Capítulo 21
Ya es miércoles y he estado todo el día de ayer desarrollando el mejor plan que se me pudo ocurrir. El plan que me librará de esa lista de sospechosas.
Voy a inculpar a alguien más.
Si, como leyeron, voy a inculpar a una de las chicas de la lista y así dejaré de ser una de las sospechosas, soy una genio ¿no creen? Ya tengo todo listo, investigue todo lo necesario y esto saldrá perfecto, la victima será Natalie Cooper, la chica fresa que se cree la reina del mundo. Le haría un favor al instituto al quitarla de aquí, dudo que alguien la quiera ya que es despreciable.
Además, no tengo otra opción, a ella aún los policías no le han revisado su habitación y esto es perfecto para que mi plan sea mucho mejor. Salí de mi casa y camine deprisa directo a empezar mi grandioso plan, subí la colina hasta llegar a la zona de los ricos y si, ella vive ahí ¿Dónde pensaban que viviría una chica egoísta, engreída y que siempre viste las mejores marcas de ropa? Me adentre a paso rápido y al llegar me quede parada unos segundos en frente de la gran casa pensando en todo lo que estaba por hacer. No lo pensé más y salte la valla de madera que rodeaba la casa, camine con cuidado hasta la parte trasera de la casa en donde se encontraba el balcón de su cuarto.
Como les había dicho antes, este plan es perfecto y lo planee meticulosamente, se cada detalle y cada paso que debo dar, nada se me saldría de las manos. Tomé unas escaleras plegables que se encontraban ahí y al tocarla los bellos de mis brazos se erizaron por frío metal de las escaleras, coloqué la escalera y empecé a subir cuidadosamente. Al llegar al final trepe un poco y ya estaba dentro del balcón, abrí la puerta de vidrio que me separaba de la habitación y camine con cuidado.
Todo era de un color rosa pastel, me daban ganas de vomitar, Había grandes peluches encima de la enorme cama que también era rosa. Varias fotografías adornaban una de las paredes, eran de ella, su novio, y unas pocas de su familia. Rodé los ojos y me concentré en el plan, tenía suficiente tiempo para hacer lo que quería en esta casa pues estaba sola pero aun así tenía que apurarme. Me acomode mis guantes y tome el bolso de mis hombros, lo abrí y saque varias cosas: dos cuchillos, una soga y varias imágenes de las victimas que asesine.
Abrí el gran armario que cubría casi toda una pared y abrí el primer cajón que vi, metí todo lo que traje, los cuchillos las imágenes y la soga, cerré todo y salí de nuevo por el balcón dejando todo como estaba. Baje las escaleras y las coloque donde estaban, salí de la propiedad y me dirigí rápidamente al instituto.
Camine colina abajo pensando en lo que implicaba inculpar a esta chica inocente, una vez la atrapen yo ya no podré asesinar, será duro, pero es mejor que estar encerrada en la cárcel de por vida. Borre mis pensamientos y no me di cuenta que había llegado, entre y las clases obviamente habían comenzado pero eso no me importaba, camine hasta el patio y al salir una sonrisa se formó en mi rostro, Natalie estaba en educación física justo como lo había planeado, entré de nuevo y camine hasta el baño de chicas, no había nadie pero para mi suerte después de unos segundo una chica pelirroja de estatura mediana entro con lágrimas en los ojos, al verme bajó la cabeza para no verla llorar, me acerque.
—¿Qué tienes? —trate de sonar preocupada, pero por dentro estaba sonriendo.
—No es nada —se secó las lágrimas con la manga de su suéter.
—¿Es por un chico? —pregunte acercándome más, ella asintió con la cabeza.
—Tranquila todo estará bien —coloque mi mano en su espalada y ella siguió llorando, con mi mano libre tome una pequeña navaja del bolsillo de mi pantalón y de un movimiento rápido se lo clave a la chica en su cuello y luego lo saque.
Ella mi vio con los ojos muy abiertos y colocó sus manos en su cuello para tratar de parar la sangre, pero era tarde ya que en cuestión de segundos terminara sin vida.
La chica ya sin vida cayó al suelo y la sangre seguía brotando del agujero que le hice en el cuello. Coloque el cuchillo en una bolsa transparente y salí del baño sin mancharme de sangre, me dirigí de nuevo al patio y camine rápido a las gradas, al llegar busque el bolso de Natalie entre los demás bolsos, fue fácil encontrarlo pues era rosa y tenía brillantina. Metí el cuchillo y cerré el bolso de nuevo, salí de prisa sin mirar atrás y entre, suspiré de alivio.
Ya había acabado mi maravilloso plan, ahora tocaba esperar y ver como encerraban a Natalie en una mugrienta celda en la prisión y al fin quedar libre de esa estúpida lista. Me quite los guantes y los bote en un basurero, no quería que sospecharan de mi otra vez, sonó el timbre y todos salieron de sus clases, en segundos todos los pasillos quedaron llenos de estudiantes. No pasaron ni diez minutos cuando un terrible grito se escuchó desde el baño de chicas, sonreí.
—¡Ayuda! —exclamó aquella chica saliendo del baño con lágrimas en los ojos y una expresión de terror.
Otras chicas entraron al baño para ver que sucedía y salieron igual de aterradas que la primera chica, la directora del instituto llegó a la zona del asesinato y al salir del baño su rostro estaba pálido y se notaba como sus manos estaban temblando.
—¡Nadie sale ni entra de este plantel, las puertas quedan cerradas hasta que yo diga! —gritó con autoridad y se dirigió casi corriendo a su oficina.
Yo contuve las ganas de reír y traté de fingir temor y preocupación. Los policías y ambulancias llegaron al instituto, varios policías hicieron guardia en todas las puertas del instituto para que nadie saliera ni entrara y otros caminaban por los pasillos viendo que los estudiantes no hagamos nada, los paramédicos sacaron el cuerpo y algunos agentes fotografiaban la escena del crimen. La voz de la directora se escuchó desde los megáfonos y tomó la atención de todos.
—Necesito que todos los estudiantes hagan una fila para entrar en la oficina de la dirección uno por uno, ¡ahora! —todos los estudiantes empezaron a hacer la fila incluyéndome, no me tenía que preocupar porque sabía que saldría como inocente de aquí.
Los alumnos entraban uno por uno a la oficina y no duraban mucho ahí adentro. La fila se hacía más corta, volteé hacia atrás y pude ver a Natalie a unos metros de distancia haciendo la fila, mi sonrisa se hizo más grande. Llegó mi turno para entrar, respiré y abrí la puerta, ahí se encontraba la directora con una expresión seria y atrás de ella dos oficiales de la policía.
—Es usted la señorita Jade Anderson, ¿no es así? —dijo uno de los oficiales mientras se acercaba a mí.
—Si, lo soy —dije con tono neutro.
—¿Nos podría dar su bolso? — asentí con la cabeza y le di mi bolso al oficial, él lo abrió rápidamente y se veía como si quería encontrar algo en específico. Buscaba con ganas y al final no encontró nada, sonreí por mis adentros, se le veía decepcionado y supe que quería encontrar a la asesina de una buena vez y poder ser feliz sin preocuparse todos los días de que alguien más muera.
—Levántese señorita —me dijo el otro oficial, obedecí y me levante, el oficial me ordeno con señas que sacara todo lo que tenía en los bolsillos, lo hice y obviamente no tenía nada. El oficial me devolvió el bolso.
—Ya puede retirarse —me dijo la directora, me dirigí a la puerta y salí.
—No es ella —escuche a uno de los oficiales decir antes de cerrar la puerta, sonreí.
Espere a lo lejos a que llegara el turno de Natalie, estaba ansiosa. Vi a Cameron y su amigo pasar, estaban nerviosos y preocupados. Después de unos minutos llegó el momento que tanto estaba esperando, era el turno de Natalie, entró y después de unos minutos escuche unos gritos, me acerque un poco. Los demás alumnos estaban confundidos y no sabían que pasaba, pero yo sí. Natalie salió con lágrimas en los ojos y las manos esposadas, los dos policías venían detrás de ella agarrándola de los brazos.
—¡Yo soy inocente! —gritaba en llanto—¡No soy la asesina! —decía mientras trataba de zafarse del agarre de los policías. Todos los estudiantes la veían sorprendidos, sus amigas estaban llorando y negando con la cabeza. Yo simplemente admiraba esta escena.
***
Después de todo ese show la directora canceló las clases de este día yo me fui a mi casa y ahora estoy descansando en el sofá, ¿la ciudad quería a una asesina? pues ya la tienen.
Prendí la televisión y coloque el canal de las noticias, el gobernador de la ciudad estaba hablando en vivo, quiero escuchar que dice este idiota, subí el volumen.
—Ciudadanos de Montpelier me alegra decirles que hoy la policía de la ciudad al fin ha encontrado a la asesina que tanto estábamos buscando, ya no más miedo, ya estaremos a salvo... —rodé los ojos, que estupidez—la asesina es Natalie Cooper una chica de diecisiete años que asistía al instituto de Montpelier High School, encontraron armas e imágenes de sus víctimas en su habitación, el juez la ha declarado como culpable y ahora mismo la están llevando a la prisión del estado. Ahora les puedo decir a todas las personas que han perdido a un familiar por culpa de la asesina que ya han sido vengados y que no hay que temer más... —idiotas.
—Pues señor gobernador a mí me alegra decirle que aún no están a salvo y que todavía no se han librado de la gran y maravillosa asesina de Montpelier —estallé en carcajadas.
Podría decir que mi plan salió a la perfección.
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