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La espera de unos cuantos minutos parecían horas para Nayeon. Se sentía toda una desesperada aún si no sabía exactamente a qué iba la verdulera a su puesto. Suponía que le llevaba de almorzar por la pregunta que le hizo, cosa que no le desagradaba, pero la tenía más ansiosa que nada.
Cuando sus esperanzas empezaban a caer (solo está siendo dramática, ella misma lo sabe) y se giraba a cortar esas malditas cebollas, la voz más dulce y profunda que alguna vez escuchó, se dirigió a ella.
—Buenas güerita, ¿qué gusta de almorzar? —dijo.
Y no, no se trataba de IU.
—Le traje una variedad de comida para que elija lo que quiera, ya lo que no le guste se lo reparto a la gente del mercado que no haya almorzado —habla de nuevo, dejando en la mesa cinco bolsas llenas de comida—. Hay de todo güerita, usted solo agarre.
—¿Cómo así que de todo?
—Si mire, hay quesadillas, tacos, tortas, flautas, chilaquiles, gorditas... Y pellizcadas —una sonrisa coqueta a la cual Nayeon ya no se puede resistir.
Se ríe como una colegiala enamorada, porque así reacciona cada que la más alta está a su alrededor.
—¿Pellizcadas? ¿De qué son?
—¿Quiere una para probarla? Yo le puedo dar su pellizcada de chicharrón —ahora es una sonrisa burlona. Y Nayeon se siente albureada.
—Vieja corriente —se le escapa decir, aún si ella misma se está riendo por dentro.
—No se esponje güerita, le juro que si son de chicharrón, no me la estoy albureando.
—Bueno, dame una para creerte.
Y si Nayeon creía que esa chica no podía ser más atractiva, supo que estaba equivocada cuando su sonrisa bonita se adueñó de su rostro y muy emocionada le entregaba la famosa pellizcada.
Ella no era muy fanática de esa comida grasosa que vendían en el mercado, siempre se consideró demasiado fitness como para disfrutar de esa comida. Pero debía admitir que apenas probó un bocado del platillo, se sintió levitar. Y no sabía si era porque realmente no comía nada en ese lugar desde que empezó a trabajar ahí (lo cual, claramente, fue la razón de su desmayo la última vez), o si realmente la comida de ese lugar era así de buena.
—¿Qué le pareció, güerita? —pregunta Jeongyeon, fascinada por la expresión satisfecha de la mayor.
—¿Tienes más de estas?
—Todas las que guste, preciosa.
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Hey!
Se me antojaron unas pellizcadas, verdaderamente. Ese fue mi pensamiento todo este capítulo xD
No es tan largo pero algo es algo, no? No se sientan abandonados, soy como sus ex, siempre vuelvo, aún si es en el peor momento de sus vidas 🤓☝️
Los tqm muak
CHAO BYE!!!
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