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Día 1: "Cobarde."

Solo han pasado unas horas desde que Usopp cayó en la isla y Chihiro y Heracles lo "recibieron". Chihiro se encontraba algo rara, tenía la cabeza baja y juntaba sus 2 dedos, su padre no pudo evitar notar esto:

-Hey, Chihiro'n, ¿Pasa algo? -dijo caminando.

Chihiro negó con la cabeza. Heracles suspiró, simplemente no sabía si insistir ó dejarla en paz, si tan solo pudiera leer la mente y saber que pasa por la cabeza de la rubia.

-¿Te sientes mal? -Decidió insistir un poco.

Volvió a negar pero esta vez habló.

-Me siento algo "rara". -dijo mirando hacía adelante.

-¿Rara? ¿Te sientes mal? -preguntó un poco asustado.

-No, me siento felíz. -Pausó un poco, Heracles no entendió hasta que volvió a hablar. -Pero... también me siento triste, nerviosa, entusiasmada, al pensar en ése chico. -dijo seria.

Su comportamiento preocupó a su padre, hace cuantos años que no veía a Chihiro seria, ¿10 años? Simplemente no podía comprender a su hija.

-Quizá sea solo hambre. -dijo Heracles. -Yo... buscaré a esa mariquita a la que derroté. -dijo y se fue por un camino.

Chihiro se sentó en el piso con las piernas cruzadas, ella sabía muy bien lo que quería, ella quería que el chico se despertara, poder hablar con él, preguntarle sobre el mundo de allá afuera, si las nubes podían ser de diferentes colores en vez del color plateado, si desde afuera se veía el atardecer, si sentía sal en su lengua al viajar en barco, tantas preguntas tenía esta chica.

Empezó a recordar su deseo de ir afuera, de como comenzó. Fue una tarde, estaba en esa isla, la luna estaba por subir y su padre prendió una fogata, mientras que Chihiro reposaba su cabeza sobre las piernas de su madre y ésta acariciaba su cabellera.

-Heracles-san, no se preocupe en demasía, ya van tantas cosas que ha hecho por mí... Me siento mal.

-¡Para nada! ¡Mi deber es proteger a la princesa del reino White Garden, Mariela'n!

-Pero ya no estamos en ese reino, Heracles-san usted puede hacer lo que quiera.

-Mami, ¿Qué es el mar? -preguntó de repente la rubia pequeña.

-Todo lo que rodea esta isla es el mar, Chihiro, desde su espuma blanca, hasta sus colores carmesí en el atardecer para volverse plateada en la luna. -respondió tranquila su madre.

-¿Cambia de colores? -preguntó parándose.

-El cielo es el que cambia toda la vida de colores, Chihiro-chan. Los colores son lo que dan vida a las personas.

Sukee! ¡Yo quiero ver esos colores! -dijo emocionada.

-Dicen que en lo profundo del mar hay un collar que te muestra cualquier color. -Agregó Heracles.

Chihiro volteó.

-¿¡Cualquier color!? -preguntó aun más emocionada.

-Desde el blanco hasta los colores de la belleza, de la tristeza etcétera. -dijo frotando sus manos sobre una varita.

-¡Mamá yo quiero ese collar! -dijo Chihiro.

-¡Eso es muy bueno Chihiro! ¡Para eso tendrás que tener un barco y en eso saborearás el salado viento del mar!

A la niña se le iluminaron los ojos y saltó.

-¡Encontraré ese tesoro! -gritó.

Su madre rió mientras asentía.

La nostalgia la invadió y una lágrima iba a salir, la rubia pronto apretó sus puños, una palabra resonaba sobre su cabeza.

"No seas cobarde" -agachó la cabeza intentando no pensar en eso.

Se percató de que había movimiento, levantó la cabeza viendo a el chico despertando poco a poco, Chihiro sonrió y se acercó más y más al punto de chocar con su larga nariz. El chico al abrir los ojos completamente contempló dos ojos azules enormes mirándolo de muy cerca, se quedo inmovilizado por unos segundos y Chihiro se alejó unos centímetros y saco su lengua mientras sonreía.

El chico se alejó apresurado con cierto rubor pese a la distancia tan corta que estaban, y observó con claridad a la chica con la que estaba actuando anteriormente.

Rubia con dos coletas que le llegan a sus tobillos , ojos azules enormes, flaca y composición pequeña. De acuerdo a la sabiduría de aquel chico, tenía unos quince años la chica.

Por otro lado, la rubia no habló y solo miró a su próximamente mejor amigo, tez morena, pelo chino, algo flaco, ojos color ébano, pero lo que la divertía era su larga nariz.

-Hola. -dijo Chihiro saludando a su acompañante.

-¡No me vengas con tus holas! -respondió el otro asustado. -¿¡Qué es éste lugar!?

La chica sonrió mas alegre y con una mirada coqueta (involuntariamente) se volvió a acercar al chico nariz a nariz haciendo que éste tiemble.

-Si hablas. -la chica sonrió dando un suspiro.

