III
Aaron se frotó la frente con frustración. - Desearía poder decir que no es un gran problema, Camila, pero no puedo. Lauren está en alguna parte, solo Dios sabe dónde. Te engañó para que pensarás que era Sarah Bennet -
- Lo sé. Era demasiado convincente, Aaron. Si estuvieras en mi lugar, probablemente también la hubieras confundido con un médico. Confía en mí por favor - le supliqué.
Esta vez las lágrimas corrieron por mi cara sin que me diera cuenta.
Una paciente psicopática salió debido a mi error.
Podría perder mi trabajo, o peor, alguien podría salir lastimado.
- Sarah te quiere fuera de esta ala - dijo pasándome un montón de pañuelos.
- Entiendo - exclamé.
Marvin, el chico de seguridad entró corriendo en la habitación. El chico bajo y tímido parecía agitado.
- ¿Qué pasa, Marvin? - Aaron preguntó.
- No le va a gustar esto, doctor - dijo y sin esperar añadió. - Recibimos noticias de que un Nissan blanco estaba escondido en el bosque a unos pocos kilómetros del hospital. Alguien irrumpió en un apartamento cercano y el hombre fue encontrado inconsciente en el piso con... -
- ¿Marcas de mordidas? - Aaron terminó por él.
Marvin tragó.
Estaba aterrado de siquiera hablar de ello. - Parece que falta un trozo de carne en el área del hombro -
Aaron suspiró. - Lauren -
- ¡Oh Dios mío! - Eso es todo lo que dije y lo único que recuerdo es que mi cabeza daba vueltas y que alguien gritaba pidiendo ayuda.
Cuando abrí los ojos, me di cuenta de que todavía estaba en la oficina de Aaron.
Yo estaba acostada en la cama de chequeo para los pacientes.
Me senté derecha y desde las finas cortinas pude ver a Aaron y Sarah hablando entre ellos.
Mi cerebro todavía estaba tomando tiempo para procesar lo que había sucedido hasta ahora.
La verdadera Sarah, con las pecas y la cara de Archie, estaba hablando con Aaron.
Me sorprendió mirándola y me lanzó una mirada, que estaba llena de desdén y no culpé a la chica.
Si una lunática me atara a la cama y si la enfermera se negaba a reconocerme, también estaría enojada.
- ¿Como te sientes? - Aaron me preguntó.
Sigue siendo tan agradable y dulce a pesar de cómo la había jodido. - ¿Quieres un poco de agua? -
Asentí. - ¿Cuánto tiempo pasó? -
- Alrededor de una hora - él respondió, abriendo el mini refrigerador y entregándome una pequeña botella de agua.
- ¿Ese hombre... está muerto? - pregunté, fallando en mantener el miedo fuera de mi voz.
Me arrebató la botella de las manos y desenroscó la tapa, allí fue cuando me di cuenta de que me temblaban las manos.
- Lo han llevado de prisa al hospital - Aaron dijo. - La buena noticia es que pudieron atrapar a Lauren -
Solté un suspiro de alivio. - ¿Eso significa que la están trayendo de vuelta aquí? -
- Sí. Ya están en camino - Aaron sonrió. - No te preocupes. Pueden ocurrir errores, sobre todo cuando se trata de una loca como Lauren. Sarah también me dijo que cuando pensabas que ella era Lauren, y entraste en la habitación, le quitaste la boquilla ¿es cierto? -
- Lo hice, pero eso fue solo porque vine a darle el almuerzo. No esperas que un paciente coma con eso, ¿verdad? - eso estaba dirigido hacia Sarah, que tenía las manos cruzadas frente a su pecho, pareciendo aburrida.
Sarah dio un paso más cerca, estaba casi en mi cara y me dijo. - Te hizo una pregunta, se supone que debes responder con un sí o un no, enfermera -
- ¿Qué pasa con su actitud, Aaron? - yo pregunté.
- Calma, chicas - Aaron dijo. - Sarah, cambia esa actitud. Y Camila, de aquí en adelante, lo que sea que Lauren te diga, no te metas con la boquilla a menos que sea necesario. A veces, bueno, la mayoría de las veces está fuera de control y por eso necesitamos mantenerla atada. No siempre, pero si tiene la boquilla es por una razón. Lauren es un animal disfrazado de ser humano. Puede ser muy manipuladora, también es inteligente y puede usar tu debilidad contra ti. Muy peligrosa -
- Bueno, ustedes se están olvidando de que si no hubiera quitado la boquilla, Sarah todavía estaría llorando en esa cama como una maldita gatita. Así que técnicamente, Sarah, deberías estar dándome las gracias -
- ¿Gracias ? - Sarah gritó. - Mi... -
Aaron levantó su mano. - Mientras tanto, Camila, puedes tomarte medio día libre por ahora. Sé que has estado estresada desde la mañana, así que duerme un poco - Aaron dijo tranquilamente.
