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26

Beomgyu esperaba impacientemente a Soobin en su cafetería favorita.

¿Qué era tan importante como para tener que verse un domingo por la tarde?

Soobin le había dicho implícitamente que necesitaba decirle algo. Y solamente por la importancia implicada, había detenido el avance de sus tareas y proyectos de la universidad.

Beomgyu no era un chico demasiado aplicado, pero tampoco pecaba de flojo. Soobin sabía que los domingos de Beomgyu eran netamente enfocados en su vida académica, así que, que lo llamara para verse en persona, era por algo importante.

Diez minutos después, Soobin apareció.

Parecía un fantasma cuando se sentó. Su expresión totalmente perdida y reflexiva.

——¿Y esa cara? ¿Pasó algo?

Soobin se tomó sus segundos en responder de la misma forma, como si no estuviera presente. Estaba conmocionado por algo, claramente.

——Acabo de hablar con Seonghwa ——por fin habló con una voz mecánica.

Beomgyu frunció el ceño, porque eso no le decía nada.

——¿El amigovio de tu hyung? Ya... Aún no me dices porque estás así.

——Creo... ——Soobin miraba algún punto muerto en la mesa ——Creo que le gusto a Yeosang.

——Binnie ——Entornó los ojos ——, eso ya lo sabíamos. Y es mutuo. Por favor, se han besado varias veces, no ent-

——Él está enamorado de mí ——Su mirada ganó intensidad cuando por fin vio a Gyu a los ojos.

Se suponía que no debía ser así.

——¿Qué?

Ok, no se había esperado eso.

——¿No habían quedado en que era todo sin compromiso?

——Yo... N-No lo sé ——Ahora Beomgyu entendía porque Soobin se veía tan nervioso y abatido.

——Pero, ¿por qué crees eso?

——Ayer salí con Yeonjun, ¿recuerdas? ——Beomgyu asintió secamente ——Después de eso, Yeosang me llamó ebrio, resultaba que estaba en un bar.

——¿Lo seguiste?

Soobin asintió.

——Le hice compañía. Lo escuché desahogarse del imbécil que lo estaba lastimado.

——Seonghwa... ——colegó Beomgyu no muy seguro.

——Ese es el punto, Gyu. Ahora que lo pienso, él jamás lo mencionó en su borrachera. Solo lloraba y me abrazaba, refiriéndose a esa persona como "idiota".

——Mmm... ¿No crees que muy pretencioso que creas que eres tú solo por eso? Es muy probable que se refiriera a él.

——No, espera, idiota. Déjame terminar de contarte.

Soobin se lo dijo todo.

Yeosang le había dicho que habían conversado y que "el idiota" (que se suponía era Seonghwa) no lo quería de la misma forma.

Seonghwa había ido a su casa a decirle exactamente lo contrario. Que había roto con su novia, y que cuando quiso hacer las cosas bien con él, Yeosang lo había rechazado diciendo de que era muy tarde.

Entonces, había un mentiroso.

——¿Pero por qué te mentiría? ——Beomgyu no lo entendía a cabalidad.

——Lo de ayer no fue una mentira, Beomgyu. O por lo menos no todo. Si lo hubieras visto llorar ayer, entenderías. Nadie puede fingir ese dolor como si nada. Me dolió tanto verlo así que hasta yo lloré con él.

——Entonces el otro está mintiendo.

——Seonghwa tampoco parecía mentir ——Soobin hizo una mueca inconvencido ——. La honestidad en sus ojos... Brillaban cuando hablaba de él, lo juro.

Beomgyu bufó.

——¿Entonces qué carajo? ¿Por quién lloraba si no era por Seonghwa?

Soobin recordaba el brillo en sus ojos, más allá de las lágrimas cuando lo miraba la noche anterior, como se aferraba a él.

¿Sus sentimientos habrían escalado a algo más? No lo sabía con exactitud, pero era la única teoría que tenía.

——Deberías preguntarle.

Soobin negó con la cabeza inmediatamente.

——Prefiero quedarme con la incertidumbre a ponerlo es una situación incómoda. Sea quien sea el mentiroso.

——¿Y si al final sí es como crees? ¿Y si de verdad se enamoró de ti? No le corresponderías, ¿verdad?

Después de pensarlo unos segundos bajo el escrutinio de su mejor amigo, se mordió el labio inferior y respondió.

——No podría. Él no merecería recibir menos de lo que da. Eso me haría igual hijo de puta que Seonghwa, o peor.

——Porque no lo amas...

——Lo amo, pero no de esa forma. Bien sabes donde está mi corazón.

Beomgyu exhaló.

——Bien ——tajó.

Soobin lo miró entre sus pestañas, apenado.

——Lamento si te hice venir por una tontería. Mi cabeza estaba explotando por respuestas y estaba ansios-

——Shhh, calla hombre ——renegó con tono gracioso ——. Jugar a los detectives será la mejor parte de mi domingo aburrido. Además que quería un café.

Soobin le sonrió agradecido, antes de asentir.

——¿Ordenamos?

——Sí, y rápido, terminando esto debo volar a casa para terminar mi ensayo ——se quejó Beomgyu.

Cuando la mesera se acercó, Soobin pidió dos frapps, aparte del que había pedido Gyu para sí mismo.

Cuando Gyu lo vio como preguntándole por qué dos, Soobin sonrió ladino y respondió:

——Para Tae.

Soobin regresó a ducharse y cuando salió de esta y vio su celular, tenía tres notificaciones de mensajes de Yeonjun.

Sonrió inmensamente, las maripositas en su estómago bailando alegres.

Hola Binnie :>
Iba a salir a hacer unas compras y recordé lo bien que la pasamos la otra vez, ¿vienes?

No demoró ni dos segundos en responder. Tenía planeado descansar, pero esto era mil veces mejor.

"Por supuesto, hyung"

La nueva respuesta de Yeonjun le llegó en tres minutos.

"Nos vemos en el mall de siempre en una hora :)"

Era bueno que justo había decidido ducharse ese día. Antes de ir a la "cita" con Yeonjun, Soobin se la pasó más de cuarenta minutos frente al espejo, probándose outfits hasta que se sintió lo suficientemente "bonito".

Una vez encontró uno que lo convenció, se vio una última vez al espejo, diciéndose internamente de que estaba bien y que no tendría que preocuparse, esperando a que eso ayudara a bajar su taquicardia.

Tomó un taxi hasta el mall, le mandó un mensaje a Yeonjun y lo esperó cerca de la puerta del mismo, revisando su celular hasta que llegara.

Cuando por fin llegó, de alguna forma Soobin lo sintió y alzó la mirada. Exactamente como sucedía con las películas, casi en cámara lenta y con musiquita ridícula de fondo, Soobin ahogó un suspiro cuando él estuvo lo suficientemente cerca como para poder oírlo.

——Hola, Binnie ——Le sonrió.

Ese apodo en sus labios era probablemente, lo más dulce que había escuchado en décadas.

Soobin realmente no se explicaba como alguien podía verse tan tierno y sexy a la vez con un simple pantalón de jean y una camiseta cualquiera. Yeonjun lo hacía.

Soobin lo saludó de vuelta, intentando esconder el hecho de que era un lío por dentro, y entonces andaron.

De tienda en tienda, mirando, comprando, sonriendo, bromeando y pasándola bien. Tal como la vez anterior.

Yeonjun lo ponía nervioso, pero al mismo tiempo lo hacía sentir relajado y lo hacía sentir feliz como nunca lo había estado. Tan feliz que esa misma felicidad provocaba los nervios.

El reloj corrió arrastrando risas consigo.

Cuatro horas pasaron, entre compra y compra, y entre comidas y charlas.

Soobin ya estaba por decir que debían volver a casa cuando estaban haciendo la última fila para comprar unas zapatillas para Yeonjun, cuando algo sucedió.

——¿Choi Yeonjun? ——El nombrado y Soobin voltearon ante el llamado de una voz femenina desconocida.

Quien había llamado a Yeonjun parecía una muñeca de lo bonita que era, ella estaba acompañada de otras dos personas, un chico ridículamente apuesto y con cuerpo construido, y otra chica igual de preciosa.

Esas personas, le recordaron al grupo de amigos de su hermano por sus visuales, pero Soobin estaba seguro de jamás haberlos visto antes.

Supuso que eran amigos de Yeonjun, pero haberlo acosado tanto tiempo, había valido la pena, pues Soobin conocía perfectamente las reacciones del peliazul, y la que el mayor tuvo en aquel momento, era todo menos placentera.

Yeonjun palideció.

——No es él, Yeonjun no es guapo ——"susurró" la chica de su costado.

——Si es él, mírale la cara ——insistió el chico.

Yeonjun volteó rápidamente dándoles la espalda. Su expresión decía incomodidad y algo más. Soobin miró curioso mientras ambos escuchaban a sus espaldas.

——Pero ese chico no es gordo. No es Yeonjun.

——Vamos a comprobar. Oye tú.

Era obvio a quien estaba llamando. Pero él no volteó.

Soobin, confundido y preguntándose quienes eran esas personas, le preguntó.

——Hyung, ¿los conoces?

——No, ahora vamo-

Pero aquellos tres tenían otros planes.

Una mano pesada y grande se dejó caer en el hombro de peliazul sobresaltándolo.

——¿Yeonjun?

El mencionado se tensó notoriamente, Soobin supo inmediatamente que algo estaba mal. No eran sus amigos.

——Oh, por dios, sí es él. Wow, Yeonjun, ¿qué te pasó?

——La pubertad le llegó tarde ——se burló la rubia.

——Ya me preguntaba que había sido de ti desde que te fuiste de la escuela ——dijo el chico, pero su tono no era amigable, había algo sardónico en él, cruel.

——Todo lo que le decíamos sirvió de algo, ¿ves? Ahora vale más la pena ——Esa chica realmente no sabía susurrar o alzaba la voz a propósito.

Soobin frunció el ceño, sean quienes fueran esos imbéciles, nadie le hablaba así a su hyung. Estaba por defenderlo, pero el chico le ganó.

——Bueno, fue bueno verte después de tanto tiempo ——Elevó su mano en modo de despedida.

Siguieron hablando detrás de ellos, todavía podían escucharlos.

——Te dije que era él ——dijo el chico.

——Igual, mono que se viste de seda, mono se queda. Asqueroso ——rió la rubia.

Y ya no pudieron oír más porque se habían alejado demasiado.

Soobin estuvo a nada de ir tras esos tres y pegarle por lo menos al chico, mínimo dejando de recado de "perras plásticas" a las otras dos.

Pero cuando miró a Yeonjun, toda esa ira se disipó convirtiéndose en genuina preocupación.

Los ojos de Yeonjun se veían más grandes, su mandíbula tensa. Cuando miró hacia abajo, Soobin pudo notar que a Yeonjun le temblaban las manos: se pudo dar cuenta del temblor incluso si se refugiaban en las asas de las bolsas de compra.

——¿Hyung?

Hubo un ligero cambio en la respiración del mayor

——¿P-podemos irnos, por favor?

Antes de que Soobin pudiera responder, Yeonjun ya se había sido de la tienda dando largas zancadas. Soobin tuvo que trotar para alcanzarlo.

——Hyung, espera. ¿Qui-Quienes eran esas personas? ——Buscaba su mirada, pero la del mayor estaba firme en el camino mientras cada vez caminaba más rápido, Soobin apenas podía seguirle el paso torpemente.

——Nadie ——tajó con la voz más recelosa y fría, un tono odioso.

——Pero ellos-

——¡Dije que nadie! ——Se detuvo tan solo para gritarle a la cara.

El mayor parpadeó turbado y tenso por su expresión tan molesta.

Yeonjun jamás lo había tratado mal. Yeonjun jamás lo había tratado como trataba a los demás.

Era la primera vez que le levantaba la voz de esa forma.

Soobin se hizo pequeño en su sitio y bajó la cabeza. Eso le había dolido como si alguien le hubiera dado un puñete en el pecho.

A diferencia de otras veces, culpa llegó a él como cada vez que estaba con Soobin.

Frunció el ceño y vio dos segundos al menor de esa forma, asustado y triste, segundos que le bastaron para sentir pánico.

Soobin lo había cambiado, maldita sea. Porque antes no le hubiera importado una mierda sentirse "poderoso".

Sus ojos se abrieron más al entender que lo había lastimado. Esto no era normal en él, dios.

Yeonjun, consternado, exhaló pidiendo paciencia.

——Lo siento, Binnie ——suavizó su voz ——. Yo no quise gritarte, solo... Solo me alteré. Esas personas fueron... son... ——Ah mierda, por qué siquiera estaba diciéndole esto a él. Nadie sabía, ni siquiera su mamá, ni sus amigos más cercanos. ¿Qué carajo tenía Soobin que lo hacía querer bajar todas sus barreras? Una vez más, el peliazul exhaló. Ya había caído, ¿no es así? ——No me siento cómodo diciéndole aquí, ¿po-podemos ir a mi casa?

Solo fue entonces que Soobin subió la mirada; sus ojos se hicieron mucho más grandes y sus mejillas se tiñeron de un bonito rosado. Tan bonito...

——¿T-Tu casa?

Yeonjun sintió alivio al haber enmendado su error impulsivo a tiempo. Le sonrió de lado.

——Sí, además necesito ayuda con las bolsas. ——Las levantó.

Soobin no demoró mucho en sonreírle igual.

——Está bien, hyung. Vamos.

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