Una pelinegra salía por una puerta, al tiempo que un joven de cabello negro lacio se ponía de pie.

Vaya, fue rápido, pensé que tomaría más tiempo, decía Diecisiete mientras se acercaba a la pelinegra.

Yo también pero no fue así, respondió Milk con calma.

¿Cómo te sientes?, dijo Diecisiete.

Tranquila, respondió Milk.

¿Y para cuándo te dijeron que estarían los resultados?, dijo el joven de cabello negro lacio.

Dentro de tres días, respondió la pelinegra.

Yo estaré contigo, no pienso volver a la Capital Oeste, hasta no saber qué es lo que tienes Milk, dijo Diecisiete.

Ya te dije que no es necesario, agradezco mucho que hoy estés aquí conmigo, pero no es necesario que detengas tus actividades por mí, acoto la pelinegra.

Eres mi amiga, y no pienso dejarte sola en este momento, ¿o es que piensas decirle a Gokú de los estudios?, para que él sea quien te acompañe a saber los resultados, si es así comprendo que no quieras mi compañía, después de todo él tiene más derecho de estar a tu lado que yo, es tú esposo, pero pensé que no querías preocuparlo sin motivo, decía Diecisiete.

Así es, no quiero preocuparlo sin motivo, yo vendré sola por los resultados, dijo Milk.

No, claro que no, yo estaré contigo, no se diga más, respondió Diecisiete con firmeza.

En tanto:

Un joven de cabello alborotado se despedía de su pequeño hijo con un movimiento de manos.

Nos vemos papi, decía el pequeño Gohan.

Nos vemos en unas horas campeón, hazle caso a tus maestros, decía Gokú.

Si papi, respondió Gohan.

Gokú subió a su auto, una vez que estuvo dentro tomo su celular para ponerse en contacto con su amada esposa.

Gokú, ¿le paso algo a Gohan?, escucho el apuesto hombre de cabello alborotado.

No corazón, claro que no, solo te llamaba para informarte que ya voy para el gimnasio, dijo Gokú.

¿Qué tan pronto?, escucho el joven de cabello alborotado.

Si, te noto extraña, como nerviosa, como si no quisieras que vaya al gimnasio aún, dijo Gokú.

No, que cosas dices, lo que pasa es que me sorprendió que vayas tan temprano, pensé que irías a las 10, escucho Gokú.

Pues no tengo nada que hacer, Gohan ya está en la escuela, mis pendientes de hoy se cancelaron, entonces me dije, por qué no ir antes a apoyar a mi bella mujercita, decía Gokú.

Pues me da gusto saber que vendrás a apoyarme, escucho Gokú.

Bueno, ya llego en unos minutos, dijo Gokú.

Bien, escucho el joven de cabello alborotado.

¡Qué extraño¡ la sentí como sorprendida, pensaba Gokú.

Afueras de un hospital:

Te llevo, así llegas más rápido que él, decía Diecisiete.

Está bien, acepto tú apoyo, pero ve lo más rápido que puedas, dijo Milk.

Si Milk, no te preocupes, respondió Diecisiete, mientras la pelinegra marcaba un número en su celular.

Aló Sora, dijo Milk.

Si señora, ella habla, escucho la pelinegra.

¿Cómo anda todo?, dijo Milk.

Bien señora, sin inconvenientes, los alumnos apenas están empezando a llegar, escucho la pelinegra.

Diles que vayas haciendo calentamiento, que en unos minutos estoy con ellos, dijo Milk.

Si señora, escucho la pelinegra.

Si mi esposo llega antes que yo, dile que estoy en el privado atendiendo una llamada importante, que pedí que nadie me interrumpiera, que si puede él me vaya apoyando con el grupo, dijo Milk.

Así se lo diré señora, escucho la pelinegra.

¡Gracias¡ dijo Milk antes de cortar la llamada.

Minutos después:

De manera simultánea, dos autos se estacionaban frente a un gimnasio.

Hay no, llegamos juntos, decía Milk, mientras se cubría su rostro con sus manos.

Subiré la luna de la ventana para que no pueda verte, dijo Diecisiete, mientras la pelinegra asentía.

En tanto:

Gokú bajaba de su auto, al hacerlo su mirada se posó en un auto que estaba a unos metros frente al suyo.

¿Y ese auto?, no es de ninguno de mis amigos, ¿o tal vez Vegueta ya compro otro auto?, si eso debe ser, pensó Gokú mientras cerraba la puerta de su auto.

Tras algunos segundos Gokú continuó su camino. Una vez que entró dentro del gimnasio, la pelinegra bajo del auto de Diecisiete y hecho a correr hacia el gimnasio.

Dentro del gimnasio:

Llamada importante, decía Gokú.

Sí señor, decía una mujer madura de cabello ondulado.

Que extraño, debe ser algún proveedor, respondió Gokú.

Debe ser señor, decía la mujer, mientras la pelinegra entraba al lugar y con cautela se dirigía a uno de los ambientes del gimnasio.

Bueno, voy a cambiarme de ropa para poder dirigir el entrenamiento de hoy, dijo Gokú.

Bien, respondió la mujer.

Tiempo después:

Un par de pelinegros se encontraban en un ambiente del gimnasio.

Ya estás aquí, decía Gokú mientras se acercaba a tomar las manos de su joven esposa.

Si, llamaron de la Capital Sur, mintió la pelinegra.

¿De la Capital Sur?, dijo Gokú intrigado.

Si, querían comentarnos sobre un torneo que realizaran para el aniversario de su pueblo....., decía la pelinegra mientras su esposo la escuchaba con atención.

Días después:

Un apuesto hombre de cabello alborotado se despedía de su hijo y de su esposa, antes de abordar su auto.

Nos vemos más tarde, decía Gokú.

Te prepare algo delicioso aprovechando mi libre, respondía Milk con una dulce sonrisa.

Estaré ansioso por volver a casa, para probarlo, dijo Gokú antes de emprender camino.

Mami, y si me quedo para ayudarte a preparar eso delicioso que le dijiste a papi, decía Gohan.

No, como crees, tú vas a la escuela Gohan, es más ve por tú mochila que ya va siendo hora de que te lleve a clases, respondió la pelinegra.

Está bien mamá, dijo Gohan con una tierna sonrisa.

Minutos después:

La pelinegra llevo a su pequeño hijo a la escuela en un taxi, una vez que vio ingresar a su niño dentro de la misma, esta camino hacia la avenida para poder tomar algún taxi que la lleve al hospital.

Sube, escucho la pelinegra.

¡Diecisiete¡ dijo Milk.

Te estuve siguiendo desde tú casa, como creí que no era correcto que te recogiera allí con tú hijo, decidí seguirte hasta aquí, para que juntos vayamos por los resultados y de allí al médico, respondió el joven de cabello negro lacio.

¡Gracias¡ eres un gran amigo, dijo Milk con calma, antes de subir al auto.

Una vez que la pelinegra estuvo dentro del auto, el joven de cabello negro lacio emprendió camino.

1 hora después: "Hospital"

Una pelinegra junto a un joven también pelinegro de cabello lacio, se encontraban sentados esperando para ser atendido.

Señora Son, escucho la pelinegra.

Soy yo, dijo Milk poniéndose de pie.

Sus resultados ya los tiene el médico, pase, decía una mujer de uniforme.

¡Gracias¡ respondió la pelinegra mientras caminaba junto a Diecisiete hacia el consultorio.

Tiempo después:

Dentro de un consultorio médico un par de pelinegros recibían una inesperada noticia, que hacía que el mundo de uno de ellos se derrumbara por completo.

¿Está seguro?, decía con nostalgia Diecisiete.

Si, los resultados me confirman uno de los diagnósticos que tenía para tu caso, respondió el médico con nostalgia, mientras la pelinegra parecía no reaccionar aún.

Tiene que haber algún error, Milk, es joven, deportista,...., decía Diecisiete con dolor en su voz.

Lamentablemente hay enfermedades que no tienen explicación, decía el médico.

¿Y qué tan avanzada está mi enfermedad?, decía Milk con dolor en su voz, al haber asimilado la noticia.

Muy avanzada hija, lo lamento, respondió el médico.

No nos diga eso, tiene que ver alguna cura, tal vez una operación, decía Diecisiete desesperado.

Yo quisiera decirles que la hay, pero sería mentirles, y yo, y yo, no quiero ello, estoy siendo lo más franco con ustedes, la enfermedad está muy avanzada por ello los síntomas que tu presentas linda, someterte a algún tratamiento a estas alturas solo sería por retrasar un poco lo inevitable, claro si tú lo deseas, yo puedo ayudarte a prolongar un poco tú vida pero no te lo aconsejo, solo obtendrás más sufrimiento a cambio de ello,....., decía el médico, mientras de los ojos de la pelinegra brotaban gruesas lágrimas de dolor.

Minutos después:

Gracias por todo, decía Diecisiete.

Milk, mientras no seas sometida a ningún tratamiento podrás hacer tú vida normal por algunos meses más, pero llegara el momento en que ya no puedas hacerlo, entonces tendremos que internarte, es tu decisión, ¿quieres que te programe....?, decía el médico siendo interrumpido por la pelinegra.

No, no lo haga, quiero tener una vida normal, el tiempo que me quede de vida, cuando llegue el momento buscare apoyo, respondió Milk conteniendo sus lágrimas, al tiempo que Diecisiete se acercaba a abrazarla.

Diecisiete ayudo a Milk a salir del consultorio, fuera de este, la abrazo muy fuerte a él, y le recalco su apoyo incondicional, mientras esta sollozaba entre sus brazos.

Yo estaré contigo, no pienso irme de aquí, yo estaré contigo, decía Diecisiete.

¡Gracias¡ respondió Milk con lágrimas en sus ojos.

Milk, te acompañare a tú casa, para que se lo digas a tú esposo, a tú padre, decía Diecisiete, lo más calmado que podía.

No, dijo Milk.

Milk, déjame acompañarte, respondió el joven de cabello negro lacio.

Nadie sabrá esto, nadie lo sabrá, dijo Milk con voz entrecortada.
Pero Milk, decía el joven de cabello negro lacio.
Prométemelo, no se lo dirás a nadie, respondió Milk con firmeza.

Pero Milk, Gokú es tú esposo, él debe de saberlo, al menos él y tú padre deben de saberlo, comprendo que Gohan es aún muy pequeño para que sepa algo así, pero ellos deben de saberlo, decía Diecisiete.

No, no quiero que sufran, no quiero que sufran, nadie, nadie más lo sabrá, prométeme que guardarás el secreto, prométemelo, respondió Milk, tomando las manos de su amigo.

Milk, dijo el joven de cabello negro lacio.

¡Prométemelo, por favor¡ si eres mi amigo, guárdame el secreto, acoto la pelinegra.

Está bien, lo prometo, dijo Diecisiete con nostalgia.

Llévame a casa, les prometí una comida deliciosa, decía Milk, mientras gruesas lágrimas salían de sus bellos ojos negros.

Tiempo después: "Casa Son – Ox"

En la cocina de la casa, una pelinegra que tenía la mirada entristecida se encontraba preparando un delicioso platillo, mientras una de sus empleadas la miraba.

¿En verdad se siente bien?, decía la mujer.

Sí, claro que si, ve a descansar, ya te dije que yo hoy quiero preparar la comida para mi familia, decía Milk, lo más calmada que podía.

Bien señora, respondió la mujer.

Una vez que la mujer se retiró, la pelinegra se quebró en llanto, al tiempo que pensaba: Tal vez sea uno de los últimos platillos que prepare para ustedes mis dos grandes amores.

1 hora después:

La pelinegra veía con nostalgia a su esposo e hijo degustar la comida que había preparado con todo su amor para ellos.

Esta deliciosa mami, decía Gohan, mientras llevaba una nueva cuchara a su boca.

Es cierto corazón, esta delicioso, acotaba Gokú, mirando a su bella esposa, que le regalo una dulce sonrisa a pesar de la tristeza que le embargaba en ese momento.

Nota:

¡Gracias  a todas las personas que siguen, votan y dejan algún comentario para está historia de amor¡ que en esta segunda temporada en relación a la primera será del género romance - drama.

Milk tiene una enfermedad incurable, y  esta muy avanzada, ella ha decidido no comentarle a nadie de su estado de salud, solo su amigo Diecisiete sabe de ella, pues se entero de manera casual al acompañarla hacerse los exámenes. 

¿Milk podrá soportar ocultar su enfermedad  ante los seres que ama?, 

¿Qué pasará con Milk y Gokú?.

Ello lo sabrás en los  siguientes capítulos.

Con mucho cariño.

PrincesaLirio.