Capítulo 4
Arthur llegó a la estación de policía, inmediatamente fue atendido por el oficial Frederick Thompson.
- Bien ¿en qué puedo ayudarte? -preguntó el hombre dejando pasar al chico a su oficina- Toma asiento -señaló poniendose detrás de su escritorio.
Ambos se sentaron frente a frente en el escritorio, el policía lo miró severo esperando la palabra del más joven.
- Oficial... tenía entendido que Cassandra Doufort había sido deportada a París -relató Arthur.
- Así es -afirmó Frederick entrelazando sus manos, poniendolas sobre su escritorio con seriedad.
- Pues sucede que... ¡Recibí un mensaje suyo esta tarde y la semana pasada me estuvo llamando desde este número! -exclamó el joven con un tono de pánico muy notable mientras mostraba el registro de llamadas de su celular.
Frederick tomó el aparato y revisó la pantalla, efectivamente era un número telefónico de Paris, y el mensaje de texto recibido no podía ser de otra persona.
- Voy a informarle de esto al oficial Owson -informó confundido levantándose de su asiento.
De inmediado, y como si lo hubiesen invocado, el jefe de la policía, Isaac Owson entró a la oficina de Thompson.
- Oficial Thompson, ¿Sucede algo? -inquirió Isaac en tono severo.
- Jefe, aparentemente Cassandra Doufort está libre y comenzó a amenazar a Arthur por vía telefónica -informó Frederick ocultando su confusión.
- ¡¿Qué?! -exclamó Isaac con sorpresa- ¿Cómo que está libre? Fue deportada hace tres semanas -explicó.
- Entonces ¡¿qué significa esto?! -Arthur tomó su celular y se lo mostró al jefe de la policía.
- Señor, hay qué hablar con la policía de París y averiguar cómo es que la señorita Doufort consiguió comunicarse con el chico -sugirió el policía más joven.
- Deja que yo me encargue de esto -musitó Owson- Yo trataré de resolver este caso, usted siga con lo suyo.
- ¡Necesito saberlo lo más pronto posible! -exclamó Arthur con pánico.
- Joven Winter -le habló el más mayor con tranquilidad- Se que está usted preocupado por su familia, pero deje esto en mis manos, le aseguro que el caso pronto será resuelto.
Arthur asintió guardando su celular sin otro remedio.
¿Tenía qué informarle a Vanya de esto? Tal vez no, se preocuparía mucho, pero no iba a pasar desapercibido que esa chica se había comunicado con él nada más para amenazarlo.
Debía estar alerta, no iba a dejar que su hermana volviera a sufrir de esa manera.
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Elton se dirigía a su departamento luego de una agotadora pero buena jornada de trabajo.
Antes de dirigirse al ascensor y subir a su piso correspondiente chocó con alguien, un joven de ojos verdes, tez pálida y cabello rubio claro.
- Disculpa, no vi por donde iba -se disculpó Elton.
- Oh, descuida, solo fue un accidente -habló el de ojos verdes con una sonrisa.
El sonido del ascensor indicó que podían subir. Una vez más, al intentar entrar al mismo tiempo, chocaron.
- Lo siento, después de tí -ofreció el mayor.
El de ojos marrones asintió tomando la delantera, seguido, el otro entró también.
Ambos subían en silencio, cuando el elevador llegó al piso número tres, se dieron cuenta que se dirigian al mismo lugar.
- ¿Nuevo por aquí? -preguntó Elton extrañado- Nunca te había visto.
- Ah, eso, sí, acabo de mudarme al edificio y llego luego de haber encontrado trabajo -explicó el rubio- Por cierto, mi nombre es Jake -saludó extendiendo su mano.
- Elton, mucho gusto -saludó sonriendo el otro estrechando la mano del otro.
Jake y Elton caminaron hasta llegar a sus departamentos, los cuales quedaban uno al lado del otro.
- Vaya, vecinos muy cercanos -rió el mayor.
- Seguiremos viéndonos muy seguido después de todo -comentó Elton con una sonrisa.
- Bien, entonces nos veremos después -se despidió Jake entrando a su apartamento- Buenas noches.
- Buenas noches -devolvió Elton entrando a su apartamento.
Cerró la puerta detrás suyo y suspiró, volviendo a la soledad de su departamento.
Llevaba un año viviendo solo, luego de una intensa pelea con sus padres, ¿la causa? Nada de lo que a él le pasara les importaba. Una noche saliendo de su trabajo fue agredido por un sujeto alto que lo golpeó y le quitó todo su dinero y ninguno se preocupó.
Su padre le reclamó el porqué no se defendió. Su madre lo tachó de ser tan cobarde para dejarse agredir. Ya bastantes problemas tenía con ellos por su personalidad poco "masculina" y sus emociones frágiles, que su falta de empatia después de un asalto lo llevaron a la decisión de irse de la casa lo más pronto posible.
El único que le ayudó fue Vitale, su jefe del trabajo, quien se preocupó al verlo llegar al trabajo con moretones en la cara y le pagó lo doble de lo que le habían quitado en su próxima paga.
Con eso pudo pagar la primera renta del apartamento que ahora vivía, del cuál supo de su existencia con la ayuda de Frankie, su mejor amiga.
Estaba seguro que Vanya también lo hubiera ayudado, pero su ahora ex novia no le permitió ni saber de su situación al estar controlando cada segundo de su vida.
Lo bueno es que todo fue parte del pasado, ahora le estaba yendo mucho mejor, y estaba seguro que a su amiga también.
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Trinity y Richie preparaban las bebidas y algunas frituras en casa del chico, se reunirían con los hermanos Winter para una noche de películas.
- ¿Crees que venga Vanya? -preguntó la chica con interés.
- La verdad no lo se aún, pero espero que sí -sonrió Richie- ¿porqué tanto interés en mi cuñada eh? -preguntó mirandola de reojo.
- Parece una chica bastante agradable -confesó la rubia castaña- Quiero conocerla a ella al igual que a Arthur y a Heather. Quiero conocer todas las cosas buenas que hablas de ellos desde que nos volvimos a encontrar.
- Pues a Arthur y a Heather ya los has conocido un poco -contestó Richie.
- Pero a Vanya no -recordó Trinity- Y precisamente porque no la conozco demasiado me interesa hacerlo.
- Si tu lo dices -el de ojos grises se encogió de hombros.
Trinity preparaba los snacks para comer mientras veían la película, guardado la esperanza de que Vanya llegara.
No era que tuviera un interés más allá de ser amigas, solo quería hacerla sentir mejor luego del infierno que vivió.
No fue su intención enterarse de la verdad, pero cuando llegó a la ciudad y encontró de nuevo a Richie, este estaba reconfortando a su novio, que se encontraba desesperado por saber el paradero de su hermana luego de perder todo contacto con ella.
Cuando la conoció pudo ver en su mirada todo el dolor que pasó, y lo único que quería era ayudarla a recuperarse. Odiaba ese tipo de situaciones, ningún ser humano tiene por qué vivir un abuso de ese nivel, ni de ningún otro.
Iba a hacérselo saber.
Luego de un rato, Arthur y sus hermanas llegaron.
- Hola, mi amor -saludó Arthur a su novio.
- Hola, precioso -devolvió Richie al tiempo que daba un beso en sus labios.
- Chicas, hola -saludó Trinity.
- Hola -saludó la menor alegre.
- Tal y como dije, aquí estoy -respondió Vanya con tranquilidad.
- Me alegra bastante -sonrió Trinity ofreciendo su mano a la mediana- Pasa.
Vanya tomó su mano por cortesía y pasó a la casa con cuidado.
- ¡Vanya, viniste! -saludó Richie alegre brindándole un abrazo a la chica.
- Yo también vine -recordó Heather uniéndose también al abrazo.
- Mis cuñadas queridas están aquí -respondió el chico de ojos grises despeinando el cabello de la menor.
Arthur miró la escena, vio la pequeña pero sincera y cómoda sonrisa de su hermana mediana. Pero temia por ella, no podía permitir que Cassandra volviera a ponerle una mano encima.
Los cinco se sentaron en el sofá de la sala: Richie y Arthur por un lado, Trinity al medio, y Vanya y Heather del otro lado.
Las miradas entre la mediana y la mayor no se hicieron de esperar, Vanya miraba a su al rededor tratando de recordar la última vez que tuvo una reunión con sus hermanos y su cuñado, después se encontraba con los ojos avellana de Trinity, quien posaba su mirada en ella esperando ver alguna sonrisa honesta en sus labios.
Las frituras se estaban terminando, Vanya miró fijamente el plato de papas fritas y se dispuso a tomar una.
Trinity imitó su acción sin mirar y sin querer sus manos se rozaron.
La rubia castaña retiró su mano con suavidad, en cambio, la ojiazul apartó su mano y se encogió en sí misma avergonzada.
- Perdón -musitó.
- Tranquila, no te preocupes -susurró la mayor regalándole una cálida sonrisa- Puedes quedártelas -dijo ofreciéndole el plato de papas fritas.
Vanya tomó el plato, con timidez, comiendo el resto de las papas fritas, volviendo sus ojos a la pantalla. La mayor hizo lo mismo.
La pantalla del celular de la mediana se encendió, apenas habia conseguido un nuevo teléfono hace una semana y cambió su número telefónico, teniendo solo agregados a sus familiares y amigos.
Fue un mensaje de Frankie que había recibido:
"Vanya, mañana necesito de tu ayuda"
No sabia qué era lo que necesitaba, pero tratandose de su mejor amiga no iba a dejar de ayudarla.
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Hola, espero que les haya gustado, no olviden votar, comentar y compartir.
Hoy ando inspirada en amor, traté de crear tensión romántica en la ultima escena pero no se si me salió bien. En fin, gente, estoy en modo cursi y no se qué hacer :'D
Coméntenme, hasta ahora como va la historia ¿qué personaje les cae mejor?
Nos vemos.
Violett_User
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