Estoy en mi casa, sola como siempre he estado, metida en mis asuntos, pero no logro pensar más nada que no sea aquella persona que envía mis mensajes.

Como si se tratara de brujería me enviaron un mensaje justo en ese momento, agarre el teléfono y lo vi.

Cuando veo la imagen, decido levantarme de donde estoy y al colocar un pie en el frío piso mis nervios aumentaron di pasos suaves con miedo de que si daba algún paso en falso me caería.

Me asomo por la ventana sacando media cabeza cubriéndome la otra mitad con la cortina, busco algo y nada todo esta tan solo las casas con algunas luces apagadas, todo esta oscuro, miro hacia el frente de la ventana y diviso la casa de al lado, esa casa es del señor Roberto Gutiérrez un anciano testarudo cuidado por su hija mayor.

Hago lo que él dice y veo a una figura de una persona toda encapuchada, mi corazón latía rápido en ese momento la figura estaba parada sin hacer nada, cerré la ventana y después la cortina con seguro. Mi vida porque no tiene que ser normal.

—¿quién eres desconocido y que quieres?— Se preguntó Elena.