LI
—Espere a que se metiera, después yo seguí hasta adentro y pregunté por el número de habitación donde Catalina se encontraría. No me costó mucho que me dieran la misma llave.
—Sobornaste a la persona, ¿verdad?
—Cuando llegué a la habitación y abrí la puerta, lo primero que escuche fueron los gemidos de una mujer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro