Vamos Soobin, tú puedes hacerlo. De hecho, debes hacerlo ¿Quién carajo te obligó a compremeterte? ¡Exacto! ¡Nadie! Tremendo imbécil.

Por más que le diera mil vueltas al asunto en su cabeza. Él sabía que terminaría haciéndolo de todas formas; no podía fallarle a su bomboncito peliazul, como le decía Gyu antes de dejar de apoyar su encaprichamiento.

Solo debía dar un pequeño empujoncito, nada más.

¡Maravilloso! Su perfecto hermano justo había entrado a la cocina.

——Tae... ——llamó dudoso.

Una vez abría la boca, no había vuelta atrás.

——¿Qué pasa, Bin? ¿Todo bien? ——incluso dejó de buscar la fruta en el cesto para prestarle total atención a su hermano pequeño. Soobin asintió.

——Solo quería hacerte una pregunta... ——se rascó la nuca, incómodo.

——Adelante.

——¿Nunca... Nunca has sentido atracción por algún chico?

Tae frunció el ceño en confusión.

——¿Por qué me preguntas de la nada eso? ——ladeó la cabeza inocente.

——Oh nada, es solo que... ——Piensa en algo idiota, rápido ——Un amigo quería opiniones diferentes.

——¿Gyu? ¿Pero Gyu no es-

Se le había olvidado que Tae sabía todo de él, incluyendo que Gyu era su único amigo.

——Otro amigo.

Tae sonrió grande y rodeó sus hombros en un abrazo flojo.

——Miren nada más quien anda tan social últimamente... ——aduló ——Primero Yingjun y ahora otro amigo misterioso.

——Es Yeonjun.

——¡Verdad! Siempre se me olvida ——rió suavemente ——. Me alegra, hermanito, en serio.

——¿Puedes responder la pregunta? ——Soobin intentó sonar lo más tranquilo posible. Tae no se merecía que se descargara con él.

——Bien... Hmm... No.

Ni siquiera lo pensó mucho.

——¿Tan seguro?

——Bin, creí que ya habíamos tenido esta conversación cuando saliste del closet. Al único que le laten las pollas es a ti ——rió ——¿No recuerdas lo que hablamos?

Lo hacía. Pero debía confirmar.

——¿De verdad nada de nada?

Tae volvió a reír con esa suavidad que hacía a chicos y chicas mojarse.

——Supongo que lo olvidaste. Te recordaré mi pensar: sé apreciar la belleza de un hombre objetivamente, pero más allá de eso... Yo creo que no.

——Hetero, entiendo. Queda claro.

——Lo haces sonar como si fuera algo malo ——bromeó. Soobin negó con una sonrisa divertida.

Una parte de él estaba feliz: Imaginarse ver a la pareja feliz que haría con Yeonjun era mil veces peor.

La mala parte es que lo vería triste. Y él no quería ver eso, claro que no.

La siguiente clase de tutoría, que por cierto también fue en la casa de los Kim, Yeonjun se quedó explicando por una hora en aquella sala, hasta que cambió de tema abruptamente.

Se acercó lentamente a la oreja de Soobin para susurrar algo.

——¿Le dijiste? ——preguntó.

——Lo siento. Me dijo lo que te dije antes —— respondió teniendo un escalofrío por la repentina cercanía.

——Mmm... Bueno. No importa mucho eso. Ahora nececito que hagas algo por mí.

Para Soobin era mejor que simplemente se alejara y siguiera explicando ya que estaba empezando a experimentar una arritmia.

——Hoy hay una fiesta en la casa de uno de sus amigos cercanos. Dile que te invite ——susurró.

——¿Ah?

——Le dices si podrías llevar a un amigo más. Tranquilo, después yo me encargo del resto.

——¿Hoy?

——Sí, en la noche. Cuando te diga que sí, me llamas, ¿entendido?

Muy autoritario como siempre.

——S- supongo...

Yeonjun sonrió mostrándole sus blancos dientes.

——Gracias Bin ——Y se separó concentrándose de nuevo en los problemas del libro.

Yeonjun se fue media hora después y Soobin se preguntaba si debería mentirle o no. Él odiaba las fiestas.

Mucho menos querría ir a una donde sabría qué podría encontrarse en cualquier momento a Yeonjun coqueteando con su hermano.

Pero...

——Tae ——entró decidido a su habitación. Taehyung se encontraba leyendo en su cama con los audífonos puestos. Se los quitó y vio a su hermano.

——Binnie, ¿ya se fue Yeonjun?

——Sí.

——Ok. ¿Pasa algo?

——Ayer... Te escuché comentándole a mamá que te irías de fiesta hoy.

——Sí...

——¿Tú crees que... ——decía nervioso mientras jugaba con sus dedos.

——Creo que...

——¿Crees que puedas llevarme contigo? ——preguntó bajito bajando la cabeza. Se sentía demasiado raro.

Tae suspiró con gracia.

——¿Qué bicho te ha picado últimamente? ——frunció el ceño con una sonrisa extrañada y torcida ——¿De pronto una fiesta? Tú las odias, Binnie. Siempre te decía antes para ir juntos y como siempre me decías que no, dejé de preguntar.

——Supongo que me antojé ——Se encogió de hombros

——Tienes más amigos y quieres ir a fiestas... ¿Qué le has hecho a Soobin? ——bromeó

Ojalá supiera lo que le estoy haciendo.

——¿Y bien?

——Claro ——sonrió feliz por ver el cambio en su hermano ermitaño ——. Iré en el Jeep a las 9:00. Alístate. Tenemos cuatro horas hasta entonces.

——Una cosa más. ¿Puedo llevar amigos?

Tae ensanchó su sonrisa.

——Claro que puedes. Pero para entrar tienen que estar conmigo. Que vengan aquí media hora antes. Yo los llevo.

Todo un encanto considerado como siempre.

——Gracias, hyung ——musitó saliendo de la habitación, dedicándole una sonrisa débil antes de marchar a su habitación.

——Ni lo menciones.

Una vez en su habitación, le mandó un mensaje de confirmación a Yeonjun, diciéndole también que debería estar en su casa media hora antes de las 9:00. No tenía ganas de oír su melodiosa voz. No en ese momento.

Marcó en su celular a su primer contacto en la lista y esperó pacientemente a que respondiera y le diera apoyo moral una vez más.

——¿Hola?

——Dime que no tienes planes hoy las 9:00 de la noche.

——¿Qué estupidez hiciste ahora?

——¿No te gustaría ir a una fiesta conmigo esta noche?

——Que me digas que estás embarazado sería menos raro que me pidas ir a una fiesta contigo.

——¡Gyu, vamos! ¡Ayúdame!

——¿El idiota azulito?

——Algo así. ¿Puedes?

——Sí tengo planes. Lo siento.

——Ver a Blackpink toda la noche no cuenta ——regañó ——¡Por favor! Tú amas las fiestas.

——Pero no si Yeonjun está ahí. Sabes lo mal que me cae, es un verdadero idiota, pero tú lo eres más por aceptar estas cosas.

——Solo será esta vez, ¿sí?

——Me ofende muchísimo que yo y tu hermano hayamos intentado miles de veces arrastrarte a una fiesta sin tener éxito, y que sólo le haya bastado un par de palabras bonitas al cabeza mora.

——Gyu... ——rogó con tono dulce.

Soobin contó hasta tres.

——Ugh. Bien, está bien. Te vas a arrepentir de esto, Kim. Me debes una.

——Te debo miles. Ahora levanta ese bonito trasero y traélo hasta aquí.

——Eww, que gay.

Soobin rió antes de colgar.

Por lo menos no estaría solo.