Capítulo 6: "¿Qué me está pasando?: El regreso de Gokú"
Una pelinegra platicaba por teléfono mientras su hijo la observaba mientras hacia su tarea.
Entonces, en dos días estás de regreso, decía Milk feliz.
Si corazón, como te dije, nos salió otro negocio por ello Vegueta y yo decidimos quedarnos unos días más, escuchaba la pelinegra.
Entiendo cariño, no te preocupes por nada, a pesar de que te extrañamos Gohan y yo estamos bien, respondía Milk.
Me alegra oír ello, y yo también los extraño, estoy contando los segundos para volver, escuchaba la pelinegra.
Te amo, dijo Milk, mientras su hijo sonreía.
Yo también muñeca bella, yo también, escucho la pelinegra.
Tras algunos minutos más de plática, la pelinegra dio por concluida la llamada, dejo el teléfono, sobre una mesa y le dijo a su pequeño hijo: Ve a lavarte las manos hijo, ya es hora de comer, voy a pedir que nos traigan ya la comida.
Si mami, respondió Gohan, mientras la pelinegra camino hacia la cocina de su casa, pero en el trayecto, sintió una extraña debilidad en su cuerpo, para ser más específica en sus piernas, una debilidad, que hizo que la joven detenga su andar, mientras se tuvo que sostener de la pared para no caer.
¡Qué extraño¡ es como si mis piernas no existieran, decía una confundida pelinegra, mientras se sostenía de la pared para no caer.
Señora Milk, ¿se siente bien?, dijo una de las empleadas de la casa, al ver a la pelinegra sostenerse de la pared.
Si, si estoy bien, no hay porque preocuparse, respondió Milk, haciendo una pausa para decir: Ya pueden servir.
Bien señora, respondió la mujer, antes de continuar su camino.
La pelinegra respiro hondamente, mientras dejaba de sostenerse de la pared, al tiempo que pensaba: Ya pasó, ya puedo sentir nuevamente mis piernas, ya paso, ya paso, de seguro lo que experimente fue producto del cansancio, estos días han sido muy agotadores para mí.
Mami, escucho Milk, haciéndola reaccionar.
¡Gohan¡ ya estás aquí, dijo Milk con dulzura.
Si mami, vamos a comer, ya tengo las manos bien limpias, decía Gohan sonriendo.
Me parece bien mi niño, vamos a comer, respondió la pelinegra con una dulce sonrisa en su rostro.
Horas después:
Milk se encontraba en su habitación cepillándose el cabello cuando de repente empezó a sentir algo extraño en su vista.
La pelinegra se tomó la cabeza, mientras pensaba: De verdad, debo estar muy cansada, hasta estoy viendo doble. Tal vez sea mejor acostarme de una vez a descansar que mañana tengo un día muy atareado.
La pelinegra dejo su cepillo sobre su pequeña mesa de noche, apago la luz de la lámpara que estaba sobre la mesa y se acostó a dormir.
Al día siguiente:
La pelinegra se encontraba desayunando junto a su hijo, mientras platicaba con este.
Entonces la abuelita pasara por mí, decía Gohan.
Si mi cielo, hoy tengo mucho trabajo, llegare a casa por la noche, respondía la pelinegra con calma.
Comprendo mami, dijo Gohan.
Bueno, ya vamos yendo hijo, decía Milk mientras se ponía de pie, al tiempo que miraba el reloj que llevaba puesto.
¿Ya es tarde?, decía preocupado Gohan.
No cielo, aún no, pero si nos demoramos unos minutitos más si llegaras tarde, respondió Milk sonriendo.
Ya terminé mami, dijo Gohan.
Bien, ahora vamos a cepillarnos los dientes y nos vamos, acoto Milk.
Si mamá, dijo Gohan.
Madre e hijo fueron a cepillarse los dientes, luego de ellos, ambos tomaron sus pertenencias y salieron de la casa, para abordar un auto que sería conducido por la pelinegra.
Minutos después:
Que tengas buen día hijo, dijo Milk, tras darle un beso en la frente a su pequeño.
Tú también mami, respondió Gohan.
Luego de ello, la pelinegra encendió el auto y continuo su camino.
Horas después: "Gimnasio Son – Ox"
Un grupo de jóvenes platicaban entre ellas, mientras veían a una pelinegra sentarse en una banca tras haber hecho un pare en su rutina de entrenamiento al grupo.
Por ello prefiero al maestro hermoso, él es incansable, con él siempre hay posibilidad de aprender más, decía una joven de cabello largo lacio de color azul y ojos también azules.
No seas así Lilibeu, ella también es una excelente maestra, solo que la pobre debe andar agotada, ella sola se está haciendo cargo de los grupos de el bombón de su marido y del maestro Vegueta, no solo entrena a su grupo, además tiene un niño, y tengo entendido que se encarga de otros negocios familiares, decía una joven de cabello lila.
Si, lo que dice Kus es cierto, acoto Marcarita.
Pues sea como sea, ella no debe mostrar cansancio, por algo es maestra, ¿no?, dijo una joven de cabello negro, sostenido en dos coletas altas.
Es un ser humano, tiene derecho a cansarse, dijo Marcarita.
Hay a ti quien te entiende, deberías de hablar mal de ella, pues es la mujer del bombón, por lo tanto, nuestra rival, decía Lilibeu.
Hay chicas, dejen de decir tanta tontería, ellos están casados, tienen un hijo y son muy felices, la verdad yo de ustedes me fijo en alguien solterito, dijo sonriendo una joven de cabello verde y ojos azules.
Lo que dice Brianne es cierto, pongan los ojos en alguien soltero, además el maestro, ni las mira, dijo Likal sonriendo.
Sí, es cierto, respondió Brianne sonriendo, mientras miraba a su maestra secarse su sudor, mientras parecía estar inmersa en sus pensamientos.
En tanto: "En otro pueblo"
Un par de apuestos hombres cerraban unas carpetas mientras platicaban entre ellos.
Entonces, ¿me acompañas Kakaroto?, decía Vegueta.
Si, vamos, yo también quiero aprovechar para buscarles unos regalitos a Gohan y a mi muñeca bella, respondió Gokú.
Hay amigo, como cambiaste desde que aceptaste tú amor por Milk, sin duda las mentiras solo amargan y entristecen el corazón, en cambio la verdad ilumina el mismo y eso se proyecta en tus ojos, en tu rostro, en tu voz, decía Vegueta.
Así es amigo, las mentiras solo hacen daño, por eso Milk y yo, cuando aceptamos nuestro amor hicimos un pacto, no más mentiras respondió Gokú.
Pues que bueno que lo hicieron amigo, porque ha ambos se los ve muy, muy felices, dijo Vegueta.
Gimnasio Son – Ox:
¡Gracias chicas¡ ¡gracias por su comprensión¡ les prometo que estás horas las recuperaran, decía Milk, mientras miraba a un grupo de chicas.
No se preocupe, dijeron las jóvenes antes de abandonar el lugar, al tiempo que una pareja entraba al lugar.
Amiga, decía una rubia de cabello corto, que llevaba en sus bazos a una pequeña niña.
Dieciocho, que alegría verte, decía Milk, haciendo una pausa para decir: Que linda esta tú niña.
Gracias amiga, dijo la rubia de cabello corto, mientras su pequeña hija sonreía.
Bueno, las dejo para que platiquen, yo voy a entrenar un poco, dijo el calvo.
Hombres, no pueden permanecer un rato tranquilos, decía la rubia, haciendo sonreír a la pelinegra.
Nos tomamos un té con galletas, dijo Milk.
Si amiga, tenemos tanto de que hablar, decía la rubia sonriendo.
Horas después: "Casa Son - Ox"
La pelinegra depositaba un tierno beso en la frente de su hijo, mientras este cerraba sus ojitos.
Buenas noches mami, decía Gohan.
Buenas noches cielo, respondió Milk con dulzura.
Luego de ello, la pelinegra salió de la habitación.
Milk caminaba por un pasillo hacia su habitación, cuando de repente sintió nuevamente esa debilidad extrema en su cuerpo.
Sin duda hoy tuve un día muy agotador, lo bueno, es que será el último, mañana mi Gokú volverá, entonces ya no haré las cosas sola, trabajaremos en equipo como siempre lo hacemos, pensaba la pelinegra, quien a pesar de lo débil que se sentía logro llegar a su habitación.
Al día siguiente:
Un apuesto joven de cabello alborotado que llevaba una pequeña maleta con una de sus manos, y en la otra un ramo de rosas, entraba a su casa.
Señor Gokú, ¡buenos días¡ que gusto que este de regreso, decía una de las empleadas.
¡Gracias¡ yo también estoy muy gustoso de estar de vuelta, respondió el hombre de cabello alborotado.
La señora Milk, aún está descansando, al igual que el niño Gohan, dijo la empleada.
Bien, yo también iré a descansar un poco, aún son las 6 de la mañana, respondió Gokú.
Si joven Gokú, vaya a descansar, dijo la empleada, mientras su apuesto amo, continuaba su camino.
Tras algunos minutos de caminata, Gokú detuvo sus pasos frente a la habitación de su hijo, con cautela, abrió la misma, dejo su maleta en el pasillo y entro a la habitación.
Gohan, hijo, cada día creces más, pensaba Gokú mientras miraba a su pequeño dormir profundamente.
Gokú se acercó a la cama de su hijo, y le acaricio su cabello, acción que hizo que el niño abra sus parpados a pesar de lo somnoliento que estaba.
¡Papi, ya estás aquí¡ decía feliz Gohan, a pesar de su voz adormilada.
Si hijo, ya estoy de regreso, respondió Gokú.
Hoy es sábado, decía Gohan.
Si hijo, no tienes que ir a la escuela, descansa, que, por la tarde, mami, tú y yo iremos al parque de diversiones, respondió Gokú mientras una sonrisa se plasmaba en su rostro.
Si papi, gracias, decía Gohan un tanto adormilado.
Duerme hijo, duerme, voy con mamá, dijo Gokú.
Si papi, acoto Gohan, antes de quedarse dormido nuevamente.
Gokú salió de la habitación de su hijo, tomo su pequeña maleta y camino hacia la habitación que compartía con la pelinegra.
Entro a la misma con cautela, dejo la maleta en el sofá, se sacó la corbata que llevaba puesta, el saco y busco con mucho cuidado en un cajón algo más cómodo para vestir, una vez que lo encontró, se sacó los zapatos, se cambió de ropa, y se acostó junto a su esposa.
Como te extrañaba corazón bello, decía Gokú, mientras depositaba un cálido beso en los labios de su esposa.
Go...kú, respondió Milk mientras abría sus parparos lentamente.
Si, amor, soy yo, estoy de vuelta, respondió el joven de cabello alborotado abrazándola.
Estás aquí, ya estás aquí, decía Milk dulcemente, mientras con sus delicadas manos acariciaba el rostro de su esposo.
Si muñeca bella, ya estoy aquí, respondió Gokú capturando los labios de su esposa, fundiéndose ambos en un dulce pero a la vez apasionado beso.
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