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Capítulo 24- Lo que pudo ser.

Hideki había ido transmitiendo todo por las pantallas del dirigible, cuando vio lo que pasaría entre Woo Bin y Alexandra, utilizó las imágenes de la balacera para cubrir aquello y se quedó observando lo que sucedía por las cámaras. Apenas percibió que Alexandra no estaba bien, llamó a Nathaniel para que este corriera donde su amiga. Monitoreándolo todo, continuó con el trabajo de desacreditar a las fuerzas policiales, su mente intentaba obviar todo lo que había pasado. Feing Long estaba muerto, Woo Bin era el traidor y Alexandra estaba mal, lo peor era su incapacidad para hacer nada que los ayudase.

—No pensé que Feing Long moriría —comentó Vitrano.

Él había llegado poco antes de que todo el problema se desatara en el almacén y fue quien le propuso a Hideki la oferta de las pantallas gigantes sujetas a dirigibles por todo París. Habían usado un total de doce pantallas, transmitiendo por control de Hideki lo que ocurría dentro del almacén y lo que pasaba en Seattle.

—Yo tampoco —concordó con la voz rasposa. Quería estar con Alexandra, ayudarla, saber qué le sucedía, y sin embargo estaba lejos, con ocupaciones inmensas y una tristeza infinita consumiéndolo —¿Qué sabemos de Dmitri y Viktor? —preguntó, intentando serenarse.

—Los doctores de mi hospital privado ya los están atendiendo, son los mejores, estarán bien —respondió Vitrano con seguridad —Viktor está en el salón de operaciones ahora mismo, pero sé que saldrá vivo.

—Por el bien de ella…eso espero —suspiró Hideki, concentrándose en seguir controlando lo que salía en las pantallas mientras Francis se encargaba de la Interpol y los medios de comunicación.

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Nathaniel había logrado llegar a los hombres y sostuvieron por un largo tiempo una balacera inmisericorde, eventualmente ellos fueron los que ganaron, matando o capturando a los hombres de Woo Bin. Iba dispuesto a buscar a Alexandra cuando un grito sepulcral resonó por el silencio de la casa, segundos después un mensaje de Hideki le había llegado y Nathaniel sintió su sangre helarse.

Feing Long está muerto, corre donde Alexandra.

Ni siquiera fue capaz de procesar cuánto llegó a demorarse en llegar, pero sabía que respirar era complicado y por cada inspiración sentía un ardor desagradable recorrerle. La escena que se encontró fue superior a él, había visto muchas cosas y era difícil impresionarlo, pero aquello parecía una imagen surrealista de algún artista fanático del gore.

Woo Bin se retorcía de dolor en una esquina, llenado de sangre todo, cerca de su cabeza había un abrecartas con lo que sería su ojo ensartado, el escritorio estaba revuelto y lleno de huellas de manos hechas con sangre, había rastros de arrastre por todo el suelo y al lado del cadáver de Feing Long se encontraba Alexandra, doblaba en posición fetal con su cabeza apoyada en el pecho de Feing Long y sangre por todo su alrededor.

Nada le importaba a Nathaniel lo que pasara con Song Woo Bin, cargó a Alexandra en volantas con rapidez, pero con cuidado, no le haría más daño. Corrió, su cuerpo se resentía y el cansancio empezaba a atacarle, pero no se detenía. Vio la impresión de sus hombres al verlo bajar con Alexandra inconsciente y cubierta de sangre a una velocidad estrepitosa, pero no se detuvo a dar órdenes, simplemente ordenó a uno de los hombres afuera que abriera la puerta de su auto. Colocó con cuidado a Alexandra en el asiento del copiloto y se apresuró a subirse al asiento del piloto, el guardia había atinado a cerrar el cinturón de Alexandra, así que de inmediato Nathaniel arrancó, haciendo los neumáticos derrapar sobre el asfalto.

Dos autos lo seguían detrás con sus hombres, por protección, la policía debía de estar cerca, pero ya eso era algo de lo que él se encargaría después. Violando cada ley de tráfico existente sobre velocidad y respeto de las señales y semáforos, Nathaniel condujo como un desquiciado hacia el hospital privado que Viktor tenía, donde lo cuidaban sus médicos exclusivos, los mejores.

Apenas si percibía su entorno, solo le importaba que Alexandra todavía respiraba y que tenía que hacer todo por conseguir que eso permaneciera así. Derrapó frenando con fuerza, se bajó del auto con movimientos veloces y abrió la puerta del copiloto. Sacó a Alexandra del asiento, volviendo a cargarla y se dirigió con ella a la entrada de emergencias del hospital.

—¡AYUDA! —gritó apenas las puertas automáticas se abrieron, mostrando una escena que alarmó a todos. Nathaniel ensangrentado cargando a Alexandra, quien estaba cubierta de sangre de pies a cabeza, totalmente inconsciente.

