Iniquidad
Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado. Mas ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica. Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia. Salmos 66:18-20
Iniquidad: Designa el pecado en toda su extensión. Es el poder espiritual activamente opuesto a Dios y al evangelio de su amor.
Si el Señor no fuera todo amor y lleno de misericordia ninguna persona pudiese acercarse a El porque él es fuego consumidor y es muy santo y no comulga con el pecado.
Pero El en su gracia y amor nos permite acercarnos a su presencia con poder de redención, no por nuestras obras de justicia sino por su inmenso amor y extrema misericordia.
El salmista nos invita a no mirar nuestra condición de iniquidad o pecado para acercarnos al Eterno sino que tengamos conciencia de ésta y seamos humildes para presentarnos en arrepentimiento genuino, buscar su perdón y recibir su favor, creyendo profundamente que El no rechaza oración que venga de un corazón sincero y arrepentido.
Dios está esperando que hoy asumas esa posición de valiente para reconocer que tienes fallas y quizá vives con muchos errores voluntarios e involuntarios, pero que tienen una incidencia profundamente destructiva y perniciosa sobre tu vida de relación personal, familiar y de intimidad con los seres queridos y sobre todo con Dios.
Nunca deberíamos sentirnos tan despreciables por nuestra iniquidad o condición pecaminosa para acercarnos al padre si tenemos al mejor abogado, el mejor defensor, el único mediador entre Dios y los hombres, a Jesucristo el Justo. El único que está dispuesto a pagar por nuestras culpas y que sólo está esperando nuestro acercamiento para buscar su ayuda de todo corazón
Buen día . Bendiciones
SHALOM. I.R.R.M.
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