El auto era acogedor, de forro crema y alfombra oscura. La ventana permitía al joven peliplata observar el paisaje mientras su castaño amigo manejaba tranquilo, en dirección a un campamento familiar.

Increíblemente todo estaba bien.

-¿Esta cómodo sempai? - preguntó de pronto el conductor de ojos grandes a su compañero en la parte trasera.

-Me hicieron salir de casa y levantarme temprano para ir a un lugar que no quiero. Creo que estoy regular. - contestó sarcástico, haciendo reír a su interlocutor.

-¡Oh vamos! Sera divertido o dejo de llamarme Tenzō.

El albino rodó los ojos para regresar su vista a la ventana.

De nombre Kakashi Hatake, ese piel nácar era uno de los mayores prodigios de su generación, destacando tanto intelectual como físicamente por su observador intelecto y atractiva fisonomía.

Solía participar en concursos de habilidad hasta hace unos meses en que el fallecimiento de su padre lo convirtió en una persona cerrada, después de todo, era su única familia sanguínea.

Sus amigos, intentando ayudarlo, hacían lo imposible por sacarlo de ese aislamiento voluntario.

Uno de estos amigos era precisamente Tenzō, de cabello pardo y exuberantes orbes negros, quien se preocupaba más que cualquier otro, atrás solamente del mejor amigo del chico.

-Creo que no has visto el mensaje de bienvenida que grabaron para ti. - intentó mantener platica, obteniendo una mirada vaga.

-No, creo que no.

-¿Qué tal si lo vemos? Bueno, yo lo escucharía, estoy al volante. - bromeó con la vana esperanza de escuchar alguna risa, cosa que obviamente no sucedió.

-Ahora lo pongo.

Diciendo esto, el platino saco un celular de su bolsillo, abriendo uno de los tantos mensajes que jamás se ocupaba en contestar.

Muchas veces trato de que se olvidaran de él, ignorando a medio mundo, siendo creído e incluso pasando de largo, pero ellos jamás lo dejaron. Por esta razón, aunque le fuese complicado, Kakashi los quería como su vida misma y trataba de agradecerles.

Con esta idea, reprodujo sin mucho entusiasmo el vídeo mensaje de sus compatriotas, quienes lo saludaban amenamente.

En la grabación se apreciaban un sonriente mentor rubio de ojos azules, un fumador, un pelinegro y dos bellas mujeres. Los únicos humanos a los que el Hatake acepto seguir frecuentando.

-¡Hola Kakashi kun! Nos alegra mucho que decidieras venir al lago.- comenzó a platicar el más alto, Minato Namikaze.

-¡Hace tiempo que no peleas conmigo Kakashi! ¡Debes tener una juventud fatal! ¡Te estas oxidando! - gritó apareciendo en escena un tipo extraño de mallas verdes, corte cascado que respondía al nombre de Maito Guy.

-Sí, sin ti no hay con quien discutir y se vuelve aburrido.

-¡Anko! ¡Deja por lo menos que llegue al campamento!- regañó a la anterior una pelinegra de ojos rojos, Yūhi Kurenai.

-Asuma dile a tu novia que no me grite, solo a ti te hace caso. - se quejó la pelimorada con el ultimo sujeto, un moreno que se entretenía con su eterno cigarro y casi se atraganta al oírla.

El resto de la cinta se centraba en los cuatro menores peleando mientras el pobre maestro de cabellos dorados intentaba separarlos sin mucho éxito.

Kakashi sonrió bajo el cubre bocas que siempre llevaba, pensando en lo locos que estaban sus amigos cuando el coche frenó sin antelación, dándole un buen susto.

-Tenzō, ¿Estas bien? ¿Qué pasa?

Indagó a su compañero para luego quedarse petrificado al levantar la vista.

Apuntando a la cien del ojinegro con una pistola, un hombre ataviado de capa oscura y con el rostro cubierto por una extraña mascara anaranjada en espiral permanecía de pie, peligrosamente cerca.

De pronto su atención cambio de lugar, mirando al Hatake de manera lasciva a través del único orificio en su accesorio, mientras los que parecían ser subordinados rodeaban el vehículo.

-Bajen del auto.

Lo lamento mucho, pero mi mente no da para una introducción más decente xd. Supongo que el desarrollo valdrá la pena ya que tendré más tiempo :)

Cumplí mi palabra. Hora de publicación 11:59 de la noche.