No me dejes ir, porque si me desvanezco, no habrá otro ser que te ame de la manera en la que yo lo hago. Porque no hay nadie más, ¡Dioses, no hay nadie más que te ame como yo!

Estoy cada día, cada tarde, cada noche pensando en ti, no hago mis tareas por ti, no estudio por ti, ¡no hago una mierda por ti! si es que estoy loca, desquiciada, loca por tocar tu piel, loca por sentir tus labios fundiéndose con los míos. Me siento jodidamente esquizofrénica, quiero sentir tu mirada quemando la mía, quiero sentir tus manos acariciar mi cuerpo y sentir tu respiración mientras disfrutas cada momento en el que te colocas débil junto a mí.

Tus hermosos y rosados labios, se ven tan deleitosos a cada momento, cualquiera quisiera besarte, cualquiera quisiera tocar tu trabajada silueta, cualquiera quisiera que la hicieras tuya, cualquiera quisiera estar junto a ti.

Yo no te veía como un juguete, yo quería hacer las cosas bien contigo, yo quería tenerte cerca y demostrarte que todo lo que siento por ti no es nada más ni nada menos que real, no es un capricho, es real, ¿sabes qué es que pasen cuatro años y yo siga queriendo hasta dar la vida por ti?

Quisiera tenerte entre mis brazos y acurrucarme en tu pecho, escuchar los latidos de tu corazón mientras mi cabeza nada en el mar de tu respiración. Quería acariciar tu pecho desnudo mientras trazaba figuras imaginarias en él haciéndote cosquillas con la yema de mis dedos. Quería repartir suaves besos en tu lindo cuello, porque sabía que ese era tu punto débil. Quería acariciar tus suaves y rojizas mejillas a la vez que me derretía observando tus hermosos ojos claros, mieles y hermosos. Quería sentir tu voz en mi oído susurrando un "te amo" y que yo te respondiera con un sensato "yo también". Quería que me abrazaras en público señalando pertenencia. Quería que me defendieras de cada hijo de puta que me gritara piropos. Quería que sonrieras al verme.

¡Quería todo contigo, cariño!

¿Por qué es tan difícil de asimilar?

Adoraba mirarte jugar baloncesto con tus compañeros, adoraba ver el sudor correr sobre cada milímetro de tu piel, adoraba observarte.

Amaba hasta verte cada mañana, admirar tu aspecto un poco adormilado cada vez que llegabas, no me dejes ir  porque para mí cada defecto de ti era perfecto. Porque eres perfecto, para mí lo eras.