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27

Soobin no entendía porque Yeonjun tenía tanta prisa para llegar a su casa; era como si algo le picara o urgiera.

Después de haberse bajado y haberle pagado al conductor del taxi, Yeonjun prácticamente lo arrastró fuera con necesidad, jalándole de la muñeca y el agarre siendo doloroso.

Por supuesto que eso no quitó el hecho de que el corazón de Soobin se disparara como loco. Es más, esa fuerza innecesaria era mucho más excitante.

Por lo que Soobin sabía, como el buen acosador que no era, el padre de Yeonjun tenía un horario de trabajo bastante pesado por lo que casi nunca estaba en casa.

Entonces eso explicaba mucho porque Yeonjun al entrar a casa con él de la mano, ni siquiera se molestó en buscar si había alguien más en casa, seguramente sabía que su padre no estaría presente.

Así fue como sin explicación alguna, arrastró a Soobin escaleras arriba. Un poco grosero de su parte quizá, pero Yeonjun estaba con la cabeza tan caliente y nublada por los últimos sucesos, que en lo último que pensó fue en modales.

Lo hizo pasar a su habitación, y con un gesto de mano, le indicó que se sentara en su cama.

Soobin estaba entre confundido, asustado y emocionado por su repentina e insólita actitud. Lo único que sabía era que tenía que ver con aquellos tres chicos del centro comercial.

Tratando de obviar el hecho de que estaba en la habitación del peliazul por fin, no siendo un sueño esta vez, se concentró en el hecho de que Yeonjun se veía de todo menos feliz. Y eso le molestaba.

El mayor se veía realmente extrañado y perturbado de alguna forma; se mordía el labio inferior con insistencia, sus ojos divagando por la habitación, como buscando un punto al que aferrarse. Era muy notorio que estaba nervioso, como si quisiera decir algo pero no pudiera o no supiera cómo hacerlo. Y en realidad, no estaba muy lejos de la verdad.

El silencio ya habiéndose extendido demasiado, fue roto por un ansioso Soobin.

——¿Todo en orden? ——preguntó con cautela.

——No ——se sinceró el mayor.

Cuando por fin vio a Soobin a los ojos, se mordió con más fuerza el labio inferior.

Dios mío, ¿qué estaba haciendo?

El silencio se extendió unos segundos más hasta que Yeonjun se movió abruptamente, dándole la espalda para buscar algo en su closet.

Soobin tan solo podía mirarlo con duda.

Yeonjun se giró de nuevo hacia él y arrojó algo a la cama, algo cuadrado, liviano y pequeño: una foto.

Totalmente perdido, Soobin intercaló miradas entre Yeonjun y la foto, por lo que todavía no la había apreciado bien en su totalidad, solamente se había percatado de que habían bastantes personas en ella.

Con la mirada le pidió una explicación antes de enfocarse en la foto.

Yeonjun exhaló. Sus dedos temblaban de nuevo, carajo. Pero sentía que tenía que decirle. Sabía en el fondo que era momento de soltarlo, y tan solo podía pensar en Soobin para hacerlo.

——Sé qué ahora mismo estoy divagando y que me estoy comportando muy raro, pero... ——Exhaló y con una mano se cubrió la cara. Ahora que intentaba pensarlo un poco mejor, esto era una locura. Soobin tenía que haberle hecho un amarre o algo parecido. ¿Por qué tenía que ser tan blando con él? ¿Por qué últimamente se sentía tan nervioso cuando estaban juntos? ¿Por qué empezaba a sentir cosas que nunca antes había sentido en la vida?

Sin notarlo, había estado mirando a Soobin de una forma muy intensa mientras todos esos pensamientos intrusivos atacaban su cabeza. Obviamente el menor se dio cuenta, por lo que se veía un poco cohibido y extrañado.

Demonios, el pobre Soobin no tenía la culpa de sus estúpidos sentimientos y pensamientos irracionales. Pero ahí estaba el gran egoísta de Yeonjun, echándole la culpa al pequeño y enojándose con él por sus propios pensamientos.

Estás loco, idiota.

Yeonjun negó con la cabeza como si con eso despejara absolutamente todo lo que estaba atormentando su mente.

Volvió a exhalar. Y esta vez soltó una risa no muy amigable.

——Es que tengo que hacerlo, eres tú. Y no sé por qué diablos me siento tan cómodo contigo, y ni siquiera sé porque estoy diciendo esto en voz alta, maldita sea, quiero golpearme. T-tan solo mira la foto ——Señaló el objeto con torpeza.

Con el ceño fruncido, Soobin dejó de mirarlo y tomó la foto entre sus manos, pasó sus yemas delicadamente por encima, y entonces analizó la foto.

Muchos rostros desconocidos por no decir todos, hasta que logró reconocer a los tres chicos que había visto en el centro comercial, solo que estos se veían mucho más jóvenes. Probablemente dicha foto había sido tomada 5 años atrás.

Era la promoción de una escuela que Soobin desconocía, pues el uniforme era diferente y no lo había visto nunca antes.

Soobin iba a preguntarle que tenía que ver la foto con lo que le pasaba, al igual que con la relación de esos chicos con él. Pero se fijó en un detalle antes: Encontró a Yeonjun en la foto.

Yeonjun...

Era como si fuera una persona totalmente diferente. Para nada como el de la actualidad. Pero para Soobin iba a ser imposible no reconocer esa carita tan bonita, aunque estuviera en un cuerpo diferente.

En la foto se veía mucho más pequeño y frágil por la expresión de sus ojos, como un cachorro asustado, su cabello no era azul sino castaño natural. A diferencia de ahora, que no llevaba ningún accesorio para la vista, en la foto lucía unos bonitos anteojos negros ligeramente gruesos. Pero lo que más llamaría la atención a cualquiera era la contextura que Yeonjun de aquella foto, tenía.

Robusto, gordito sin ser obeso, pero incluso así, era demasiado sobresaliente en comparación a sus compañeros, por ser el único con dicha contextura.

Soobin pasó las yemas de sus dedos lentamente por el pequeño rostro de Yeonjun impregnado en la foto. Sonrió ladino sin poder evitarlo, porque incluso si se veía diferente, se seguía viendo hermoso en sus ojos. Una belleza no convencional, una ternura arrolladora.

Yeonjun notó esa sonrisa cálida sin entender.

¿Dónde estaba la sorpresa en su rostro? Esperaba muchas reacciones diferentes: sorpresa, asco, desilusión. Lo que jamás había esperado era una sonrisa, y mucho menos una tan cálida y bonita como si de verdad estuviera sonriéndole al Yeonjun de la foto. Ese tonto, feo y débil no merecía sonrisas así de bonitas, claro que no.

Una de las mayores razones por las cuales Yeonjun había estado asustado de hablar de su oscuro pasado, era que hasta el día de hoy, seguía atormentándolo. Se rehusaba a sentir la decepción o desilusión de las personas de su entorno, aquellas que ahora lo conocían como Yeonjun y no como ese "Yeonjun".

El ahora era delgado, fuerte, guapo, valiente, el que mandaba. No había punto de comparación con ese debilucho.

El problema había sido que la cicatriz todavía perforaba, todavía le dolía, la cicatriz quemaba cada vez que intentaba jugar "el otro papel", aquel al que temía cuando era más joven.

Justamente porque era alguien bastante orgulloso, jamás hubiera querido herir su orgullo compartiendo parte de su pasado con alguien más. Principalmente porque él ni nadie necesitaba recordar esas cosas, por lo que tampoco iba a darlo a conocer con nadie.

O se supone...

Pero entonces Soobin llegó con su bonita y estúpida sonrisa, y terminó jodiendo todo.

Porque algo dentro de él le instaba a decirle. Era su subconsciente gritándole la verdad a la cara por más que él se negara a aceptarla. En el fondo lo sabía muy bien.

Ahora que ya había metido la pata, ya no había forma de volver atrás.

Solo esperaba que Soobin pudiera seguir observándolo con los mismos ojos, con esos ojos negros brillantes tan bonitos que se habían convertido adictivos de ver últimamente.

Solo esperaba que Soobin no lo odiara.

——Hyung, ¿este eres tú? ——Señaló en la foto. Era obvio que lo sabía, pero de todas formas quiso preguntar.

Yeonjun se mordió el labio inferior y asintió.

——Horrible, ¿no? ——Yeonjun esbozó una sonrisa de labios cerrados que se suponía debía ser burlona, pero cuando esta tembló, Soobin supo inmediatamente que se trataba de un tema delicado para su hyung.

Comenzó a conectar hilos en su cabeza con respecto a lo sucedido en el centro comercial, más su reacción y la foto.

Soobin entendió que, probablemente, en el pasado habían sido compañeros de clase y que obviamente no se llevaban bien.

El Yeonjun de la foto se veía tan frágil  y endeble que al menor le dolió el corazón al imaginarse todo lo que habría pasado durante esa época de su vida. Si tan solo en una foto, sus ojos se veían tan apagados y tristes, no se quiso imaginar como hubiera sido ver esos ojos en tiempo real durante su momento.

Ahora entendía sus reacciones. Ahora Soobin entendió un poquito más ese comportamiento tan arisco que todos criticaban siempre. Ahora entendía un poco más ese origen.

Ahora comprendía un poco más porque Yeonjun era como era.

¿Cambiaba algo? En lo absoluto.

Lo seguía amando con locura. Le valieron tres pepinos lo enamorado que sonara lo que estaba apunto de decir.

——Te ves hermoso como siempre, realmente adorable.

Cuando Soobin subió la vista hacia Yeonjun, vio como los ojos de este se hacían cada vez más grandes por la incredulidad que le habían causado sus palabras.

Yeonjun odiaba a esa versión suya. Era todo lo que no quería ser y todo lo que le molestaba, por lo que, que alguien más le dijera hermoso, era totalmente desatinado y hasta loco.

La expresión del peliazul se tornó triste y bajó la mirada de nuevo, maltratando su labio inferior con sus dientes por el nerviosismo.

Soobin esperó a que él se sintiera lo suficientemente cómodo como para hablar por su cuenta.

——Fui víctima de bullying por seis años ——confesó mirando el suelo.

Las cejas del menor se elevaron juntas, sintió como si alguien lo hubiera empujado del pecho.

¿Cómo?

¿Cómo un ángel como él podría haber pasado por eso? ¿Quién en el mundo podría haber lastimado a alguien tan precioso?

Soobin entonces lo entendió:

Esos tres... Y muchos más quizás. La rabia que empezó a sentir se lo comía por dentro.

Soobin calló y apretó los puños de tan solo imaginar todos los traumas que le debieron haber quedado después de tantos años de ser víctima de acoso.

Yeonjun se sentía nervioso y se estaba arrepintiendo un poco de haber hablado al respecto, pero no quería mostrarse débil, no podía aunque fuera Soobin. Sonrió ladino, algo así como burlesco para intentar demostrar que no le afectaba.

——Huh, ridículo, ¿no? Es pasado, no sé porque reaccioné así con una tontería de-

——Esas no son tonterías ——interrumpió Soobin con su mirada intensa fija en él ——. Todos aquellos idiotas bravucones no merecen nada menos que alguien les dé de alma con una vara de metal.

Yeonjun quedó pasmado dos segundos por la respuesta agresiva contraria.

——B-Bueno, quiero decir, mírame ——Yeonjun señaló la foto ——. Yo era bastante-

——¿Bastante qué? ——Irritado, Soobin se puso de pie ——Fuiste y sigues siendo un chico apuesto y genial. ¿O acaso crees que lucir de cierta manera está mal?

Sintiéndose personalmente atacado, Yeonjun llevó las manos a la altura de su pecho y negó fogosamente con la cabeza.

——No no no, yo no dije eso ——Su voz perdió fuerza. No estaba acostumbrado a ver a su Soobin dócil, tan intenso.

——Entonces explícamelo, ¿a qué te referías con eso? Por favor, no me digas que creías que el problema eras tú y no ellos ——Entendiendo el alcance del problema, Soobin suavizó su tono.

Yeonjun quiso decir de que no, quiso mentirle, quiso. Pero al ver esos ojos tan sinceros, tan honestos... decidió ya no seguir mintiendo, ya no más.

Yeonjun detestó como los ojos de Soobin cambiaron y reflejaron pena.

El castaño no pudo resistirse, por primera vez lo vio tan vulnerable. Soobin realmente no lo pensó, dio dos pasos al frente.

——¿Puedo abrazarte? ——preguntó.

Sin esperar respuesta, pronto atrapó al confundido mayor entre sus brazos, haciéndolo tensar, mas Yeonjun no lo alejó.

Al no recibir distanciamiento, Soobin lo abrazó en serio, apretando su delgado cuerpo bajo el suyo, su corazón latiendo con fuerza.

Yeonjun se relajó en sus brazos segundos después a pesar del nudo naciente en su garganta.

——Jamas fue tu culpa, hyung ——le susurró al oído con lágrimas en los ojos ——. Y sé que esas cosas que haces no lo haces por placer, yo siempre lo supe.

Yeonjun se quedó congelado. Lo tomó de los hombros y se separó de Soobin con una cara de sorpresa pura, sus ojos más grandes.

——¿L-Lo sabías?

Sus miradas conectaron con intensidad. Los ojos de Soobin eran apaleadores y los de Yeonjun eran de cachorro aterrado.

No había necesidad de explicaciones. Soobin terminó por romper el abrazo al alejarse unos pasos y asentir cabizbajo.

No dijo nada más, Yeonjun se le quedó mirando con la misma expresión. Así que siempre supo qué tipo de persona era... Y aún así...

Yeonjun no entendía.

¿Cómo? ¿Cómo Soobin no creía de él lo peor como su amigo Beomgyu si supuestamente lo sabía todo? ¿Pero qué era "todo"? ¿Acaso también sabía eso?

Tenía mucho miedo de hablar para pedir una explicación. ¿Y si había entendido mal?

Para tantear terreno, tan solo dijo:

——Soy una persona horrible.

Y lo sabía, incluso sus amigos más cercanos se lo habían dicho. Era algo de lo que no estaba orgulloso, pero no podía detenerse.

Soobin negó con la cabeza, aún con esa mirada dolida.

——No eres una mala persona, hyung. Yo lo sé.

Soobin dio un paso hacia él.

Demasiado emocional como para tener un ataque de nervios por lo que iba a hacer, dio un paso más, haciendo que quedaran muy cerca. Detuvo la respiración del mayor.

¿Por qué estás tan cerca?

Una burbuja de nervios se construía en el pecho del peliazul, este subía y bajaba por la cercanía. Pero se las arregló para hablar. Tragó duró y le sostuvo la mirada.

Ya luego se preguntaría que diablos sucedía con él.

——No me conoces, Soobin.

Yeonjun no sabía lo que pasaría en la cabeza del menor y eso lo ponía más ansioso.

Soobin frunció el ceño. Honestamente esa afirmación lo había ofendido.

Si bien era cierto que su amistad empezó como una farsa, ahora Soobin sabía que era legítima y recíproca. Él mismo se lo había dicho, lo sentía.

Y claro que conocía a Yeonjun.

O eso creía.

——Estoy seguro de lo que digo. Puede que finjas con otros lo que eres. Pero mi hyung es una persona sencilla, amable, es una persona que no manipula a otros ni que miente sin importarle los demás. Mi Yeonjun es una persona responsable, inteligente, gentil, considerada... ¿Así es Yeonjun también, hyung?

Este bajó la cabeza, tragándose su corazón junto a la verdad que quería decir.

Lo siento, Soobin.


Intentaré corregir errores TT, Tengan lindo día ❤️














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