Capítulo 12. Si eres asesino, lo eres y punto
~Pasado~
Me alivió el saber que mi carta había sido entregada a mi destinatario exitosamente.
Mataron al mensajero lastimosamente y Aaron se enteró, y Raiden se enteró.
Y ambos me gritaron pero no me importó, después les relajó saber que Italia haría una confrontación muy pronto, eso significaba reunión del consejo, eso significaba acabar con ellos al fin.
Pero entonces una cosa se complicó: Josh.
Sabía que me había estado siguiendo gracias a un informante de Raiden y que miraba a altas horas de la noche la academia por fuera.
—¿Quieres que me encargue de él? —Había dicho Raiden cuando me lo contó. Negué, no lo podía matar así como así, quizá solo quería verme y saber que estaba bien.
—Yo lo haré, la duda que tengo es, ¿como sabía que estaba aquí? —dije y Raiden se encogió de hombros.
—Sal y plática con él. Ahora sabes que merodea afuera de tres a cuatro de la mañana. Hazte cargo, no quiero que Aaron se entere de esto, ¿oíste? —ordenó y asentí antes de salir de su dormitorio para correr al mío.
Josh, Josh, Josh, ¿qué es lo que buscas exactamente?
Entonces esa noche esperé pacientemente antes ponerme una sudadera y salir a hurtadillas del edificio.
Vi en seguida a un sujeto encapuchado que dió media vuelta cuando me miró salir, corrí a su alcance, inclusive salí con una llave que me había dado Raiden y apresuré el paso.
—¡Ey! —le llamé pero ni se giró hasta que dobló a una calle solitaria no me detuve.
Ya no estaba, al parecer era un callejón sin salida, pero ¿Dónde se habria metido?
Entonces alguien me tomó por detrás, cubrió mi boca y me inmovilizó.
—¿Por qué me sigues? —preguntó mi atacante y reconocí su voz, era él.
—¿Por qué fisgoneas la escuela... Josh? —inquirí y eso bastó para me soltara.
—Sky, ¿que haces aquí? —Se veía sorprendido y confuso.
—Yo debería hacerte esa pregunta.
Josh se quitó la capucha y su cabello castaño brilló con la luz de la luna.
—¿Cómo me diste conmigo? —quise saber.
—Sé que alguien de esa escuela mató a Patrick, lo sé —soltó y enarqué la ceja.
—¿Y eso qué? Deberías estar aliviado de que esté muerto, era un abusivo, un ladrón y un...
—¡Era mi padre Sky! —gritó furioso y me congelé en mi lugar. Bien, eso no estaba en ningún informe, de hecho nadie de nosotros le había tomado mucha importancia a investigar a fondo a Patrick o a Josh ya que no eran importantes, error.
—Me estás tomando el pelo, ¿Por qué nunca me lo dijiste?
—Era un bastardo, él nunca me quiso y ordenó jamás decirle a nadie. Pero eso no quita el hecho de que fuera mi padre.
—¿Y qué? ¿Buscas vengarlo o algo así? —No pude evitar que mi voz sonara burlesca, y él se enfadó.
—Mas bien, ¿Qué haces en ese lugar Sky? Él murió después de que te llevaron a ti, sabes quién lo mató y me lo dirás —afirmó y negué.
—Eso me recuerda vagamente de que tú me abandonaste con él, me torturó e iba a matarme —espeté mirándolo mal—. ¡Y tú no ibas a hacer nada! ¿¡No ibas a detenerlo!?
Josh por primera vez se vio algo culpable aunque después sacudió la cabeza, —Él no me dejó acercarme, me encerraron y...
—Quería las malditas joyas, te dije que me las habían quitado, ¿Porqué no hablaste y me apoyaste? ¿O es que ni tú me creíste?
—Te creí pero...
—Y si estabas encerrado según tu, ¿cómo sabes que me rescató alguien de la escuela y nos seguiste? —observé.
—Dime quién lo mató y ahorrémonos todo esto —advirtió y su semblante se puso serio.
Yo retrocedí y palpé la navaja que había metido en la espalda de mis vaqueros antes de salir.
—Yo lo maté Josh. Fue en defensa propia sabes eso, sabes que era malo —declaré y negó sacando otra navaja.
—Nunca te lo perdonaré Sky. En serio te creía mi amiga.
—Bueno, ya somos dos —susurré antes de esquivar su ataque. Rodé en el suelo y le encajé la navaja en la espalda haciendo que soltara un quejido, la saqué para después enterrarla en su cuello matándolo.
Bien, de todos los escenarios que creí posibles, este jamás se hubiera ocurrido. Debía decirle a Raiden cuánto antes.
—¿Sky estás bien? —Esa voz me petrificó cuando estaba de rodillas limpiando mi navaja en el suéter de Josh y me giré lentamente. Era Tomas.
—¿Qué haces aquí? —hablé poniéndome de pie. Esa pregunta me había salido por inercia, pero vamos ya sabía que él me espiaba.
—No podía dormir y salí a dar un paseo y te vi.
—Y me seguiste —afirmé.
Tomas no respondió a eso, sino que se asomó a un lado de mi cuerpo al que yo estaba cubriendo.
—¿Por qué lo mataste?
—Me iba a matar primero —justifiqué y por primera vez lo ví sonreír ampliamente.
—Entiendo, ¿te ayudo con el cuerpo?
Yo miré al cuerpo de Josh, luego a Tomas y viceversa antes de aceptar con la cabeza.
—¿Puedes con él solo? Debo ir a cersiorarme de que nadie vio —pedí, aunque en realidad iba a avisarle a Raiden.
—Claro, te veo en el sótano, ¿bien?
Asentí y corrí de vuelta antes de volverme silenciosa por los pasillos. Había un velador, pero estaba comprado por Aaron así que no había de que preocuparse mucho por él.
Cuando Raiden abrió yo entré en seguida y le expliqué todo.
—Vaya, así que al final lo terminaste matando —comentó y lo fulminé.
—¿Qué hacemos con Tomas?
—Es obvio, debes asesinarlo también. Es un cabo suelto, además es un psicópata obsesionado contigo, algún día intentará hacerte daño.
Genial, según yo iba a dormir genial hoy, ahora debía matar a dos chicos, bueno a uno.
—Iré al sótano y dependiendo de cómo lo vea, decidiré si lo mato a no —dije antes de salir con él detrás mío.
Cuando llegamos al principio de las escaleras Raiden se detuvo, —Ve, cualquier cosa me quedaré aquí.
Bajé brincando los escalones de dos en dos y cuando llegué, Tomas le estaba sacando los ojos y le había cortado los dedos. Me dieron arcadas pero logré controlarme.
—¿Qué estás haciendo? —Mi voz lo hizo girarse para sonreírme y echar los ojos y dedos en una bolsa de plástico.
—Le quito partes con las que la policía podría identificarlo —explicó—. Si me permites decir, no creí que pudieras hacer algo así, creo que tenemos más cosas en común de las que pensé.
No tanto así, pero bueno.
—¿Cosas en común? —repetí, confusa—. Creo que no tenemos cosas de en común realmente, esto no lo hice por placer —aclaré pero no dejó de sonreírme.
—En el fondo, estoy seguro de que podría gustarte matar Sky.
—¿Por eso me mandas recados diciendo que eres mi admirador? —cuestioné y por primera vez lo ví sorprendido.
—¿Cómo lo sabes?
—No eres discreto Miller.
Tomas se empezó a acercar a mí con lentitud,
—Confía en mí, lo soy. Al parecer tú eres más lista que yo.
Sonreí, —Soy más lista que todos. Soy más lista que tú, que Alex, que Jack, que Ryuu, que Nikolai... —Me acerqué yo a él esta vez y tomé su mano ensangrentada—. Eres un acosador y estás obsesionado conmigo, pero no es más que un efecto del síndrome psicópata que tienes.
—¿Tú qué sabes de mi síndrome?
—Ya te lo dije, soy más lista que todos. Y también sé, que cuando te des cuenta de que nunca te corresponderé querrás matarme a mí y a los demás que estén conmigo —aseguré.
—No sabes todo lo que haría por ti Sky —susurró acercando su rostro al mío, pero yo con un rápido movimiento encajé mi navaja en su cuello haciendo que se ahogara cayera al suelo muerto.
—Sé lo que harías, por eso es mejor matarte ahora —le dije aunque ya no pudiera oírme.
Después salí del sótano y miré a Raiden, quien esperaba paciente.
Un cruce de miradas bastó para hacerle entender que ya estaba hecho.
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