/9/
Félix y su hermano se encuentran en el sofá mirando un programa cualquiera en la televisión con aburrimiento. Sus padres se encuentran en comedor, enfrascados en sus portátiles terminando tareas de sus trabajos. Solo el sonido de las conversaciones de la televisión rompe el silencio del apartamento.
El mayor de los hermanos saca su teléfono como triste intento de encontrar algo que lo distraiga un poco de la tediosa tarde que está pasando. Estos días ha empezado a recuperar el interés en sus redes sociales, más que para socializar para consumir contenido sobre cualquier cosa que se le haga mínimamente interesante. Decide que darse una vuelta por Instagram igual consigue que deje de tener ganas de irse a su habitación a dormir, simplemente por no hacerle el feo a Seungmin de dejarlo solo cuando le ha pedido que pase un poco de tiempo con él.
Casi se asusta cuando, después de unos minutos, el aparato suena con la llegada de un nuevo mensaje, tan poco acostumbrado como está a recibirlos. Es Jisung, cosa que lo extraña todavía más. No ha vuelto a hablar con los chicos desde que salió con ellos a tomar un café cuatro días atrás. Sí que ha leído algunas de sus conversaciones por el grupo, pero no se ha atrevido a responder.
-Jisung dice que te olvidaste no sé que cuaderno en su casa el otro día cuando tuvisteis clases particulares.- reproduce el contenido del texto para su hermano, que lo escucha con una expresión entre extrañada y asustada.
-Mierda, el cuaderno de cálculo. Así que ahí estaba. Lo he buscado como un loco toda la semana.
-Habla bien. Y dice que te lo puede traer hoy si estamos en casa. Le he dicho que sin problema y le he mandado la dirección.- explica mientras sigue tecleando una respuesta a los mensajes del otro chico. Cuando levanta la vista se encuentra con una expresión extraña en el rostro de Seungmin, con los labios apretados y los ojos entornados.- ¿Qué es lo que te pasa?
-Ya me he sorprendido bastante de que tengas el número de Jisung con lo poco que te gusta usar el móvil, pero que lo hayas invitado a casa tan fácil me acaba de dejar totalmente descolocado. No esperaba que fuese a ser tan sencillo que te adaptases a volver a tener amigos.
Sabe que esa no es la intención del menor, pero el modo en el que expone la situación hace que se de cuenta de la tremenda estupidez que acaba de hacer. Ha invitado a Jisung, prácticamente un desconocido a su casa de manera impulsiva. A su casa, su santuario de tranquilidad. No debería haberlo hecho, pero ahora ya no puede dar marcha atrás sin parecer un completo idiota ante el chico. Ha metido la pata hasta el fondo.
Su estómago se contrae dolosamente con los nervios. Cierra los ojos intentando encontrar de nuevo lo que pasaba por su cabeza cuando decidió que era una buena idea invitar al chico a su casa. No logra encontrarlo a pesar de que hace escasos minutos que ha pasado, cosa que solo hace que su ansiedad aumente. Se centra en respirar profundamente para no perder los nervios por completo. Inconscientemente comienza a juguetear con la funda de su teléfono.
-Félix, tranquilo. No debería haber dicho nada. No pasa nada porque Jisung venga a darme el cuaderno. No tiene por qué quedarse demasiado tiempo.- Seungmin se da cuenta de que algo va mal cuando lleva cerca de cinco minutos escuchando el ruido de la funda golpear con el móvil de su hermano. Habla de manera tranquila y pausada, tal y como sabe que puede lograr ayudar.
-Ha sido una mala idea. Minhee y papá no van a dejar que sea una visita rápida. Sé que solo quieren ayudar, pero van a creer que lo mejor para mi es invitarlo a quedarse a cenar o algo por el estilo. No estoy preparado para esto. Es una idea terrible.- en el tono de su voz deja traslucir toda la desesperación que está sintiendo.
-Igual sí que es algo bueno. Jisung te cae bien, es agradable y sabe como tratar con alguien con ansiedad porque lo vive con su novio. No es un mal candidato para ser el primero de tus nuevos amigos en venir a casa.
Félix es consciente de que lo que dice Seungmin tiene mucho sentido y que es lo más lógico, pero no es que la ansiedad sea muy partidaria de las cosas razonables. Ella se guía más por el miedo, se alimenta de él hasta que ha crecido tanto que ya no puedes ignorarla ni deshacerte de esas incómodas sensaciones que trae consigo.
-Vamos a esperar a que llegue y vemos lo que pasa. Si ves que no te encuentras bien yo mismo me ocuparé de que mamá y papá dejen que se vaya.- se compromete el menor agarrando la mano de su hermano para intentar transmitirle seguridad.
-No es que me guste demasiado eso de esperar a ver como se desarrolla todo. Es uno de los pequeños inconvenientes de la ansiedad: el no tenerlo todo controlado solo me da más ansiedad.- de sus labios se escapa una risita incómoda a la vez que sus ojos se llenan de lágrimas de frustración que no terminan de derramarse.
-Bueno, pero tu psicólogo una vez me dijo que era importante que te ayudásemos a enfrentarte a situaciones que te resultan incómodas. Dijo que era favorable para tu recuperación.
Maldice el momento en el que su hermano decidió consultar a su psicólogo para saber qué es lo que debería hacer en estos casos meses atrás, porque ahora tiene argumentos irrebatibles con una autoridad que los respalda a los que no puede hacer frente. Suspira con fuerza y se contenta con apretar con más fuerza la mano de Seungmin en busca de algo de seguridad.
Cerca de cuarenta tortuosos minutos después, en los que Félix ha tenido tiempo de sobras para darle vueltas a sus miedos en su cabeza de manera lenta y repetitiva, el timbre del apartamento suena. Comienza un nuevo reto para el pecoso.
Es él el que se levanta y avanza hacia la puerta con pasos temblorosos bajo la atenta mirada de Seungmin desde el sillón. Justo cuando posa su mano en el pomo ve aparecer la cabeza de su padre desde la entrada de la cocina, que mira en su dirección con una expresión extrañada. Es obvio que ni él ni Minhee se esperaban la visita sorpresa, y sus hijos se han olvidado de avisarlos.
Félix respira hondo por la nariz, intentando encontrar el valor que está seguro de no poseer, y abre la puerta. Hace un esfuerzo por esbozar una sonrisa, pero sabe que lo más parecido que puede conseguir en estos momentos es una mueca incómoda. Al otro lado de la madera se encuentra con la sí radiante sonrisa de Jisung.
-Hola.- murmura con timidez.
-Hola. Siento que esto haya sido tan de improviso, pero he encontrado el cuaderno de Seungmin hoy y suponía que era mejor que lo recuperase cuanto antes. Tenía un rato libre y he decidido que no me costaba nada venir.
Habla de manera rápida mientras le tiende en cuaderno de anillas de color verde. El rubio se queda un momento bloqueado, dudando si debería cogerlo o salir corriendo y dejar que su dueño lo recuperase personalmente. Pero hay algo en Jisung que hace que se sienta un poco más seguro que con el resto de personas, por lo que agarra el objeto y vuelve a intentar dedicarle una sonrisa de agradecimiento.
-Muchas gracias. Seungmin es un poco despistado a veces.- se siente un poco incómodo y no sabe bien cómo continuar. Se da cuenta de que esta es la primera vez que habla a solas con el chico, sin que ninguno de sus compañeros de terapia esté presente.- ¿Te apetece pasar y tomar algo? No es cosa de que hayas venido hasta aquí solo por esto.- le propone en un nuevo arranque de valentía.
-No quiero molestar.- responde Jisung como si fuese un acto reflejo.
-¿Quién es?- la voz de su padre se escucha tras él con claridad. Félix se gira y ve que se está acercando, seguramente a ver a la persona que está hablando tan tranquilamente con su hijo que no soporta al resto de seres humanos.- ¿No invitas a pasar a este chico, hijo? Todo el edificio se va a enterar de que tenemos visita si seguís hablando ahí en el rellano.
-No se preocupe, señor. Yo ya me iba. Félix me ha invitado a pasar, pero no quiero molestarles.- se explica el chico rascándose la nuca con incomodidad.
-Insisto. Mi mujer y yo estábamos a punto de empezar a hacer la cena. Si te gustan las hamburguesas puedes quedarte. Hay de sobras para todos.
Jisung parece querer aceptar la invitación, pero primero le lanza una mirada a Félix como pidiéndole permiso para hacerlo. Da la impresión de que está realmente preocupado por no hacer nada que desagrade al otro chico. El pecoso ve sus dudas un poco más endebles al darse cuenta de que en verdad Jisung es una buena persona que le agrada realmente y que se preocupa por su estado mental antes de hacer o decir nada. Se encoge de hombros, como si le diese a entender que ya no puede rechazar la propuesta de su progenitor, dejando implícito que a él no le importa.
-Me gustan las hamburguesas.
Tras esa tímida respuesta Han entra al apartamento de los Lee con pasos inseguros. Félix y su padre lo guían hacia el salón, donde Seungmin y Minhee hablan de algo entre susurros que se paran de golpe cuando ellos entran en la estancia.
-Hola. Yo soy Minhee.- se presenta la mujer dedicándole una de sus sonrisas más reconfortantes.- Seungmin me ha dicho que eres su profesor de clases particulares de matemáticas.
