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Capítulo 9.

[No me gusta la navidad. Fin del comunicado.]

— Hey, Izuku-kun, ¿Quieres unirte a una clase de aikido el fin de semana?

Esa propuesta repentina por parte de Yuga sorprendió muchísimo a Izuku, pero rápidamente se recuperó— Ah, no, Yuu-kun, no creo que pueda permitírmela —se excusó, un tanto nervioso.

Si bien él y su madre estaban bien económicamente, un gasto así estaba fuera del presupuesto y los podría poner en aprietos. Las clases de artes marciales eran muy caras ya que siempre estaban llenas de aspirantes a héroes, él sólo-...

— No te preocupes —rió el chico, poniéndole el brazo sobre el hombro— Resulta ser que en el dojo hay una oferta 2x1 y no se me ocurre un mejor compañero que tú ☆ —hizo una pose muy dramática.

Eso era mentira.

La verdad es que los padres de Yuga, el matrimonio Aoyama, estaban podridos en dinero. Desde pequeño, Yuga siempre obtuvo todo lo que les pedía ya que debido a su trabajo, sus padres se ausentaban mucho y como "compensación", ellos lo llenaban de regalos.

— ¡Guau, esto es genial!

— ¡¿Puedo ir a tu casa, Aoyama-san?!

Todos los niños de su clase siempre intentaban ser su amigo por su dinero, pero...

— Ese estúpido niño rico, se cree la gran cosa sólo porque tiene dinero.

— No importa cuánto dinero tengan sus padres, no pueden comprarle un quirk.

Antes de llegar a esta escuela él nunca tuvo un amigo real, todos sólo lo buscaban por su dinero o porque sus padres le insistían en que se juntaran con él, pero Izuku... Izuku era la primera persona que nunca le había pedido nada ni intentaba tomar provecho de él o del dinero de sus padres, su primer amigo real.

Al igual que sus padres, la forma de expresar afecto y gratitud de Yuga era regalar cosas y él sabía lo mucho que su amigo se esforzaba, él quería ayudarlo en su sueño de ser un héroe y, si bien no podía sólo comprarle un quirk, él podía ayudarlo a ser fuerte como un héroe.

— Pero, los doctores no necesitan luchar...—dijo Izuku, sin saber muy bien si debería aceptar. Incluso si era gratis se sentía mal ante la idea de tomar provecho del dinero de Yuga.

— Pero sí defenderse —declaró Yuga, muy serio— El aikido es un arte marcial que se fundamenta en un control pacifico de conflictos, así que no te preocupes, no estarás atacando a nadie ni rompiendo ningún código de conducta.

Eso sonaba bien, aunque...— Quiero hablarlo con mamá primero.

Normalmente el fin de semana él y su madre veían una película y pasaban el rato juntos, si bien las clases no deberían tomar mucho tiempo él quería hablarlo con ella primero.

— Como quieras, niño de mamá ☆.

— No soy un niño de mamá —se defendió, un poco avergonzado, logrando sacarle unas risas a Yuga. Él no era un niño de mamá, él sólo... quería a su mamá, ¿No era eso normal?

El resto del día fue muy normal, sólo un normal y tranquilo día en la escuela, aunque cuando iba de vuelta a casa el tren se atrasó un poco por problemas en la vía.

— ¿Has oído? Dicen que la actividad de los villanos ha aumentado —escuchó a una mujer decir en el tren a una amiga.

— Sí, incluso All Might y Endeavor están involucrados.

— ¿En serio? Debe ser algo muy malo para que el número uno y el número dos estén involucrados.

Sí, su mamá le dijo que cuando volvía de la entrevista se topó con un enfrentamiento entre héroes y villanos.

‹Debería ir con cuidado›

No importaba cuanto lo deseara, él tenía que mantenerse al margen. Él no tenía un quirk ni sabía ninguna clase de arte marcial o defensa personal, en un enfrentamiento de este estilo caería como una mosca.

‹Después de todo, mi lugar es la retaguardia›

Cuidar de los civiles y a los héroes, esa era su misión como médico.

‹Aunque sólo sé los primeros auxilios básicos...› desvió su mirada, notando que había unos cuantos héroes de apoyo y civiles resguardando el área, tal parece hubo un enfrentamiento hace un rato. Tuvo suerte de llegar cuando todo había terminado.

Sin embargo, no todo había terminado...

Cuando Izuku iba caminando por una de las calles aledañas, de pronto escuchó ruido proveniente de uno de los callejones. Lo primero que pasó por su mente fue que era un gato o un mapache buscando comida y la idea de ver uno le llamó la atención, en su departamento las mascotas estaban prohibidas así que cuando estaba afuera era su oportunidad de verlos, aunque los mapaches no eran realmente mascotas. Pero... lo que había en el callejón no era un animal....

— Agh...—eso fue sólo un débil gimoteo, de no haber estado cerca y en silencio no lo hubiera escuchado, pero lo que había en el callejón no era un gato, un perro ni un mapache.

‹ ¡¿Una persona?! ›

Una parte de Izuku entró en pánico, preguntándose si era alguien herido, alguien que necesitaba ayuda, o sólo era alguien borracho, pero todavía no atardecía ¿Quién se pondría borracho a esta hora?

Dudoso, el chico se acercó al callejón sólo para encontrarse con una sangrienta escena frente a él. En el suelo había un hombre muy alto rodeado de un charco de sangre, como si hubiera tenido una brutal pelea contra alguien, pero él se veía muy demacrado, demasiado delgado para alguien de esa altura.

‹ ¡¿Acaso es un villano?! ›

No conocía ningún héroe que luciera así y el cabello rubio no era muy común en Japón, además de que había ocurrido un enfrentamiento entre villanos y héroes en la zona, este hombre ¡¿Tal vez era un villano?!

‹ ¿Qué debería hacer...? ›

El hombre delante de él se veía muy mal, al borde de la muerte, y si era un villano quizás lo iba a atacar, pero si no lo ayudaba...

Izuku entonces apretó los puños y dio un paso adelante. No, no importaba, incluso si era un villano el deber de los doctores no es juzgar a sus pacientes, no, su deber era salvarlos y este hombre estaba muy mal ¿Qué clase de médico sólo lo ignoraría y seguiría su camino?

— ¡Señor, ¿Puede oírme?! —preguntó, acercándose a él para revisar sus heridas. La calle donde estaban daba a un hospital que estaba a unos 200 metros, ahí podrían tratarlo.

— Ah...—ese fue un "ah" muy sangriento, tanto que Izuku casi se echa para atrás al ver tanta sangre salir de la boca del hombre. Con tanta sangre a su alrededor que él siguiera consciente era algo muy sorprendente.

‹ ¡No, no te asustes! › se regañó a sí mismo. ‹ ¡Él está herido y necesita tu ayuda, concéntrate! ›

Desgraciadamente, no había nadie cerca para ayudarlo, cuando iba por la calle él estaba solo y no podía llamar a una ambulancia, después de los ataques las líneas estaban saturadas. El hospital estaba cerca, podía hacerlo.

Con una vista rápida, Izuku pudo ver que la sangre venía de una muy fea herida en el estómago del hombre, se veía horrible, pero aún así se las arregló para levantarlo y tomar el pañuelo en su bolsillo y hacer presión en la herida para al menos intentar contener la hemorragia activa.

— ¡No se preocupe, estoy aquí y daré mi mayor esfuerzo por ayudarlo! —exclamó, intentando ignorar que este hombre no era tan ligero como parecía, sin mencionar que parecía superarlo por medio metro. Caminar fue difícil, pero la adrenalina en su cuerpo lo ayudó— Dígame, ¿Cuál es su nombre? —preguntó, intentando mantenerlo consciente.

—...Toshinori —respondió el hombre con una voz muy débil.

— Muy bien, Toshinori-san, quédese conmigo. No falta mucho para que lleguemos al hospital —intentó animarlo a que siguiera despierto, pero el nerviosismo impidió que se le ocurriera una charla decente como la de los doctores de la televisión— Mi nombre es Izuku —de manera consciente se aseguró de no decir su apellido, si él era un villano eso sería malo— Yo pensé que había un gato en el callejón, pero resultó ser usted —rió de manera nerviosa mientras sentía como el pañuelo se llenaba de sangre. Dios, su uniforme de seguro se veía horrible— Afortunadamente, hay un hospital en el área, pero debe haber muchos heridos, ¡p-pero no se preocupe, de seguro lo atenderán!

Esos fueron los 200 metros más largos y aterradores de su vida.

‹Este chico sí que habla mucho› pensó Toshinori, escuchando a este chico de pelo verde hablar sin parar sobre cosas banales, pero su charla fue suficiente para mantenerlo consciente.

— ¡Ayuda, tenemos un herido de gravedad!

Como se esperaba, el hospital estaba lleno de heridos por el ataque, pero con sólo ver la cantidad de sangre en el rubio un par de paramédicos se detuvo a ayudar al chico y al adulto, el cual fue llevado dentro de inmediato al ver la grave herida en su abdomen.

— ¿Estás bien? —le preguntó una enfermera, viendo toda la sangre en el uniforme del chico.

— No se preocupe, esta sangre es de él...

Debido al ataque y a la multitud de heridos de diferente gravedad, la enfermera sólo le hizo un par de preguntas más para luego irse a atender a más pacientes, dejándolo libre, aunque... su ropa estaba llena de sangre. Un tanto asustado de que alguien lo detuviera por verlo tan sangriento, Izuku se quitó su chaqueta y la puso bajo su brazo, con cuidado de no manchar su mochila ni sus libros, aunque su camisa no corrió la misma suerte.

— ¡Izuku, bienvenido a casa! —el chico pudo ver como la sonrisa de su madre, quien estaba preparando la cena con su uniforme de su trabajo, poco a poco se desvanecía junto al color de su cara al ver que su ropa estaba llena de sangre— ¡¿Por qué estás cubierto de sangre?! ¡Izuku, ¿Qué pasó?! —preguntó la mujer, dejando de lado por completo la cocina para correr hacia su hijo. El recuerdo de su niño volviendo a casa, lleno de golpes y sangre golpeó a Inko como si fuera un ladrillo ¿Acaso había vuelto a pasar, acaso habían vuelto a molestar a Izuku?

Izuku entonces le dio una sonrisa temblorosa— Mamá, tenías razón, últimamente hay muchos villanos en el área...

— ¡¿...?!

¡¿Acaso a Izuku...?!

— No es mi sangre, tampoco herí a nadie —se apresuró a responder, notando como su madre estaba a punto de entrar en pánico— Mamá, yo... hoy le salvé la vida a alguien.

—...—Inko se quedó en silencio, tomando los hombros de su hijo, sin ser capaz de comprender qué es lo que estaba pasando.

El chico siguió hablando, todavía ansioso por lo sucedido— Era un hombre muy alto y rubio, se veía en mal estado y estaba muy herido, había mucha sangre. Yo... le hice los primeros auxilios y lo llevé al hospital, hice todo lo que pude, sólo espero que esté bien...—el chico bajó su mirada, asustado de que todo su esfuerzo fuera en vano. Ese hombre estaba muy herido y, a pesar de que sabía que hizo todo lo que pudo, no estaba seguro de que él sobreviviera, había perdido demasiada sangre.

‹Tú sólo quieres que te felicite, ¿No es así? › pensó Inko con un tanto de resignación. Izuku no estaba herido, la sangre en su ropa era de ese hombre que él había salvado, saber eso la alivió de inmediato, pero...

Cuando supo que Izuku no tenía un quirk se sintió tan aliviada al saber que su hijo no podría ser un héroe y que no tendría que ponerse en peligro, sólo para inmediatamente después sentirse mal por aliviarse al saber que el sueño de su hijo se había arruinado. Si pudiera decidir, quisiera que su hijo no se pusiera en peligro, Izuku no necesitaba ser un héroe, él podía ser sólo un chico normal pero... aún sin un quirk, Izuku quería ser un héroe.

— Lo hiciste bien —sonrió, ocultando lo angustiada que se sentía al notar que, sin importar qué, su hijo no iba a rendirse con su sueño— Ahora, por favor, date un baño y dame esa ropa.

La sangre era difícil de quitar, era un hecho de que sería difícil salvar el uniforme de su hijo, pero estaría más tranquila si no tuviera que comprar otro. La idea de depender del dinero de Hisashi le estaba molestando y, de ser posible, no quería llamarlo para pedirle dinero ni explicarle nada, ella... no se sentía lista para hacerlo...

‹Un héroe...› pensó, mirando la camisa y la chaqueta manchada de sangre. El camino que Izuku quería estaba lleno de sangre y dolor, pero, si eso es lo que él tanto quería estaría a su lado y lo apoyaría, ese era su deber como la madre de un joven aspirante a héroe.

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