Sarah: ...

Axel: ...

Sarah: ¿Quién te entiende?

Axel: ¿Por qué?

Sarah: ¿Por qué sigues hablándome?

Axel: Porque tú me mandas mensajes.

Sarah: ¿Quién eres?

Axel: Soy una persona.

Sarah: ¿Cómo me conociste?

Axel: Por un error que tu cometiste.

Sarah: ¿Cómo sucedió eso?

Axel: Tú me mandaste un mensaje pensando que era tu mejor amiga. Oye, ¿estas padeciendo de demencia?

Sarah: ¡No!, yo solo quería joderte.

Axel: ¿Joderme?

Sarah: Sí, joderte, por cierto, tú me debes algo.

Axel: ¿Qué es lo que te debo?

Sarah: Una descripción tuya.

Axel: No te la daré.

Sarah: ¡Axel, por favor!

Axel: Bien, si tanto insistes, soy un nerd moderno, bueno eso ya lo había dicho, también popular, todas las chicas quieren estar conmigo, creo que soy un poco mujeriego, me gusta leer y escribir.

Al leer ese mensaje comencé a reírme como loca, Axel me había dado unas supuestas cualidades de él y no una descripción, si no podía saber la diferencia entre cualidades y descripción entonces no era un nerd, después de reír un rato recordé que Samantha aún seguía en mi habitación

-Sarah, ¿qué te sucede? -preguntó preocupada.

-Nada.

-¿Sigues hablando con Axel?

-Sí.

-Tu mamá llegó hace un momento, preguntó por ti y le dije que estabas como tonta en tu teléfono.

- ¿Por qué le dijiste eso?

-Porque es la verdad.

- ¿Tú qué hacías abajo?

-Fui por comida.

-Debí imaginarlo, es lo único en lo que piensas.

-Sarah ya sabes que sin comida no soy feliz.

-Sí, ¿es ahora cuando debo decir que eres la reina de la comida?

-Si -respondió mordiendo su emparedado.

-¿Ya puedo volver a mi teléfono? -pregunté mientras volteaba a ver a Samantha con cara de perro triste.

—Está bien, pero pondré una película.

-Adelante, la casa es toda tuya solo no te la lleves -respondí riendo.

-Sarah eres más salada que el mar muerto. No vuelvas a contar chistes, por el bien de la humanidad.

Cuando ella terminó de darme aquel sermón volví a tomar mi teléfono y le envié un mensaje a Axel.

Sarah: ¿Mujeriego? ¿Popular? ¿Todas quieren contigo?

Axel: Sí, sí y sí.

Sarah: ¿Qué más sigue? ¿Que los perros hablen?

Axel: Yo sólo digo la verdad.

Sarah: Si tú lo dices.

Axel: Te toca describirte.

Sarah: No.

Axel: ¿No?

Sarah: No y punto final.

Axel: Está bien.

Sarah: Sabes, soy la mujer maravilla.

Axel: Entonces, necesito ayuda de esa mujer maravilla una chica súper genial me está mandando mensajes.

Sarah: ¿En serio?

Axel: No entiendes el sarcasmo, ¿cierto?

Sarah: Adiós.

Axel: Adiós.

Pude a ver respondido aquel mensaje, pero no lo hice. No quería seguir hablando con Axel, pues me sacaba de quicio. El resto de la noche Samantha y yo estuvimos viendo una película de terror, después de un rato ambas nos quedamos dormidas.