-Sí. Soy Han Jisung.- se presenta el adolescente con timidez. Nunca es fácil presentarse ante unos adultos desconocidos.- Aunque también soy amigo de Félix. Mi novio va al mismo grupo de terapia que él y hemos coincidido varias veces. Sus hijos son dos chicos muy buenos.
-Si no fuese porque los dos son despistados y desordenados serían perfectos.- ríe el padre de ambos.
-Como si tu fueses mucho más ordenado que ellos, cariño. En eso se parecen a ti.- contraataca Minhee con una sonrisa malévola.
-No seáis así, por favor.- se lamenta Seungmin, algo avergonzado.
-Nosotros vamos a preparar la cena. Ya os dejamos en paz. Pero después mantendremos esa incómoda conversación con vuestro amigo en la que le preguntamos por toda su vida. Incómoda para él, obviamente.- dice el adulto riendo todavía.
-Siento esta encerrona extraña.- suspira Félix cuando los adultos ya se han retirado.- Pueden llegar a ser bastante intensos y raros si se lo proponen.
-Me caen bien vuestros padres. Son divertidos.- responde Jisung para quitarle importancia al asunto.- Y soy yo el que lo siente por haberse presentado así. A lo mejor teníais otros planes.
-Que va. Estábamos viendo la tele aburridos. Que tu vengas es lo más interesante que nos ha pasado en días.- comenta Seungmin encogiéndose de hombros.- Voy a dejar el cuaderno en mi habitación, vengo ahora.
Tras ese anuncio el menor de los tres desaparece de la sala, dejando a los dos adolescentes solos en un tenso silencio. Ambos se sientan en el sofá a una prudente distancia de seguridad. Félix no puede evitar preguntarse cuánto le habrá contado Minho de lo que sabe sobre su enfermedad mental a su novio.
-La verdad es que quiero preguntarte una cosa, pero no sé si te sentirás muy cómodo respondiendo.
Jisung habla después de que su anfitrión lo invite a sentarse en el sillón. El rubio no sabe muy bien cómo tomarse sus palabras, lo que hace que sienta como un gran muro comienza a levantarse entre ellos poco a poco. Es ese muro que el siempre construye cuando quiere evitar que algo le haga daño o que lo haga salir de su zona de confort, y nunca ha sabido hacer que parase de crecer.
-Adelante. No pasa nada.- dice, aunque su tono suena algo receloso.
-Me preguntaba si el hecho de que yo esté aquí de improviso puede ser algo malo para tu ansiedad. Sé que es algo muy personal, pero no me gustaría ser el comienzo de un mal momento para ti.
Félix se esperaba cualquier cosa menos eso. El muro que empezaba a nublar su visión se desploma de golpe, habiendo sido acertado en uno de sus puntos débiles. No está muy acostumbrado a que la gente que no sufre de problemas de salud mental se preocupe tan abiertamente por los problemas de los demás. La sinceridad en el tono de Jisung remueve su conciencia. Se siente culpable por desconfiar del chico.
-No te preocupes.- ahora siente que tiene la obligación de darle una buena explicación, lo más sincera posible, para que él no se sienta mal.- No es que los planes improvisados sean mis favoritos, pero de vez en cuando tengo que obligarme a hacer cosas que me dan miedo para no dejar que la ansiedad controle mi vida. Y tampoco es que pasar tiempo contigo sea un gran castigo, me pareces muy agradable. Pero gracias por preguntar, es un gran detalle.
-No es nada. Creo que es lo mínimo que puedo hacer para ayudar.- suspira Jisung un poco más relajado.- Supongo que el hecho de pasar tanto tiempo con los chicos me ha hecho darme cuenta de que la gente no siempre está tan bien como parece aparentar, y ahora me aterra hacer algo que pueda molestar.
-Se os ve muy unidos a todos.- se siente algo dubitativo sobre si sincerarse con él o dejar que el momento pase y hablar sobre algo un poco menos sentimental.- Hace mucho tiempo que no encontraba a un grupo de amigos en el que no me sintiese con ganas de salir corriendo todo el rato. Y el estado de alerta constante es uno de los síntomas de mi trastorno.
-Vaya, yo creía que cuando estabas con nosotros te sentías como un corderito atrapado. Por lo menos esa es la cara que pones todo el rato.- bromea, lo que consigue arrancarle una pequeña sonrisa al otro.- Ahora en serio. Vamos a hacer lo posible porque te sientas integrado. Nos caes muy bien a todos.
-Yo creía que era una especie de acto de buena fe porque los demás chicos no quieren dejar solo y desamparado a un chico con una enfermedad mental, más que porque os gustase mi personalidad.- Félix intenta bromear también, pero sus palabras parecen más cubiertas de un tono lúgubre.
-Es posible que el primer instinto de los chicos fuese protegerte, pero te aseguro que si no les gustase tu personalidad no intentarían tanto que te unieses al grupo.- explica Jisung, enternecido por las inseguridades de su acompañante.- Incluso has conseguido que Changbin se interese por ti abiertamente, lo que es bastante raro.
-La verdad es que no entiendo muy bien qué es lo que pasa con Changbin. Es alguien muy difícil de comprender para mí. Hace que me duela la cabeza.
-No es que solo lo sea para ti, lo es para todo el mundo. Bin es reservado y se hace el misterioso todo lo que puede, a veces hasta resulta horriblemente agotador. Pero en el fondo es una gran persona. Ha ayudado mucho a Minho en sus peores momentos. Y puedo asegurar que Minho lo ha pasado muy mal con su enfermedad en ciertos puntos de su vida. Tener un amigo como él siempre es bueno.
-La verdad es que últimamente no entiendo demasiado nada en mi vida.- murmura con frustración el pecoso. Aprieta las rodillas contra su pecho y apoya la barbilla en ellas, suspirando ruidosamente.- Todo está cambiando desde que fui a la primera sesión de terapia y es aterrador.
No sabe por qué se está sincerando de esa manera con Jisung, ni cómo han llegado a ese punto en la conversación, pero se siente mucho más cómodo de lo que esperaba poniendo en palabras sus pensamientos. Jisung le transmite un tipo de calma que no había sentido con casi nadie en su corta vida.
-Verás como acabas encontrándole un sentido a todo. Al final casi todo en la vida acaba por tener algún tipo de explicación.- lo anima Han con una gran sonrisa.- Puedes empezar por cosas sencillas como descubrir qué es lo que ha visto Changbin en ti que le parece tan interesante.
Las mejillas de Félix se ponen rojas de manera sutil al pensar en intentar descifrar al misterioso chico tatuado de cabello oscuro. Seo parece conseguir que sus nervios se disparen incluso cuando no está presente. Es extraño, porque a pesar de que sí que siente una atracción física innegable, no se siente capaz de sentir ninguna clase de atracción amorosa por nadie con su estado mental. No entiende muy bien cómo esas dos ideas pueden coexistir, pero en su cabeza lo hacen.
-Te estás poniendo colorado.- comenta Jisung riendo suavemente. Su observación hace que el otro chico entierre el rostro entre sus rodillas, sintiéndose tímido de repente. Espera que sus pensamientos no sean demasiado obvios en su rostro.- Tu hermano está tardando bastante en volver.- dice para cambiar de tema y no incomodarlo más.
-Supongo que nos ha dejado solos a posta para que podamos hablar con más tranquilidad.- le explica. Su mirada se va de manera inconsciente hacia el pasillo que lleva a las habitaciones.- Está emocionado con que tenga amigos. Me gustaría decir que tenga amigos nuevos, pero nunca he tenido amigos aquí en Corea.
-Pues hablo en nombre de todos al decir que es un gran honor para nosotros ser tus primeros amigos en Corea.
El orgullo que tiñe la voz de Jisung hace que Félix sienta un pequeño momento de debilidad y que sus ojos se empañen. Puede que todo esté empezando a mejorar a su alrededor, lo que no hace más que darle motivos para intentar mejorar él mismo, por muy difícil y agotador que eso vaya a ser.
Por su cabeza pasa la pregunta de si su madre podrá verlo en ese momento, comenzando a rehacer su vida poco a poco y a juntar los miles de pedazos en los que se rompió con su muerte. Mira de nuevo hacia su nuevo amigo y se pregunta si ella se sentirá orgullosa de la persona en la que está empezando a convertirse, si estará feliz porque la posibilidad de pasar página cada día es un poquito más real.
Tristemente, nunca tendrá certezas de nada de eso.
Siento la pequeña tardanza, pero estos días han sido un poco extraños para mí. El lunes empiezo mi primer año de universidad y estoy de los nervios. Tengo miedo pero a la vez me hace ilusión. Me siento un poquito como Félix en este fic, empezando un nuevo capítulo en mi vida jsjs
Pero bueno, intentaré daros un poco más de material del ship por el que leéis esto pronto, pero este fic va a ir poco a poco. Quiero construirlo bien y no arrepentirme de nada. Mis fics no son perfectos y estoy bien con eso, pero este en especial me gustaría que esté lo mejor escrito posible.
Y bueno, estoy a nadita de los 1000 seguidores, así que estoy pensando que igual para celebrarlo me abro una cuenta de instagram para interactuar algo más con vosotros. Es algo que me hace ilusión desde hace tiempo, pero a la vez me da algo de vergüenza.
Os amo <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro