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Soobin seguía contándole a Beomgyu lo del día de la ceremonia con una sonrisa, de esas sonrisas que tú las ves y dices: wow, esta es la definición de felicidad.

Beomgyu escuchaba con interés, pero como aún odiaba al peliazul, le costaba alegrarse por su amigo.

——Binnie, Binnie. Detente ahí. Eres muy intenso ——se burló.

——¡Es que no entiendes lo feliz que estoy! ——Prácticamente le gritó en la cara sin borrar esa sonrisota ——¡Él confía en mí, durmió en mis piernas! Eso hacen las parejas, ¿no? Lo vi en los dramas.

Beomgyu soltó una risita enternecida.

Soobin era un novato en todo el tema amoroso y era muy tierno ver sus primeras reacciones y experiencias.

——Eres todo un caso ——Quiso reír.

Beomgyu pudo decirle que Yeonjun solo era un idiota, que no se ilusionara, que lo alejara, que solo estaba siendo usado y todo era parte de su estúpido plan, pero ver esa sonrisa que no había visto en años, le conmovió tanto que dejó pasarlo esta vez. Ya le recordaría lo estúpido que es después.

Beomgyu empezó a contarle sobre la cena con sus tíos cuando Soobin chocó estrepitosamente con alguien.

Cuando la vio, Beomgyu exhaló frustrado pensando "La pendeja esta", mientras que Soobin solo pudo pensar "Oh no".

Seunghee, una chica ahora con cabello fucsia que odiaba a los Kim más que a nada en el mundo.

——¡Tenía que ser el inútil este! ——vociferó molesta ella cuando se dio cuenta de quien es.

Soobin es una masita, ¿por qué alguien lo odiaría?

Pues fácil. Esta chica era del mismo año que Yeonjun, otra obsesiva con Taehyung, llegando a ser tanto así, que Soobin tuvo que quejarse con el director debido al acoso que recibía por parte de la chica solo para que le diera el número de su hermano.

Seguirlo cuadras, dejarle notas todos los días, buscarlo en todos los almuerzos, insistirle todos los días... Una loca.

Por lo que cuando Taehyung se enteró por otros medios del acoso que recibía su hermano menor (cabe resaltar que el chico nunca supo como defenderse), no dudó en cuadrar a la niña ilusa, ubicarla, y no de la mejor manera.

Nadie molestaba su hermano, solo él y Gyu, tal vez.

La loca, después de ser brutalmente rechazada, solo transformó ese supuesto amor inmensurable en odio inmensurable hacia esos dos.

Maldito sea el destino que los cruzó.

Y ahora cada que podía escupía veneno con esa boca viperina.

——¿Sigues con Beomgyu? ——dijo con burla ——Ha pasado un año entero y sigues igual de solo y sin amigos ——rió.

——Vámonos Bin, no tienes porque escuchar a esta loca.

——¿Te das cuenta de que no tienes amigos y que por eso Beomgyu está contigo, por pena? Nadie te quiere Soobin, de verdad das lástima.

——Soobin muévete, deja de mirarla, ¡no la escuches! ——Tiró de su brazo, pero el más alto no se podía mover.

——¿Qué se siente que nadie te quiera por ser tú? Todos creen que eres un perdedor, por eso nadie te habla en las clases, por eso siempre estás solo, por eso la gente ni siquiera se molesta en compararte con tu hermano, porque eres muy poca cosa ——se burló con altivez ——. Y tu hermano es otro imbe-

——¡Cállate perra! ¡Cállate! ——gritó Beomgyu llamando la atención de todos en el pasillo ——Tú eres una ardida de mierda porque como nadie te hizo caso y te lo dijeron en la cara, te atreves y limitas a decir basura, porque eso es lo que eres.

La chica empezó a llorar por la rudeza con la que le había gritado, pero vamos, que se lo merecía.

Lamentablemente, un profesor escuchó los insultos de Beomgyu hacia la chica.

Soobin sintiéndose humillado y con lágrimas en los ojos, corrió por los pasillos, huyendo de lo que era verdad.

——¡Soobin! ——lo llamó Beomgyu intentando alcanzarlo.

——¡Señor Choi Beomgyu, a mi oficina! ——exclamó el profesor indignado por ver el llanto exagerado de la pelirosa.

