentándose. A Méreope le rompía el corazón en mil trozos al verla en aquel estado. La Weasley Romana su mano libre y le contaba todo lo que había hecho durante el día, al mismo tiempo que murmuraba cosas extrañas, como: "si yo no hubiera tomado el diario..."
Aquello provocó que las alertas de Méreope se encendieran, pero al no poder hablar ni tener una forma de comunicarse la hacía sentirse inútil.
Finalmente, Harry y Ron que jamás faltaban a la hora de las visitas.
El de anteojos se culpaba en voz baja por no haber protegido lo suficiente a su mejor amiga –y a Hermione–. Se arrepentía de haberla dejado ir y no detenerla como en verdad lo quería en el fondo, sintiendo un extraño sentimiento en su pecho en cuanto la vio partir de la Sala Común.
De ahí en más, sus días resultaban ser muy aburridos.
Sus sueños habían incrementado tras caer petrificada, la imagen de aquellas brujas robándole las almas a los niños de Salem era horrible de ver y no poder hacer nada para evitarlo.
Y no solo esas brujas se metían en sus pesadillas últimamente.
La mujer de cabellos azabaches y ojos celestes aparecía también, muriendo a manos de la otra mujer que lucia algo demente, con los lloriqueos de la bebé de fondo.
Méreope sentía lagrimas caer por sus rígidas mejillas, y no podía hacer nada para retirarlas, ni siquiera sabía si en realidad lloraba o solo era su subconsciente.
—No sirve de nada hablar a alguien petrificado —escuchó la voz de la que ella reconocía como Madame Pomfrey.
Muy dentro de ella se había indignado con su enfermera favorita, pero después lo pensó un poco. Quizás ella era la única petrificada que lograba escucharlos.
—¿Verían al atacante? —esa fue la voz de Ron, que probablemente estaba junto a la cama de Hermione.
Tan aburrida estaba que ya se había grabado sus lugares de memoria ya que, por alguna extraña razón, siempre se ponían en donde mismo.
También noto que Harry no había contestado, como todas las veces que las visitaba.
—Méreope Tonks, te extraño demasiado, te exijo que te levantes de esta tonta camilla y me molestes como diario lo hacías —una parte dentro de Harry estaba decaído, desde que había conocido a la pelirroja jamás pensó en que algún día no la vería ya hasta lo sucedido con el basilisco—. Necesito a alguien que me diga Jamie o James, o que te recuestes en mi regazo mientras yo contaba tus pecas, o recargarme en tu hombro después de cualquier partido o practica de quidditch, abrazarte cada vez que me sienta solo, te necesito... regresa...
Méreope sonrió en sus adentros, no sabía que le importaba demasiado a alguien que no fuera su familia.
Estaba consciente de que lloraría, claro, si pudiera moverse.
—Intenta sacárselo —ese fue Ron.
Lo habían encontrado.
Trato de mover su mano unida con la de Hermione un poco, pero no resulto: igual que sus anteriores intentos.
—Son muy inteligentes —alago Harry dejando un beso en la frente de la pelirroja y un apretón en la mano libre de Hermione.
Sintió un cosquilleo fuerte en su brazo, quizás habían quitado el papel.
—Ron —musitó—. ¡Esto es! Aquí está la respuesta. El monstruo de la cámara es un basilisco, ¡una serpiente gigante! Por eso he oído a veces esa voz por todo el colegio, y nadie más la ha oído: porque yo comprendo la lengua pársel... El basilisco mata a la gente con la mirada. Pero no ha muerto nadie. Porque ninguno de ellos lo miró directo a los ojos. Colin lo vio a través de su cámara de fotos. El basilisco quemó toda la película que había dentro, pero a Colin sólo lo petrificó. Justin... ¡Justin debe de haber visto al basilisco a través de Nick Casi Decapitado! Nick lo vería perfectamente, pero no podía morir otra vez... Y a Méreope, Hermione y a la prefecta de Ravenclaw las hallaron con aquel espejo al lado. Hermione y Issa acababan de enterarse de que el monstruo era un basilisco. ¡Me apostaría algo a que ellas le advirtieron a la primera persona a la que encontraron que mirara por un espejo antes de doblar las esquinas! Y entonces sacó el espejo y...
—¿Y la Señora Norris? —susurró con interés.
Méreope ya no se acordaba de aquella gata, pero en esos momentos sentía compasión hacia ella por estar mas tiempo en ese estado.
—El agua..., la inundación que venía de los aseos de Myrtle la Llorona. Seguro quela Señora Norris sólo vio el reflejo...
—¡El canto del gallo para él es mortal! —leyó en voz alta—. ¡Mató a los gallos de Hagrid! El heredero de Slytherin no quería que hubiera ninguno cuando se abriera la Cámara de los Secretos. ¡Las arañas huyen de él! ¡Todo encaja!
—Pero ¿cómo se mueve el basilisco por el castillo? —dijo Ron—. Una serpiente asquerosa... alguien tendría que verla...
Méreope logro distinguir el silencio entre ambos chicos.
—Cañerías —leyó Harry—. Cañerías... Ha estado usando las cañerías, Ron. Y yo he oído esa voz dentro de las paredes...
—¡La entrada de la Cámara de los Secretos! —dijo con la voz quebrada—. ¿Y si es uno de los aseos? ¿Y si estuviera en...?
—... los aseos de Myrtle la Llorona. Esto quiere decir —añadió Harry— que no debo de ser el único que habla pársel en el colegio. El heredero de Slytherin también lo hace. De esa forma domina al basilisco.
—¿Qué hacemos? ¿Vamos directamente a hablar con McGonagall?
—Vamos a la sala de profesores —dijo Harry, levantándose de un salto—. Irá allí dentro de diez minutos, ya es casi el recreo.
Harry dejo un último beso en la cabeza de la pelirroja y se fue de ahí, dispuesto a acabar con el que allá provocado aquello.
La pelirroja comenzó a sentir como el cansancio se apoderaba de su cuerpo –como siempre desde hace un par de días– hasta que, finalmente, sintió una terrible pesadez en su cabeza y cayo dormida, o al menos eso supuso ella pues no veía o escuchaba nada más.
[...]
Una mujer de tez blanca, casi como la nieve, balanceaba de lado a lado a una pequeña bebé que aparentaba tener no más de un año de nacida, la bebé tenia unas pocas hebras pelirrojas en su cabecita y tenía llamativos ojos celestes que iluminarían hasta la más profunda oscuridad: en aquello era idéntica a la mujer, en sus ojos.
—Hey, papá no tarda ¿si? —la mujer dejo un beso sobre la frente de la bebé la cual rió, mostrando su pequeño diente que comenzaba salirle.
La bebé al poco tiempo comenzó a removerse inquieta en los brazos de su madre, buscando algo.
—Veo que necesitas, eh —la de cabellos azabaches sentó a la pequeña niña en su regazo y se aclaro la garganta—. Te encanta esto, siempre ayuda a dormirte mientras papi tiene luna llena.
La chica dejo un ultimo beso en la coronilla de la bebé y la recostó en la cuna violeta que había en la habitación. Se hinco hasta quedar frente a ella, entregándole un pequeño peluche en forma de delfín, logrando hacer sonreír a la bebé.
—Bien... —la bebé ladeo la cabeza, esperando atenta al siguiente movimiento de su progenitora—. "Se va el sol, y todo se embellece... con su luz, nos van a iluminar, ven conmigo y en mis brazos descansa... si en mis brazos hoy... estás"
La bebe comenzaba a entrecerrar sus ojos tras escuchar a su madre cantarle. La mujer tenía una voz suave, bonita. Era gustosa de escucharse.
—"La la la... la la la..."
Méreope no sabía que hacer, al ver esa escena lagrimas se formaron en sus ojos, aunque no supiera quienes fueran sabía el desenlace de la madre y la hija, el horroroso desenlace.
La imagen cambió, ahora todo estaba blanco. Paredes blancas. Sin ninguna salida. Era idéntico a aquel sitio en el que estuvo en sueños antes de llegar a la Madriguera en las vacaciones.
—¿Hola? —habló la niña, la cual observaba el lugar, extrañada—. ¿Hay alguien aquí?
Nadie respondió. Simplemente su eco era el único sonido que resonaba en el lugar.
Siguió dando unos cuantos pasos más hasta que, de su lado derecho, una puerta blanca y manija negra apareció de un momento a otro, sobresaltandola.
Méreope toco la puerta, la cual, desapareció apenas sus dedos rozaron la manija.
—Quítate de ahí —volteo hacia el frente, creyendo que habría alguien, pero grande fue su sorpresa al no ver a nadie ahí.
—¿Ah?
La misteriosa voz era de un hombre, podría ser de un joven quizás.
—Ten cuidado con cuales puertas abres —volvió a escucharse.
—¿Dónde estas?
—No podrás verme, o bueno, no por ahora —la pelirroja frunció el ceño—. Ten cuidado, el día se acerca.
—No se quien seas o de donde vienes, pero no creo en personas, objetos u animales que hablan sin siquiera poderles ver la cara —farfullo Méreope mientras se cruzaba de brazos.
—Te lo dije, pronto me veras y derrotaras a tus ancestros, solo ten paciencia.
—Le dices "ten paciencia" a una chica petrificada que esta dentro de un sueño, ¿sabes lo ilógico que suena eso? —contraatacó la pelirroja, alzando una ceja.
—Petrificada o no, eres astuta, sabrás como hacerlo bien —alago.
El pasillo comenzó a oscurecerse, haciendo que un grito ahogado saliera de la boca de Méreope.
—¿Cuál es tu nombre? —pregunto, viendo la total oscuridad a su alrededor.
La pelirroja no lo admitiría, pero aquella voz la tranquilizaba de alguna manera.
—Thackery, Thackery Binx.
———AUTHOR'S NOTE. ¡chicuelas y chicuelos! con esto confirmó el crossover de méreope con la película de "Hocus Pocus" o en español, "Abracadabra".
este será un "libro" aparte del tercero que muy pronto vendrá, ya que el libro se extendería aún más.
dato curioso: los hechos de "Hocus Pocus" son en el año de 1993 así que se acopla perfectamente a nuestra línea temporal, así que esto es casi perfecto para lo que tengo pensado.
cabe aclarar que cambiaré un poco el final, ya saben ;)
no les daré más spoilers, así que...
recuerden: voten, comenten y compartan la historia para que así crezca esta pequeña gran familia💕.
por cierto, feliz regreso a clases para algunos😼✋🏻
eso es todo travesuritas, sooooo
-✨Travesura Realizada✨-
Majo P.
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