-P-pero claro que hablo... -dijo ya calmado, o al menos más que antes, lo rojo de su rostro lo pasó a sus mejillas. -¡Ése no es el punto! -dijo volviendo a su paranoia.

La chica rió y se levantó.

-Ésta es una isla algo peligrosa ¿Qué te trae por aquí? -dijo dándole la espalda al moreno.

-Hasta hace unas horas estaba con los chicos y... ¡Chicos! -Usopp gritó haciendo que Chihiro se diera la vuelta rápidamente. -¿¡Dónde están!?

-¿Quienes? -dijo Chihiro con preocupación.

-Ay no, ¡Luffy! ¡Zoro! ¡Nami! -el chico corrió gritando. -¡Sanji! ¡Robin! ¡Franky! ¡Brook! ¡Chopper!

La chica flotó sobre él para situarse en frente de este y pararlo.

-¡No están aquí, chico raro! -dijo algo tímida. Usopp la miró con ojos quebrados. -Solo llegaste tú.

Usopp se dejó caer de rodillas, su mirada estaba pérdida y una lágrima rozó su mejilla.

-Chicos...-susurró mientras su nariz se tornaba mocosa y sus lágrimas brotaron de ambos ojos, él dio un golpe al suelo y se maldijo.

Chihiro lo miró confundida, jugó con sus manos, no había sentido esta clase de sentimientos, no había visto a nadie en las condiciones en que las del chico estaba, la chica acomodó un mechón suyo detrás de su oreja.

De repente el suelo empezó a moverse bruscamente, haciendo que el moreno levantará con la mirada confundida, aún con las lágrimas.

-¡Ven! -la rubia tomó de la mano a el nariz larga y empezó a correr en dirección contraria hacia donde Usopp corría hace unos segundos.

-¡O-oye! ¿¡Qué está pasando!? -dijo quitándose las lágrimas y poner más atención a la situación.

-¡No sé cual es tu situación pero caíste en una isla muy peligrosa! -dijo la rubia corriendo, hasta que notó el árbol el cual había estado buscando. -¡Nariz larga-san, sujetese muy bien! -le gritó.

El moreno asintió y se agarró del árbol abrazándolo fuertemente.

Ya cuando todo había pasado se notaba muy preocupado.

-¿¡Qué es este lugar!? -gritó algo asustado. La rubia hizo caso omiso a lo que el moreno le gritó y lo empezó a observar, su cabello, sus ojos, su vestimenta, su cuerpo. -¿¡Qué haces!? -dijo este agarrándola de los hombros.

-Examinándote, tontito. -ésta esbozó una sonrisa. -Soy Chihiro, ¿Cuál es tu nombre?

-U-Usopp... -dijo extrañado.

-Me caes bien, Usopp. -esta sonrió mas.

Usopp la soltó poco a poco y la examinó ahora él a ella. Cabello rubio largo, una blusa roja arriba de sus ombligo, un jumpsuit de color azul marino y unos tenis.

Enseguida a el moreno se le ocurrió usar sus poderes de "atracción" para ganarse a la rubia.

-Y, ¿Qué hace una chica tan guapa como tú en un lugar como este? -dijo coqueto... "coqueto" recargando su codo en el árbol.

-Pues, vivo aquí con mi padre, y nos ganamos la vida en este lugar. -dijo Chihiro sin darse cuenta de las intenciones de Usopp.

-¿A sí? -dijo presumiendo lo que él llama músculos. -¿ Y tienes novio?

-No estoy interesada en esas cosas. -dijo sonriente haciendo que Usopp cayera al estilo anime.

-¿Ah no? -dijo reincorporándose.

-Nop, ¡Yo solo quiero un amigo! -dijo optimista.

-Niña, esos se consiguen en donde sea. -dijo Usopp extrañado.

Chihiro lo miró y su mirada bajó.

-Tal vez en otras islas, en otros mares o en otras personas, porqué de allá a donde estoy... Nunca tuve un amigo. -cruzó sus brazos por detrás en su espalda.

-Y-yo lo siento. -dijo Usopp incómodo.

-¡Está bien! No me siento mal ni nada, -dijo sonriente. -¿Qué te trae por aquí, chico Usopp? -dijo colocando sus puños en sus caderas.

-Me gustaría estar aquí pero.... -Usopp volteó a ver detrás de ella y se encontró una araña gigante observándolos. -Chi...chi... chi...

-¿Usopp? -Chihiro se fijó que miraba por detrás de ella, y al hacerlo poco a poco miró a la araña negra, peluda y intimidante.

-¡Chihiro, hay una araña! -gritó espantándole.

La araña era la mas peligrosa de toda la isla, ni siquiera el padre de la chica podía vencerle, por lo tanto Chihiro tembló.

-¡Usopp corre! -gritó y los dos empezaron a hacer la acción. -¡No entiendo! ¡Esa cosa no sale hasta dos meses más!

-¿¡Y porqué salió antes!? -Usopp hiperventilö.

-¡Papá! -gritó la rubia.

-¡Papá de Chihiro! -lloró Usopp.

-¡Heracles'n viene a su rescate!

...




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