——Mierda ——masculló intercalando su mirada entre donde Soobin había huido, y la mirada poco contenta del profesor junto todos los demás alumnos disfrutando el drama ajeno.

No tenía que pensarlo ni siquiera.

——¡Choi Beomgyu! ——elevó la voz aún más el profesor cuando fue ignorado por el faltoso alumno quien huyó rumbo a la cafetería.

Beomgyu, girando su cabeza a todas las direcciones, buscó con la mirada a su mejor amigo, mas este no estaba en la cafetería.

Beomgyu sabía donde estaba. El único lugar posible.

Llegó trotando al tercer patio de la escuela, en un pequeño callejoncito detrás del bus escolar, entre los contenedores de basura.

Un bonito azabache apoyado en la pared, cubriendo sus ojos con el antebrazo en un vago intento de calmar sus sollozos.

Beomgyu lo ubicó con la vista y su rostro se contrajo en pena, al igual que su corazón.

——No, no, no ——Se acercó con cautela a él ——. No llores, Binnie ——Lo tomó por los hombros intentando que lo mirara desde abajo.

Soobin apretaba los dientes, haciendo que pareciera una sonrisa que en realidad no era.

——Soobin, mírame.

El más alto se negaba a mirarlo, no movía el brazo de sus ojos, la manga de su camisa blanca ya transparente.

——¡Carajo, Soobin, que me mires! ——Jaló de su brazo que cubría el origen de sus lágrimas, obligándolo a verlo. El pecho de Beomgyu subiendo y bajando por la impotencia, el cuerpo de Soobin pulsando levemente por el llanto. Bajó la vista cerrando con fuerza los ojos.

——¡Soobin, basta! ——vociferó.

El más alto negó con la cabeza aún cerrando los ojos.

——Binnie, vamos Binnie ——susurró acunando su rostro y sus mejillas mojadas, por fin viendo sus ojos ——. Esa estúpida no tiene idea de lo que habla, ¿entiendes? ——Quiso darle seguridad, por lo que su mirada cariñosa y el afiance en su rostro alzó fuerza ——. Tú - no - estás - solo ——recalcó palabra por palabra.

——Pero es cierto... ——musitó con voz ahogada, bajando la mirada.

Todo lo que Seunghee había dicho era tan cierto...

Nadie, ni sus padres, ni siquiera él mismo le tenía fe.

——Choi Soobin, cierra el puto pico y mírame ——El azabache hizo caso por la dureza de la orden ——. Eres la mejor persona que conozco en este mundo tan lleno de porquería. Te amo mucho, idiota,  ¿lo sabes no es así? Vales absolutamente la pena, amigo mío. No dejes que esa pe-

"Alumno Choi Beomgyu, presentarse en la oficina del director". A través de los parlantes de toda la escuela, aquel anuncio fue dado por la secretaria.

Beomgyu resopló molesto soltando a Soobin.

De nuevo el llamado.

Soobin ya había dejado de llorar, pero al escuchar el anuncio, su expresión solo decayó más.

——Te van a castigar por mi culpa ——musitó cabizbajo ——. Siento tanto ser-

——Cállate joder ——renegó ——. Iré a decir la verdad, que la que inició fue esa tarada oxigenada, luego volveré, ¿sí?

Beomgyu sabía que Soobin no volvería a entrar a clases, pero no quería que se fuera solo a casa. Él lo acompañaría y lo haría sentir mejor, se encargaría de eso.

Soobin era un chico muy sensible.

——Espérame, ¿está bien? Cuando esos idiotas me suelten, pediré permiso de la enfermería y nos iremos de este mugroso lugar ——Su mano volvió a su mejilla y apretó esta con cariño sonriendo poquito ——. Tú siempre me vas a tener a mí.

Soobin le devolvió la mirada cargada de estima, sorbió de su nariz y asintió.

——Gracias, Gyu ——musitó rasposo y sonrió ladino.

Soobin, sintiéndose menos desamparado, pero por alguna razón aún vacío, observó la espalda de su amigo cada vez hacerse más pequeña hasta desaparecer en una esquina.

Por la santísima madre, la suerte no estaba de su lado aquella tarde.

Apenas pudo ir a una cafetería con Gyu a tomarse un Americano luego de escapar de la escuela.

De la escuela llamaron a Beomgyu, bueno, a sus padres, comentándole que estaba tres días suspendido por faltarle el respeto a una compañera. Claramente no se lo tomaron bien, por lo que cuando atendió a su llamada, su madre empezó a regañarlo a gritos, pidiéndole explicaciones y exigiendo que fuera en ese mismo instante a la casa para recibir un doble castigo.

Al final, a regañadientes, Beomgyu no pudo acompañarlo ni siquiera a su casa, también haciendo que su camino hasta casa fuera una sumersión en culpa.

Con ese mismo sentimiento de vacío en el pecho, maldijo al estar parado en el pórtico de su casa, donde menos quería estar. Podía ser de todo menos sentirse como un hogar.

De mala gana y adormilado, metió la llave, abrió la puerta y se arrastró dentro con una expresión soporífera.

Taehyung estaba mirándolo ingresar desde la sala a unos cuantos metros de distancia; se veía serio mientras hablaba por teléfono, una mano en su celular dirigido al oído y la otra en su cintura.

——Sí, sí. Lo había silenciado ——contestó Tae en la llamada ——. Justo acaba de llegar, mamá.

Soobin resopló al descubrir con quien hablaba.

——De acuerdo ——agregó Tae, aún con esa mirada seria. Cubrió la pantalla del celular con su pecho, tapando el micrófono para evitar que su madre escuchara ——¿Que pasó Binnie? ——Frunció el ceño ——¿Cómo es eso de que tú y Gyu insultaron a una compañera? El director llamó a mamá en plena reunión para decirle que estás tres días suspendido. Tu compañera se quejó diciendo que le dijeron cosas horribles. ¿Qué ocurrió?

Había mucha desconfianza en su voz porque sabía que su hermanito era un ángel y él jamás insultaría a alguien simplemente por el gusto de hacerlo.

Soobin bufó una risa y quiso pasar de largo a las escaleras. Taehyung no lo dejó.

——Soobin, mi mamá está esperando una explicación. Solo dile.

——¡Pásame al mocoso ahora mismo! ——se escuchó desde el auricular por más que no estuviera en altavoz.

Soobin apretó la mandíbula y desvió la mirada buscando paciencia.

Intentando no ser tan brusco como hubiera querido serlo, le arrebató el celular a Taehyung y se lo puso en el oído, empezó a subir las escaleras descargando su frustración con estas.

——Soobin...——repitió sin obtener repuesta ——¡Soobin!

El aludido cerró la puerta con un sonoro portazo y se tiró de espaldas en su cama, el dorso de su mano en contacto con su frente. Demasiado cansado como para hacer algo más que mirar al techo.

Tragó duro.

El nudo seguía ahí.

——Hola mamá ——musitó con la voz inestable.

——¡Una cosa te pido, Soobin! ¡Una! ¿Cómo que denigraron a su compañera? ¿Y todos los valores que te hemos inculcado, niño? ¡Estaba en una conferencia y me interrumpen para esto! ¡Por tus tonterías y puerilidades!

——Mamá... ——inhaló invocando paz ——. No es así, dejame ex-

——¡No quiero oírte! Tú siempre dando excusas tontas cada vez que no cumples con nuestras expectativas.

——Mamá, solo te pido que me escu-

——¡Nadie! ¡Nadie Soobin! ¡Nadie te ha pedido que seas excelencia como tu hermano! ¡Solo que seas una buena persona y, ¡¿ni siquiera eso puedes hacer?!

Soobin intentó articular algo más, pero no encontró su voz, esta ya no tenía fuerza.

——Tus notas son mediocres, Soobin, por favor. Ya nadie te pide que tengas notas extraordinarias, pero solo no causes problemas, ¿ok?

Una sola lágrima se deslizó desde su ojo izquierdo hasta ser absorbida por su sábana azul.

——Tengo que volver al trabajo. Dile a tu hermano que me llame luego. Estás castigado.

Llamada finalizada.

Estoico, se giró quedando de costado, contrayendo su cuerpo hasta hacerse más pequeño sobre el colchón.

No es una mala vida Soobin, es solo un mal día.

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