Miranda:

Nuevamente me encontraba de camino al trabajo, tomando un taxi otra vez. Luego de haber tenido esa conversación con él, sentí que se me había quitado un peso de encima y también... Sentí algo más.

Quería... Estar más tiempo con él.

Entiendo que sea una locura, no sé si confundo su consuelo con algo más... Pero cuando juntábamos nuestra frente sentía un corrientazo que me hacía cosquillas en los pies, mi corazón latía muy rápido y la sensación de querer saciar el hambre me volvía loca.

Estando en la oscuridad con él y sentír su tacto tan cálido me hacía querer más de él.

Es sólo atracción sexual no confundas... Ni siquiera lo conoces bien.

No he tenido visitas, ni contacto de mi guardián. Tal vez sea que la tarea de spider-man y su vida personal lo tengan agotado, a veces me pregunto si tiene familia pero con ver su penhause se nota que es muy solitario, aunque solamente es una suposición mía después de todo.

Me gustaría saber quién es...

Intento distraerme mirando hacia la ventana, pensando en lo que ocurrió hace unos días, creí que al no usar mi habilidad nunca más despertaría, pero me equivoqué. Debería decirle a mi madre sobre esta situación para que me ayude.

- Gracias, quédese con el cambio.- finalmente llegué al trabajo, April de seguro me estará esperando. - ¿uh?- mi reloj tiene un mensaje.

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XXX-XXXX-XX

"Mimir es Tania, nos vemos a las 3 en el cafetín que está a 5 minutos del edificio Alchemax."
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Mierda...

Si hablamos de Tania... Ya cuando da un lugar y una hora específica significa que ella estará ahí de manera puntual, lo peor de todo es que ya sabe donde trabajo. Ya tengo suficientes problemas como para estar lidiando con mi hermana mayor, pero por más que le ocultas algo...

Ella siempre lo sabe todo.

Doy un suspiro de agobio y entro al edificio de Alchemax, ya no me pierdo cómo antes, fácilmente pude llegar a mi departamento de trabajo. Al menos tengo la habilidad de adaptarme, lo único malo es este estúpido uniforme que no hace más que resaltar mi trasero. La chica de recursos humanos me lo dió, dado que había un observador que dió la acotación, cuando April miró cómo me quedaba el uniforme me dijo que resaltaba mi figura y hacia que tuviera un trasero redondo.

La verdad... Me quiero quitar está mierda.

Al entrar al consultorio ví que todo estaba limpio y ordenado, aunque no veia a April por ningún lado ¿Habrá ido a otro lugar? Será mejor esperarla y organizar el equipo necesario para los futuros heridos.

Me dirijo a la sección de droguería para buscar los antibióticos y sueros. Escucho que alguien abre la puerta, tal vez sea April pero no escucho su voz. Me doy la vuelta y veo que es ¿Miguel?

Mi corazón se acelera de repente al ver su apariencia, su piel morena, sus ojos color café, su cabello castaño con esas ondas al final, se ve que no tiene brotes de barba, no tiene tantas ojeras como antes y... Esos labios que provocan.

Se ve lindo.

- ¿Hay algo malo con mi cara?- pregunta el moreno sacándome del trance.

- No... es sólo... que te ves bien - respondo intentando no caer en los nervios -Quiero decir... que te ves más repuesto que la primera vez que pasaste por aquí-

-sólo seguí tu consejo- comenta acercándose un poco.

Dios... Huele muy bien...

-Me alegro que lo hayas seguido- Sonrio -¿Vienes por un chequeó?-

-No, en realidad sólo vine a buscarlas para... Que me den los detalles del reporte que se envió anoche -responde Miguel cruzandose de brazos - ¿Dónde está April?-cuestiona.

Estaba a punto de responder hasta que de la nada aparece April abriendo la puerta, la mujer se veía muy diferente. Su camisa de botones estaba semi abierta por la parte del escote, se veía un poco sudada y algo despeinada. April al ver a Miguel O'hara se puso pálida cómo una hoja de papel.

- ¡Señor O'hara! - exclama arreglando su cabello - ¿En qué podemos ayudarle? ¿hubo un problema con el reporte de ayer?- April se veía nerviosa y con buenas razones ya que llegó así, veo que le habla con demasiada formalidad a Miguel, es raro.

A la mayoría de los empleados los trata con frialdad, ni siquiera los saluda... Sólo les dice un:
¿Que quieres?

- Sólo vine para decirles que más tarde preparen el historial de pacientes que sufrieron lesiones tras el experimento de anoche, no quisiera efectos secundarios por las sustancias a las cuales se expusieron- informa el mayor, viendo de arriba a bajo a April con incomodidad, da una pequeña pausa y suspira -Y April...- la chica lo mira como si esperara un juicio final, Miguel arruga la cara - Date un baño...- cómo señal de despida me mira a los ojos y se va.

- Estoy intentando aguantarme la risa, pero... Jajajaja no me puedo... Jajajaja... Contener- Respondo con carcajadas.

- Sólo diré que... Valió la pena- sonríe April arreglándose la ropa y el cabello.

-Por Dios April, cualquiera se hubiera dado cuenta- le respondo soltando otra carcajada - Lo que me dejó impresionada fue cómo le hablaste a Miguel-

- Él es el CEO de Alchemax- Responde April, sacando el perfume de su bolso -se que seré amonestada pero... no me arrepiento de nada- culmina.

- O sea que... ¿Él es... El jefe de jefes?- cuestiono palideciendo.

- En efecto - culmina April aplicándose pintura para labios.

Y yo actuando con mucha confianza...

- Te veo muy pálida, te hace falta una dosis de penicilina- dice April guiñándome un ojo.

Me río ante su comentario ya que esa palabra para ella significa dosis de sexo.

- Por favor April... No digas tonterías estoy bien - le reprocho desinfectando el set quirúrgico.

- Lo necesitas, además que desde hace unos días has estado muy estresada, un toque técnico no te vendría mal- responde April sacando un espejito de su cartera.

- No soy tan seductora como tú- agrego, abriendo la caja fuerte de los químicos.

April sonríe y me mira con detenimiento.

- Miranda tienes un cuerpazo de en sueño, un tono de piel atractivo, un cabello hermoso, labios provocativos, un trasero redondo, unos ojos que cambian de color, una sonrisa que hace que a cualquier hombre se le erice la piel, además, eres una mujer muy educada y brillante, fácilmente te puedes acostar con cualquier hombre de aquí- April hace una pausa iniciando sesión en el ordenador de holograma - Podrías ligarte a un hombre del departamento de ingeniería mecánica o de bioquímica, la mayoría no poseen vida social así que podrías tener una linda aventura de unos meses- menciona la chica de mejillas rosadas.

- No lo sé... Llevo tiempo sin... Ligarme a alguien - respondo encogiéndome de hombros.

- Hagamos algo... Sólo... Será un experimento ¿Sí?- comunica April colocando sus manos en mis hombros - En estos momentos se están realizando las pruebas del departamento de ingeniería mecánica, intenta ser coqueta con el primer hombre que pase por esa puerta para ver si tienes chance o no-

No creo que sea buena idea.

Asiento dudosa de la próxima situación, no soy buena ligando algunos confundian mi amabilidad con coqueteo. Razón por la cual las esposas de los pacientes del hospital central se sentían incomodas y me veían muy mal, cosa que hizo que fuera repelente con la gente.

- Lo intentaré- respondo, a los segundos se abre la puerta y volteo para saber quién será mi experimento.

Carajo...

Veo que entra Miguel al consultorio con una expresión de molestia y se sienta en una de las sillas, posando su mano derecha en su entrecejo. April me mira con una cara de "no me esperaba esto".

-Miranda voy a salir un momento al tocador... Ya vuelvo- menciona April con una sonrisa moviendo sus labios vocalizando la palabra "suerte".

La muy perra me deja en el consultorio sola con Miguel quien aún seguía en la misma posición, desprendiendo humos de ira. Lo miro y me siento a rellenar unos formatos de la pantalla de holograma.

- ¿Esa es la base de datos de los pacientes de ayer, verdad?- cuestiona Miguel moviendo su silla para quedar a mi lado, aún se veía de mal humor.

- Sí - contesto en seco, el asiente y desvía la mirada hacia su... Raro reloj -Señor O'hara... ¿Se encuentra bien?- le cuestiono viendo cómo la vena de su frente palpita.

- ¿Ahora eres formal conmigo?- responde.

- Si le soy sincera, hoy me enteré que usted es el CEO de Alchemax - le respondo intentando no reír.

- Prefiero que me llames por mi nombre- menciona mirándome a los ojos.

- No sé si tildarlo de apropiado, ya que no te veo mucho... Perdón... No lo veo casi porque usted siempre está ocupado -

Okey, esto se puso raro.

- ¿Hoy estás en el turno de tarde?- me pregunta acomodándose en la silla a lo que le doy un "sí" - ¿Tomarás un taxi en la noche?- cuestiona.

- Supongo ¿Por qué la pregunta?- le respondo con una mirada sería.

- Curiosidad, es todo- responde muy serio.

Lo miro con detenimiento, su vena de la frente ya no resalta tanto pero aún siento que está de muy mal humor.

- Nunca respondió a mi pregunta - menciono, esperando a que se relaje.

- Estoy bien, no te preocupes- me responde Miguel.

- Déjame hacer algo... ¿Me lo permites?- me acerco un poco a él, sorpresivamente no se aparta. Quedándose completamente tranquilo, esperando mi próximo movimiento.

"Crack"

Un pequeño gruñido sale de él seguido de un suspiro de alivio, no hice más que reírme un poco por su expresión de sorpresa.

- ¿Mejor?- le susurro, regalandole un ligera sonrisa.

- Dios... Si..- respondió en español - Se sintió muy bien- ahora se veía más relajado, se veía más contento.

Le regalé una sonrisa y este... ¿Me la devolvió?

- ¿Acabas de...?-

¡Que lindo!

- No exageres- responde.

- ¿Debería de sentirme orgulla?- le menciono.

-Deberias saber que aún no has tomado distancia luego de la tronada de cuello- menciona, los colores rojisos se van a mi rostro y comienzo a tomar la distancia, el muy idiota muestra una ligera sonrisa como si dominara la situación de campo - Debiste ver tu rostro y ese cambio tan brusco de color...- sonríe otra vez.

- ¿Desde cuándo te haces el gracioso?- le cuestiono intentando ocultar mi sonrisa.

Así que tiene un lado juguetón.

-Tengo un sentido del humor algo particular- menciona el mayor acercándose un poco para arreglar un mechón rebelde de mi cabello, pasando a su expresión sería - Supongo que el verte sonreír me hizo sacar... Mi parte humorística- Responde el moreno.

- Bueno... Me alegro haberte sacado una sonrisa- le menciono.

¿Por qué dije eso?

- ¿Hablas de esta sonrisa?- Miguel sonríe otra vez.

- Es linda y atractiva- respondo desviando la mirada- Para ser la primera vez que la veo admito que me gusta mucho- me muerdo el labio inferior para que los nervios no me ganen y no me ponga colorada ante su imponente presencia.

- Gracias... Déjame decirte... Que lo que a mí me impacta, además de tu sonrisa... Son tus ojos amarillos- menciona rascándose la cabeza.

- ¿Te gustan mis ojos?- le sonrio, mientras que el moreno asiente mostrando un leve sonrojo - Es curioso que está sea la quinta vez que hablamos... Y se siente como si ya nos habíamos conocido desde siempre- Miguel vuelve a mostrar una pequeña sonrisa.

- Supongo que nos llevamos bien- Responde.

- Al principio no...- le digo virando los ojos.

- Creo que lo que me agradó de tí fue tu sinceridad cuando nos presentamos oficialmente, no te importó quien era y aunque ahora ya sabes mi posición, no cambiaste tu actitud conmigo- Miguel hace una pausa y mira su reloj, su expresión cambia a una de enojo- Debo irme... Tengo que resolver unos asuntos - se levanta del asiento y se dirige a la puerta.

- Está bien, fue un gusto el tener una conversación contigo...- le menciono levantándome de mi silla para ordenar el consultorio.

De por sí está ordenado, parezco tonta.

- Si... Nada mal para ser tu primer experimento- sonríe con... ¿Picardía? -nos vemos más tarde- finaliza retirándose del área.

...
¿Acaso él...?
...
Oh rayos...