XXXVI
- Lauren despertará pronto, ¿verdad? - le pregunté a Michelle. - ¿Verdad? -
Michelle me miró fijamente. - No quiero mentirte, Camila, no puedo garantizarte eso. Podría despertarse mañana, una semana después o incluso después de diez años -
- Eso no puede ser cierto - dije las palabras apenas audibles. Me limpié una lágrima que se deslizaba por mi cara.
El daño está hecho.
El asesino consiguió lo que quería.
Había dos personas claves que conocían su identidad.
Él mató a uno de ellos y la otra estaba en coma.
Todo resultó en favor del asesino.
- Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Solo darte por vencida? - pregunté.
- No. ¡Por supuesto no! La investigación continuará con o sin Lauren - puso sus manos en mis hombros en señal de seguridad. - Todo va a estar bien. Tienes que ser fuerte -
- ¿Cómo voy a serlo? - susurré.
Mi mejor amiga estaba muerta, y la mujer que amaba había entrado en coma con la posibilidad de que nunca se despertara.
Pensé que no podía permanecer fuerte por mucho más tiempo.
Estaba sola en esto, y el asesino estaba ahí afuera.
- ¿Puedo verla? - pregunté.
Michelle se encogió de hombros. - Camila, es mejor que no lo hagas -
- ¡Quiero hacerlo! ¡No puedes detenerme! -
Y, por supuesto, no lo hizo.
A la siguiente hora estaba caminando por el largo pasillo del hospital hacia la habitación donde estaba Lauren.
Cuando entré a la habitación y vi a Lauren acostada allí con todo esos cables conectados a su cuerpo. Fue desgarrador y no podía soportar verla así.
Me quedé allí sentada durante unas horas hasta que Michelle me dijo que debía irme.
- Pero, ¿y si el asesino viene aquí y trata de lastimar a Lern? - pregunté.
- Tenemos dos guardias de seguridad fuera de la habitación. Un médico y una enfermera que hacen rondas regulares. El asesino no podrá entrar. Le he dicho al personal del hospital que no permita visitas aparte de nosotras -
Miré a Lauren.
Michelle suspiró, comprendiendo mi dilema. - Vete a casa, Camila -
**********
Maddy y yo, había discutido a menudo lo que usaría en su boda como su dama de honor, pero nunca en mis peores pesadillas había imaginado que estaría escogiendo un vestido de mi guardarropa para su funeral.
Me miré en el espejo.
Mi cabello castaño estaba recogido en un moño, mi cara se veía cansada con los ojos rojos hinchados.
Como si me importara.
Esa mañana lloré todo lo que había estado conteniendo.
Casi me desmayé, pero Ken me atrapó en sus brazos antes de que pudiera tocar el suelo.
Me abrazó con fuerza mientras dejaba que se liberaran todas las lágrimas.
Ken no dijo una palabra para tranquilizarme, al igual que nunca dijo una palabra cuando nuestros padres murieron.
Nos comunicamos mejor a través del silencio.
Estaba nublado esa mañana; el cielo de un feo tono gris como si mis sentimientos se transmitieran a través del clima.
Estaba sentada en el pasillo central de la iglesia donde reconocí a algunas enfermeras que habían sido amigas con ella.
La mayoría del personal de ForestVille estaba aquí, incluido el director, el Dr. Liu.
Vi a la Dra. Bennett sentada en el último pasillo, con un vestido negro. Su cabello rubio rojizo peinado pulcramente. Sus ojos estaban vacíos, no habían signos de tristeza o remordimiento.
Maddy no era muy cercana a ella, pero sabía que se llevaban mejor a comparación de Sarah y yo.
De repente, sus ojos se encontraron con los míos durante una fracción de segundo antes de girarme hacia el frente.
La iglesia se sumergió en conversaciones silenciosas.
Todos vestían de negro, sus caras blancas como sábanas.
Odiaba este sentimiento.
Era como si nada volviera a estar bien.
No importa lo feliz que fueras en la vida, un día llegaba a su fin.
Para algunas personas sería trágicamente temprano, para algunas más adelante en la vida.
Lo más importante era vivir la vida al máximo, sin arrepentimientos, y creo que Maddy había hecho precisamente eso.
Pensé en ella leyendo un libro, tomando un vaso de vino y preparando la cena mientras acaparaba un paquete de papas fritas.
Me reí al pensar en eso, y en ese momento me di cuenta de que no era lo mejor que podía hacer en un funeral porque todas las cabezas se volvieron hacia mí.
- Lo siento - murmuré.
Vi a los padres de Maddy que estaban hablando con un pariente lejano.
Su madre estaba especialmente angustiada, sollozando en su pañuelo. Las lágrimas rodaron por mis mejillas cuando recordé cómo solía bromear y burlarse de las cosas, especialmente de las otras enfermeras.
Todo esto parecía tan irreal.
El servicio fúnebre fue lento.
Ya había sintonizado las palabras de los Ministros mientras recitaba el discurso ensayado.
Maddy habría tenido algo que decir sobre su peinado.
Dije algunas palabras en memoria de Maddy, fue breve y dulce, directo al grano. No pude completarlo porque iba a llorar de nuevo.
Las caras de todos reflejaban simpatía, la madre de Maddy se aferró a su padre y sollozó con más fuerza.
Le di mi último adiós a Maddy, mirando su rostro por última vez, pensando que abriría los ojos de golpe en cualquier momento.
Mientras colocaba su flor favorita en el ataúd, noté marcas de puntadas en su cuello.
Me quedé hasta después de que todos los dolientes hubieran respetado y que el ataúd llegara al suelo.
Mi corazón se rompió cuando observé cómo se paleaba la tierra encima del ataúd.
Empezó a llover.
Retrocedí unos pasos y me refugié junto a un gran árbol.
No ayudó mucho pues las gotas de agua seguían empapando mi ropa.
Sentí una presencia a mi lado, y ya no me caía la lluvia.
- Lo siento por lo que le pasó a Madeline - Sarah Bennett se paró asquerosamente cerca, sosteniendo el paraguas sobre nuestra cabeza.
Su fuerte perfume asaltó mi nariz. Me sorprendió aún más extendiendo un pañuelo hacia mí.
La miré fijamente, atónita.
¿Y si roció ese pañuelo con veneno para que yo muriera olfateándolo?
- Bueno, yo también lo siento - respondí, secando mis lágrimas con el pañuelo.
No tenía ganas de hablar en este momento, y definitivamente no con alguien como Sarah, pero realmente no quería hacer una escena en el funeral de mi mejor amiga.
- ¿Hay alguna razón por la que estés siendo tan amable? Perdóname, Dra. Bennett, pero es un poco hipócrita. No me soportas - le recordé, devolviéndole el pañuelo y apartándome un paso.
- Bandera blanca, Cabello. Comenzamos con el pie equivocado, dije algunas cosas horribles que no debería haber dicho y me disculpo por eso - Sarah dijo, dando un paso hacia mí.
Nunca pensé que vería un día donde Sarah Bennett, mi mortal enemiga se disculparía conmigo.
- Quiero saber, ¿por qué eras tan mala conmigo? -
- ¿Quieres una respuesta honesta? -
- Por supuesto que sí - respondí.
- Estaba celosa de ti. Por la forma tan cercana con Aaron. Él siempre hablaba de ti y me llenó de envidia porque quería estar en tu lugar. Quería ser su favorita. Y luego, te gustaba Lauren Jauregui, a quien él odiaba. Lo cual hizo que se distanciaran -
- Y eso te hizo feliz - concluí por ella.
Sarah asintió. - Sí, pero me di cuenta de lo equivocada que estaba, y de que no tiene sentido en las constantes peleas. ¿Qué pasa si muero mañana? ¿O en unos pocos días? Todas estas peleas serían para nada -
- ¿Quién eres, y qué hiciste con Sarah Bennett? - me burlé, mirándole de reojo.
- Tenemos un enemigo común, Camila -
- ¿Qué quieres decir? -
- Exactamente lo que dije. Mucha gente murió, y podríamos ser los siguientes en la lista del asesino -
Fue la primera vez que estuve de acuerdo con Sarah.
- Yo sé eso - dije. - Honestamente, podría estar hablando con el asesino en este momento, y podrías estar riéndote de todos nosotros por no sospechar de ti -
Las expresiones serias de Sarah se convirtieron en una sonrisa diabólica. - Me siento bastante halagada de que pienses que podría ser lo suficientemente inteligente como para ser la asesina, pero también podría decir lo mismo de ti. Tal vez el acto de los dos bandos es solo tu manera de distraer a los investigadores de ti misma. Tal vez tú eres la que se ríe de nosotros -
- ¿Y crees que intentaría matar a Lern? -
- Hablando hipotéticamente, es posible que tenga un motivo oculto. Si eres la asesina, atacar a Jauregui simplemente estaría a tu ventaja. Todo el mundo sabe que eres su bae... O como ahora lo llaman. Nadie sospecharía de ti, así que es una buena fachada -
- ¿Hablas seriamente? - la miré con disgusto.
- Dije que es hipotético. No estoy aquí para pelear. Acabo de ver algo anoche y pensé que debería advertirte - Sarah dijo que cada vez más seria, el tono sensato estaba allí.
- ¿Acerca de? -
Sarah se inclinó. - Anoche, cuando terminé con el turno de las veinticuatro, vi algo -
- ¿Qué viste? - yo pregunté.
La curiosidad sacó lo mejor de mí.
- Recuerdo que alguien me dijo que viste una huella de un zapato en el barro fuera de la casa de Maddy -
- Casi como si alguien la matara y trató de huir a pie - agregué.
- Correcto. Pero me enteré de eso solo después de que se cometió el asesinato - Bajó la voz aún más - Una hora antes de que escuchara las noticias del asesinato de Madeline, pasaba por la sección cerrada del hospital y vi a un hombre con huellas de barro. Estaba lavando frenéticamente la suela de su zapato en el baño de hombres -
- ¿Quién era, Sarah? -
- Era... - miró a su alrededor. - Era el Dr. Aaron Shaw -
- No te creo - dije de inmediato.
- Sabía que no lo harías. Yo no lo creí, pero no es difícil conectar los puntos. Se fue temprano esa noche dando una mierda de excusa. Parecía que quería estar en otro lugar - Para probar su teoría, agregó. - ¿Lo viste en el funeral? También era cercano de Maddy. ¿por qué no se presentaría en su funeral si no fuera culpable? -
Era cierto.
Había visto a casi todos, excepto a Aaron, y eso era bastante extraño.
- Deberías hablar con los detectives - sugerí.
- Voy a hacerlo. Solo quería advertirte - dijo Sarah. - Algunas personas no son lo que parecen ser -
¿Y si Sarah estaba diciendo la verdad?
¿O era posible que su amistad fuera solo un acto para ocultar algo más?
Confiar en Sarah era como confiar en una serpiente para cuidar de una docena de ratones bebés.
Mi cabeza comenzó a girar.
La idea de que Aaron era el asesino era demasiado inquietante.
Necesitaba hablar con Michelle.
Me dirigía hacia mi coche cuando mi teléfono sonó.
Lo saqué, y limpié las gotas de lluvia que le habían caído.
Un mensaje de un número desconocido se iluminó.
Solo tres palabras escalofriantes.
Eres la siguiente :)
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