19
La música sonaba a través de los parlantes, retumbando en las paredes, poniendo a Soobin innecesariamente nervioso con su propia mirada fija en su reflejo.
Sus abrigos en el suelo, la música sonando, inundando cada espacio del salón.
Cuando Yeonjun propuso entrar en calor, ir al Studio a bailar no era lo que el menor tenía en mente.
Yeonjun se sabía la contraseña de la puerta del lugar, lo que le hizo sentirse un poco celoso de la cercanía que tenía con su hermano para que eso pasara.
——¿Recuerdas la coreografía del viernes? ——preguntó mirando a Soobin por el reflejo.
Soobin asintió.
No quería bailar. La última vez que lo hizo le costó muchísimo esfuerzo mental.
Ya no se sentía ansioso con el mayor, pero esta era una ocasión donde los nervios de hacerlo mal o no satisfacer las altas expectativas de un bailarín ejemplar como Yeonjun, le provocaban ansiedad que lo torturaban en el borde de la imposibilidad de la perfección.
Pero tampoco iba a negarse. No es como que pudiera de todas formas. El mayor simplemente había tomado su mano, arrastrándolo desde la plaza hasta las afueras del Studio. Era una sopresa supuestamente, aunque para Soobin una no muy grata.
——Soobin relájate.
Hasta Yeonjun se había dado cuenta de lo tenso que se encontraba mirándose a sí mismo.
——Tú eres buenísimo en esto, amas bailar y se nota cada vez que te relajas y dejas que tu cuerpo fluya. Inténtalo, ¿sí? Como esa vez.
Intentar, nada iba a perder con intentar.
Asintió relamiendo sus labios que los sentía secos.
——Muéstrame.
Soobin dio un minúsculo saltito por la sorpresa. La respiración de Yeonjun cosquilleó en su nuca. ¿Cómo y cuando llegó a estar tan cerca?
¿Por qué haces eso? ¿No ves que estoy muy enamorado de ti?
Se giró un poco nervioso a ver al mayor; este lo estaba sosteniéndolo por los hombros, aunque demasiado cerca para ser un gesto simplemente amical.
Su sonrisa, una sonrisa tierna, dulce, esas que traen paz al momento de verla, hermosa. Soobin creía que Yeonjun tenía la sonrisa más hermosa que había visto jamás, y tal vez era un sentimiento compartido a la viceversa.
——C-creí que lo haríamos juntos.
Yeonjun lo observó en silencio unos segundos antes de devolver su mirada hacia al frente y hablar.
——Bien, con tal que se sienta más cómodo para ti.
Inmediatamente después de eso, se acercó al reproductor de música y apretó el botón que le daba reproducir a la pista.
La música fluía y Yeonjun empezó a mover su cuerpo.
Soobin se quedó embobado con solo verlo, tanto así que olvidó bailar.
Era impresionante como algunos tenían esa facilidad, ese don para algunas cosas. Sin esfuerzo, se veía simplemente genial, desde los movimientos amplios y limpios hasta los detalles y expresiones faciales.
Talento.
Cuando Yeonjun terminó con la coreografía y se dió cuenta de que Soobin no se había movido, rió bajito porque lo había engañado. La música se detuvo.
——Lo olvidaste, ¿no es así?
——No, no es eso, solo-
——Déjame ayudarte a recordar.
Yeonjun se posicionó detrás de Soobin, un poco demasiado cerca para el gusto del menor cuyo corazón ya empezaba a desestabilizarse.
Yeonjun puso una mano en su hombro e hizo que Soobin estirara su brazo a un costado sin ser brusco, Soobin aguantó la respiración para no soltar los suspiros tan obvios que quería.
La pierna de Yeonjun lo agarró desprevenido cuando con esta, detrás de la suya, empujó haciendo que abriera más las suyas. Luego una mano por atrás tomo su barbilla y ladeó su cabeza ligeramente, casi dulce. Cada movimiento conectando miradas a través del espejo.
——Esa es la posición inicial ——musitó igual de cerca ——. ¿Ahora sí lo recuerdas?
Ay.
Soobin tragó duro varias veces y se las arregló para verse tranquilo al asentir, esperando que tuviera piedad y se alejara.
Yeonjun, en su lugar, luego con una de sus manos, súbitamente tomó su cintura y lo giró hacia su derecha, este movimiento siendo más brusco, Soobin jadeó por la sorpresa cuando sintió a sus dedos hundirse innecesariamente en su cadera, luego con la misma mano que viajó desde allí hasta su hombro de nuevo, lo empujó ligeramente hacia abajo haciendo que sus rodillas flexionaran. Como si fuera un muñeco, le posicionó sus manos en su cabeza por delante.
El fuerte agarre del mayor haciendo que todo su cuerpo se erizara.
——Segunda posición ——musitó con voz inesperadamente grave en su mismo sitio.
Joder, ¿era necesario que estuviera tan cerca? Hasta podía sentir parte de su espalda hacer contacto con su pecho.
Una mano del mayor cayó en su estómago por lo cual dió un saltito.
——Shh, tranquilo, solo es la tercera posición ——susurró literalmente sobre su oído.
"¿Posición de que?" Pensó Soobin.
Con la mano que no estaba sobre su estómago, dió un empujoncito con su puño a su espalda haciendo que la arqueara un poco, un jadeo escapando de sus labios involuntariamente, lo que lo hizo apretar los labios y maldecir en su cabeza.
De repente sintió a la presencia de Yeonjun delante de él; en un movimiento brusco de nuevo, tomó las manos de Soobin que caían a sus costados y las puso detrás de su espalda, como si estuviera arrestándolo, haciéndolo sentir expuesto de esa forma. De nuevo, con sus dedos, ahora delicadamente levantó su barbilla.
——Tercera ——dijo por fin alejándose ——La cuart-
——Ya recordé, g-gracias ——Deshizo la posición ——. Déjame hacerlo.
Yeonjun asintió y fue hasta estar a un costado del equipo, se apoyó frescamente en este.
——¿Listo pequeño?
——No del todo, pero lo voy a intentar ——Se sinceró. Miraba con fiereza hacia el frente. Esos toques tal vez era lo que necesitaba.
Con esa repuesta, Yeonjun sonrió satisfecho antes de poner play.
"Confía en ti, tú puedes" se decía a sí mismo Soobin cerrando los ojos.
No los abriría, no para ver en el espejo algo que le disgustara o hiciera que se sintiera presionado, como por ejemplo, ver a la perfecta silueta del mayor escrutándolo y juzgándolo a través del espejo.
La música estalló en sus oídos y empezó moverse, como siempre quiso, mentalizándose con la idea de que estaba solo, intentando estar confiado por más que los nervios siguieran allí, pero no tan abrumadores como otras veces.
Empezó.
Bailaba, se agachaba, lucía la coreografía.
Y es que era tan talentoso, que solo la confianza le faltaba para dominar el mundo.
Yeonjun sonreía mientras lo veía bailar de esa forma, porque de verdad Soobin era asombroso, y le gustaría que él mismo fuera capaz de verlo también.
Terminó el número, la música cesó, Soobin abrió los ojos, recibiendo aplausos del mayor.
——Cada vez que bailas con esa confianza juraría que mi corazón se detiene.
Oh, eso había sonado demasiado... demasiado romántico y no quiso que fuera así. La expresión de sorpresa encantada de Soobin le confirmó que decir eso sin pensarlo había sido un error. Sin embargo, no se retractó.
——¿Te veré bailar así en alguna clase?
Soobin ni siquiera respondió porque seguia procesando sus palabras de antes. Mentira o no, se sentía como si estuviera flotando.
——Tomaré eso como un sí ——rió ——. Supongo que ya no te hace frío, ¿no?
De nuevo, sin repuesta por el shock inicial de Soobin.
——Bueno -——Lo abrazó por el hombro. ——. Te dejaré en tu casa, ¿ok?
Tomó de nuevo su silencio como un sí.
Le puso el abrigo por encima de sus hombros y salieron del lugar.
Yeonjun tuvo que irse por su lado por una llamada de su madre.
Eso dejó a Soobin caminando a su casa, flotando de hecho, porque no podía creer la forma en la que las manos del peliazul recorrieron su cuerpo "inocentemente".
Su sonrisa de colegiala enamorado titubeó al sentir esa horrible sensación que todos hemos sentido alguna vez, de que estamos siendo observados, aunque muchas de las veces no es más que una falacia. Pero esta vez, lamentablemente no lo era, ya que al momento de girarse para ver si no era más que una imaginación suya, sus ojos se encontraron con otro par de orbes oscuros que lo miraban acechando como un halcón acecha a su presa. Era Baekho.
En la otra calle. A una maldita calle de distancia.
Soobin sintió como el color abandonó su rostro. No de nuevo, no podía estar siguiéndolo en la calle de nuevo.
¿Por qué tenía que pasarle esto a él?
Debió de haber recorrido a las autoridades con anterioridad, pero simplemente pensar en el hecho de la burla que otros sentirían si es que se enteraban de su acoso, evitaba que buscara ayuda o que le dijera a alguien. De hecho solo sabía Beomgyu, y no porque le haya contado, sino porque él mismo lo había visto con anterioridad en la escuela. Sí, el idiota lo había seguido hasta su escuela. Pero Soobin avergonzado decidió mentirle a su mejor amigo diciéndole que ya se había detenido, cuando en ningún momento fue así.
Apenas confirmó que era él quien lo miraba la distancia, empezó a trotar lejos.
Baekho no era de los que simplemente insistían hasta el cansancio, tampoco era solamente de los que observaban desde las sombras como él mismo hizo en su momento. Él era peor, porque lo era todo, y Soobin le tenía un genuino miedo porque sabía que podría hacerle daño considerando que era conocido por justo eso, ser abusivo con sus parejas.
Baekho tras de él, empezó a trotar también siguiéndolo. Soobin, ya completamente perturbado y asustado por la situación, empezó a correr con todas sus fuerzas, cerrando los ojos con fuerza esperando abrirlos y no verlo más.
Corrió con todas sus fuerzas unas cuatro cuadras más y cuando ya estuvo lo suficientemente cansado como para no sentir el aire ingresar correctamente sus pulmones, con una mano en el pecho y otra en las rodillas mientras intentaba estabilizar su respiración, volteó rogando no verlo cerca, y felizmente había logrado perderlo, pues no estaba allí.
Su urbanización era segura, así que confiaba que no lo seguiría hasta su casa. Imploraba que no fuera de ese modo.
Ni bloqueándolo de todas las redes sociales, ni gritándole explícitamente a la cara era que entendía que no lo quería cerca por nada del mundo.
Una vez llegó a su casa, aún con esa molesta ansiedad encima, aún con ese sentimiento de que era observado, maldijo por lo bajo pues su bonito momento con Yeonjun había sido completamente arruinado por él.
Creyendo que había tenido suficiente se dispuso a ir a su habitación para simplemente dormir hasta el día siguiente, sin embargo escuchó un grito que parecía ser de enojo total o tal vez frustración proveniente de la habitación de su hermano.
Para ese punto, Soobin ya no sabía qué demonios estaba pasando con su propia vida, pues sentía que era un espectador de esta en vez del capitán que se supone que debería tomar el timón y decidir. Él se sentía todo menos dueño de su vida, ahora desconocía sus alrededores con los que estuvo familiarizado tanto tiempo.
Estaba preocupado, sí, ¿pero qué podía hacer? Ya no quería presionarlo y tampoco iba a reclamarle. De seguro había obtenido una nota baja o algo por el estilo.
Quería ser útil, pero sin saber que hacer, antes de retirarse a dormir, pasó por la cocina dispuesto a prepararle algo a su hermano, pero como no sabía cocinar simplemente se dispuso a hacerle un emparedado de queso y jamón con un vaso de leche que sabía su hermano bajaría a comer en algún momento. Encontraría el detalle, pero tal vez podría creer que no era para él, por lo que terminó de dejárselo claro por medio de una nota que escribió con uno de los bolígrafos que estaban en la encimera de la cocina.
"Sólo quiero que sepas que aquí estoy para ti si lo necesitas, por favor aliméntate bien y tómate un descanso. Te quiero".
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