Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1xO1.


—Quita esa cara.—me pidió Valeria antes de entregarme el trago.

—No deberíamos beber, es para mayores de eda...—se quedó callada al notar que tanto Val como yo ya estábamos bebiendo guaro.—Veo que no les importa lo más mínimo.

—¿No es una mierda?, vivíamos en Miami y ahora debemos quedarnos en esta pinche ciudad por los negocios de nuestros padres.

—Pues si.—me apoyó Violeta.—Pero piensa que estarán ocupados y no podrán estar controlándote como hacían antes o más bien, pretendían.—me reí.—Solo diré que al menos vinimos juntas,eso es una chimba.

—Me han dicho que hay una nena que es la mas linda por aquí.—Valeria hizo una pausa.—¿Se sentirá amenazada ahora que llegamos?

—Depende de quien haya decidido que es la más linda podremos saber que tan buen gusto tiene.—revolví mi pelo.—¿Y los peluches donde están ah?,yo quiero un traquetito.

—Sebastián está por llegar.

—Uno que no haya probado aún.

—Pero toda esta gente es una porquería, les gustan las menores, venderlas...—hice una mueca de desagrado.—Solo digo que deberíamos ser cautelosas.

—Violeta, eres bien aburrida.—ella bebió su trago sin decir más.

—Gato Gordo es quien las compra para sus fincas.

—¿No deberías tener cuidado de no toparte con él?, tu papá podría volverse loco si llega a saber que ese tipo se te acercó.

—Yo no quiero a ese pinche viejo, de seguro ni se le para.—comenzaron a reír.—Creo que deberíamos salir a explorar, ¿no creen?

—Dale, voy a cambiarme.

Yo también aproveché para cambiarme, mi elección fueron unos shorts de tiro alto y una hoodie de color blanco, acompañado de unas zapatillas.

Me coloqué el emblemático anillo de los Garza en mi cuello ya que prefería llevarlo colgado con una cadena que en mi cuello y apliqué un poco de maquillaje en mi cara.

—La neta me veo padrísimo, si ningún pinche güey se me tira encima repudio la herencia de mis papás.

—Saben que estuviste con Sebas.

—Ese pinche vato, ya todos lo olvidaron , no estes chingando, Violeta.

—Mejor vámonos antes de que empiecen a matarse.

Fuimos a la cochera para agarrar un carro, elegí el Jeep descapotable de color crema, observé maravillada las llantas con mi nombre tallado en las ruedas delanteras y mi cara en las traseras.

—No mames, mi papá puso mi cara.—mis amigas miraron impresionadas cada centímetro.—¡Vamos que para ayer es tarde!

—¿Puedo manejar?

—Sí, dale.Val.

Me subí en el asiento del copiloto, Violeta se sentó detrás y comenzó a grabar vídeos con su cel, en algunos salíamos mirando y en otros no porque realmente quería disfrutar del paisaje que me acompañaría los próximos pinches meses.

—¿Y ya perdiste tu virginidad?.—la pregunta de Valeria me pilló por sorpresa.

—No...Sebas y yo nunca llegamos a coger, por más que quiso.

—¿No querías?

—Siempre pensé que quería amarrarme, le daría un heredero y podría manipular a mi papá como quisiera porque ustedes saben que los escuincles son su perdición.

—Pero estuvieron por más de un año juntos.

—Lo sé.

—¿Y nunca tuviste curiosidad o...Acaso te metiste con otro, otros tal vez?.—negué repetidas veces con mi cabeza.—Que rara eres, Victoria Garza.

—Así me aman.—nos paramos en un semáforo y me quedé viendo a una chica de cabello largo y negro, estaba junto a otras dos muchachas tomando algo en una pequeña plaza.—Para el carro, parece que hay problemas allá.—salí del vehículo.

Comencé a caminar hacia ellas hasta que fui arrollada por alguien, no llegué a verme porque el causante me había agarrado antes de caer al piso.

—Perdón, que torpe.

Coloqué mi ropa antes de mirar al dueño de la voz.

—Chingada madre , que lindo.—el chico sonrió nervioso.—Soy, Victoria Garza.

—¿Garza?.—frunció el ceño.

—¿Conoces mi apellido?

—Conocí a algunas personas que ...—sacudió su cabeza.—Soy Hernan Dario, un gusto.

—Sí, si que lo fue.—por fin soltó mi cintura, sonreí con ternura al notarlo nervioso todavía.—¿Vives aquí?

—Sí, yo vivo por el barrio.

—Que bueno.—sentí la presencia de mis amigas junto a nosotros.—Ellas son Valeria y Violeta y él es Hernán Darío.

—Que lindo.

—Gracias.

—¡Hernan!.—la chica de pelo negro me miró de arriba a abajo.—¿Y ustedes quienes son, que hacen con mi novio?

