Prefacio.
-Sarah, tenemos que ir a esa fiesta -habló Samantha brincando de emoción en mi cama.
-No Samantha, claro que no iremos -respondí con seguridad y calmándola de su escándalo, que fue imposible, ella seguía y no pararía hasta convencerme para asistir aquella fiesta que tanto quería ir.
-Sarah, ¿qué puede suceder en una fiesta?
-Muchas cosas y... sí, muchas cosas.
-¿Qué tal si conoces el amor de tu vida?
-Samantha, ni en la película más romántica pasaría eso- técnicamente si era posible, las películas eran tan melodramáticas y falsas que todo era posible en ellas-. Además, no tendré novio quiero ser como mi tía.
-¿La solterona que vive con sus gatos?
-¡No! -respondí enojada.
-¿Entonces?
-Como mi otra tía que también es soltera, pero más exitosa en la vida, no me cansaré y seré una gran empresaria.
-Sí Sarah, y yo seré la próxima presidenta -contestó sarcástica.
-Samantha...
-Sarah, tienes que ir -habló rogando y haciendo pucheros infantiles.
-Está bien, ¿si voy dejarás de hablar? -dije rindiéndome como siempre.
-Oye.
-Responde rápidamente, ¿sí o no?
-Sí, pero sólo si te pones un vestido en este momento. La fiesta comenzará -observó su reloj-, como en ya.
-Espera, ¿qué acabas de decir? -dije riendo.
-Nada. ¿Sabes?, me iré sin ti y cuando consiga una nueva mejor amiga, entonces me buscaras.
-Tranquila, Samantha -dije mientras me despegaba de la cama.
Fue imposible convencer a Samantha de no ir, cuando ella se proponía algo, lo cumplía. Así que eso fue lo que hicimos fuimos a esa "fiesta" que tanto quería ir.
-Fue una mala idea venir.
-Sarah, por favor. Acabamos de llegar -dijo con una leve desesperación en la voz.
-Ya me quiero ir de este lugar -me empezaba a arrepentir de haber venido.
-Disfruta la fiesta -estaba consciente de que sonreí al decirlo.
-¿Cómo quieres que haga eso cuando no puedo ni moverme?
-¡No seas aguafiestas! Ve a conseguir un chico o lo que sea, pero diviértete -exclamó.
-Claro, pero ¿sabes?, esto no es una fiesta... esto es un antro, ¿cómo hemos entrado si somos menores de edad? -pregunté mirándola confundida.
-No lo sé, Samantha tiene sus contactos-dijo.
Después de unos veinte minutos en los que Samantha bebió ocho tragos seguidos que le había traído alguien del antro en una charola, y que por cierto yo sostenía cerca de la pista y que empezara a desesperarme y a querer irme, ella insistía en seguir en el antro, bailo y bebiendo.
-Por cierto, cambié de número teléfono-dijo Samantha arrastrando las vocales.
-Por eso no respondías mis mensajes.
-Sí, tortolita, ya sabes que yo no dejo de responder los mensajes a mi mejor amiga-Seguía arrastrando las vocales.
-Samantha, ¡Tenemos menos de una hora y mira como estas! Venir a antros no lo es tuyo.
-Que no te importe como esté, déjame disfrutar la fiesta-Samantha empezaba a ponerse ebria. El alcohol ya se le había subido, ¿Cómo rayos se le subió tan rápido?
-Dame tu número-pedí.
-¿Cuál número? -peguntó Samantha.
-Samantha, tu número.
-Ah sí, lo tengo por aquí-dijo mientras buscaba su número.
-¿Ya?
-Sí -dijo procediendo a darme su número
-Listo, contacto guardado.
-Ahora sí, vete a disfrutar la fiesta.
-Samantha, no es una fiesta, es un antro -repetí por segunda ocasión.
Samantha entro a bailar abandonándome, no quería estar ahí parada, así que comencé a buscar un lugar que estuviera tranquilo, donde pudiera descansar en paz. La música sonaba por todo el lugar, este estaba lleno de personas y yo me sentía cansada, quería sentarme y el único lugar disponible era la barra de bebidas, así que caminé hacia ella y me senté en una silla disponible.
-¿Vas a querer algo? -preguntó el camarero.
-No, gracias-respondí amablemente.
-Si fuera tú, yo no estaría aquí-habló una voz masculina a mi lado.
-¿Hola? -me quedé mirando hacia al frente, no quería mirar a quien quiera que me había hablado; si era un acosador era mejor no mirar su rostro.
-Los menores de edad no pueden entrar en estos lugares, ¿cómo lo has logrado? -El continúo hablándome.
-Tengo contactos -dije tratando de terminar la conversación.
-Sarah, entiendo que no quieras hablar conmigo, porque no me conoces, pero deja presentarme, soy...
-¿Tu eres? y ¿Cómo sabes mi nombre? -pegunté mientras giraba para ver a la persona con la que estaba hablando, pero ella había desparecido.
Un misterio más en la vida de Sarah Harper había llegado, el cual probablemente nunca resolvería y la verdad no tenía importancia, conocía a muchas todos los días y la mayoría no las volvía ver. Dos horas más tarde tomé mi teléfono y escribí un mensaje para Samantha, ya que no la encontraba por ningún lugar.
Sarah: ¿Samantha en dónde estás?, ya es demasiado tarde, nos tenemos que ir.
Samantha: ¿Quién eres? Y ¿Por qué me estas enviando mensajes a esta hora?
Samantha ya estaba más ebria lo normal, ni siquiera sabían quién era, pedí un taxi y me marche del lugar dejando a Samantha sola en su "fiesta".
N/A Está historia es un borrado, por lo que se pueden encontrar algunas faltas de ortografía, las cuales serán corregidas en la historia final.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro