14
Estar por lo menos dos horas diarias con Yeosang se le había hecho rutina.
Si no era en la casa del menor, era en el patio de aquella abandonada casa, recostados uno en el pecho del otro admirando el cielo celeste, o apoyados en el enorme roble mientras charlaban sobre su día, observando como el columpio de llanta que Yeosang solía adorar cuando era un niño, se mecía con el viento, evocándole al mayor el recuerdo de las fuertes manos de su padre empujarlo, haciendo que se meciera hasta sentir que caminaba en el cielo.
Era extraño, su relación tan inesperadamente cercana, demasiado inesperado para ambos.
¿Quién diría que fue una simple palabra la que iniciaría con una amistad así de bonita?
Yeosang confiaba en Soobin lo suficiente como para contarle acerca de su pasado, su padre difunto y el hecho de que sin él, ahora debía continuar batallando solo, de que ahora vivía solo en un pequeño cuarto que a las justas podía pagar, que era un estudiante becado, que estaba enamorado de alguien quien no le correspondía. En resumen, que su vida era un caos.
Y la verdad no entendía como el pequeño Kim lo lograba entender a la perfección, dándole una seguridad que nadie más le había dado, dándole la confianza para compartir cosas que jamás había hablado con nadie antes.
Soobin sentía lo mismo.
Incluso siendo solo dos meses de haber tenido su primer contacto, ya sabía que Yeosang sería uno de esos amigos que lo acompañarían muchos años si no era para toda la vida.
Por eso, él, que sí gozaba de una posición socioeconómica más que buena, cada que salían, se encargaba de invitarle y también de comprarle comida real en vez de esos fideos instantáneos baratos que el mayor solía comer como almuerzo todos los días.
Soobin había descubierto que la barriguita del mayor era tan cómoda como la almohada favorita de su habitación. Por eso se sentía relajado mientras el mayor le rascaba la cabeza, algo que también se había hecho costumbre para ambos.
——¿Y sabes? Es muy difícil para mí ver como todos lo aman. Yo sé que la envidia no es buena, pero... me gustaría tener todo lo que él tiene ——Luego bufó una risa ——. Y es irónico que supuestamente lo tengamos siendo hermanos.
Yeosang se tomó sus segundos para procesar todo. Completamente inesperado.
——¿En serio no le has dicho esto a nadie? ——Yeosang estaba sorprendido de su repentina confesión, porque juraba que solo existía una conexión inquebrantable entre esos dos hermanos, no que habían sentimientos de recelo ocultos.
Esa tarde había sido abrumadora para Soobin por tres razones, tres razones que por fin lo motivaron a pedir consejo de alguien que no fuera su reflejo:
1. Era su cumpleaños.
2. Nadie nunca se acordaba, solo Tae y Beomgyu.
3. Justo por eso odiaba su cumpleaños y les rogó a ellos que solo actuaran como si fuese otro día.
El cumpleaños de Choi Soobin no se celebraba, ese era su deseo, su regalo.
Cinco personas habían ido a su casa para ver a su hermano esa tarde. Por eso salió de casa.
Soobin resopló casi riendo.
——¿A quién tengo para decirle estas cosas? Tonto.
——¿Beomgyu?
——No puedo decirle a él.
——¿Razón?
——Beomgyu es como otro hermano para Tae, ¿tienes idea de lo incómodo que sería para él saber eso cada que estemos los tres?
——Pero se supone que es tu mejor amigo.
——Lo es, pero es exactamente la misma razón del porqué tú no le puedes contar a Wooyoung lo que pasó con Seonghwa.
——Eso es diferente. Él es mi amigo y además es su hermano menor.
——Por favor... Es lo mismo. Sería muy incómodo y un jodido desastre en ambos casos.
Bueno, si lo ponía así, tal vez era parecido.
——Supongo...
Un pequeño silencio se extendió.
——¿No vas a decir nada? ——El menor esperaba un buen consejo.
——Es que la verdad no sé que decirte ——confesó ——. Jamás he sido bueno lidiando con los celos y la envidia, no me gusta concentrarme en esos sentimientos que solo lo hacen mas difícil.
——Quiero decir, no es una envidia tóxica, ¿sabes? O sea, yo amo a mi hermano y lo admiro muchísimo, pero me frustra no poder ser igual a él.
——¿Y por qué quieres ser igual?
¿Por qué no? Era la pregunta.
——Él es guapo, es estudioso, el hijo perfecto, un genio, responsable, hace todo bien, todos lo aman...
Yeosang no podía creer lo que estaba escuchando. Exhaló.
——Soobin... ——pronunció firme, como si fuera a decir algo importante ——Te das cuenta de que no todos somos iguales y eso está bien, ¿verdad?
——Claro que sí, hyung. Per-
——Pero nada, niño ——Tincó su cabeza con sus dedos, sacándole una mueca graciosa ——. Tú eres Kim Soobin, no un mini Kim Taehyung. Si tú fueras igual que tu hermano, ya no serías tú. Tú, mi pequeño conejo gigante, tienes tus propios encantos que no todos son capaces de ver a simple vista. Ese es el encanto de los introvertidos, tener que buscar la chispa hasta encontrarla y luego disfrutar de su brillo. Tú y Taehyung son diferentes y eso hace que sea aún más especial.
——Yo sé eso ——justificó irritado ——. Pero decirlo es fácil hyung, controlar esos celos o esos pensamientos no lo es. Creéme que no quiero tenerlos, pero siempre termino comparándome con los demás, no solo con él, con todos.
——Compararse es inevitable, amigo, jamás dije que no. ¿Cómo crees que me sentí al estar dentro de tu casa por primera vez?
——¿Viste? ——incriminó dándole un palmazo en el pecho.
——La diferencia, Binnie, es que en vez de lloriquear o deprimirme por lo que me falta, me motiva a trabajar más duro para poder conseguirlo yo también.
——Lo haces sonar tan sencillo... ——lloriqueó el menor.
——Es que lo es, Soobin ——Yeosang se sentó, levantando al menor, obligándolo a sentarse igual y a que le prestara atención ——. El cambio va a ser tan fácil o difícil como tú decidas que sea, de eso depende cualquier cambio.
——No entiendo ——bufó estresándose.
——Dime niño, ¿tu hermano es un alien?, ¿un robot o un metahumano?
——Sí.
—— Soobin... Tómatelo en serio.
——¡Ay, bien! No...
——¿Tiene dos cerebros? ¿Cinco manos o dos cabezas?
——No... ——masculló como un niño berrinchudo ——Pero es un genio, yo no-
——Soobin, yo he visto a tu hermano estudiar hasta en el almuerzo en la cafetería. Estoy seguro de que lo has visto amanecerse en más de una ocasión.
Todos los días.
——Taehyung es muy inteligente, pero todo lo que ha conseguido es en base a esfuerzo. El esfuerzo siempre retribuye. ¿Quieres mejorar o cambiar algo en ti? Entonces deja de llorar y mueve el trasero. Así de simple es.
Maldita sea, tenía razón en todo.
——¿Por qué no eres psicólogo?
Yeosang rió.
——Porque quiero defender inocentes y evitar que lo que le pasó a mi padre, les pase a otros.
——Aish, tú tampoco ayudas, ¿por qué eres tan genial? ——Esbozó un puchero que hizo a Yeosang sonreír y pinchar sus mejillas por lo tierno que se veía de pronto.
——Solo te lo digo por experiencia, niño ——Le había tocado aprender a salir adelante solo desde los 14 años. Había madurado antes que todos, y en definitiva, a pesar de todo lo malo que le ocurrió, él sabía que todo pasaba por algo y que gracias a esas dolorosas experiencias, él era alguien fuerte. La vida le sonreiría pronto, lo sabía.
El celular del menor empezó a sonar dentro de su bolsillo.
Al observar el identificador de llamadas, una hermosa sonrisa se emplazó en sus labios.
——¿Hyung?
——Binnie, estamos con Jimin hyung esperándote en el Studio, ¿dónde estás?
Joder, las clases.
Se levantó rápido y se sacudió con la mano el pasto pegado a su jean.
——Yo... ¡Estoy en camino!
——Más mentiroso eres... ——rió Yeonjun al otro lado de la línea ——Recién vienes para acá, lo sé, te conozco, Choi Soobin. Te esperaremos afuera, ¿sí? Compré chocolate para ustedes, le llevas a Tae que tampoco vino hoy.
——Oh, está bien. ¡Estoy a cinco!
Multiplicado por cinco.
Yeonjun volvió a reír.
——Solo ven y no te vayas a caer esta vez.
——¡Eso fue tu culpa! Pero ya que. Adiós ——fingió molestia colgó con una sonrisa de oreja a oreja viendo su pantalla.
——Supongo que nos vemos mañana ——Yeosang también se había levantado ——. Tengo que ir al súper a trabajar.
——Vamos juntos, yo pago el taxi.
Dos minutos después , dentro del taxi, Yeosang, pensando en la reacción del menor al alzar la llamada, quiso preguntar como iban las cosas con el peliazul ya que habían pasado dos semanas desde la última vez que hablaron del tema.
——¿Cómo va todo con Yeon?
——Oh, genial hyung ——contó contento ——. La verdad que desde la fiesta nos hemos hecho muy cercanos. Incluso diría que amigos. Ya es menos incómodo para ambos.
——¿Cómo menos incómodo?
——No lo sé, hyung. Creo que gané confianza desde lo de la fiesta.
——Pero si no recuerdas nada ——se burló haciendo que Soobin rodara los ojos.
—— Como te decía... ——canturreó ignorándolo ——Ahora ya no me siento tan excluido cuando habla solo con Tae. Ellos también se han vuelto muy buenos amigos. Solemos estar los tres, y parece no molestarle mi presencia en lo absoluto ——Ensanchó su sonrisa ——. Aunque a veces me molesta un poco cuando Yeonjun se le queda mirando todo embobado, ya no es tanto como antes. Siento que Yeonjun me trata diferente, no lo sé, ¿más cariñoso o amigable? ——Tuvo que esconder su carita en sus manos por la emoción, ahogando un grito ——Hyung, ¡ayer hasta nos quedamos hablando por mensaje hasta las 4:00 am! ¿Puedes creerlo?
No, no podía. Y a pesar de todo, aquel tipo aún le daba desconfianza.
——Me alegra ——mintió e intentó sonreírle ladino ——. Ojalá tuvieras esa misma confianza al bailar.
La expresión del más alto ensombreció de golpe.
——Aún me da miedo ——confesó bajando la cabeza ——. No quiero decepcionar a Yeonjun ——Se mordió el labio inferior al pensar en la posibilidad.
——Vas a poder, vas a ver. Yo sé que eres bueno ——lo motivó con una sonrisa de confort ——. Iré a verte algún día, ¿promesa? ——Su meñique alzado, Soobin le sonrió amplio.
——Promesa ——unió su meñique al suyo.
De verdad necesitaba mejorar su físico. La coreografía ni siquiera fue tan complicada, pero era el único que estaba bañado en capas de sudor y con la respiración exageradamente alterada.
Pero no, las palabras de Yeosang se habían quedado tatuadas en su mente a lo largo de toda la clase. Él quería tener confianza, y tal vez no se soltaría con tanta gente allí a la primera, pero era una buena idea hacerlo por lo menos a solas con el espejo, su reflejo siendo el juez de sus movimientos y ejecución. Por algo debía empezar.
Y claro que tenía miedo. No había bailado como quería, con la confianza que deseaba desde que tenía quince años. Sus inseguridades impidiéndole disfrutar algo que amaba hacer.
Es por eso que convencido de que no podía seguir siendo así. Espero a que todos se fueran del lugar.
Una vez seguro de que estaba solo, puso la música desde su celular, y con nerviosismo se dio una mirada al espejo. "Tú puedes" se susurró a sí mismo.
Primer tempo.
Sus músculos reaccionaron ante la música automáticamente, a golpear cada beat, empezó a sentir vergüenza y dejó de ver su reflejo, solo cerrando los ojos, disfrutándolo.
Sentía la canción en sus venas, interpretaba cada verso con una parte diferente de su cuerpo, y por primera vez mientras bailaba, se dejó llevar y se hizo uno con la música, bailando desde lo más profundo de su corazón.
Lo que no sabía era que en realidad no estaba solo. Yeonjun lo había estado esperando en silencio con el objetivo de decirle si podían ir a su casa juntos después, él no se esperaba ver lo que estaba ocurriendo.
No se esperaba verlo bailar, y mucho menos quedarse corto de respiración por eso.
Su ejecución era impecable, las expresiones faciales estremecían algo en él, justo como hacía un gran bailarin.
Su estilo de danza era muy diferente al de su hermano y al suyo, pero no por eso dejaba de ser mejor. Era simplemente digno de admiración.
Soobin era un gran bailarín, ¿por qué se retenía tanto? ¿Por qué se limitaba de esa manera en las clases si era tan bueno?
Yeonjun veía en Soobin a un amigo, pues este con su inocencia atípica, su pureza y amabilidad lo había ganado un poquito debía admitir, cosa que no se esperó. Se había encariñado con él y eso lo hacía todo más difícil y fácil a su vez ahora.
Pero era cariño genuino, no era solamente porque le subía el ego estar con el menor como decía Wooyoung. El chico simplemente le parecía adorable y de verdad ansiaba poder ser amigos.
No era fácil caerle bien a Choi Yeonjun, sin embargo Choi Soobin lo había logrado.
Cuando su performance terminó, solo pudo verlo por detrás con una sonrisa en el rostro. Eso había sido asombroso.
Soobin se apoyaba en sus rodillas regulando su respiración, sus ojos aún cerrados, mientras finas gotas de sudor le daban un brillo natural a su cutis.
Cuando abrió los ojos, se asustó dando un pequeño brinco cuando logró ver al mayor a través del espejo, detrás de él.
Pánico vino a él, pero trató de disimularlo.
¿No que estaba solo? ¿Por qué tenía que ser Yeonjun de todas las personas? Oh dios, de seguro estaría tan decepcionado de su patética presentación. Sintió unas tremendas ganas de caer de rodillas, llorar y pedir perdón sin una razón aparente, no obstante, Yeonjun habló antes.
——Soobin, eso fue maravilloso ——felicitó con una sonrisa orgullosa ——. Eso fue realmente genial.
Sus ojos grandes, bien abiertos e incrédulos, le dijeron al peliazul que en realidad Soobin no creía que fuera así.
——L-lo siento, hyung ——Bajó la cabeza ——. V-voy a mejorar, lo prometo, ni siquiera sé porque hice eso.
La sonrisa amplia de Yeonjun se debilitó hasta formar una ladina apenada.
Dió tres pasos hasta quedar frente a él. Soobin sintiéndose enfermo de los nervios.
El peliazul tomó su barbilla entre sus dedos y la levantó con cuidado, haciendo que esos ojitos asustados lo miraran fijamente, sintió a Soobin tensarse y tragar duro ante su toque.
——No tienes porque disculparte, tonto. Bailaste realmente genial. Tú sabes que yo no le miento a mis amigos.
Palabras así de simples sumado a su toque justo, lo hacían sentir que podría llorar de felicidad, sin embargo, decidió concentrarse más en sus reacciones, porque estaba a nada de ser un mar de suspiros enamorados.
——Eres un chico genial, Binnie ——De repente soltó su barbilla y Soobin sintió ligera decepción hasta que lo tomó por los hombros, girándolo de tal forma que enfrentara al espejo de nuevo, él detrás, tan cerca de su cuerpo que eran milímetros los que faltaban para que llegara a ser un abrazo por la espalda, ciertas partes de ambos cuerpos haciendo contacto, Soobin apretando los labios con fuerza para no suspirar.
Sus ojos conectaron en el reflejo.
——Eres un chico maravilloso que merece tener más confianza en sí mismo, ¿entiendes?
Soobin asintió vagamente porque ni siquiera pudo concentrase en lo que dijo.
Yeonjun no solo decía eso por el baile (que fue bastante bueno) lo decía en general, porque ahora que las tutorías de matemática habían finalizado con un resultado gratificante para Soobin, él había tenido la oportunidad de ir conociendo al menor, de hablar con él y darse cuenta que compartían mucho en común.
Definitivamente los Kim tenían un espacio especial en su corazón.
Los dedos de Yeonjun abandonaron sus hombros y por fin sintió que podía volver a respirar.
Yeonjun tomó asiento, y de su mochila, sacó una botella de agua nueva y se la extendió.
——Toma un poco de agua ——Soobin recibió la botella con una sonrisa agradecida y se sentó junto al mayor ——¿Cómo está Tae? ——inquirió de la nada. Aunque nada nada no era. De hecho habían sido varios días desde que no sabía absolutamente nada del mayor, y por alguna razón, eso no lo intranquilizaba como antes. De hecho solo preguntaba para saber si estaba bien, pues ya había logrado su cometido. Ellos eran amigos, también cercanos, por lo que estaba tranquilo.
El mayor no había estado yendo al Studio ya casi dos semanas, lo cual era raro considerando que incluso a veces, antes dormía allí junto a Jungkook, quien tampoco se había presentado ni allí ni en su casa desde esa ceremonia.
La sonrisa de Soobin desapareció gradualmente haciendo que el peliazul no se percatara.
Se sentía tan real por momentos; esos en los que salían a veces solos, cuando hablaban por mensajes toda la madrugada, cuando lo tocaba como minutos antes... En esos momentos, Soobin se olvidaba de que era una simple muleta para que Yeonjun pudiera caminar. Él estaba siendo usado y debía recordarlo siempre si es que no quería terminar aun más destrozado. Él había accedido a eso de todas formas.
Pero bueno, respondiendo su pregunta... Él de verdad no sabía.
Suponía que bien; su hermano había estado distanciándose disimuladamente día a día. Siempre encerrado en su habitación como un topo de biblioteca.
Ya no hablaban como antes, en la mesa mientras almorzaban, bromeando de cualquier tontería o mirando televisión, Tae ahora leía sus libros de medicina también en la mesa. Cada que le preguntaba si iría al Studio, este decía que a la siguiente porque debía terminar no sé qué y no sé qué tantos, Jungkook no se aparecía por la casa tampoco, Taehyung solo estudiaba, ya ni siquiera salía de casa a fiestas como antes.
Él quería preguntarle a su hermano sobre su extraña actitud, pero al final no lo hizo, ¿por qué?
Porque tal vez, en el fondo, ese fondo malicioso que todos tenemos, él disfrutaba verlo estresarse. Su parte envidiosa e inconforme con su vida, era la que sentía satisfacción al ver que no todo era rosa para Tae. Pero Soobin, el verdadero amoroso Soobin, estaba realmente preocupado por él; no era normal que dejara de hacer cosas que disfrutaba por estudiar de esa forma.
Una vez mientras comía le comentó de todo lo que era responsable, Soobin aparte de sentirse mal por no poder ni siquiera sacar buenas notas cuando él fácilmente podría descubrir la cura del cáncer, le pareció un poco demasiado que se sobreexigiera así.
Su repuesta era "todo está bien" cada vez que le preguntaba por sus ojeras remarcadas o su falta de apetito.
¿En realidad lo estaba?
Taehyung nunca le mentía, pero por alguna razón se sentía de esa forma.
Luego de pensarlo un poco, decidió que debería hablar con su hermano de una vez por todas para destapar la verdad.
——Creo que está estresado ——resumió sus pensamientos.
Yeonjun asintió, insatisfecho con esa respuesta.
——¿Crees que podamos ir a tu casa después? Estoy preocupado por él, quiero verlo.
Claro, por eso lo había esperado. ¿Qué creía?
——Llamaré a casa a ver si quiere o puede. Últimamente no se sabe con él ——Yeonjun volvió a asentir y Soobin sacó su celular empezando a redactarle un mensaje.
——Oye...
Subió la mirada hacia su hyung.
——¿Mmm?
——Tengo hambre.
——No me sorprende ——dijo entre risitas. Tan lindo que le sacaba sonrisas imprevistas al mayor.
——Vamos por un helado antes, de paso comes el chocolate que te compré, ¿te parece? ——Le sonrió incentivándolo.
Ah, ¿qué le haces a mi corazón, idiota?
——Me encantaría ——Sonrió ampliamente mostrando sus hermosos hoyuelos, esos que al peliazul empezaba a gustarle mucho ver aparecer.
Lamento la demora, pero se me acabaron las vacaciones y estoy como Tae en estos momentos JAJSJSJSJ. Mañana publico el otro ♥
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