—Pues yo soy Victoria y ellas son Valeria y Violeta, nos bajamos del carro porque vimos que estabas en problemas pero al final fui yo la afectada, Hernandito me arroyó.

—¿Y esta qué tal, Hernandito?

—Perdón, culicagada.—puse mi mejor sonrisa inocente.—Que estés bien, papi.—cuando quise agarrar su mano la chica no me dejó.—¿Cuál es tu nombre?

—Catalina.

—La famosa Catalina la pequeña.—miré a Violeta con curiosidad.—Oí algunas cosas de ti.

—¿Ah si, como cuales?

—No hay nada que ella pueda decirte que no sepas tú, es tu vida, princess.—miré a Hernán.—Sonos nuevas en el barrio así que tal vez puedan mostrárnoslo, ¿no?

—Sí.—la pelinegra gruñó.—¿Qué, Cata?.—susurró.

—Bueno, será mejor que nos vayamos, es la hora dorada.

—¿Hora dorada?.—ignoré su pregunta antes de volver al carro.

—Catalina Catalina...—canturreó Val desde la parte de atrás.—¿Te gustó su novio?

—Papasito hermoso.—dije mirándolo desde la lejanía,moví mi mano a modo de despedida y suspiré.—Hernandito, lo quiero en mi colección.

—Tan mala, tipa...—se quejó Violeta.—Deberías hacer amigos, no enemigos.

Me encogí de hombros.

—Parece que hay un club cerca de aquí.

—Vamos, apúrale.

(...)

—Garza.—repetí al hombre que parecía tener problemas auditivos, enseguida nos dejó pasar.

Cuando llegamos a nuestra mesa lo primero que hice fue echarle un vistazo rápido al local, había traquetos de todos los colores, algunos eran algo jóvenes y otros realmente viejos, no había un término medio.

Comenzamos a tomar par de tragos para que el tiempo pasara más rápido, necesitaba algo de esto para aguantar este ambiente sin enloquecerme, últimamente mi vida era así, borrosa.

Bailé de forma sensual subida a la mesa ganándome la atención de todos, los gritos de mis amigas animándome solo hacían que me pusiera todavía más sensual, todos los ojos puestos en mi, me encantaba.

Después de tres canciones decidí bajarme para buscar algo de agua, sentí la mirada de alguien sobre mi pero hice caso omiso, me tomé el agua de un trago y acto seguido fui al baño.

—¡Chingada madre!.—me taparon la boca .—Suelta.

—Shh...—me liberó.

Me quedé mirando al tipo trajeado que tenía delante, ojos oscuros, pelinegro, alto y sonrisa de anuncio, lo reconocería en cualquier parte.

Lo vi reunido con mi papa varias veces cuando apenas entré en mi adolescencia y debía admitir que si Sebas no despertaba mi curiosidad había alguien que sin duda lo hacía.

—El Titi, la leyenda...

—El mismo que canta y baila..—sonrió mostrando sus dientes.

Cerró la puerta de la habitación.

—¿Qué me vas a hacer?.—se aflojó la corbata.—¿Pagaste por mi?

—Tomaste demasiado.

—¿Y no es mejor así, para no recordar que te aprovechaste de mi?

—No voy a hacerte nada.—se cruzó de brazos.—Pensándolo bien, puedo llevarte donde tu papá para que te vea como estás y mostrarle los vídeos donde su dulce hija baila para todos esos babosos..

—¿Celoso, quieres un baile privado?

—Acuéstate, Victoria.

—¿Sabes de mi?

—Mucho mas de lo que crees, Garza..—susurró.

—¿Por qué tu interés?.—quise saber.

—¡Titi!.—se me bajó el alcohol de golpe al escuchar los disparos.—¡Titi, salga , se formó una balacera!.

—No manches, mis amigas..—me impidió pasar.

—Están disparando.

—Me vale madres, tengo que salir a buscar a mis amigas.

—Que terca...—cuando lo tuve tan cerca pude apreciar mejor lo atractivo que era.

—Me quedaré con una condición.

—¿Cuál?

En vez de decírselo fui directamente a sus labios, esperaba que me apartara pero en su lugar correspondió de una forma casi automática, jadeé cuando sus manos acariciaron mi piel por debajo de mi ropa.

—¡Titi, carajo!

Relamí mis labios descaradamente antes de tumbarte en la cama.

—Hay que salir de aquí.

—Pero me dijiste que debía quedarme.

—Camine pues...—vi como cargaba su arma.

—¿Llamo a mi papá?

—Puedo encargarme.

—Bien...—salí de la habitación.

Sentí un fuerte dolor en mi brazo por culpa de una bala, había usado silenciador y por eso Titi no se inmutó.

—¡Mierda!.—escuché a lo lejos.—Despierta, no cierres los ojos, carajo...

••••

Voy a ver la serie desde el comienzo JAJAAJAJAJ por eso decidí inaugurar la fic, ¿Que les ha parecido el primer capítulo?

A mi, intenso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro