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——¡No es gracioso! ——contratacó el mayor al otro lado de la línea a pesar de estar riéndose al decirlo ——¡En serio, Soobin! ¿Por qué tuviste que enviar flores? Mocoso tonto, ahora todo el mundo, mi jefe incluido, andan de chismosos pensando que fue mi novia o algo así.
Soobin sonrió satisfecho dibujando líneas imaginarias en su pecho desnudo, como si fuera un lienzo. Podía imaginarse la cara escandalizada de Yeosang al decir eso.
——¿Vas a decirme que no te gustaron las rosas?
——No es eso, e-estuvieron bien, no eran necesarias, pero gracias por el detalle. A la otra asegúrate de que sea comida.
——No habrá una otra, te lo aseguro ——rió Soobin.
——Me lo veía venir ——bromeó también ——, pero sí me gustaría verte. Ya sabes, hablar en persona como antes, como siempre, ¿tienes tiempo hoy? Salgo del trabajo en un par de horas.
——Lo amaría, pero mis padres llegaron ayer en la noche.
——¿Tienen planes?
Sí, pero no con ellos.
——Oh, sí sí ——mintió ——. Pero podemos salir después de la escuela, el martes.
——Mmm... Está bien.
——Perfecto hyung ——celebró ——. Gracias por no mandarme a la mierda después de todo.
Yeosnag rió por cómo lo dijo.
——Deja de ser tan dramático, sabes que te quiero, mocoso. Ahora te dejo porque alguien tiene que poner esas bonitas rosas en agua, además que si me ven hablando por teléfono, solo van molestarme más.
Soobin también rió por lo bajo.
——Bueno bueno, no quiero que despidan a mi cajero favorito, el rojo le queda muy bien, ¿te lo he dicho?
——¡Soobin!
Era inevitable no reír, su hyung podía ser adorable.
——Ahora sí hyung, nos vemos ——se despidió y colgó.
Aburrido, se la pasó viendo su instagram en su celular casi unos veinte minutos, hasta que cesó el sonido del agua cayendo proveniente de su ducha, este siendo seguido por el de la puerta de su baño abrirse.
——¿No tienes una secadora por casualidad? ——preguntó la rubia mientras secaba su ondeado y mojado cabello con una toalla de mano, otra blanca y más grande estaba envuelta a su cuerpo.
——Nop, lo siento, te las tienes que arreglar así.
——Hmm... ——asintió descontenta, sin agregar más, dejó la toalla caer y empezó a vestirse, Soobin siguió mirando unas cuantas publicaciones en instagram. Una vez ella se puso el jean, se acercó a Soobin y se echó a su costado, apoyándose en él ——. ¿Tienes novia y no me dijiste?
——¿Cómo? ——Apagó la pantalla para prestarle atención esta vez.
——Escuché algo de unas flores.
——Tienes buen oído ——rió por lo bajo ——, pero no, no tengo novia.
——¿Entonces tengo oportunidad? ——preguntó con burla acercándose más.
La respiración mentolada de la chica cosquilleaba en sus labios. Oh, claro que era divertido.
Soobin sonrió, y colocando una mano en su nuca, la atrajo para un beso suave y corto, beso interrumpido por unos gritos.
——¡Soobin, baja a desayunar!
Cuando la rubia reconoció la voz, se alejó rápido de Soobin empujándolo suavemente su pecho, alerta.
——¿Taehyung está en casa?
——Ah, sí ——respondió indiferente ——. Pero creí que se irían temprano. Llegó en la madrugada con mis padres del aeropuerto.
——¡Soobin! Me dijiste que no había nadie ——reclamó descontenta.
——No importa, tranquila.
Ella miró a Soobin con desconfianza.
——¿Seguro?
——Sí. Voy a bajar ahora antes de que me traigan de las orejas. Cámbiate y bajas a la cocina para saludar.
——¿No habrá problema?
——Para nada ——Le robó un pico que la hizo sonreír ——, ahora cámbiate y te veo más tarde.
——Okey... No te olvides que hoy es en la casa de Namjoon.