Sarah gruñó. - ¿En serio, Dr. Shaw?- No esperó una respuesta cuando salió de la habitación y tiró la puerta detrás suyo.
Bueno, parece que voy a tener una nueva mejor amiga en el ala.
Nótese el sarcasmo.
- Estoy bien, Aaron -
Aaron parecía preocupado. - No quiero parecer grosero, pero el resto del personal aquí no cree que puedas manejar a Lauren después de lo que sucedió hoy. Quieren que se la asigne a otro médico -
Sabía que el "otro personal" se refería específicamente a Sarah Bennet.
No podía ni siquiera mirarme a la cara y, si era sincera conmigo misma, mi confianza propia se estaba desvaneciendo.
¿Qué pasaría si Sarah estuviera en lo correcto?
¿Qué pasaría si no pudiera manejar a Lauren?
Entonces, de nuevo, no era del tipo que retrocedía ante un desafío.
Y eso es lo que Lauren era para mí.
Un desafío.
- ¿Crees que podrás manejar a Lauren por tu cuenta? Tendremos un servicio de seguridad de veinticuatro horas fuera de su habitación, pero realmente no quiero parecer que te lo estoy imponiendo -
- No lo estás haciendo y sé que puedo manejarlo. Estoy segura -
- No teníamos otra opción. Eres la única enfermera con experiencia que tenemos por aquí, y no podíamos dejar que Roxanne siguiera siendo su enfermera, quiero decir, no después de lo que... - luego se quedó en silencio.
- Lo siento. ¿Estabas diciendo, Aaron? ¿Qué le hizo a la enfermera Roxanne? -
Aaron se encogió de hombros y una pausa más tarde dijo. - Ella era simplemente paranoica. Lauren puede ser muy intimidante y aterradora, dijo que no quería seguir siendo su enfermera. Eso es todo -
Asentí, sabiendo muy bien que no era del todo cierto.
Aaron seguramente estaba ocultando algo.
**********
A pesar de que Aaron insistió en que me tomara el día libre, me negué.
Era demasiado culpable de todo el asunto, como para que tomara un descanso de calidad.
Sabía que estaría inquieta a pesar de que supuestamente Lauren estaba atrapada.
Mi estómago gimió indicando que me estaba muriendo de hambre, así que me dirigí a la cafetería del hospital para comprarme el almuerzo cuando noté a tres hombres musculosos y Marvin arrastrando a alguien a la fuerza.
- Fuera del camino... todos. Fuera del camino - Gritaron mientras se abrían paso por el pasillo.
Me apoyé contra la pared.
Y allí estaba. La mujer que había fingido ser la Dra. Sarah Bennet, la misma mujer loca que había huido del psiquiátrico como si fuera un pedazo de pastel.
Sus ojos verdes me miraron, e incluso con la máscara cerrada en su boca, juré que la vi sonreír, como si se estuviera burlando de mí.
Los hombres comenzaron a abrir su habitación al final del pasillo.
Escuché gritos y silbidos del otro paciente encerrado al lado, como si Lauren fuera una especie de héroe, como si acabara de ganar un trofeo en un campeonato.
Antes de entrar a su habitación, se volvió hacia mí y siguió mirando fijamente hasta que Marvin tuvo que empujarla dentro de la habitación.
Mis manos se apretaron en puños.
Estaba furiosa, no solo por ella, sino porque me preguntaba cómo podía ser yo tan ingenua.
Quería enfrentarme a ella.
La cena en el hospital se sirvió temprano.
Esa noche, incluso en contra de lo que Aaron advirtió, decidí llevar la comida a la habitación de Lauren.
Esta vez fui más cautelosa que antes.
Un hombre estaba de guardia junto a su habitación, quien me informó que Lauren estaba descansando.
Entré y me aseguré de que la puerta no estuviera bloqueada solo en caso de que tuviera que correr.
Lauren estaba sentada junto a la ventana en una silla de madera, con correas de cuero alrededor de sus muñecas que estaban unidas.
Probablemente me escuchó entrar porque se volvió hacia mí y estaba sonriendo.
Era extraño verla así, en un uniforme azul de pacientes cuando ayer mismo me había engañado haciéndose pasar por la doctora.
La hermosa joven médico que me habría encantado invitar a tomar un café.
Lauren no tenía puesta la horrible boquilla, me sonrió, como si se encontrara con un viejo amigo después de mucho tiempo.
- Enfermera Camila - ella arrastró las palabras. - ¿A qué debo este honor? -
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