XI
—De una relación comoda con Julieta, pase a una inestable que comenzaba a darme dolor de cabeza. Ya no la veía con los mismos ojos de amor. Era como una extraña para mi. Habían ocasiones en las que prefería pasar todo mi tiempo en la oficina que con ella.
—Supongo que Catalina fue la culpable.
—¡No! ¡Ella no tuvo la culpa de nada!
—De acuerdo, tranquilo. No te exaltes.
—Catalina sólo quería ayudarme a mejorar.
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