Pasos de adoración

Dios es asombroso. Desde que creo el universo nos ha formando en sus manos. Él lleva a cabo toda la eternidad. No hay nada demasiado lejos de su alcance; no hay nada demasiado profundo que él no pueda tocar. Él siempre va delante de nosotros.

Es fuerte saber que nada de sus hijos está oculto delante de Dios. No hay nada que vaya más allá de su notificación o su cuidado. Incluso desde nuestros pasos de la infancia, a la adolescencia y en nuestra vida adulta, el Señor observa a cada uno de nuestros pasos. (1 Pedro 2:21)

Cuando se debilitan nuestros pasos, nos da un terreno firme. Cuando todo parece moverse. Él nos coloca en tierra firme. Huye el miedo y la preocupación, pero nos pide que hagamos una cosa: confiar en cada paso de su dirección, que tengamos un verdadero cambio de vida. Él quiere transformar nuestra preocupación, desconfianza, amargura y vergüenza. Él quiere glorificarse a sí mismo a través de nosotros dando brillo a nuestra esperanza, nuestra confianza cada vez mayor, el cumplimiento de nuestra alegría y levantar nuestra voz para darle alabanza. (Isaías 12: 2)

Entonces ¿por qué la lucha? ¿Por qué debemos caminar a través de estos valles? Es el lugar donde encontramos a Dios haciendo la mayor parte de su obra en nuestro carácter. Dios revela su naturaleza de amor y cuidado. Cuando nos encontramos realmente dependiendo de Cristo, las medidas que tomamos no sólo son atreves de él, sino que también se realizan por Cristo. (Isaías 46:4)

Pronto, vamos a pasar a la eternidad, pero en el aquí y ahora, se mantienen en su control. Él es un Dios de compasión y salvación. Vemos como él provee a cada paso, llevando nuestras cargas y, aun, nos libra del yugo de la esclavitud llevándonos a encontrar con su gracia. (Salmo 32:7)

“Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios. El Dios de nuestra salvación. Selah” - Salmo 68:19