Capítulo 32
N/a: Como hubo mucha gente que no entendió, les explico como será el asunto de las dedicaciones: los primeros veinte usuarios en comentar en un capítulo se llevarán dedicación en el siguiente. Ahora sí, prosigamos (?
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Capítulo 32
A sólo un mes de la boda, Louis estaba frenético. Entre que se encontraba demasiado emocionado y estresado, y las bebés, agradecía que Harry estuviera ahí para ayudarlo.
El evento no sería algo demasiado grande, sólo la familia de Harry (como cincuenta personas en total, contando a todos los tíos y primos), la pequeña familia Malik Payne, las gemelas, ellos dos, y la señora Gordons (la ya anciana mujer que había cuidado de Louis en el orfanato, que había sido algo difícil de localizar, pero había abrazado fuertemente al hombre-gato con lágrimas en los ojos, como una abuela orgullosa de su pequeño nieto. Sí que habían habido lágrimas y recuerdos aquel día) ya que Louis no tenía más amigos ni familiares.
Por la noche, el Styles se ocupaba de que el mayor descargara tensiones con intensas sesiones de sexo mezcladas con charlas sarcásticas. Pero eso había cambiado exactamente cuando faltaban tres semanas para la boda.
«Ambos hombres se encontraban en la cama, el menor sobre el mayor, dejándole chupetones en sus deliciosos muslos. El castaño gemía, pero pronto pareció recordar algo.
-H-Harry... espera...
-¿Qué sucede?
-Deberíamos dejar esto.
-¿Qué?- preguntó, alarmado y sorprendido- ¿Fue algo que yo hice? ¡Lo siento!
El ojizarco se dio cuenta de que su prometido había malentendido sus intenciones.
-No, no, no te disculpes- rió-. No estoy diciendo que no deberíamos casarnos, sólo que no deberíamos tener sexo hasta la noche de bodas.
Harry suspiró de alivio y luego arqueó una ceja.
-¿Qué? ¿Por qué?- preguntó.
-Es que si estamos un tiempo en abstinencia, luego será más placentero.
-¿De dónde sacaste esas ideas? ¿Yahoo Respuestas?
El mayor se sonrojó un poco.
-Nunca lo sabrás; pero, vamos- hizo que rodaran en la cama, quedando encima de Harry-, ¿no me quieres como una gatita caliente y desesperada por que la follen?- comenzó a frotar la erección del ojiverde por encima de su ropa interior- ¿No lo haría más excitante?- ronroneó en su oído.
-D-definitivamente- jadeó.
-Eso creí- con una sonrisa satisfecha, se bajó del cuerpo se su prometido, y, dándole la espalda, se acurrucó en las sábanas.
-Oye... ¿y me vas a dejar así?- preguntó, viendo la tienda de campaña que formaba su miembro debajo de sus bóxers.
-¿Ya te rindes? No ha pasado ni medio minuto desde que acordamos no tener sexo hasta la noche de bodas.
El rizado bufó.
-Bien...- deslizó una de sus manos debajo de la tela negra.
-Las pajas tampoco valen- le dijo con cierto retintín de diversión-. Ahora vamos, abrázame en cucharita, pega tu erección a mi trasero, házme sufrir un poco.»
Desde entonces Louis había sido un ENORME problema para la polla del de rizos. Había estado comportándose como todo un calientapollas, jugando con la cordura del menor, restregándose contra su entrepierna, y luego, cuando el ojiverde le decía que fueran a la cama, le recordaba lo que habían acordado. Claro que luego de los primeros quince días, los papeles se habían invertido completamente.
«-Hazz, mandemos todo a la mierda... necesito tu pene en mi culo...
Harry chasqueó la lengua, negando con la cabeza.
-No, no, no tendremos sexo hasta la noche de bodas, Lou... fue tu idea, después de todo.
-Fue un momento de estupidez... por favor- rogó-. Necesito tu zanahoria en mi huerto...
-La temporada de siembra de zanahorias no comienza de nuevo hasta el mes que viene, luego de nuestra boda- jugó.
-¿Y la de calabacines? ¿Pepinos? ¿Bananas? Me conformo con rabanitos.
-Nop, esta es temporada fría, infértil.
El mayor comenzó a frotarse a sí mismo por encima de la ropa.
(...)
-Y si siquiera piensas en masturbarte con la cola, mañana me pasaré todo el día frotándola ¡y a contrapelo!- exclamó Harry, viendo a Louis con los pies y manos esposados a los postes de la cama para evitar que se pajeara.
La venganza se servía en plato caliente, en su opinión. En plato muy, muy caliente.»
El día de la boda finalmente había llegado. Gemma, Liam, Zayn y Leo habían llegado por la mañana para ayudar con los últimos detalles. Las dos bebés se habían quedado a cargo del pequeño ojimiel de cuatro años, que había quedado encantado con las pequeñas. Más tarde Oliver había llegado para ayudar a cuidar de sus sobrinas.
Gemma se encontraba con Louis, ayudándolo a vestirse e intentando responder sus cuestionamientos sobre el mundo, el universo y por qué el semen no tenía valor nutricional a pesar de ser tan rico. A aquel último la pobre chica no tenía respuesta.
-¿Y si no le gusta mi peinado? ¿Debería esconder mis orejas o dejarlas a la vista? ¿Y mi cola? ¿El color de la rosa está bien? ¿Y qué si no le gustan los juguetes que compré a sus espaldas?
-No te preocupes, estoy segura de que le gustará tu cabello, y si no le gustaran tus orejas o tu cola, ¿crees que se hubiera involucrado contigo? Mi hermanito te ama tal y como eres. Y... sobre los juguetes... estoy aún más segura de que le gustarán por el solo hecho de que lo dejes utilizarlos en tu cuerpo, nunca falla. De verdad, créeme.
El hombre-gato suspiró, sentándose en la cama y pasando sus manos por su cabello.
Gemma hizo un sonido mortificado.
-¡Ahora tendré que peinarte de nuevo!- se quejó, reprendiéndolo.
Louis dejó de despeinarse, quitando sus manos de su pelo abruptamente.
-¡Lo siento! ¡Te juro que no me di cuenta, es un acto nervioso!
Ella rodó los ojos con una sonrisa en su rostro mientras comenzaba a acomodar los cabellos del castaño nuevamente.
.
-Bien, y una última cosa- dijo el rizado a la pareja delante de él, que le escuchaban atentamente-. Su en algún momento, por alguna razón, llegara a desmayarme, quiero que eviten a toda costa que Louis entre en pánico, ¿sí?
-Bien- el castaño asintió.
-¿Y cómo exactamente haremos eso?- preguntó el moreno.
-Llévenlo al baño o a algún rincón privado y rasquen suavemente detrás de las orejas; puede que al principio insulte y patelee, pero si lo haces por un tiempo se queda grogui.
-Anotado.
El rizado sonrió.
-Gracias, chicos, realmente no sé qué haría sin su apoyo- abrió sus brazos para abrazar a ambos hombres.
Luego de abrazarse (muy masculinamente), Liam vio la hora en su móvil.
-Creo que ya deberíamos bajar, la cita en el registro civil es en una hora.
El ojiverde asintió. Estaba ansioso por ver a Louis, ya que no lo había visto desde la mañana. Los tres bajaron las escaleras. Allí estaba el ojizarco hablando con su hermana. Y para Harry, Louis nunca había estado más hermoso (excepto durante el embarazo). Estaba vestido con un traje color negro con una camisa blanca debajo. En el bolsillo del pecho traía una rosa roja, y su cabello estaba ordenado de una manera que parecía natural, pero sofisticado. Sus orejas estaban paradas con orgullo, y su cola se movía nerviosamente, justo como el primer día. Harry se acercó a Louis.
-Estás hermoso, amor- le susurró para que sólo él le oyera.
El mayor le sonrió.
-Y tú estás guapísimo... bueno, ambos somos unos diosos, Katy y Kitty salieron de alguna parte- añadió.
El rizado rió.
-Nunca cambiarás, ¿verdad?
-Nop- el hombre-gato negó decididamente.
-Mejor así- lo tomó de la cintura, acercándolo, y le dio un suave beso.
El sonido de una cámara explotó su pequeña burbuja. Ambos vieron hacia el lugar de donde había provenido el sonido, encontrándose con una Gemma sonriendo como tonta con una Nikon en la mano, mientras les tomaba otra foto.
Harry arqueó una ceja inquisitivamente.
-¿Qué? Hoy es un día especial, y ambos son demasiado tiernos- dijo la rubia.
-Chicos, creo que deberíamos ir yendo, la cita en el registro civil es en menos de una hora- dijo Zayn, intentando tener la atención de los adultos.
-Tiene razón- el rubio apareció por la puerta que daba a la sala, cargando a las dos bebés y acompañado de Leo.
Los tres niños estaban hermosos y adorables. El pequeño pelinegro estaba vestido con un traje gris a su medida y pequeños zapatos de vestir. Kiara llevaba un vestido amarillo patito a juego con mini zapatitos de charol y una cinta en la cabeza. Su hermana Katherine llevaba el mismo conjunto, pero en color rosa bebé. Las gemelas estaban creciendo rápidamente; y sus colas y orejas ya no eran lampiñas, sino que estaban cubiertas por un suave pelaje rubio.
-Vamos, Ollie y yo iremos en nuestro coche, ¿quieren que llevemos a las niñas?- preguntó Gemma.
-No, gracias, Gem- dijo Louis-. Habría que sacar los asientos para bebé de nuestro coche y ponerlos en el suyo, y eso nos retrasaría, lo haremos después de la cita. El registro civil está a cuarenta minutos de viaje.
-Cierto- ella concordó.
-Zayn, Leo y yo iremos yendo, cuando vinimos el tráfico estaba feo, ahora debe ser horrible- dijo Liam.
-Sí, vamos- el moreno tomó de la mano al niño y los tres se dirigieron hacia la puerta-. Nos vemos allá, chicos.
-Todos deberíamos partir- dijo Harry-. No queremos llegar tarde.
-Mhm- concordó su prometido-a-punto-de-convertirse-en-esposo. Tomó a Katy y a Kiara de los brazos de Oliver como si hubiera llevado toda la vida haciéndolo y se dirigió hacia la puerta, seguido por los otros tres.
(...)
Al salir del registro civil los señores Styles-Tomlinson fueron bombardeados con arroz crudo y gritos de felicitaciones. Todos estaban demasiado felices por la pareja de recién casados.
Harry aún no podía creerlo. Ahora Louis era oficialmente suyo para amar y mimar.
El hombre-gato se encontraba en una posición similar. Finalmente había encontrado a alguien en quien confiar, a alguien que lo amaba, y una familia. Estaba tan feliz que no podía pensar en otra cosa, ni en las miradas extrañas de algunos desconocidos dentro del registro civil, ni en que un grano de arroz casi se le había metido en el oído, ni en que alguien accidentalmente le había pisado la cola.
Nada de eso, sólo pura felicidad y aplastante amor.
Sintió los labios del menor presionarse en su mejilla y sonrió aún más, incapaz de dejar de hacerlo.
Toda la gente que había conocido y aprendido a querer como a su familia estaba viéndolos, felicitándolos, y sonriéndoles.
Allí estaba Gemma, sosteniendo a Katy mientras tomaba fotografías. Estaba Oliver, que sostenía a su otra sobrina en brazos mientras sonreía y aclamaba "¡Vivan los novios!". Allí estaba Anne, con lágrimas de felicidad en sus ojos mientras aplaudía y les arrojaba arroz. También estaba Des, que sólo los miraba con una sonrisa orgullosa plasmada en sus labios. Incluso estaba la anciana señora Gordons, quien lloraba como una tía abuela enorgullecida de su pequeño sobrino nieto. Leo y sus padres estaban divertidos arrojándoles puñados de arroz.
Harry y Louis llegaron hasta su coche y subieron. La gente se perdió en una esquina cuando doblaron para dirigirse hacia el salón de fiestas donde comenzaría la celebración a las siete en punto.
(...)
Luego de haber saludado a cada miembro de la extensa familia Styles, Louis y Harry se sentaron en la mesa principal para comer algo antes de que comenzaran los bailes.
El salón, aunque era grande, estaba ubicado solamente en planta baja. Todo estaba perfectamente decorado y ordenado, y el hombre-gato se juró a sí mismo que si alguna vez volvía a ver a la organizadora de eventos, la abrazaría por haber hecho un tan buen trabajo. Había una pared que tenía unas puertas francesas que conducían a un jardín muy bien cuidado y lleno de arbustos florales, enredaderas y luces. Gemma incluso les había hecho salir, les había colgado carteles en la espalda que formaban la frase "Just Married" y había tomado una foto, en la cual Louis estaba parado en una roca, por lo que había salido más alto que Harry.
Luego de comer, había comenzado a sonar el primer vals, que se suponía que bailarían ellos dos solos.
Mientras estaban en el centro de la pista de baile, eran incapaces de quitar su mirada de los ojos del otro, bailando en silencio, diciéndose mil cosas y a la vez nada.
La fiesta siguió durante ocho horas más, cuando los recién casados debieron irse a casa para cambiarse de ropa, tomar las maletas y viajar en avión hacia el paraíso que era la Polinesia Francesa.
Louis sentía que el último medio día se había pasado en un segundo, pero al mismo tiempo recordaba cada detalle.
Conduciendo hacia el aeropuerto, miraba a los asientos traseros, donde no se encontraban las butacas para bebés a las que tanto se había acostumbrado. Katy y Kitty se quedarían las dos semanas con sus tíos Gemma y Oliver, y ya se sentía algo nostálgico, a pesar de estar feliz de tener un tiempo para los dos solos.
Tenían las próximas dos semanas sólo para ellos, e iban a aprovechar cada segundo.
~•~•~•~•~
Holaa :)
Lo sé, lo sé, me odian bc no hay smut, pero en el capítulo siguiente espero arreglar eso.
Siento como que este capítulo es puro garabato, no sé :P
Bue, en fin, ¿qué les pareció?
En multimedia dejo la canción de vals que bailaron Louis y Harry, y también la foto que sacó Gemma :D
Espero que les haya gustado :))
Los am... *comienza a roncar porque se quedó dormida *
Vote & Comment
Megakisses
Anto :*
PD: la política de dedicación es la misma que en el capítulo pasado :D
PD2: El vals es el instrumental de Soñar Hasta Enloquecer de Drácula El Musical (en mi opinión, una obra maestra de la comedia musical argentina)
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