LXV
—Fue entonces cuando entendí que tenía razón. En el estado en que me encuentro ahora tal vez hubiese hecho algo de lo que después me arrepentiría.
—Hay muchas cosas por las cuales deberías estar arrepentido.
—No. No me arrepiento de nada.
—¿Ni siquiera de haber conocido a Catalina?
—No, porque con ella conocí el amor verdadero. Sin ella seguiría siendo el mismo estúpido de antes.
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