Soobin asintió, se puso de pie, se puso una camiseta limpia y bajó las escaleras para encontrarse con su familia.
Cuando Soobin entró a la cocina, no pudo evitar sentirse fuera de lugar una vez más. Todos se veían tan... limpios y aseados, y él estaba así.
——Buenos días ——saludó al ingresar. Todos en la mesa le dirigieron una mirada poco cálida. Se sentó en su respectivo sitio, felizmente su plato estaba servido.
——Llegas tarde hasta a desayunar con nosotros ——resopló su padre ——. Hemos venido tan solo unos días y parece que no te importara en lo más mínimo.
Soobin se metió una cucharada del cheesecake en su delante.
——Está buenísimo, ¿es de la cafetería de la esquina? ——Ignoró por completo a su padre.
Taehyung regañó a Soobin con la mirada.
——Soobin, papá te está hablando.
——Sí lo sé, pero yo no quiero responder.
En ese momento, otra presencia ingresó a la cocina, llevándose todas las miradas de nuevo.
——Buenos días ——musitó la chica sonrojada, con timidez. Soobin sonrió al ver lo que tenía puesto, así que se había prestado su camiseta, le quedaba muy grande, pero bien.
Todos estaban preguntándose de dónde había salido ella, sorprendidos.
——Pasa ——dijo Soobin ——, ¿tienes hambre?
——Eh... No mucha.
——¿Kiara? ——preguntó anonadado Taehyung al ver a su amiga en su casa, con la camiseta de su hermano.
——Oh, hola Tae ——saludó de vuelta timidamente sin saber qué más agregar.
——Toma una fruta de la canasta ——le sugirió Soobin.
La rubia empezó a sentirse incómoda así que solo hizo lo que Soobin dijo y tomó una manzana. Quería irse sin más después de hacer una pequeña reverencia, pero Soobin la llamó con un gesto, y bueno, no era como que pudiera negarse a su más reciente... obsesión.
Con el brazo, Soobin rodeó su cintura y la apegó a él, ella lo miró desde arriba.
——Te veo más tarde ——se despidió Soobin. Juzgando por la mirada de los demás, nadie se esperaba eso. Kiara se limitó a asentir después de que el castaño la soltara. Ya después hablaría con Soobin sobre ese momento incómodo.
Cuando se escuchó el portazo de la puerta principal, señal de que la rubia había salido de la casa, por fin sus sorprendidos padres se permitieron hablar, Taehyung estaba como que en shock.
——No nos dijiste que tenías novia ——habló su madre, ofendida. La muchacha ni siquiera se había presentado como es debido.
——No lo es ——aclaró Soobin y siguió comiendo con desinterés.
——Jovencito, háblale bien a tu madre ——reconvinó su padre.
No, ya no.
Soobin soltó el cubierto, provocando un sonido metálico que tomó el protagonismo del silencio en aquella mesa, la cara de cansancio del castaño era increíble.
——¿Cuánto tiempo se quedan esta vez? ——preguntó en cambio Soobin ——. ¿Dos meses? ¿Días?
No había nada de malo en la pregunta en sí, el problema era el tono usado.
——¡Soobin! ——amonestó su madre.
——Solo quiero saber, mamá, supongo que van a condenarme también por eso.
——¿De qué estás hablando? ——cuestionó irritado su progenitor.
De nuevo...
——Que ya me cansé de aguantar sus desplantes y desayunos hipócritas. ——Se puso de pie con brusquedad limpiándose con una servilleta los restos de postre ——. Ustedes tres pueden seguir jugando a la familia perfecta, yo ya me cansé.
La cara de sus padres era todo un cuento, se hubiera reído si hubiera estado de humor.
——¡Choi Soobin, siéntate y discúlpate en este mismo instante!
——¿Sabes padre? Incluso si siguen pretendiendo que dan una mierda por nosotros, su casita de cartas va a terminar destruyéndose antes de lo que esperan. ¿Y saben por qué? Porque ustedes dan una mierda por mí e incluso a su hijo favorito, ni siquiera lo conocen.
——Soobin, basta ——Taehyung fue quien habló esta vez, entre dientes, apretando los puños por debajo de la mesa. Alguien no quería tener esa conversación, no quería problemas, pero Soobin en el fondo sabía que le estaba haciendo un favor.
——¿Cuando es mi cumpleaños? Oh, verdad, no lo saben porque no se han molestado en saludarme en los últimos ocho años. Otra cosa ——Soobin soltó un suspiro burlesco. Dios, soltarlo, era tan liberador ——, como tanto parecen amar a su hijo mayor, ¿acaso sabían lo infeliz que es? Lo escucho recaer casi todos los días; estudiando algo que jamás quiso, habiendo renunciado a lo único que le hace feliz por padres tan hipócritas como ustedes. ¿Que nos aman? ¿Se preocupan por nosotros? Métanse sus regalos caros y souvenirs de mierda a-
——¡Suficiente! ——masculló Taehyung, golpeando la mesa.
No va a cambiar.
——Me largo ——anunció Soobin. Sin pensarlo dos veces y sin mirar a la cara de sus progenitores, tomó sus llaves y salió de casa lo más rápido que pudo.
Casa no es casa.
Fueron dos días alocados, pero no iba a mentir, fue una gran distracción. No había ido a su casa en dos días, pero ya era hora de volver.
——¿En serio tienes que irte? ——preguntó apenado el chico de ayer, Dongpyo era su nombre según Soobin recordaba.
——Viviría aquí si pudiera, pero mi hermano está reventándome el celular y es capaz de llamar a la policía si no voy.
——¿Taehyung? ¿Qué es de él? ——preguntó Namjoon.
——No sé, pero es un aburrido ——La voz de Kiara se escuchó desde atrás, Soobin sintió a unas delicadas manos rodearlo por la espalda ——. Yo ya tengo un Kim favorito.
Kim favorito.
——Tenemos ——concordó Mijoo ——. Fue divertido mientras duró.
——Oh, espera, te tengo que dar algo ——Le hizo saber Kiara antes de soltarlo y subir al segundo piso.
El chiquillo Donpyo se acercó tan pronto Kiara lo soltó.
——¿Vendrás este fin de semana? ——preguntó con ojos grandes y brillantes. Soobin pensó que era adorable a pesar de tener relativamente casi la misma edad.
Con una sonrisa pícara, se acercó al bajito y le dio un beso tierno y casto en los labios, muy diferente a los del día anterior.
——Claro que sí ——susurró al separarse.
——Bien, Pyo ——Kiara había vuelto ——, déjalo respirar, tengo que hablar con él. Te acompaño a la entrada, ¿sí?
Soobin asintió y se despidió de todos con una sonrisa.
Kiara lo acompañó hasta la puerta.
——¿Ibas a darme algo?
Con una mueca cómplice, ella asintió y de su bolsillo sacó una bolsita de plástico traslúcido pequeña, del porte de la mitad de su palma. El contenido blanco y fino no engañaba a nadie.
——Le robé un poco a Namjoon. Prende un poco y úsala en la semana, el sábado te doy más ——se la extendió con cuidado y Soobin la puso dentro de su billetera.
——Gracias.
Ella se acercó a darle un beso de despedida.
——Nos vemos el sábado ——Fue lo último que dijo coquetamente antes de cerrar la puerta, sonrojada.
Soobin no pudo evitar sonreír, mordiéndose el labio inferior después de eso.
Cuando Soobin volvió a casa, Taehyung estaba literalmente parado en la puerta de brazos cruzados.
No lo mismo de nuevo.
——Hola ——saludó Soobin forzando su entrada a la casa por sobre el cuerpo de Taehyung, empujándolo del hombro.
——¿Dónde mierda estabas? ——Lo siguió por la espalda ——. Mírame Soobin. ——Taehyung obligó a Soobin con fuerza a que dejara de darle la espalda.
——Te envié un mensaje de que ya estaba llegando.
——No te pregunté eso. Te vas dos días de la casa sin decirme a dónde carajo te vas. Ni siquiera te despediste de mamá y papá.
——Creo que fui bastante claro esa mañana ——Soobin exhaló ——. Tae, ya me cansé de que cada vez que yo venga a casa o tú lo hagas, terminemos discutiendo de la misma mierda, ¿me dejas ir a mi habitación? Tengo sueño.
——Me importa un bledo ——Oh, fantástico, estaba molesto ——. ¿Por qué tuviste que decirle eso a mamá y papá?
——¿Esperas que mienta como tú? ¿Ahora se supone que yo soy el que está mal por escupirles la verdad?
——¿Por qué te tienes que meter en lo que no te incumbe?
——¿Ahora no me incumbe? ——resopló burlesco, y hasta cierto punto incrédulo ——. ¿Desde cuándo no me importa lo que te pase a ti? Idiota. Solamente te hice un favor.
——¿De qué puto favor hablas? ¿Tienes idea de todo el escándalo que hicieron cuando te fuiste? Parece como si me odiaras, Soobin.
Lo hago, en parte.
——¿Qué favor, dices? ——Soobin también subió el tono, se acercó más ——. Le estoy haciendo un favor al perdedor de mi hermano que no se quiere un poco para admitir que se está consumiendo poco a poco, todo por complacer a unos viejos materialistas que no dan una mierda por él. Eso estoy haciendo.
Soobin conocía a su hermano perfectamente, lo que había dicho lo había lastimado, pero no iba a detenerse. Estaba jodidamente harto, así que solo siguió.
——¿O vas a volverme a decir que estoy mintiendo?
El silencio por parte del mayor lo dijo todo.
——¿Te das cuenta? ——se burló Soobin.
——Bien sabes que no puedo hacer eso ——masculló Taehyung, apretando los puños a sus costados, sus ojos encendidos hablaban con Soobin de diferentes formas.
——No quieres decepcionarlos, claro ——rebatió con sorna ——. No quieres decepcionar a nadie.
Pero a mí sí.
——Hablas como si fuera fácil, Soobin. ——Le rehuyó a su mirada ——. Ponte en mi lugar.
——Como alguien que no ha sido más que una decepción para todo el mundo, déjame decirte que no es tan malo. Al principio duele, por supuesto, pero uno se acostumbra y luego te empieza a valer mierda.
——No digas eso de ti ——conmocionado, Taehyung frunció el ceño ——. No es-
——Como sea, házlo y ya. Deja de ser tan estúpido.
Los ojos de su hermano mayor brillaron mucho más bajo los reflejos del candelabro.
——Tú no entiendes ——susurró el mayor, afectado.
——No, ¿sabes? Lo que no entiendo es dónde está mi hermano mayor, el real, mi ejemplo a seguir, el Tae que siempre luchó por sus sueños, ese Tae, que tan solo con dieciocho años empezó a trabajar junto a su mejor amigo para alquilar un espacio pequeño y viejo que terminó siendo uno de los estudios de baile más grandes de la ciudad gracias a su propio esfuerzo, ¿donde está, huh? Porque lo único que veo frente a mí ahora, es a un cobarde, y me da tanta pena... ——Negó decepcionado con la cabeza ——. Sigue con tu teatro, hyung, espero que salgas vivo de eso. No volveré a hablar de esto más.
Soobin escapó a su habitación dejando a Taehyung solo. Con toda la paciencia del mundo, se recostó en su cama boca arriba, descansó su brazo en su frente caliente, y suspiró cuando vio aquel mismo techo manchado por la humedad.
Habían sido tantas veces llorando en aquella misma posición, se había acostumbrado a ver aquel techo con un lente borroso por las lágrimas. Ahora, sin embargo, ya no se sentía triste. Esa misma conversación lo habría hecho llorar una semana atrás, pero ya no era así. Sonrió ante el pensamiento.
Él puede dejar que saquen plumas de sus alas para que ellos fabriquen su abrigo. Pero olvidó una cosa, que los abrigos se quitan, pero las alas, no vuelven a crecer.
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