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Lo que más diferenciaba a Mark de DongHyuck, es que este, al no estar acostumbrado a hacer vida social y hablar con gente externa a su familia de forma regular, se volvía difícil el identificar cuando un sentimiento es diferente de los otros, porque obviamente no es algo regular para aquella persona. Mientras que al ser una persona más extrovertida, el identificar cuando algo lo hacía sentir distinto a lo demás era un trabajo mucho más sencillo, porque podías notar esas diferencias.
Así que solo uno de ellos sería capaz de identificar a su pareja destinada.
DongHyuck siempre fue muy alegre y expresivo. Nunca había sentido mucha vergúenza por nada en su vida, bueno, exceptuando las cosas que su madre hacia y decía sobre él, ella siempre lograba que quisiera esconderse en algún rincón oscuro. Era muy sociable también, no se le dificultaba el hacer amigos de la edad que sean, podías colocarle un bebe en frente y a los segundos ya estarían jugando muy amenos.
Su profesora siempre le había dicho que un omega no debía cometer tantas travesuras, que debía verse delicado y necesitado de protección para atraer a algún alfa, pero la verdad eso no le interesaba, porque él estaba seguro de que su pareja llegaría a su tiempo, sin necesidad de apresurar las cosas.
Tuvo algunos pretendientes en parte de su adolescencia, pero absolutamente ninguno pudo hacerle sentir aquellas mariposas en el estómago que narraban esos libros románticos de su madre, ni siquiera le hacía temblar o ponerse nervioso el estar en presencia de alguien atractivo o amigable. No le producían nada, no como Mark.
DongHyuck debía admitir que en realidad ya conocía a Mark desde antes, claro que no en persona, pero algo es algo. Fue ese día que TaeYong le invitó a su casa porque el mayor quería desahogarse con alguien de su amor no correspondido, que al estar buscando el baño, DongHyuck se metió sin querer a una habitación, una que por cierto olía demasiado bien para ser verdad. No quería ser entrometido, pero en el nacía esa necesidad de buscar e impregnarse de aquel olor.
Mientras caminaba viendo los alrededores, se topó con algunas fotos, la mayoría de ellas evidenciando su antigúedad debido a los desgastados bordes del marco, pero había una que parecía reciente, una de la cual no podía despegar su atencion por aquellos ojos tan oscuros como la noche y tan llamativos como las estrellas.
— Si nadie se entera, nada pasó — se dijo a si mismo, tratando de excusar su comportamiento inapropiado y liberar un poco la culpa de estar hurgando en cosas ajenas.
Con extrema delicadeza tomó aquella fotografía, buscando que las caricias que le daba a ese pequeño rostro impreso se traspasaran a su dueño. Sonrió como siempre que hacía alguna travesura.
— Creo que valió la pena esperartanto, al fin te encontré — le apretó contra su pecho — ¿Es él, no? — preguntó a suanimal interno, recibiendo tan solo un fuerte ronroneo.
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— Mmmm... Hola hyung
Mark abrió los ojos lentamente, dándose cuenta recién ahí que se había quedado dormido con la espalda apoyada en el árbol. Observó al nervioso omega que se acomodaba en frente suyo con ambas rodillas apoyadas en el verdoso suelo. El característico aroma entrando por sus fosas nasales y tranquilizando a su alterado animal interior, pero haciendo todo lo contrario con su corazón, que golpeaba fuertemente contra su pecho.
Sus manos picaban por tocar una vez más aquella suave piel expuesta ante él, más sin embargo no lo hizo. Solo apretó sus punos dejándolos sobre sus muslos.
Por otra parte, DongHyuck no dejaba de temblar asustado por lo que estaba a punto de decir, y es que después de hablar con JungWoohabía llegado a la conclusión de que lo mejor era hablar las cosas, pero le estaba resultando muy difícil por distintas razones, la principal siendo que estaba frente al que él consideraba su primer amor.
— ...Hola — respondió tardío producto de los nervios.
Miró al pequeno frente a él con detalle, notando por primera vez que DongHyuck no parecía ser el mismo de antes, el comportamiento con el que lo había conocido no era ese, el que DongHyuck pareciera querer salir corriendo no era algo normal. Daba la impresión de que se sentía intimidado por la presencia de Mark, pues ya no bromeaba con él cómo lo hacía antes, y peor aún ... Mark se decepcionó al descubrir que hace ya un tiempo que tampoco recibía alguna sonrisa genuina de su parte, una de esas sonrisas que tanto le encantaban, e inevitablemente se preguntó; ¿Yo cause esto?...
Y dolió. Dolió como nunca.
Porque la respuesta para él era un rotundo Sí. "Si tu causaste esto por no controlar tus estúpidos sentimientos”
— Mark hyung. Yo quería mmm... — el temblor e inseguridad en su melodiosa voz le hizo ahuyentar los pensamientos que lo estaban inundando cada segundo que pasaba, pero aun así parecían no querer dejar su cabeza, torturándolo y confirmándole que DongHyuck ya no era feliz... no desde que lo conoció a él.
Es algo cómico. La primera vez que se enamoraba y sucedía todo esto.
Al parecer un asocial nunca podrá triunfar en el amor, o eso es lo que piensa Mark.
— ¿Que sucede? — preguntó preocupado al ver como el omega comenzaba a enredarse con sus palabras, soltando balbuceos sin sentido y su respiración volviéndose más inestable a cada segundo — DongHyuck, tranquilíizate — con sus manos se impulsó para quedar más cerca del nervioso cambiaforma, quien se alteró aun más al sentir de cerca ese olor tan atrayente. — Dime que sucede, pero con calma — colocó sus palmas abiertas en las mejillas contrarias, apretando y estirando la piel, provocando que de su pecho naciera una risa debido a las expresiones que lograba en el contrario.
Y es aquí cuando pasa algo maravilloso, algo tan efímero como lo es el reencuentro de dos almas destinadas a encontrarse, la forma en la que escuchan la respiración del contrario e intentan igualarla, el cómo todo parece desaparecer alrededor de las dos almas que vibran a una misma frecuencia, el cómo sus corazones se saltan un latido y retumban a un mismo tiempo, un tiempo donde no importa nada más que ellos mismos.
Ambos animales interiores no podían de la dicha, porque nuevamente estaban juntos y esta vez sus humanos se reconocían por primera vez, observando las facciones uno del otro, apreciando el tener la oportunidad de estar ante semejantes obras de arte, buscando en los ojos del otro algún indicio, algo que les dijera que su amor era correspondido, no unilateral, algo que les ayudara a decidir qué hacer y como continuar.
DongHyuck sentía como su omega ronroneaba, el sonido queriendo salir por su garganta aunque este lo impidiera, porque no quería hacer las cosas incómodas, no cuando por fin podia disfrutar plenamente de la presencia de Mark.
Un suspiro tembloroso escapó inevitablemente de sus labios.
Las manos de Mark bajaron hasta su cuello, donde se quedó acariciando con sus pulgares, rozando cada tanto las comisuras de los labios del omega, quien sentía como esa corriente de electricidad le bajaba por la espina dorsal.
— Mark... — suplico DongHyuck. Quería que Mark se detuviese de una vez, porque sus acciones no hacían más que confundirlo aun mas de lo que ya estaba.
Los ojos de Mark se desviaron a los labios que susurraron su nombre, e inevitablemente DongHyuck le siguió. El dedo pulgar pasó de las comisuras a delinear el labio inferior, haciendo que se entreabriera cada tanto, La tensión se sentía en el ambiente, junto con un poco de expectación de parte de ambos, porque los dos esperaban que el otro diera el primer paso, sea para bien o para mal, ambos querían algo del contrario que no sabían cómo pedir.
Y así es como DongHyuck decidió enfrentar sus miedos y junto sus labios con los de Mark. a, Dejando en blanco al joven alfa.
¿Quién lo diría?...
