Advertencias: Ninguna.

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El mayor de los Akutagawa fue llevado a casa por Chuuya. Apenas cerró la puerta jadeo por la vergüenza pues para él era una persona maravillosa.

—Hola cuñado— Tachihara estiró los brazos en el sofá.

—Pensamos que lo mejor era darles un poco de espacio— explicó Gin, quien servía té para los tres.

—Fue mi idea, no me des las gracias, cuñado— Tachihara se apuntó a sí mismo alegre.

—Te mataré— respondió el de cabellos negros.

—¡Pero te ayudamos!, Hasta vienes todo sonrojado— al verlo tomar un jarrón de la mesita de centro corrió detrás de Gin—. ¡Voy a morir!.

Dos días pasaron desde el incidente en la casa de los Akutagawa. Tachihara ya podía mover bien la pierna y Ryunosuke tuvo la suerte de que aquella mordida no dejará marca.

El lunes significó despertarse temprano y rodar por la cama hasta apagar su alarma. Ponerse de pie no era tan difícil si pensaba en la linda caminata que tuvo con Chuuya cuando lo llevó hasta la puerta de la casa.

Prácticamente corrió a bañarse sin esa cara tétrica que ponía para el resto de su familia. Su madre terminó de preparar la comida para la tarde pues tendría que doblar turno, y hasta para ella fue milagroso que Ryunosuke tarareara una canción de camino a la puerta.

—¡Buena suerte!— los ánimo viéndolos salir juntos.

—Estás más alegre—, no, más bien solo alegre.

—No es por nada en particular— susurro apenado.

—Buenos días, linda— Tachihara apreció por las calles cercanas y plantó un beso en la mejilla de Gin—. Oye cuñado, lamento lo de tu brazo, no debí hacerte enojar.

—Al menos lo sabes...supongo que también siento haberte golpeado.

—No se llevan realmente mal, ¿Verdad?— interrogó la femenina recibiendo dos respuestas totalmente diferentes.

—Admiro a tu hermano.

—Detesto a tu novio.

La escuela de por sí es desgastante, y con la feria de la ciencia resulta aún más. Nunca se arrepintió tanto de ser un alumno destacado.

Quizá no estaba tan mal, pero odiaba algo: la atención de las personas. Él era introvertido, retraído y por mucho taciturno, pero ahora era obligado a convivir con sus compañeros de otros grados y grupos. Quería desaparecer, aunque pensándolo bien Chuuya estaba cerca.

—¿Qué opinas, Akutagawa-kun?— preguntó una muchacha de 2do B.

—Está bien.

—Todas las ideas te parecen bien— contestó risueña—. Vamos, dinos si podemos mejorar algo.

—Todas las ideas son buenas— replicó el de ojos grises, pero se obligó a decir más—. Si fuera un evento de puertas abiertas sería más difícil tener control dentro de la escuela.

—¿Y si ponemos seguridad?— preguntó Fyodor—. Los grupos de primero nunca hacen nada importante más que asistir, podrían patrullar las instalaciones.

—Me parece bien, así nos evitamos algún conflicto— la castaña sonrió en dirección de Akutagawa—. ¿Estás de acuerdo?.

—Si— musitó.

Chuuya notó algo singular: el tampoco había hablado mucho, pero esa señorita no intentó incorporarlo a la plática, ni a nadie más, solo a Ryunosuke. Prestó más atención a sus gestos amables y pequeñas sonrisas que le regalaba. Si, definitivamente quería agradarle.

—Ya no les quito más tiempo, nos vemos— y con eso la mayoría salió del aula.

—Ten, se te olvidó esto— Akutagawa le estiró una hoja con los apartados de cada estación de la feria.

—Gracias, Akutagawa-kun— rápidamente buscó su celular—. ¿Podrías darme tu número? Para estar en contacto en caso de necesitar algo.

El de puntas blancas no lo pensó mucho, "solo era otra formalidad" pensaba. Lo tecleó sin mirar a la castaña, o intentar ser más amigable—. Listo, espero ser de ayuda.

Nakahara se recargó en la puerta para asegurarse que no tratara de proponerle nada indecente. En el fondo era un poco celoso y más si se trataba de alguien tan carismática como esa chica.

—Es la primera vez que veo tus ojos, son de un color muy hermoso— guardó su dispositivo y acomodó su mochila—. Nos vemos, Akutagawa-kun. Adiós, Chuuya-san.

"Mierda, es linda" pensó el pelinaranja cuando pasó junto a él. Regresó su vista al muchacho pálido que hasta ese momento no se percató de su presencia—. Ya vámonos.

—¿Por qué esperaste aquí?— caminó hasta pasar de lado junto a él.

—Porque he notado que no te gusta hablar con las personas, lo cual es una estupidez si eres amigo del tipo más desvergonzado que conozco.

—Nos conocemos desde hace mucho— buscó a su compañera con la mirada solo para distraerse un poco, pero fué demasiado obvio.

—¿Qué haces?— preguntó divertido.

—Nada.

El de ojos azules sonrió nuevamente—. Esa niña es muy linda contigo, ¿No crees?.

—Tomoe-kun siempre es amable.

"Sabe su nombre"—. ¿No has pensado que solo es amable contigo?.

—Bueno, también lo es con Dazai. Ha intentado salir con él un par de veces, pero en general es una persona amable— respondió con simpleza.

"Entonces quiere ser su amiga por el bastardo de vendas"—. Que bueno...oye, ¿Te gustan las chicas?.

El rostro de Akutagawa paso por las tonalidades carmín—. ¿Disculpa?.

—¡No por nada malo!, Existe la bisexualidad y todo eso— buscó remediar la situación—. Solo fue curiosidad, pero tranquilo no me debes explicaciones.

El más alto asintió y así permanecieron en silencio. Cuando salieron Akutagawa llamó a su hermana, pero Tachihara contesto "Traje a Gin por un helado, la llevaré a casa después. Sana y segura. Adiós, cuñado". Estaba muerto.

—¿Te dejaron?— preguntó burlón.

—Si...bueno, hasta luego— se despidió, o al menos lo intentó.

—En realidad podríamos ir a un salón arcade, ¿Te gustan los videojuegos?.

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—Perdí— dijo Ryunosuke avergonzado—. Quiero probar otro.

—Claro— Chuuya señaló una máquina dónde peleaban por parejas. Lo venció con tres ataques—. ¿Habías jugado antes?.

—Con Dazai, pero siempre pierdo y se burla de mí— su tono fué plagado de melancolía.

"¡Hijo de puta! ¿Cómo puede ser tan desgraciado con su amigo?"—. Te ayudaré, mira existen comandos especiales para que tú personaje haga ataques secretos, son más fuertes, o raros.

Le explicó un montón de cosas, pero aún así ganó todas las partidas. "Vamos por una crepa" dijo antes de arrastrarlo hasta la plaza.

Apenas terminaron de comer y tuvo una idea "Vamos al cine, hay una película nueva que quiero ver pero no tenía con quién hacerlo" especialmente por la clasificación de la misma, era de terror y gore.

Akutagawa tembló durante toda la función, y Chuuya salió en repetidas ocasiones antes de vomitar.

—Te llevaré a casa, ya es tarde— caminaron hasta que el cielo ya tenía colores naranjas—. ¿Jugamos otra vez?.

—No soy bueno— fue sincero.

—Es cuestión de práctica... supongo que no jugabas de niño.

—Gin prefería jugar otras cosas-

—¿Jugabas con tu hermana?— estalló en risas—. ¿Cómo a la comidita?, Que raro...un poco tierno.

Sus orejas se pusieron rojas por quinta vez en el día—. No te burles.

"¿Fui rudo?" Pensó suspirando—. Cuando algo te moleste puedes ser un poco agresivo, ya sabes, si alguien te insulta puedes devolverselo.

"Tierno"—. Eres como el cielo— exclamó el pelinegro.

—¿Naranja?— entrecerró los ojos—. ¿Fue por qué te llamé raro, o tierno?.

—Ambos— tosió levemente cubriendo su cara.

—Tienes razón, mi cabello es naranja— dijo divertido.

—No...es por otra cosa.

El mayor arqueó las cejas confundido, pero al estar en las calles cercanas a la casa de los Akutagawa prefirió no preguntar al respecto—. Me divertí mucho, Akutagawa.

—Yo también, pero la parte de la película...

—Sí, la próxima vez leeremos bien de que trata— asintió deteniendo su paso—. Gracias por tener una cita conmigo.

—¿Cita?— se puso aún más pálido que de costumbre.

—¿No te lo dije? Era una cita, ¿Ni siquiera lo notaste?— ahora él estaba un poco avergonzado.

—Buenas noches, Chuuya— corrió las siguientes dos calles solo.

—Pues adiós— frunció el ceño aturdido por las acciones del más joven.

"Eres como el cielo, muy hermoso".

Notas de la autora:

Pensé que había actualizado esto pero resulta ser que no, así que una disculpa.

Me gustan un montón las interacciones torpes se personas que se gustan y lo saben. La tensión es simplemente preciosa y todo fluye bien lindo. ¿Que les pareció?.