V
—El primer día ni siquiera le dirigí la palabra. Sólo no podía apartar su mirada de mi. Cada vez que pasaba frente a ella, me miraba fijamente sin pena alguna.
—Tu prometida Julieta... ¿Estaba enterada de Catalina y sus sueños?
—No, nunca se lo conté a nadie.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro