Elisa se levanto a las nueve de la mañana, hoy era sábado así que no tenia que ir a la revista, desayuno y saco a Coper a pasear al parque, después decidió ir al gimnasio a nadar un poco. Al salir llamo a Ana y Elena para invitarlas a almorzar y ellas aceptaron

Comieron en un restaurante italiano y después se tomaron un café en la terraza de enfrente de la casa de Elisa.  Platicaron todo el tiempo de la borrachera de Elisa, de la cara que se le quedo a Ángel y del susto que se pegaron todos cuando vieron que ella no estaba en casa.  Elisa les contó algunas cosas  pero decidió no decir nada acerca de Cesar ni de la situación tan bochornosa que vivió.

-Oye ¿Por qué no vamos de compras? –Elena se levanto de repente de su asiento

-Si, comprémonos los vestidos para esta noche – Ana miro a Elisa esperando su aprobación

-Claro –Ella se levanto y juntas caminaron hacia el centro en busca de sus vestidos

Eran casi las seis de la tarde cuando Elisa llego a casa con su vestido nuevo, rápidamente lo dejo encima de la cama con cuidado y llamo a Coper.  Le puso su correa y salieron al parque, no olvidaba que Mara les estaría esperando.

-¡Coper! –La pequeña salio corriendo desde los columpios hacia el perro y Elisa soltó la correa para que el fuera con ella

-Hola –se acerco a Sara y le dio dos besos -¿Qué tal estas?

-Cansada –Sara le sonrió –acabo de llegar de trabajar y Mara no me ha dejado ni cambiarme, quería venir a ver a Coper

-Se han cogido mucho cariño –Elisa observaba a su perro y a la niña jugar y se preguntaba si algún día ella tendría una niña

Charlaron durante casi dos horas hasta que Elisa se dio cuenta de que llegaría tarde, se despidió de Mara y su madre y se fue con Coper a casa.  Se ducho relajadamente y después se puso su hermoso vestido, un vestido largo y rojo, de tirantes y escote cuadrado que se ajustaba a su cuerpo resaltando su figura.  El pelo se lo dejo suelto rizando algunos mechones y alisando otros, después se maquillo con sombra clara y algo de rimel y le dio un toque sensual a sus labios con brillo. Buscando en su joyero encontró unos pendientes que su madre le había regalado por su cumpleaños, eran finos y largos, con pequeños diamantes incrustados, le daban un toque elegante al vestido

Cuando llego al aparcamiento del puerto se encontró con Ana y Elena y juntas entraron al crucero, saludando al capitán y entregándole las invitaciones.

Eran un barco grande y precioso, la cubierta estaba adornada con guirnaldas doradas y algunos globos del mismo color, pequeñas luces alumbraban todo el suelo y los camareros vestidos de blanco paseaban con sus bandejas llenas de copas. 

Al entrar en la cubierta del barco vieron inmediatamente a David, Pablo y Ángel, los tres estaban vestidos con trajes negros y camisa blanca, se veían muy guapos. Ángel miro a Elisa y le sonrió, las tres se acercaron y les saludaron, después tomaron unas copas y empezaron a charlar animadamente.

-Fue una gran idea celebrar el aniversario de la empresa en un lugar como este –Pablo admiraba el barco -¿De quien fue la idea?

-De Elisa –Ángel contesto sonriendo y mirando a su mujer –A ella se le ocurrió que quedaría original y elegante y no se ha equivocado

-No me extraña, siempre ha tenido muy buenas ideas –Pablo abrazo a Elisa y ella le sonrió con cariño -¿Y permaneceremos en el puerto o zarparemos?

-El barco zarpara y se alejara unos cuantos kilómetros del puerto –Elisa era la que respondía en esta ocasión –Para que podamos observar la ciudad desde el mar y después de la cena salgamos a cubierta a ver los cohetes que serán lanzados desde la azotea de Q10

-¿Eso tambien se te ocurrió a ti? –Pablo dio dos pasos atrás y puso cara de suplica –Por favor regresa a trabajar para mi

Todos comenzaron a reír incluida Elisa, Ana agarro a pablo del brazo y le miro divertida

-De eso nada –levanto un dedo como si le estuviera regañando –ella es dueña de su propia revista, no tiene que trabajar para nadie

-¿Elisa? –justo en ese instante una mujer les interrumpió, a Elisa le sonaba su voz y cuando se giro vio a Sara

-Sara, ¿Qué estas haciendo tu aquí? –Se acerco y le dio dos besos

-Mi hermano es amigo del capitán del barco y nos consiguió unas invitaciones –Sara sonreía, no esperaba encontrase a Elisa allí, entonces se fijo en el hombre que las miraba atento y supo que ese era Ángel

-¿Os consiguió? ¿Quieres decir que tu hermano esta aquí? –Esto no podía estar pasando, Elisa empezó a ponerse nerviosa, aunque no le dio tiempo porque Cesar apareció en seguida como si le hubieran llamado

-Si estoy aquí – El se acerco sonriendo y la miro de arriba a bajo –Vaya estas preciosa, aunque prefiero verte con mi camiseta –Elisa se puso roja y Sara se dio cuenta

-Cesar – Sara empujo a su hermano para que el se callara y el solo sonrió

-Perdón ¿os conocéis? –Elena pregunto a Elisa con mucha curiosidad, era raro que su amiga no le hubiera hablado de el, aunque todos estaban pendientes de la respuesta y mas Ángel que vio como su esposa se sonrojaba

-Claro –Cesar se apresuro a contestar –Somos buenos amigos

-¿Desde cuando? –Elisa le pregunto confundida, apenas habian cruzado unas palabras

-Desde que dormiste en mi casa con mi camiseta, bueno mas bien desde que entraste en mi casa a las cuatro de la mañana borracha saludándome muy. . . animada –Elisa se puso aun mas roja de lo que estaba, todos la miraron rápidamente y Sara agarro a su hermano del brazo tirando de el.

Elisa pensó en algo con lo que contra atacar, ese creído se estaba burlando de ella, y no se lo iba a permitir –Pues no haberme abierto la puerta y técnicamente dormí en la casa de tu hermana, en el sofá de tu hermana y con la camiseta que tu hermana me dio. No es culpa mía si te gusta desayunar observando atentamente como duerme una chica.

Sara abrió los ojos con desmesura, Elisa era de armas tomar, pero su hermano era muy cabezón y si se proponía molestarla esto llegaría muy lejos.  Antes de que Cesar contestara, tiro de su hermano y se disculpo con los demás.

-Perdonad, tenemos que ir a saludar a alguien –Miro a Elisa y le pidió perdón con la mirada, se alejaron mientras Cesar la miraba y sonreía

-Egocéntrico, creído, imbecil –Elisa dejo escapar por su boca lo que estaba pensando en ese momento y todos la miraron sorprendidos, aunque Ana y Elena se reían, conocían a su amiga como para saber que le gustaba ese hombre. Elisa termino su copa de un trago y después se giro hacia sus amigos –Disculpadme – se marcho con paso decidido al interior del barco

Elisa se llevo un buen rato paseando por la cubierta mientras los demás ya estaban en el interior, sentados en el salón esperando la cena.  Justo cuando ella se disponía a entrar, se encontró con sus suegros y sus padres.

-Elisa preciosa –Tania la abrazo y le dio dos besos –Estas muy guapa, apenas nos hemos visto, tenemos que quedar

-Claro Tania, cuando quieras –a pesar de que ya no vivía con Ángel su suegra la seguía tratando exactamente igual

-Hija –Su madre la miro con desaprobación, no le gustaba la ropa que usaba –Me alegra que estés aquí, tu lugar esta junto a tu marido. Pero deberías regresar ya a tu casa a vivir, junto a el.

-Mama no te preocupes –Elisa sonrió –viva con Ángel o viva sola, a ti no te faltara dinero para seguir pegándote la gran vida, así que déjame vivir y no te metas en lo que no te importa –Dicho esto entro al interior del barco y dejo a todos mirando a Cloe

Cesar había salido a tomar el aire y presencio toda la escena, Elisa le gustaba bastante, pero al ver como se enfrentaba a su madre y con la decisión con la que llevaba su vida, algo dentro de el se despertó. 

La cena paso sin incidente alguno, cenaron tranquilamente y charlaron, escucharon el discurso de Ángel, felicitando a todos sus trabajadores.  Después del postre y del café, todos salieron de nuevo a cubierta, había música para que bailaran y se había dispuesto una barra donde preparaban cócteles, Elisa pidió un daikiri y cuando pusieron salsa invito a Pablo a bailar. Ana no paraba de reír al ver a su novio bailando con Elisa, lo cierto es que el no lo hacia nada mal, iba a tener que aprender salsa.

Elisa decidió relajarse un poco y camino hacia el otro lado de la cubierta donde no había nadie, estaba observando el agua cuando sintió a alguien a su lado.

-Sinceramente te prefiero en ropa interior –Cesar la miraba y se mordía el labio

-Pues lo siento –Elisa le sonrió –dudo que tengas la oportunidad de volver a verme sin ropa

-Bueno, la próxima vez que te emborraches con mi hermana, podemos compartir la cama –el comenzó a reír – el sofá debe de ser muy incomodo

-No te preocupes prefiero dormir sola –ella le miro de pies a cabeza, lo cierto es que era muy atractivo –Prefiero dormir sola que mal acompañada

-¿Tan mala te resulta mi compañía? –El la arrincono contra la barandilla del barco –aquí empieza ha hacer calor, no nos vendría mal un chapuzón

-¿Qué dices? quítate de encima ahora mismo –Elisa trato de empujarle pero el era muy fuerte, el le atrapo un brazo con su mano y ella trato de pisarle para que se moviera, pero en ese momento perdió estabilidad.

A partir de ahí todo paso muy rápido, Elisa sintió que caía hacia delante y para no toparse con Cesar se impulso hacia atrás, pero demasiado fuerte, sobrepaso la baranda y el al ver que ella caía trato  de agarrarla por la cintura y termino resbalando encima de ella.  Justo en ese instante Ana se preguntaba donde estaría su amiga y miro hacia ellos, vio como Cesar y Elisa caían por la borda y pego un grito.

-¡Dios! –Señalo a la borda -¡Elisa a caído al agua! –Cuando ella grito todos corrieron hacia el lugar, Ángel el primero

-¡Hombre al agua! –Un marinero dio el aviso y rápidamente lanzaron los salvavidas para que se agarraran -¡¿Están bien?!

-¡Si! ¡Tiren ya de las cuerdas! –Todos ayudaron a subir los salvavidas con las dos personas, poco a poco

Cuando se acercaron a la parte superior del barco Sara vio la cara de su hermano y supo que el era el culpable de lo que había pasado.

Elisa llego la primera a cubierta, estaba completamente empapada, todos se acercaron a preguntarle como estaba.  Ella tenia frió, pero sobre todo estaba molesta, que cayera por la borda era culpa de Cesar.  Se levanto sin decir palabra y se giro para verle todo empapado mirándola.  Ella no dijo nada simplemente se descalzo y con los zapatos en la mano camino hacia el interior del barco.

-¡Espera! –Cesar trato de seguirla pero Ángel se interpuso

-No te atrevas a seguir a mi mujer –le miro a los ojos con rabia

-¿Y quien me lo va a impedir? –Cesar se acerco a Ángel cerrando los puños -¿Tu?

-¡Ya basta! –Sara cogio a su hermano del brazo y tiro de el –Perdón por lo sucedido, no queríamos causar molestias

Se alejaron hacia el otro lado del barco y David puso una mano en el hombro de su amigo para clamarle, Ana, Elena y Pablo aun observaban a Ángel.  Se le veía la rabia en los ojos, por un momento pensaron que lo iba a matar.

 COMO EL CAPITULO ANTERIOR FUE CORTITO SUBI ESTE EN SEGUIDA, ESPERO QUE OS GUSTE

OS DEJO UNA FOTO DE ELISA EN LA FIESTA DEL CRUCERO