Capitulo 24; Decisiones
El martes Elisa regreso a casa cuando todos estaban desayunando, les saludo y subió a su habitación a ducharse, después bajo y les comunico su decisión. Ya había pasado demasiado tiempo la revista sin vigilancia, tenían que regresar y volver al trabajo. Ángel se puso feliz, eso significaba que ella no volvería a ver a Marcos y las chicas la miraron con sorpresa. Arreglaron todo para partir el jueves en la mañana, Elisa preparo el pasaporte de Coper, esta vez se lo llevaría con ella y arreglo los papeles de su coche que llegaría a su destino un día después que ella.
Llamo a Marcos por teléfono y le dijo que debían hablar, el no pareció muy sorprendido ya esperaba que eso ocurriera, quedaron para pasar la tarde juntos surfeando y después el la invitaría a cenar, ella estuvo de acuerdo. Almorzó con todos y les explico a las chicas su decisión, cosa que no les hizo mucha gracia. Después subió a su habitación y se puso el biquini y su pareo, metió en una bolsa la ropa para salir en la noche, escogió un vestido veraniego, mas bien largo, negro y blanco y de escote de palabra de honor, complementado con unos taconazos de color negro.
Cuando llamaron al timbre, Ángel se levanto del sillón y fue a abrir, las chicas se estaban cambiando para ir a la playa y David estaba en la cocina.
-¿Tu? –A Ángel le sorprendió ver a Marcos allí
-Si yo –el le sonrió -¿Y Elisa?
-Se esta cambiando, vamos a ir todos a la playa –Ángel lo dijo con intención de molestar a Marcos pero vio como este reía
-Ya estoy lista –Elisa bajaba rápidamente las escaleras con su pareo amarrado alrededor del cuerpo y la bolsa con la ropa en la mano –Voy por la tabla
-Espera yo la cojo –Marcos paso por el lado de Ángel sonriendo, saludo a David que les miraba atento y se dirigió a la terraza, después cogio la tabla –Pues todo listo, vamonos preciosa
-¡Elena! ¡Ana! ¡Me largo! –Elisa gritaba a sus amigas, que estaban en el piso de arriba
-¡Pásatelo bien! –Ana asomo la cabeza por el barandas de la escalera sonriendo
-¡Mas te vale cuidarla Marcos! –Elena gritaba riendo desde la habitación
-¡Os la devolveré sana y salva, no os preocupéis! –Marcos tambien reía
Juntos salieron de la casa y montaron en el coche de Marcos, para ir a la playa Nada mas llegar se lanzaron al agua, había unas olas estupendas para surfear y se lo estaban pasando genial. A las dos horas Elisa salio del agua y se sentó en la orilla, Marcos la siguió y se sentó a su lado, sabia que había llegado la hora de hablar.
-Marcos yo. . . -Elisa no sabia como empezar a explicarse
-No es necesario que digas nada –El la abrazo y la atrajo asta si –Solo déjame disfrutar de este ultimo día juntos, de este día para nosotros solos.
-Lo siento –Las lagrimas descendían de los ojos de ella –Yo te quiero
-Pero no como a tu marido –el le limpio las lagrimas con su pulgar y le acaricio la cara, para seguir por el cuello, después se acerco lentamente a ella y la beso despacio, saboreando sus labios –No necesito ninguna explicación, solo quiero pasar con tigo estos últimos momentos
-Jamás te olvidare Marcos –Ella le miro a los ojos y le tomo la cara con sus manos, después se acerco a el y fue ella la que acorto la distancia y poso sus labios sobre los de el –Jamás
Elisa se ducho en casa de Marcos y se arreglo para salir, el la miraba de arriba abajo cuando entraban en el restaurante, era la mujer mas hermosa que jamás había conocido
Cenaron recordando buenos momentos y después Marcos le dijo que le tenia una pequeña sorpresa, la llevo a bailar, quería que ella disfrutara de todo lo que solo el podía brindarle, para que no olvidara nunca lo que habian vivido juntos.
Bailaron y bebieron hasta bien entrada la madrugada, eran las dos de la mañana cuando regresaron a la casa de Marcos, hacia mucho calor y salieron a sentarse en la arena de la playa.
-¿Te apetece un baño? –Elisa le sonreía y miraba el mar con una mirada picara
-Porque no –el se levanto y le tendió la mano para ayudarla –Vamos por los bañadores
-Yo no he dicho nada de bañador –Ella le miro a los ojos y se giro camino un poco hacia la orilla y justo antes de llegar al agua, se deshizo de su vestido dejándolo caer suavemente por sus piernas al suelo. Después se introdujo lentamente en el agua.
-Pues sin bañador –el se quito la camisa y se desprendió rápidamente de sus pantalones y sus calzoncillos y la siguió internándose en el agua.
Se acerco a Elisa que miraba la luna sumergida en el mar y la abrazo por detrás
-Te ves preciosa con la luz de la luna –Le susurro al oído y despues comenzó a besarle el cuello mientras ella lanzaba suspiros que hacían que el se excitara rápidamente.
Ella se giro y paso sus manos por el pecho de el, delineando cada músculo, recordando cada línea de su piel, después se acerco a el y le beso en los labios, en el cuello, en los hombros. El le levanto la cara para mirarla a los ojos y la pego a su cuerpo para que ella sintiera la excitación de su miembro, mientras la besaba apasionadamente. Poco a poco la temperatura de sus cuerpos fue subiendo y se abandonaron a las caricias, a los besos, al placer. El la levanto tomándola por la cintura y ella supo de inmediato lo que el pretendía así que rodeo con sus piernas la cadera de el y se abrazo a su espalda, acariciándosela con sus manos, haciendo que el la penetrara muy despacio. Ambos suspiraron de placer al sentir sus cuerpos unidos, juntos se movían a un ritmo acelerado, aumentado con cada embestida. Elisa clavaba sus uñas en la espalda de Marcos y el parecía excitarse mas aun con ello, juntos llegaron al clímax y se abandonaron totalmente al placer de sus cuerpos, suspirando y gritando en medio del mar, a la luz de la luna.
Salieron del agua abrazados, el se coloco sus pantalones y le tendió a Elisa su camisa, los dos se sonreían como si hubiera sido su primera vez. Entraron a la casa, y subieron a la habitación, Marcos se tumbo en la cama y Elisa junto a el apoyada en su pecho.
-Te quiero Elisa –El le levanto la cara y la miro a los ojos –Nunca lo dudes
-Nunca lo are Marcos –Ella le beso tiernamente en los labios y juntos abrazados se quedaron dormidos, seria la ultima noche que pasarían juntos y eso los dos lo sabían
Ángel llamo a la puerta de la habitación de David, eran las cuatro de la mañana, pero el no podía dormir, habian pasado todo el día en la playa, y el no había hecho mas que pensar que su mujer estaba con Marcos.
-¿Qué pasa? –David abrió la puerta bostezando -¿Es que no tienes sueño?
-No puedo dormir –Ángel entro en la habitación malhumorado –Y tu sabes bien por que
-Ángel deja ya de pensar en Elisa y Marcos –David regreso a su cama y se tumbo mirando a su amigo –Ella va a regresar con nosotros ¿no? Pues ya esta
-Si pero no ha venido a dormir –el miraba a su amigo desesperado –esta pasando la noche con ese desgraciado y yo aquí, pensando que estará haciendo
-Se que lo que te voy a decir te va a doler –David miro a los ojos a su amigo –Tu pasabas alguna que otra noche fuera de tu casa, en la cama de Natalia, mientras tu esposa esperaba tu regreso. Ahora te toca a ti esperar, quizás la vida solo te esta devolviendo lo mismo que tu hiciste.
-Tienes razón –Ángel se dirigió hacia la puerta de la habitación –Me merco esto
Ángel camino por el pasillo hacia su habitación y de repente la puerta de Ana se abrió y ella salio mirándolo seriamente.
-¿No puedes dormir? –Ella le miraba irónicamente –Siembra vientos y recogerás tempestades
-No hace falta que me digas nada –El la miro directamente a la cara –Me merezco esto, lo se, yo mismo me he buscado esto.
-De verdad ¿estas arrepentido? –Tenia curiosidad por saber si Ángel sentía de verdad todo lo que le había hecho a su amiga.
-Si, Ana, ojala pudiera regresar el tiempo atrás y darme cuenta a tiempo de que Elisa es la mujer de mi vida, que la amo y que no se que será de mi sin ella –Dicho esto el camino hacia su habitación y ella se quedo mirándole
Elena había estado escuchando todo lo que Ana y Ángel hablaban en el pasillo y solo había una forma de saber si era cierto lo que el había dicho.
Salio de su habitación y toco a la puerta de David, el estaba quedándose dormido cuando oyó su puerta de nuevo, se levanto y abrió con cara de mal humor.
-¿Es que no piensas dejarme dormir? –Elena se quedo mirándolo con los ojos abiertos y comenzó a reír –Oh perdón pensé que eras Ángel
-Ya supongo –ella entro en la habitación de el y se sentó en la cama -¿Ángel esta enamorado de Elisa?
David y Elena, hablaron sobre la situación de sus amigos, lo que cada uno sentía y el futuro que podían tener. Para nadie era un secreto que Elisa no perdonaría fácilmente a Ángel y aun menos olvidaría rápidamente, pero quizás estaban destinados a estar juntos.
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