Los médicos, enfermeras y camilleros inmediatamente tomaron acción, le quitaron a Alexandra de los brazos a Nathaniel, la colocaron en una camilla y corrieron con ella por los diversos pasillos que él desconocía. Nathaniel sentía que su corazón martillaba contra sus costillas, no podía creer que verdaderamente eso estuviera pasando. Un enfermero se acercó a donde él se encontraba y con una expresión amable interrumpió el caminar nervioso de un lado a otro que, sin darse cuenta, él estaba haciendo.

—Perdone, necesito hacerle unas preguntas sobre la paciente —dijo el muchacho.

—Sí, claro —contestó Nataniel, procediendo a responder una serie de preguntas sobre datos personales, por suerte él había sido quién investigó a Alexis en su momento y la base era la misma para ambas.

—¿Es usted familiar? —preguntó serenamente.

—No, soy…un amigo —respondió Nathaniel, pasando sus dedos por debajo de sus lentes y presionando sobre sus párpados, cansado de todo aquello.

—¿Puede explicarme qué paso? —continuó el joven, atendiendo al estado en que se mostraba Nathaniel.

—Explicarle es muy largo, si no tiene heridas de balas entonces no sé qué es lo que la puso así —fue la contundente respuesta del mayor. El enfermero notó que no estaba lidiando con una situación usual.

—¿Hay algo sobre la condición de salud de la paciente que debamos de saber? —consultó el muchacho, sabedor de que no estaban tratando con un simple caso de atropello o algo similar.

—No sé…no sé —repitió Nathaniel nervioso, pasándose las manos por el cabello y despeinándose más aún. Intentaba enfocarse, pero el control se le escapaba de entre las manos y el dolor esparciéndose por su cuerpo solo lo empeoraba —Ella…se quejó de dolor abdominal —comentó Nathaniel, recordando ese detalle, no tocaría el tema del trastorno disociativo de la identidad en Alexandra a no ser que fuera necesario. En esos momentos no lo creía así.

—Entiendo, le haré saber de la paciente en el menor tiempo posible. Disculpe —luego de eso el enfermero se retiró y Nathaniel se quedó solo con sus pensamientos.

Pasaron unos minutos hasta que logró calmarse en su totalidad, usó su celular para dar órdenes a sus hombres y poder hacerse cargo de la situación, aunque sabía que Hideki probablemente a estuviese dominando todo desde el otro lado del mundo. Luego de dar indicaciones sobre qué hacer con los muertos y demás, Nathaniel simplemente se quedó allí en la sala de espera del hospital, sentado, al borde de una crisis de nervios y con el aspecto de un asesino en serie debido a la sangre que lo cubría.

No fue consciente de cuánto tiempo estuvo esperando, solo notó lo que pasaba a su alrededor cuando el olor a café caliente recién hecho llegó a su nariz y vio delante suyo un vaso desechable de café. Alzó la vista hasta observar a quien le ofrecía el vaso, era una de las mujeres que había estado esperando con él, estaba allí desde que Nathaniel había llegado, la vieja costumbre de medir el entorno ante todo nunca se perdía y por eso sabía quiénes eran nuevos, las enfermeras que habían cambiado de turno y los que llevaban allí desde antes. Era algo que su cerebro hacía sin él controlarlo.

—Pareces necesitarlo —comentó la mujer. Nathaniel se fijó en que parecía ojerosa y cansada, su cabello sin brillo en un extraño castaño cobrizo estaba sujeto a una cola baja y su aspecto en sí era de alguien que había dedicado muchas horas a preocuparse y no dormir.

—Gracias —aceptó Nathaniel, la verdad era que necesitaba de aquello enormemente. La mujer se sentó a su lado como si fueran amigos, pero Nathaniel no le dio importancia al hecho.

—Soy Doris, estoy aquí esperando a que me digan algo sobre mi hija —contó, aunque Nathaniel no le había preguntado, el lejano recuerdo de que una vez alguien le dijo que las personas buscaban compañía en los momentos difíciles, así fuera de extraños, le vino a la mente a Nathaniel —Ella tuvo un accidente anoche y estoy esperando desde entonces.

—Entiendo —dijo Nathaniel, notando en ese momento que ya estaba amaneciendo —Soy Nathaniel —intentó corresponder en su medida la gentileza de la señora mientras seguía dando sorbos a su café.

—¿Es tú esposa la muchacha de anoche? —preguntó ella, Nathaniel la estudió unos segundos antes de responder, parecía una pregunta inofensiva de alguien genuinamente curioso que buscaba hacer a su mente divagar en algo diferente a la posibilidad de que su hija muriese.

—Es una amiga, la dejé sola en un momento difícil y terminó todo de este modo —confesó Nathaniel, no es que se culpase de lo sucedido, pero sí se preguntaba si quizás pudo haber hecho más.

—No te dediques a pensar sobre lo que pudo ser o no —intervino Doris el monólogo mental de Nathaniel, captando su atención —ahora estás aquí, esta es la situación y sea lo que sea, tienes que seguir adelante.