Nadie se esperaría que un omega, que se suponia debía ser sumiso y miedoso, se atreviera a dar el primer paso.
Pero esta historia no tiene comparación... porque esta historia es la de Mark y DongHyuck, no la de alguien más.
Porque el amor es así... Puede volver débil al más fuerte, tanto como puede volver fuerte al mas débil. Puede cambiar a las personas, tanto como destruirlas. Puede congelar el mundo de alguien y poner en movimiento el del otro... y ambos querían que sus mundos se convirtieran en uno para comenzar su viaje.
Avergonzado se colocó de pie dispuesto a escapar. No quería ver la expresión de odio en el rostro de Mark, no quería que lo rechazara y deseara jamás volver a verlo. El solo quería librarse de lo que aprisionaba su corazon y apretujaba sus pulmones.
¿Por qué lo hice de esta manera?
Mark puso sus pies en la tierra en un segundo pues no estaba dispuesto a dejar ir esa oportunidad, no otra vez. Así que agarro la mano de DongHyuck para evitar su huida y lo tironeo de vuelta, apegándolo a su pecho.
— Y yo hyung... Lo siento — se excusó, sin saber dónde descansar las manos que se movían de un lado a otro — Lo siento ¿Sí? — cerro los ojos temeroso. Su pecho tocando él contrario debido a su acelerado respirar.
No quería que Mark lo odiara por lo que hizo, lo único que buscaba era dejar de sentir esa opresion en el pecho que no le dejaba respirar. Solo quería expresar sus sentimientos para poder dejar que se marcharan de una vez.
Mark escuchó la respiración alterada del minino, pareciéndole tierna su forma de desviar cada tanto la mirada. Pasó su brazo por la cintura de DongHyuck rodeando su espalda y giró ambos cuerpos hasta dejar al contrario con su espalda apoyada en él árbol a un lado de ellos. Su mano sobrante la colocó sobre la cabeza de DongHyuck viendo como este se encogía en su lugar, algo típico del gatito. Su respiración mecía los cabellos castanos cada vez que exhalaba y su mano se encargó de apretar el cuerpo más cerca suyo, dejando sus estómagos en total contacto.
—A aléjate ¿Sí? — suplicó con voz temblorosa.
— No lo haré — confesó sonriendo más feliz que nunca, mostrando esas arruguitas que se formaban en la orilla de sus ojos, las que tan obsesionado tenían a DongHyuck — Nunca más lo haré.
Sus labios se juntaron una vez más. Mark movió sus labios sobre los de DongHyuck, incitándolo a seguir con la dulce danza que agitaba sus corazones y llenaba sus pechos de una rebosante alegría. Sus manos acariciaron la piel que podían y cerraron sus ojos, esperando que ese momento durara una eternidad.
— No sabes cuánto me gustas DongHyuck — apoyó su frente en la contraria, con su respiración acelerada por todo lo que sentía en ese e momento. a
Y la sonrisa de DongHyuck salió una vez más para iluminar el mundo de Mark.
— También me gustas, Mark hyung
Ambos sonrieron a gusto, moviendo sus narices juguetonamente entre ellos. Una de las manos de Mark se ubicó en el cuello del omega, acariciando tranquilamente el lugar.
—Te prometo que, algun dia, una marca decorará tu cuello... Justo aquí.
DongHyuck ronroneo encantado, imaginándose con una marca en ese lugar y con su pancita y hinchada.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo
Y sellaron su promesa con un dulce beso, simbolizando el triunfo de su joven amor.
Mostrándole orgullosos a la luna, que dos almas destinadas, hallaron su camino junto al otro.
— ¡Consíganse una habitación, pervertidos! ¡¿Cuantas veces tenemos que decírselos?! ¡¡Hay menores presentes, por Dios!!
—A mi no me molesta, se ven lindos.
— Tu no cuentas, ahora guarda silencio.
— Johnny...
— ¡¿Que?!
—Cállate
— Callame
— ¡Argh! ¡Mejor consíganse ustedes una habitación!
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© Lixie Little 🌷 | 2024
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