Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo dos; "¿Estás embarazada?"



Quise soltar un fuerte chillido. Quise morir allí mismo, tal vez de alguna hemorragia. También quise saltar sobre mi madre y abrazarla.

Pero no hice absolutamente nada, solo me quedé allí parada, sintiendo mis mejillas cada vez más calientes.

Nunca en mi vida me había sentido tan avergonzado. Y es ahora donde no sabía qué hacer, mi mente estaba de un color blanco, y solo podía imaginarme al chico riéndose de mi desgracia femenina.

Mi mamá desde lejos me observó con sus ojos abiertos al máximo, noté como sus labios se movían, pero no escuché absolutamente nada, estaba en mi mundo, sintiéndome avergonzada.

—¿Estás bien? —preguntaron a mis espaldas, pero no pude responder—. ¿Por qué estás sangrando? ¿Te hiciste algún corte? Déjame ayudarte.

Cuando vi que se levantó del asiento y se acercó a mí, solté un gran chillido. Él asustado se detuvo y me observó con temor.

—No te acerques, por favor —murmuré.

—¿Te estás haciendo daño? —negué con mi cabeza—. Dime algo, por favor, me estás asustado.

Él tocó mi brazo, mi cuerpo se congeló por completo, estaba demasiado avergonzada.

Justo en ese instante mi madre llegó, y rápidamente separó al joven de mi. Ella se situó frente a él, y golpeó suavemente su pecho, dejando sus manos allí por unos segundos. Rodeé mis ojos, maldita pervertida.

—Tranquilo, muchacho. Ahora yo me haré cargo —le dijo, para luego voltear y entregarme una camisa, con rapidez la até a mi cintura.

Volteé, observando por unos segundos el rostro del chico, pero de inmediato bajé mi mirada, cerrando con fuerza mis ojos.

Sentí la mirada de él sobre mí, pero aún así no subí mi mirada. Nunca en mi vida había sido tan humillada. Mi madre luego se reirá de mis desgracias y se los comentará a todos nuestros familiares. Así es mi madre.

Ella tomó mi brazo y me obligó a caminar. Ella me llevó hasta el baño, y de inmediato me senté en el inodoro, para luego tapar mi rostro con ambas manos y gritar.

—Nunca había visto una chica con tanta mala suerte —rió mi madre, cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Y soy tu hija, de alguien tuve que heredarlo —contesté, observándola con mi ceño fruncido.

—Y cómo te amo, iré a buscar a alguien que tenga algún protector —ella avisó, abriendo la puerta.

—Mamá, de las grandes, por favor —mordí mi labio, sintiendo nuevamente como mi rostro se tornaba rojo.

—Ruega a qué encuentre a alguien que tenga.

Ella cerró la puerta a sus espaldas, y en aquél momento quise llorar de la desesperación.

Perfecto, conozco a un chico, malditamente caliente, intento coquetear con él, sale asqueroso, ya que con mi vomito verbal a nadie conquisto, luego me entero que tiene una novia o alguna conquista, y para finalizar, mi período llega justo al frente de él.

¿Lo peor? Que él vio mi pantalón sucio. ¿Algo más humillante que aquello? No lo creo.

Llevo mis brazos hasta mi estómago y hago presión allí. Esto duele como los diez mil demonios.

Me sobresalté cuando golpearon suavemente la puerta, suspiré profundamente.

—¿Tan rápido los encontraste, mamá? —grité, sacando mi labio inferior.

—Creo que no luzco cómo mujer —respondieron, abriendo la puerta.

Mi respiración se cortó cuando la cabellera castaña del chico se asomó por la puerta. Mis sentimientos de llorar nuevamente llevaron a mí.

—¿Qué haces aquí? —pregunté en un inaudible sonido.

—Estaba preocupado, necesitaba saber si estabas bien —sonrió, entrando y cerrando la puerta a sus espaldas.

—Estoy bien, solo me siento un poco humillada.

—¿Humillada?

—Sí —asentí.

—Aún no entiendo lo que te ocurrió —habló, acercándose.

—Es algo personal —mordí mi labio inferior.

Él abrió su boca, para pronunciar algo, pero justo en aquél instante mi madre ingresó, agitando el papel higiénico en su mano.

—¡Solo encontré esto, Dan! —gritó, lanzándomelo, con torpeza lo cogí, ella se dio cuenta del chico y sonrió levemente—. No sabía que estabas ocupada, vuelvo en unas largas horas.

—Mamá, no, espera, necesito tu ayuda —pero ella me ignoró y salió del baño.

—¿Estás enferma del estómago o algo?

En aquél momento quise lanzarme por el inodoro. ¿Es enserio? Me vio completamente manchada por mi período y ahora él cree que estoy con un mal estar estomacal, necesito un grammy, por favor.

—No, tú ignórala —murmuré.

—Vamos, seguiré insistiendo si no me dices.

—Es algo completamente femenino, Dios. Estoy muy avergonzada —tiré mi cabello y bufé.

—Femenino, lo capto. ¿Estás embarazada?

Rodeé mis ojos y soñé con golpearlo, sin embargo no me gustaría arruinar aquél perfecto rostro. Luego me arrepentiría por vida.

—No, tonto. La verdad lo que me está ocurriendo es un signo de que no estoy embarazada —reí, acomodando mi ropa.

—Mhm, ¿Necesitas alguna pastillas o un preservativo? —intentó nuevamente.

—Por supuesto que no, y sí en algún momento necesitara, mi madre tiene millones de ellos bajo su cama —rodeé mis ojos recordando aquél momento que me encontré con aquella sorpresa.

—Buen consejo, lo tomaré en cuenta —sonrió—. La verdad es que no sé qué te ocurre.

—Estoy con mi período —susurré muy bajo, escondí mi rostro entre mi cabello.

—¿Qué? No te escuché.

—Ya sabes, Andrés.

—¿Andrés? ¿Es algún novio o ex novio?

—No, Andrés, el que llega cada mes —levanté mi mirada.

—Ni idea.

—¡Mi maldito período llegó, imbécil!

Y creí que en aquél instante saldría corriendo, o tal vez se hubiese muerto de la risa.

Pero no, solo se quedó quieto, mientras sonreía en grande. Fruncí mi ceño.

—La verdad es que ya lo sabía desde que te vi allá afuera —dijo, escondiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—Te odio —lloriqueé.

—Entonces, ¿Necesitas que te ayude? —preguntó.

—La verdad es que sí —me rendí, y me levanté del inodoro.

—¿Qué sucede?

—Necesito que me acompañes a comprar toallas higiénicas —murmuré, sintiendo cómo si un pozo se abría en mis pies.

Justin está para servirle, señorita Dan.

—Muchas gracias, Justin —sonreí.

Juntos salimos del baño, aún sintiéndome extraña por su comportamiento. Es decir, si yo fuera hombre, lo primero que hago es burlarme de la situación, para luego salir corriendo.

Pero él no lo hizo, solo se quedó allí y ofreció de su ayuda. Más chicos como él en este mundo, por favor.

Cuando ambos salimos de la cafetería, desde lejos pude escuchar un gran grito, que de inmediato reconocí que provenía de mi madre.

—¡Marylin, estás con tu período, nada de relaciones sexuales, señorita, aquello es antihigiénico!

Éste día será catalogado como el día más vergonzoso de mi vida. Por supuesto.


[...]

Espero que les esté gustando la historia😍😘. La verdad es que tengo muchas ideas aquí🙌🙊.

🍃¡Voten y comenten!🍃

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro