Misión 5: Final alternativo de una película de terror.

Película: Winnie the Pooh: Blood and Honey

Christopher Robin corria sin detenerse y sin mirar atrás. Todo era su culpa.

María y mucha mas gente estaba muerta por culpa de el. Por haber abandonado a sus amigos tiempo atras.

Mientras corría no podía evitar pensar lo diferente que podían haber sido las cosas si no se hubiera ido. Sus amigos jamás se habrían vuelto malos.

Después de varios minutos de correr y asegurarse que Winnie the Pooh había dejado de seguirlo se deja caer en el suelo y se recarga sobre un árbol.

Mira la herida en su estómago que no dejaba de sangrar, si no salía de ese lugar no sobreviviría.

Christopher iba a levantarse del suelo, pero el sonido de villancicos lo detuvo.

Al darse cuenta ya no estaba en el bosque de los 100 Acres. Estaba en su hogar que estaba repleto de adornos navideños.

—¿Pero que...? —susurra el hombro confundido.

Un toque en su hombro hace que voltee y vea a su prometida Mary. La sorpresa cruza su rostro ya que el la había visto ser asesinada por Piglet así que el da un paso hacia atrás empujando una mesita y caso haciendo que la lámpara cayera de no ser que logro atraparla.

—¿Estás bien? Parece que has visto un fantasma —dice la mujer con una pequeña sonrisa.

—Estoy bien, solo que... —dice y mira a su alrededor—. ¿Donde estamos?

—En casa. Celebrando navidad.

Christopher Robin se queda callado mirando a su alrededor todo era tan extraño. Hace unos minutos estaba escapando de sus viejos amigos que querían asesinarlo y ahora estaba celebrando navidad, sin duda se sentía raro.

Ambos oyen la puerta principal abrirse y si Robin aun no estaba sorprendido ahora sin duda lo estaba porque vio a María, Jess, Alice y a tres chicas que no conocía, pero sabía que posiblemente se trataba de otras amigas de María que habían sido asesinadas por Piglet y Winnie the Pooh.

—Chris. Mary, hola —dice María acercándose para abrazar a la pareja.

—Hola. ¿Cómo estuvo su viaje? —pregunta Mary correspondiendo el abrazo.

—Agotador.

El hombre se sienta ya que aun seguía en shock. Mary se da vuelta y mira a su prometido.

—Bueno. Ya que estamos todos creo que debemos irnos.

—¿Irnos? —pregunta incrédulo Christopher.

Mary asiente alejandose en busca de unas cosas.

—Estás algo raro —le dice Maria a Robin.

—Siento que hay algo extraño en todo. No sé como explicarlo...

María asiente sin comprender a Christopher completamente. Su falta de información le dificultaba saber que era lo que él estaba sintiendo, su primera opcion era que tenía un dèjá vu, pero no podía estar segura.

¿Era raro estar solo con mujeres que lo llevaban a un lugar que no sabía a donde era? Christopher llevaba como una hora sentado en el auto que era manejado por María. Por como hablaban parecía que el sabía a donde iban como si una versión alterna de el hubiera dado la idea de ir a ese sitio y que por consecuencia el no sepa o entienda nada.

Al llegar a un bosque y ver el letrero de los 100 Acres hace que Chris empiece a sentirse mal y un golpe a un lado de su ventana no lo ayudó e hizo que gritara asustado.

—Hola, Igor —dice Mary saliendo del auto para acercarse a un burro de color azul.

El resto de chicas salen y casi obligatoriamente el hombre también, pero este estaba alerta mirando alrededor esperando que sus viejos amigos lo atacarán.

No obstante eso no paso. Ellos salieron, pero no los atacaron sino que se saludaron. Igor, Tigger,  Búho, Piglet y Winnie the Pooh estaban ahí hablando con ellos y no tratando de matarlos como antes.

La conversación siguió en la curva donde vivían los animales que tenía adornos navideños hechos a mano ya que ellos mismos lo habían hecho. En ese lugar hablaron, rieron, abrieron regalos, se divirtieron como nunca.

Christopher Robin se sintió como cuando era un niño y estaba junto a sus amigos. Había vuelto a su infancia.

Nota: Es algo que no quise poner, pero ocurre es que Christopher muere por la herida que se menciona al inicio y que todo lo que ve es una alucinación de sus últimos momentos donde Christopher no abandonó a sus amigos dejandoles morir de hambre así que no se hicieron malos y convivían.