Nathaniel observó el rostro de la señora, se veía devastada. Un médico se acercó a ellos y llamó la atención de la mujer, esta se disculpó con Nathaniel, dándole una sonrisa, y se fue con el médico. El inglés los observó por unos minutos, no le hizo falta esforzarse mucho para deducir que la hija de la señora había fallecido, pero le daba la impresión que las palabras que ella le habían dicho era algo que se decía a sí misma.

Quiso hacer algo por ella, pero sabía que había dolores que debíamos enfrentar solos. Bebió lo que quedaba del café y continuó sentado, en silencio y a la espera de noticias. Un rato después, un doctor de esponjoso cabello entre gris y negro por las canas llegaba hasta dónde estaba él.

—Buenos días, soy el doctor que atendió a la paciente Alexis Löwe —Nathaniel se incorporó de forma inmediata, asintiendo con la cabeza al saludo que el doctor había dado —La paciente estuvo en el salón de operaciones hasta hace unos minutos, tuvimos que realizarse una cirugía abdominal de emergencia debido a un sangrado interno. ¿Sostiene usted una relación amorosa o física con la paciente?

—No, solo soy su amigo —respondió Nathaniel sin comprender enteramente la pregunta.

—La paciente presentaba un embarazo ectópico, el sangrado fue causado por el embrión creciendo fuera del lugar en que se suponía. Se quedó alojado en la trompa de Falopio derecha y creció allí hasta romperla. Tuvimos que controlar el sangrado y luego extraer la trompa. Por el momento la paciente se encuentra sedada, pero estable. Debe despertar dentro de una hora o dos —informó el médico.

Nathaniel finalmente comprendió por qué le preguntaban, querían saber si él era el padre de la criatura. Su mente empezaba a procesar la idea de un bebé entre Viktor y Alexandra, ciertamente no era algo sencillo.

—¿Cuándo podría verla? —preguntó, ya más sereno de lo que llevaba en toda la noche.

—Cuando desee, pero le aconsejaría ir a casa y darse un baño primero, de ser posible —comentó el doctor, fue entonces que Nathaniel recordó que él estaba cubierto de sangre y hecho un adefesio humano.

—Entiendo, muchas gracias por todo doctor —respondió Nathaniel.

Luego de despedirse del médico y pasar por la recepción para cerrar los pagos de la atención quirúrgica recibida, Nathaniel salió del hospital, recibiendo el frío del invierno y la luz del sol. De repente, fue como si su mente se despejara. Afuera del hospital lo esperaban dos autos con hombres trajeados en negro y un auto diferente al que él había conducido la noche anterior. Ciertamente su personal estaba bien entrenado.

Subió a su auto y condujo con los otros dos siguiéndole hasta llegar a la casa de Viktor. Dentro de esta todo permanecía igual, pero el informe del técnico de informática decía que todas las cámaras habían sido reemplazadas y la línea era nueva. Fue hasta su habitación y se dio un largo baño, deshaciéndose de toda la sangre pegada a su cuerpo. Su celular sonando lo hizo salir de la ducha con una toalla enrollada en sus caderas.

—Dígame —contestó Nathaniel pasivamente.

—Buenos días, por aquí habla el agente Thompson, del FBI —se presentó la voz masculina del hombre que lo llamaba.

—Usted dirá en qué soy bueno, agente —comentó Nathaniel, aunque él ya había esperado esa llamada.

—Queríamos informarle que el cuerpo de Amelie Bourguoisse fue encontrado en el sótano de la casa de Song Woo Bin. Según el forense, fue brutalmente violada y luego asesinada —informó el agente, Nathaniel ya sabía que algo así había pasado, era muy del estilo de Song Woo Bin al parecer —Sobre los cargos y acusaciones contra Viktor Löwe, puede informarle al señor Löwe que han sido retirados, el FBI le pide disculpas por los problemas presentados. Los documentos encontrados en la casa mostraban que todo era una trampa por parte de Song Woo Bin para arrastrar a ciertas figuras importantes del mercado internacional, grandes empresarios.

—Entiendo. ¿Cuándo podríamos recoger el cuerpo de Amelie? —preguntó Nathaniel de forma profesional, ya sabía que Feing Long había sido retirado de la escena anoche por parte del equipo de limpieza, esas habían sido sus órdenes.

—Hoy en la tarde, si así desea —aseguró el agente.

—Allí estaré. ¿Algo más, agente? —Nathaniel ya estaba escogiendo la ropa que usaría para los recados que le quedaban en el día.

—Me temo que sí, hay algo más. —Nathaniel dejó caer el perchero con la americana negra que estaba sosteniendo, un sudor frío recorrió su cuerpo mientras su mente intentaba procesar lo que el agente Thompson le decía.

Cada parte de él quería creer que era mentira, no podía ser que después de tanto sacrifico eso estuviese pasando, pero la voz firme del agente le dejaba en claro que no era una broma. Song Woo Bin había escapado.

***********
Epa, regresé por aquí también. 

¿Qué les parece el capítulo? ¿Esperaban a un Nathaniel tan modo mamá gallina?

Déjenme saber qué piensan y si les ha gustado, no olviden seguir adelante.

SIGUIENTE. 🔜🔜🔜

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