Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

/4/

-Bueno, pues por hoy ya hemos terminado.- anuncia Chan cuando se da cuenta de que se ha agotado el tiempo de la sesión. 

Los chicos comienzan a levantarse con pereza mientras él hace las últimas anotaciones en sus hojas. Todos se encuentran medio entumecidos por el tiempo pasado en las incómodas sillas de plástico. Félix aprovecha que todos parecen estar distraídos para estirarse disimuladamente. Se encuentra agotado por el esfuerzo mental que supone esa terapia de grupo para él, cosa que se manifiesta también con un tremendo cansancio físico.

-Félix.- se tensa de golpe al escuchar su nombre, asustado. Ya se había perdido en sus pensamientos, y que Chan lo llame ha sido un poco inesperado.- Me alegro de que hayas decidido volver. Sé que no es una decisión fácil, pero espero que no te arrepientas de ello.

El adolescente sonríe un poco incómodo y murmura algo que ni él mismo logra entender. Su cuerpo se ha puesto en modo alerta, estado difícil de desactivar en un tiempo cercano. Sus habilidades sociales cada vez dan más pena, ahora ya no puede ni mantener un cruce de palabras casual con su psicólogo sin ponerse nervioso a niveles extremos. Ve como Changbin desaparece por la puerta y se apresura a seguirlo, no sin antes despedirse del adulto de manera educada.

-Chan es un sentimental. Terminas por acostumbrarte.- el chico que ha servido como su vía de escape se gira hacia él con una ligera sonrisa burlona en los labios. Parece que los ha escuchado hablar.

El pecoso siente que su corazón se para de golpe. No solo es la primera interacción directa que tiene con él, si no que a parte está siendo aún más consciente de lo atractivo que es. Tiene algo que hace que no pueda apartar la vista de su rostro por mucho que lo intente. Cosa que también hace que se sienta incluso más consciente de lo horrendo de su aspecto y lo mucho que se ha descuidado.

Changbin da un paso en su dirección con seguridad, quizás para seguir la conversación con algo más de confianza. Inconscientemente, Félix retrocede dos. Ambos parecen darse cuenta de lo que ha pasado a la vez, porque el mayor se queda de piedra unos segundos tras los que abre la boca, como si fuese a disculparse. El otro no le deja que lo haga, ya que se aleja con pasos rápidos, pasando por su lado sin pararse a mirarlo de nuevo a la cara.

Félix siente como las lágrimas pican al borde de sus ojos queriendo salir. Respira de manera profunda intentando calmarse sin parar de caminar por el angosto pasillo. Siente el nudo de pánico que sintió al pensar que Seo iba a tocarlo deshacerse poco a poco. Sabe que el chico no iba a hacerle daño, quizás siquiera hubiesen llegado a mantener contacto físico real, pero no puede controlar las reacciones involuntarias de su cuerpo. Quiere llorar de la vergüenza por haber tratado así al chico y de la frustración por no poder controlarse a sí mismo.

Los demás chicos se encuentran en la entrada hablando entre ellos de manera calmada. Maldice su mala suerte al darse cuenta de que debe pasar por delante de ellos para salir de la consulta, y que lo más probable es que se den cuenta de que no se encuentra totalmente bien, lo que seguramente conlleve preguntas incómodas que ahora mismo no le apetece responder.

Solo quiere irse a su habitación, tumbarse en la cama y cerrar los ojos sin hacer nada. No es mucho pedir. Simplemente un momento de paz para su maltratada cabeza. Poder sentirse miserable a solas sin tener que fingir delante de nadie.

Pero toda oportunidad de llegar a ser el centro de atención que tuviese Félix desaparece cuando dos personas personas más entran al lugar. El primero es un chico de cabellos castaños oscuros y mejillas regordetas que les sonríe con dulzura a sus tres compañeros de terapia. Detrás de él llega su hermano Seungmin, con la mochila que lleva a sus clases de repaso de matemáticas todavía a la espalda.

-Hyung.- lo saluda cuando lo localiza parado al final del pasillo. Se acerca con pasos vacilantes, mirando a la recepcionista como si tuviese miedo de que fuese a echarlo de allí.- Pensé que aún os quedaría un rato. ¿Qué tal ha ido?

-Ya te contaré. Es mejor que ahora nos vayamos a casa.- responde el mayor suspirando, algo aliviado de ver una cara conocida que le aporte seguridad en esos momentos.

-Espera, antes de irnos quiero presentarte a alguien.- anuncia el chico con una gran sonrisa de emoción en su rostro.

Félix siente como la ansiedad, que ya empezaba a resentirse ante la perspectiva de ponerse ya en camino a su casa, vuelve a tomar fuerza cuando su hermano le revela sus intenciones. Ya está cansado de tantas interacciones sociales por un día, pero no puede decirle que no a Seungmin. Comienza a rascarse la cutícula del pulgar con disimulo, intentando que el pequeño no lo vea para que no le mande parar.

Seungmin lo agarra por el brazo y prácticamente lo arrastra hasta el grupo que forman sus compañeros de terapia. Changbin se les ha unido ya. El pecoso ha notado como pasaba por su lado unos segundos atrás, intentando prestarle la menor atención posible. Ahora se vuelve a encontrar con su mirada de arrepentimiento que hace que se sienta enfadado consigo mismo.

-Jisung.- su hermano pequeño llama la atención del chico que ha entrado con él en el lugar, y que se encuentra charlando animadamente con Jeongin de algo que Félix no logra escuchar.- Este es mi hermano Félix. Lix, este es Jisung, él es mi profesor particular de matemáticas. 

-Encantado de conocerte. Seungminie no para de hablar de ti.

El chico le dedica ahora una sonrisa solo a él. El destinatario de esta se siente un poco incómodo por no poder devolvérsela con la misma sinceridad con la que él lo hace. Aún así hay algo en él que le inspira confianza, así como se la inspira Jeongin. Todo en él grita "agradable" y "buena persona", incluso la manera en la que duda si debe extender o no la mano para estrechársela.

-Igualmente. Espero que no te demasiados dolores de cabeza, puede llegar a ser muy parlanchín si se lo propone.- responde Félix posando una mano en la nuca del menor, dándole a entender así al otro que prefiere mantener un poco las distancias, sin contacto físico.

-Se ha ofrecido a acompañarme cuando venga a buscarte y tenga clases con él antes. Su novio es tu compañero de terapia.

-Ese soy yo.- anuncia orgulloso Minho ante la revelación de Seungmin. El chico pasa un brazo por encima de los hombros de Jisung sonriendo ampliamente.

-¿En serio?

Se da cuenta de que ha dicho eso y que no lo ha pensado cuando escucha como Hyunjin y Jeongin estallan en sonoras carcajadas. Changbin a su lado disimula un poco más lo divertida que le resulta la situación, pero sonríe de igual manera. Minho por su parte ha abierto la boca como queriendo decir algo, pero parece que se ha quedado sin palabras.

-Mierda, lo siento. No debería haber dicho eso.- se disculpa rápidamente.

Aprieta los labios en una mueca de disgusto consigo mismo. Siente un poco de alivio cuando nota un pequeño pinchazo en la zona de su pulgar. No le echa un vistazo directamente para que nadie se de cuenta de lo que está haciendo, pero está casi seguro de que se ha vuelto a abrir alguna vieja herida de la zona. El punzante pero soportable dolor le proporciona un escape momentáneo de la sensación de estar haciéndolo todo mal.

-No te preocupes, Félix. Salta a la vista que esos dos son como el día y la noche.- se apresura a intentar consolarlo Jeongin, como  ya parece que se va a convertir en habitual.- Todos pensamos lo mismo cuando Minho nos presentó a Jisung. Pero cuando estás un rato con ellos te das cuenta de que sí que hacen una buena pareja.

-Sigo sin entender por qué todos pensáis que no pegamos.- se queja Minho.

-Literalmente Félix ha intercambiado dos palabras con Sung y ya lo nota.- le dice Hyunjin con burla.

-Tengamos la fiesta en paz.- Jisung rueda los ojos. 

-Bueno... Muchas gracias por acompañar a Minnie hasta aquí, pero nosotros ya nos tenemos que ir. Nos están esperando en casa.- anuncia Félix, sonando un poco más incómodo de lo que le gustaría.- Ya nos veremos, chicos.

-Hasta la semana que viene.

La sonrisa tímida que sigue a la despedida de Changbin descoloca un poco al chico pecoso, que no sabe bien como reaccionar. Se hubiese quedado ahí plantado de no ser porque su hermano tira de él hacia la salida despidiéndose de todos con la mano, cosa que el mayor no tarda en imitar por pura mecánica de cortesía.

-Parecen buenos chicos.

El menor de los hermanos Lee es el primero en intentar entablar una conversación después de un par de minutos caminando en silencio. Podrían haber cogido el autobús perfectamente, pero sabe que a veces su hermano mayor necesita tiempo para pasear tranquilamente y desconectar. No se queja por tener que ir andando, a él le gusta pasar tiempo juntos, aunque sea paseando en silencio.

-No lo sé, la verdad. He pasado poco tiempo con ellos.- responde encogiéndose de hombros.- Pero tampoco parecen mala gente. Son agradables conmigo en la terapia.

-Cuando Jisung y yo nos dimos cuenta de que Minho y tú ibais a la misma terapia parecía realmente preocupado por ti. Dice que su novio tiene un humor un poco raro que podría asustarte.

-La verdad es que el humor de Minho sí que es muy extraño. Algo macabro, diría yo.- hace una mueca al recordar la insistencia con la que se refiere al grupo como locos.- Por cierto. ¿No le habrás contado al tal Jisung los detalles de por qué estoy ahí, no?

-Claro que no, hyung. Sé de sobras que no te gusta que la gente sepa lo que pasó. Y es algo muy íntimo. Claro que no se lo voy a contar a un desconocido. Solo le dije que tenías estrés postraumático.

Félix respira algo más aliviado con su respuesta. Le sonríe al pequeño para darle a entender que está todo bien, y ambos vuelven a sumirse en sus pensamientos. Aún les quedan unos veinte minutos de camino. Seungmin termina por agarrarse a la mano del pecoso de manera natural, como si temiese perderse entre la poca gente que circula por la acera.

El mayor siente una extraña felicidad al darse cuenta de que su cuerpo no rechaza el contacto con él de la misma manera que lo hace con los desconocidos. Nunca ha sentido esa sensación de alarma que lo asalta con la mayoría de la gente con su familia. El contacto físico con ellos nunca ha supuesto un problema, cosa de la que se alegra, porque no cree que pudiese soportar el hecho de rechazar a Seungmin de la misma manera que lo ha hecho con Changbin.

-Hay un chico bastante guapo entre tus compañeros.

Félix no puede evitar alzar una ceja con diversión y curiosidad ante el nuevo comentario de su hermano. Este sonríe de manera maliciosa, cosa que en lugar de hacer que se ponga nervioso le causa ternura. Se pregunta a dónde quiere ir a parar el pequeño.

-El que tiene tatuajes y el pelo oscuro.- añade Seungmin al ver que el otro no va a decir nada antes que él. El pecoso pierde un poco de su seguridad inicial al darse cuenta de que habla de Changbin.- Y que te sonrió cuando salíamos. Es bastante lindo.

-¿Tú crees?

-Sí. Es justo tu tipo.- ríe el menor de los Lee al ver lo nervioso que se ha puesto su hermano.

-No seas pesado, sigue en silencio.

El chico le obedece con una sonrisa pícara pintada en sus labios. Ya ha soltado la bomba, no va a seguir presionándolo. Sabe que si su hermano evita un tema es porque es algo que hace que su maltratada cabeza se ponga a funcionar a mil por hora, y no quiere que se encuentre mal por su culpa. Pero a la vez también quiere que se plantee pequeñas cosas, como que puede encontrar atractivo a un chico de su edad sin que pase nada.

Por su parte el otro se encuentra rememorando la manera en la que se tuerce la sonrisa de Changbin y lo bien que suena su voz grave. Sí que es verdad que el mayor entra en el grupo de personas que considera su tipo, pero no cree que un grupo de terapia de adolescentes con trastornos mentales sea el mejor sitio para encontrar un interés amoroso.

Cuando al fin llegan a su apartamento se encuentran con que su padre y Minhee ya han llegado. Se ve que ambos han salido pronto de sus trabajos ese día. 

-Hola chicos. ¿Qué tal han ido vuestros días?- les pregunta el hombre, que se encuentra preparando la cena mientras que su mujer lee el periódico sentada en la mesa de la cocina.

-El mío normal. Lo más destacable es que me he enterado de que el novio del chico que me da clases de mates va a terapia con Félix y se ha ofrecido a acompañarme hasta la consulta cuando acabemos.- responde Seungmin dejando su mochila tirada en una esquina, ignorando la mirada asesina que le dedica su madre por su desorden.

Ella parece a punto de recriminarle y hacer que lleve su mochila hasta su cuarto, pero se frena a si misma consciente de que esa conversación solo puede acabar con ambos enfadados porque el preadolescente se niegue a recogerla en ese momento. Se ve de lejos que prefiere tener la cena en paz.

-¿En serio? Tendré que darle las gracias el próximo día que te lleve.- el señor Lee se gira hacia su hijo mayor, el cual se ha sentado en la mesa al lado de Minhee y juguetea aburrido con sus propios dedos.- ¿Tú qué tal, campeón?

-Por dios papá, ya no tengo siete años para que me llames campeón.- rueda los ojos, haciendo que en el rostro del adulto se forme una sonrisa burlona por el comportamiento propiamente adolescente del chico.- Y el día me ha ido normal también. Aunque supongo que preguntas más por la terapia de grupo que por otra cosa. Es complicada, me agota mentalmente y no sé si me ayudará en algo, pero por lo menos los chicos son amables y el psicólogo parece saber lo que hace.

-Es muy joven. Me sorprende que ya esté llevando grupos como ese. Pocos años mayor que vosotros es.

-Cariño, si está trabajando es que ya ha acabado la carrera. Por lo menos cinco años mayor que Félix es.- responde Minhee divertida.- Pero bueno, que digas que los chicos son agradables ya es un logro, Lix. Pensamos que no ibas a volver a interactuar con gente de tu edad nunca.

El adolescente es consciente de que ellos pensaban que no iba a volver a interactuar con nadie fuera de su núcleo familiar, pero decide no replicar a las suavidades de su madrastra porque no quiere hacerla sentir mal. Es consciente de que ella realmente se preocupa por él, y no tiene por qué hacerlo. Al igual que ella, él se reserva sus propios reproches para seguir con la velada en tranquilidad.

-La cosa es que no deje de ir para poder ir mejorando otros aspectos poco a poco. Necesita ir saliendo de su cueva ya.- suspira su padre sacando los huevos revueltos del fuego.

-No es tan fácil, papá, y lo sabes. Mi trastorno no se va a curar por ir a dos sesiones de una terapia de grupo.- de nuevo el adolescente rueda los ojos. Se da cuenta de que está cansado del día en general y que si sigue así acabará por pagarlo con su padre, pero no ve ninguna vía para escapar a su habitación.- Esos chicos parecen llevar yendo bastante tiempo y ninguno se ha curado mágicamente.

-Jisung me dijo que su novio lleva como un año y medio yendo, y que ha mejorado bastante. Pero supongo que tampoco se puede andar haciendo comparaciones, porque cada trastorno es un mundo y cada persona es otro.- el menor de todos hace gala de su madurez siendo la voz de la razón una vez más, evitando que sea el otro el que responda de malas maneras. 

Félix es consciente de que el trabajo de investigación sobre enfermedades mentales que él a realizado hace nada su hermano pequeño lo hizo cuando él fue diagnosticado. Seungmin siempre ha sido un niño muy curioso, pero cuando supo que su hermano estaba enfermo se esforzó por intentar comprender qué era lo que le pasaba para poder ayudarlo en todo lo posible. Nunca podrá agradecerle completamente todo lo que ha hecho por él en los últimos dos años y medio.

-Pues esperemos. Es posible que le lleve un tiempo, pero sé que nuestro Félix va a mejorar. Lo presiento.

El adulto se acerca al pecoso para dejarle un sonoro beso en la mejilla, sonriendo con la esperanza inundando su rostro. El receptor de su cariño se siente un poco incómodo con tanta atención. Él no está tan seguro como su padre de que vaya a mejorar, pero no se ve con fuerzas de ser él el que apague esa esperanza.

La cena transcurre con normalidad. No hablan mucho, pero no se siente incómodo. Comen con tranquilidad y después cada uno se retira a sus habitaciones a descansar. El día siguiente será igual de agotador para todos excepto para Félix, que no tendrá que pasar por la terapia hasta la semana siguiente.

Cuando al fin se encuentra en pijama tirado en su cama y se permite el lujo de cerrar los ojos para intentar descansar su maltratada cabeza siente que han pasado años desde que se fue a penas unas horas antes. No sabe si la terapia de grupo dará sus frutos a la larga como todos esperan, pero sí sabe que el cansancio mental y el malestar que siente en ese momento es completamente real y asfixiante.

Sí que es verdad que es un alivio hablar de sus problemas diarios e intentar darles orden y solución, pero a la vez se siente algo desprotegido y arrepentido de haber dicho esta o aquella cosa o de haber hecho este o aquel gesto mientras otra persona hablaba. Y aún encima la ha fastidiado en su primera interacción a solas con Changbin, un chico atractivo que no ha hecho más que ser agradable con él.

Su ansiedad tiene material suficiente como para torturarlo hasta la semana siguiente.

Bueeenas. Aquí estoy de nuevo con nuestro querido Felixito y saliendo de mi bloqueo escritor. Creo que mi teoría de que era cosa de Until We Meet Again va siendo demostrada poco a poco.

En este fic la pareja principal va a ir más lenta de lo normal, pero hay que entender la condición de los personajes en general. Pero habrá Changlix del bueno, no os preocupéis.

Os amo <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro