Feria de ciencias II
Advertencias: Ninguna.
~•~
Akutagawa se escondió de todas las personas en el gimnasio al cual nadie entraba por la feria de ciencias. Divagó entre sus ideas, la realidad y fantasía.
"Razones por las que me gusta Chuuya.
Es hermoso, su cabello fue besado por el atardecer y sus ojos son los más azules que he visto.
Tiene más seguridad de la que tendré en toda mi vida.
Es amable, y capaz de mantener la atención sin problema alguno.
Es extrovertido, pero sé que no siempre quiere ser el centro de atención.
Me gusta Chuuya porque ha sido la primera persona con la que tuve una cita real".
Con la frente en alto salió del gimnasio encontrando a Dazai conversando con el muchacho de primero, Atsushi. Prefirió no interrumpir y siguió buscando a su hermana.
—¡Akutagawa! —era Tachihara, de un momento a otro se colgó de su hombro para preguntarle algo—. ¿Qué debería regalarle a tu hermana?, Quiero sorprenderla pero no me dice con claridad qué desea.
Se concentró más en la mirada que atravesaba la espalda de ambos—. No lo sé...salió una paleta de maquillaje que me gusta, le preguntaré el nombre.
—¡Por eso eres mi cuñado favorito! —lo apretó en un abrazo -poco tiempo pues Ryunosuke lo apartó-.
—Soy el único que tienes —volteó encontrando a Chuuya apretando su paleta que fue congelada con nitrógeno liquido—. ¿Dónde está Gin?.
—Creo que fue a buscar sus cosas —imitó la acción del joven pero alzando la mano para saludar al desconocido—. Tu amigo te espera, no te quito más tiempo, gracias.
"Si, si, ya vete" eran palabras que murmuró pero no fueron escuchadas—. Hola, pensé que te había ido.
—No, estaba esperándote —llevó la paleta que le dieron en alguna estación como muestra grátis—. ¿Puedo acompañarte a casa?.
—¡Por favor! —su tono fué más necesitado de lo que esperaba—. Si quieres.
Nakahara soltó una risita y se puso a su lado—. Ya conocí a tu hermana, es bueno, bastante alta para ser una chica.
—Mi padre es bastante alto, también mi madre —mantuvo la mirada fija en sus mejillas levemente rojas.
Chuuya al notarlo tuvo que rozar su nariz con rapidez—. ¿Tengo algo en la cara?.
—No, solo te veía, lamento si fue raro —se arrepintió por tener ojos "tan profundos" en palabras de su propia hermana.
Sonrió tratando de aliviar la vergüenza de Akutagawa—. Entonces no hay problema. ¿Quieres ir a una cafetería saliendo de aquí?, Puede ir tu hermana si no quieres que regrese sola.
El más alto negó de inmediato—. Ella siempre vuelve con su novio.
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—¿No es adorable? Me recuerda a las escenas de Harry Potter —dijo señalando un edificio de ladrillos y terminados rústicos—. Tienen infusiones extrañas, mi hermana me trajo hace unas semanas y no he parado de pensar en invitarte.
Está de más decir que el muchacho pálido tenía los ojos cristalinos y su rostro pasó de ser un óleo limpio a color rubí. Asintió tosiendo por los nervios, pero el otro no le dió mucha importancia y entró buscando una mesa linda para sentarse.
Al final se acomodaron en un pequeño sillón lateral, uno a lado del otro dando la espalda a la pared. Al fondo era visible una escalera de caracol que llevaba al segundo piso donde había repisas llenas de libros de todo tipo. Los clientes tenía acceso si compraban una bebida.
El de ojos grises abrió el menú individual distinguiendo una gran cantidad de bebidas, pero se decidió por una en particular, una infusión de menta y chocolate.
La mesera llegó cargando una libreta pequeña, lista para tomar sus pedidos—. Buenas tardes, ¿Qué les podemos ofrecer?.
—Yo quiero un té de chocolate y menta mediano —habló el joven de puntas blancas.
—¿Deseas leche? También puedes añadirle espuma —sonrió recargando su mano en la mesa frente ambos mirando al pelinaranja detenidamente para después sonreír—. Hola, es bueno verte otra vez.
Era mentira si negaba que no se sintió celoso por la mirada melosa de la joven, pero negó cortésmente. Chuuya le regresó la sonrisa a medias—. Mi hermana ha estado ocupada...
La de ojos casi violetas asintió riendo mientras anotaba el pedido de Akutagawa—. Lo sé, la veré la siguiente semana, ¿Qué quieres hoy, Chuuya?.
—Un macchiato con un poco de caramelo, gracias —bajó el menú que fue removido por la joven de cabellos cortos cuando se iba—. Era compañera de mi hermana, aún son amigas.
"Soy un tonto" pensó el menor. En un movimiento para acomodarse mejor rozaron sus rodillas, ninguno dijo nada sobre eso y así se quedaron hasta que llegaron sus bebidas.
—Recuerda, no manchen los libros, pueden leer los que quieran pero el tiempo máximo es antes de cerrar —explicó la del broche en forma de mariposa.
—Gracias —dijeron al unisono intercambiando miradas confundidas.
—¿Quieres leer algún libro? Creo que hay algunos interesantes, pero la mayoría son novelas —Nakahara entrelazó sus manos a propósito, tratando de obtener más de esas reacciones encantadoras, y lo hizo. Pero Akutagawa hizo presión en su agarre.
Akutagawa le correspondía.
Notas de la autora:
ChuuAku mis padres.
¿Podemos decir que este es el mejor escenario para tener una cita?, Si.
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