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16

Con una pereza impresionante, Jeongyeon finalmente se levanta de la cama. El humor para perros la consume a medida que se dirige a la puerta, donde el timbre sigue sonando sin parar.

Donde sean los testigos de Jehová otra vez, les cierro la puerta en la cara.

Murmura un par de maldiciones antes de finalmente abrir la puerta. Y oh...

—¡Jeongyeonnie! —la dulce voz de Nayeon hace eco en su cerebro. Se queda inmóvil por unos segundos hasta que cae en cuenta la ropa que lleva encima.

Su playera de Chalino Sánchez y su shorts de Spiderman.

—¡Güerita! —se esconde detrás de la puerta, solo asomando su rostro, que ya está pintado de rojo— ¿Q-Qué hace aquí t-tan temprano? —Nayeon la observa levemente confundida, hasta mostrarle la hora que marca su teléfono.

—Son las cuatro de la tarde, Jeongie.

—M-Muy temprano para ser sábado —dice riéndose nerviosa. Se miran en silencio por unos segundos hasta que Jeongyeon finalmente se rinde.

Ya la había visto hacer el ridículo antes, qué más daba.

Suelta un suspiro antes de abrir la puerta por completo, ligeramente avergonzada de su vestimenta y su apariencia somnolienta. Aunque está tranquila de que los ojos de Nayeon no estén juzgandola, al contrario, parece demasiado emocionada por verla.

—Adelante, entra güerita. Mi casa es tu casa —la invita al tiempo que se hace a un lado, dejándola entrar.

Nayeon no pierde tiempo en observar el lugar. Es pequeño, pero acojedor. Hay un orden impresionante y un olor maravilloso por todos lados. Ah, ella en algún momento llegó a llamarla mugrosa, y no podría estar más equivocada.

—¡Wow! ¡Tu casita está de lujo! —chilla volteando a ver a la dueña del lugar, que la mira feliz con sus ojitos de cachorrito.

—Tengo casi un año viviendo aquí, pronto acabaré de pagarla —menciona con cierta emoción—. Empecé a ahorrar desde muy pequeña, así que hace casi un año que me independicé.

—¿Vives tú sola aquí?

—Así es.

Nayeon la observa maravillada. Se da cuenta que ella ha vivido bajo un privilegio muy notable, aún viviendo con sus padres sin tener la necesidad de trabajar, recibiendo todo con solo estirar la mano. O al menos así era antes de trabajar en el mercado, ya que su padre había sido claro en enseñarla a ser responsable y así ella comprar sus cosas con su propio dinero.

Un mundo completamente diferente al de Jeongyeon, puesto que ya le había contado previamente que sus estudios tuvieron que ser reemplazados por el trabajo desde que terminó la secundaria, por una crisis económica que había estado pasando su familia.

Verla feliz con algo que siempre había deseado la hizo desear darle toda su fortuna y pedirle matrimonio de inmediato.

Pero eso tendría que esperar.

—Por cierto, ¿cómo supiste dónde vivo? —Jeongyeon pregunta jugando con el dobladillo de su playera.

—Momo —por supuesto que Momo.

—¿Entonces viniste porque crees que algo anda mal? ¿Tienes superpoderes o algo así? ¿Eres un vampiro? ¡Fíjate que siempre lo sospeché! Por eso te caía mal que me acercara luego de pelar ajos, ¿verdad? ¡Yo tenía razón! Y me llamaron loca...

—Jeongyeon, ¿de dónde sacas esas ideas? —riendo, Nayeon niega con su cabeza— No soy un vampiro, linda. Simplemente mi intuición me dijo que algo andaba mal, así que dime, ¿pasó algo?

¿Era muy pronto para mencionar la historia de sus ex y como posiblemente quieren volver a su vida para seguirla jodiendo? ¿O era el tiempo exacto?

A juzgar por la mirada curiosa y preocupada de Im, algo le decía que entre más pronto mejor.

—Te pongo en contexto güerita, toma asiento.

—Y eso fue lo que pasó —Jeongyeon termina su relato con una sonrisa.

—¡¿Y lo cuentas así nada más?! ¡Esas malditas perras tienen que pagar! ¡Dime dónde viven y voy a reventarles la mismísima cara! —su rostro se pinta de rojo, llena de rabia. Sin embargo, Jeongyeon no deja de sonreír, al contrario, su sonrisa crece y luce como una boba enamorada.

—Te ves tan linda así, toda enojada —entonces lo rojo de su rostro permanece, pero ya no es por enojo, está sonrojada, más aún cuando Jeongyeon acaricia su mejilla en conjunto de su hermosa sonrisa.

—Jeongyeonnie, estábamos hablando de algo serio —lloriquea con un puchero, sintiendo el calor de su rostro irse lentamente una vez que Yoo aleja la mano de su rostro.

—Sí, lo siento. Solo vi necesario decírtelo —ríe con el puchero que se prolonga—. La cuestión aquí es que Sowon estuvo buscándome estos días en el mercado y me siento un poco mal con la idea de verla. Porque no la he visto desde que terminamos y no sé, me genera conflicto todo este asunto.

—Bien, no te preocupes, linda —hay un ligero acercamiento que pone de nervios a Jeongyeon—. Yo me encargo de mantenerlas alejadas —un suave beso se planta en su mejilla.

Oh, la pobre Jeongyeonnie era una cereza.

HEY!

Hola gente bonita, ¿ustedes saben que yo los quiero mucho?🥺

¿YA SE ENTERARON? Mercadito del amor ganó los premios Teudoong Awards en la nueva categoría "Mejor media social AU", ¡debutamos con honores y nos llevamos el premio!

Muchísimas gracias a todas y cada una de las personitas lindas que votaron por esta historia que con tanto amor les traigo aquí❤️

Es un bello logro, ¡y vamos por muchos más!

Es por eso que quería actualizar con este capítulo, que es un poquito corto pero honorable para cerrar el año. ¿Están listos para lo que viene?

¡Muchísimas gracias por formar parte de mi comunidad este año! Estoy eternamente agradecido con todos ustedes y espero pasen un feliz año nuevo❤️

Se la lavan raza, CHAO BYE!!!

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