Lover boy
Advertencias: Ninguna
“Cuando un hombre te invita a su casa en la tercera cita, es porque quiere aprovecharse de tí” eran palabras que la madre de Akutagawa le decía a Gin. Curiosamente no pensó mucho en eso al momento de recibir la invitación de Chuuya.
“Mis padres saldrán otra vez para visitar a la abuela, y mi hermana llegará tarde, pensé que podríamos ver alguna película, o simplemente jugar videojuegos” se veía tan glorioso que el de ojos oscuros no dudó en aceptar prometiendo llevarle algo para merendar.
—Solo es una reunión, él nunca dijo cita —se repetía sí mismo frente al espejo de su habitación. Buscó un pantalón de mezclilla notando que la mayoría de su ropa era totalmente negra. “No tengo estilo” pensó pero tomó lo que pudo y se cepilló rápidamente el cabello.
Al bajar a la cocina su hermana ya estaba cerrando el topper que él le pidió llenar de comida, junto a ese había dos más. Gin sonreía despistadamente mientras buscaba una bolsa para transportarlos. Al ver a su hermano señaló el reloj—. ¿A qué hora era tu cita?.
—No es una cita, es más bien una reunión —eso fue más para él que para Gin—. Gracias, volveré en dos horas —su risita hizo que entrecerrara los ojos—. Y no traigas a tu novio mientras no esté aquí.
La menor negó—. No puede venir, tuvo práctica de fútbol. Regresa con cuidado, hermano.
El de puntas blancas casi saltaba de la emoción, pero sería mal visto por sus vecinos y decidió controlarse para no caer en la euforia. La casa de Chuuya no estaba tan cerca como hubiese querido, tuvo que tomar dos estaciones del autobús para después caminar una cuadra. Al tocar la puerta ya se imaginaba toda clase de escenarios donde se veía arrinconado contra el buen juicio.
—¿Qué quieres? —Chuuya abrió casi furioso por la interrupción creyendo que era su hermana volviendo por las llaves, claramente no esperaba que el menor fuera tan puntual. Los colores rojos subieron a su rostro, no solo por ser gruñón, también porque aún tenía los tubos rizadores en algunas partes del cabello—. ¡Llegaste media hora antes!
El más alto estaba tan fuera de sí por la belleza de Nakahara—. El novio de Gin no irá porque tiene práctica de fútbol —al darse cuenta de sus palabras comenzó a temblar—. Perdón, no sé por qué dije eso.
Chuuya suavizó su expresión y se hizo a un lado para dejarlo entrar. Vaciló antes de poder decir algo concreto—. ¿Quieres comer algo? Puedo preparar lo que quieras…
—Traje comida, como dijiste que estarías solo —estiró la bolsa con los contenedores, y al rozar su mano casi se infarta—. Comí antes de venir.
Chuuya apretó su mano solo por un segundo antes de soltarlo—. Siéntate, haré palomitas.
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—¡A la derecha! ¡Por ahí te van a matar!—gritó Chuuya para al final ser ignorado por su acompañante—. ¡Me dieron!
Akutagawa presionaba varios botones al azar para mover a su avatar, pero fué inútil, su equipo perdió—. Lo siento, fuí un estorbo.
Nakahara suspiró saliendo de la partida—. Está bien, fue divertido —Ambos sintieron gran incomodidad al quedarse callados, así que Chuuya se recargó en su hombro—. ¿Eres tan torpe para todo?
Akutagawa tenía las orejas de un rojo brillante—. En realidad sí, es vergonzoso—la respiración del contrario se volvió lenta, él podía notarlo.
Pasaron minutos hasta que Chuuya habló—. Está bien, eres bueno en muchas cosas —y poco a poco sus ojos se cerraron por completo.
Akutagawa sabía dos cosas, Chuuya ocupaba un lugar importante en su corazón, pues entró en su vida y no se iría fácilmente, y la segunda: no regresaría tan temprano a casa.
—¿Y no lo besaste? —preguntó Kajii.
Chuuya apretó su puño rogando por autocontrol para no golpearlo por decir eso tan a la ligera—. No, solo lo invité a jugar videojuegos.
—Patético —respondió burlón—. Pero supongo que eso es mejor que hacerlo estar en una relación y después dejarlo.
Chuuya sintió repentino interés en el discurso del castaño—. ¿Por qué haría eso?
El de gafas extravagantes suspiró profundamente, pues de verdad su amigo no tenía idea de lo que hacía—. Iremos a la universidad en menos de dos meses, ¿Ya le preguntaste su opinión? ¿Ya pensaste en sí quieren una relación a distancia?
Nakahara se quedó quieto, pero sus ojos eran la ventana de sus pensamientos, estaba asustado.
"¿Podemos ir por un helado? Tengo que hablar contigo?" Fue el mensaje que le envió al menor de ojos grises.
Akutagawa lucía extremadamente feliz -tanto cómo puede ser feliz Akutagawa- cuando recibió su mensaje, pensaba que después de ir a su casa y ser vistos prácticamente por toda la escuela, quizás Chuuya le propondría algo.
Dazai se estiró para ver el motivo de su tenue sonrisa—. Suena a que van a terminar.
El de ojos grises lo miró confundido—. No somos novios.
—Solo se utiliza esa expresión cuando te dejan —comentó indiferente—. No me hagas caso, tal vez la babosa descubrió la cura a su enanismo.
El de ojos grises giró nuevamente a leer su mensaje, incluso cuando el castaño regresó a su salón apenas y lo miró de reojo.
¿Cómo podría terminar una relación que aún no iniciaba?
El siguiente capítulo es el final, lo subiré en cuanto termine de corregirlo (la escuela me dejó tiesa y todavía tengo exámenes). Por cierto, también habrá epílogo y de ser posible un especial.
Gracias por leer
-Honey
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