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Capítulo 25.

Capítulo largo para compensar la ausencia~.

...

— Ne, Izuku-kun. —Lo llamó Yuga, viéndolo terminar con su hoja de carrera.— ¿No vas a postular a la UA?

Negó con la cabeza, terminando con los últimos detalles de su formulario.— No tiene sentido hacer algo así, no tengo un quirk. —La tasa de aceptación era menos del 1%, ¿Cómo iban a elegirlo a él? Sólo sería crearse ilusiones falsas.— Además, aquí hay cursos de medicina...—Desvió la mirada.

Su sueño era ir a la UA, ser un héroe, pero... No tenía un quirk, no tenía sentido algo así.

‹Es mejor ser realistas...›.

Podía ser un héroe sin un quirk, no necesitaba eso. Los médicos les salvan la vida a los héroes.

— Mm...—Yuga, al verlo desanimado, decidió hacer algo.— Vamos, te invito algo de la cafetería, hay pizza hoy ☆. —Le dio una sonrisa mientras hacía una pose con su mano, poniendo su brazo en su hombro.

Al escuchar eso, Izuku sonrió. La pizza de la cafetería era bastante buena.— Gracias, Yuga-sama. —Se rió un poco ante la pose con la mano que hizo. ‹ ¿Otra Jojo pose? ›.

Yuga siempre se las arreglaba para animarlo, ya fuera con sus poses, o sus brillos exagerados.

‹ ¿Cómo puede ser tan brillante? ›. Sonrió antes de darle una mordida a su pizza.

Sabía que nunca lograría ser uno de esos héroes que salen en la televisión. Sabía que jamás podría hacer algo impresionante como algunos de sus compañeros de escuela, como escupir fuego o volver su cuerpo elástico. Sabía que, muy dentro de su corazón, odiaba renunciar a su sueño infantil, pero...

‹No, sólo lo estoy cambiando›. Se dijo a sí mismo.

No estaba renunciando a su sueño, él todavía sería un héroe, pero uno diferente.

— ¡Sensei!

Suspiró al escucharlo llamarlo así.— Mirio, te he dicho que no me digas así. —Señaló, viendo al rubio en la playa. Mirio era el sucesor de Toshinori, su padrastro; el sucesor de All Might.

— Pero, ¡Pronto serás un médico!

— Para eso faltan como diez años. —Se rió un poco ante el entusiasmo de Mirio. Aún no terminaba la secundaria y él ya lo trataba así.

Mirio Togata era alguien que tenía un quirk, un quirk "inútil" según los demás: permeabilidad. Él podía atravesar paredes y volverse intangible.

— ¡¿Cómo un quirk así puede ser inútil?!

Todavía recordaba la expresión que Mirio puso cuando le dijo aquello.

— ¿Cómo funciona? ¿Te vuelves totalmente intangible? ¿Puedes volver intangible sólo una parte de tu cuerpo? ¿Cómo se siente cuando atraviesas una pared? ¿Tu ropa también se puede volver intangible?

En el fondo, Izuku notó que él y Mirio eran un poco similares, lo notó al verlo reír ante su bombardeo de preguntas. Ambos eran considerados unos inútiles y unos tontos por su sueño de ser un héroe, pero Mirio se esforzó al máximo para aprovechar su quirk y él... él cambió el foco de su sueño: ser un médico, y quizás un bombero, un héroe civil.

— Tengo que limpiar esta playa. —Le dijo Mirio, señalando la playa llena de basura delante de él.

—...

En ese momento, Izuku se cuestionó muchas cosas, como, por ejemplo: ¿Cómo diablos la gente se las arregló para ensuciar así esta playa?, ¿Era un vertedero ilegal o algo así?, no entendía cómo pudieron poner tanta chatarra si era así, ¿Dónde estaban las autoridades...?

— ¿Piensas hacerlo solo...?

— Sí, solo, con mis manos. —Le sonrió.

— Dame un momento...—Dijo, dándose la vuelta para ir a una de las tiendas que había en la zona. ‹Creo que vi una ferretería por aquí›.

¿Mirio iba a limpiar todo esto, solo y sin guantes, en un lugar así? ¿En qué estaba pensando Toshinori? En un descuido cualquiera Mirio podría contraer tétanos y eso sería muy peligroso para él.

— Ten. —Le dio un par de guantes de seguridad.— No me digas que pensabas tomar el metal oxidado con las manos desnudas. —Dijo, viendo su expresión de incredulidad.

—...—Mirio miró los guantes un momento antes de sonreír y ponérselos con entusiasmo.— ¡Muchas gracias, sensei! —Lo abrazó.

— No me digas sensei...

Sabía que era una forma de decirle a los médicos, no sólo a los maestros, pero él no era su maestro ni un médico, al menos no todavía.

— Entonces, ¿Senpai? —Propuso Mirio.

— Eres mayor que yo. —Le recordó.

— ¡Pero tú eres un aprendiz de All Might-san desde hace mucho!

— Tienes un punto, pero...

Y mientras los veía discutir a lo lejos, Tenko contuvo una risa.

— ¿Ves, Eri? —Sonrió, colocando su mano sobre el cabello blanquecino de la niña, quien miraba con curiosidad la interacción de ambos chicos.— No se necesita mucho para ser un héroe.

— Pero...—Los ojos de la niña se llenaron de lágrimas.— Es aterrador...

Cerró los ojos, sintiendo la brisa marina sobre su piel.— Lo sé, es aterrador.

Un don tan peligroso podía ser aterrador.

— No es nuestra culpa nacer así, nosotros sólo... nacemos así. —Suspiró.— No hay nada que podamos hacer al respecto.

— Desearía no tener un quirk...—Bajó la mirada.

— Yo también deseé lo mismo cuando tenía tu edad. —Admitió. Un quirk que podía destruirlo todo era aterrador, si no fuera por su abuela...— Pero, una vez aprendes a controlarlo, todo se vuelve mejor. —Alejó su mano, viendo cómo Mirio se ponía manos a la obra. Haría esto de 4 pm a 7 pm, todos los días por un año. ‹Es mucho tiempo›. Pensó, unas ¿Mil cien horas limpiando? ‹Pueden ser menos...›. Divagó un poco.

Cuando su quirk se manifestó él estaba asustado y, sin querer, destruyó parte de la casa. Su quirk se había salido de control y su abuela tuvo que usar su propio quirk para alejarlo antes de que se volviera un peligro para los demás.

— ¡Tenko-chan, cierra los ojos y respira! ¡Todo estará bien!

Pero Eri no tuvo alguien que le dijera que todo estaba bien...

— Todo estará bien, Eri. —Le sonrió.— Aunque nuestros poderes den miedo, podemos tener una vida normal una vez los controlamos. —Aseguró, intentando animarla con las palabras que su abuela le dijo una vez.

— Aunque dé miedo, una vez lo controles todo estará bien, Tenko-chan. —Besó su frente.

— Incluso gente como nosotros podemos ser héroes.

No necesitabas mucho para ser un héroe, sólo querer ayudar a los demás. Podías salvar a alguien simplemente sonriendo, preguntándole cómo está, o...

— ¡Devuélvanmela...!

— ¿...?

Al escuchar esto, Yuga y Izuku se miraron mutuamente, y el rubio supo qué pensaba su amigo.

‹Vas a hacerlo, ¿No? ›.

Sí, lo hizo.

Izuku de inmediato fue allá y se acercó al origen del alboroto, encontrando a su inspector, Jin, llorando mientras unos chicos de otra clase tenían su máscara en la mano.

— ¡Oigan!

Al ser atrapados por dos chicos de cursos superiores, esos chicos se asustaron y soltaron la máscara para luego huir mientras el hombre seguía llorando.

— Cobardes. —Yuga se pasó la mano por el pelo al verlos huir.

— Jin-san, ¿Está bien? —Le preguntó Izuku, tomando la máscara que estaba en el suelo.— Aquí está su máscara. —Se la extendió.

Ante esto, el hombre se quitó las manos del rostro y rápidamente se cubrió con la máscara.

— Gracias...—Dijo con la voz temblorosa.

Izuku no sabía muy bien qué pensar ante esto, pensó que el inspector, Jin, tenía una apariencia desagradable o algo así; pero, al menos para él, lucía como un hombre adulto normal, aunque tenía una cicatriz vertical en la frente.

‹No entiendo...›. Sin embargo, no hizo preguntas y sólo le extendió un pañuelo, que el hombre torpemente tomó.

Una vez tuvo su máscara puesta y se había limpiado las lágrimas, Jin se aclaró la garganta.— Lo lamento, debí verme lamentable. —Se disculpó con el par de estudiantes.

— No, está bien. —Aseguró Izuku.— Sólo tenga más cuidado la próxima vez.

— Sí, lo tendré...—Se sujetó la máscara y entonces...— ¡Ustedes no vieron nada! —Exclamó, echándose a correr.

Al ver esto, ambos chicos no pudieron evitar reírse. Hace un rato estaba llorando y ahora estaba actuando así.

‹Esto es algo que haría un héroe, ¿No? ›. Se preguntó Izuku.

No entendía la razón por la que él escondía su rostro, quizás esa cicatriz lo acomplejaba pero, si él no quería mostrarlo, no tenían porqué obligarlo a hacerlo. De seguro esos chicos tenían curiosidad, pero hacerlo llorar por algo así fue cruel.

— Izuku-kun, ¿Cómo te fue hoy en la escuela? —Le preguntó su mamá cuando llegó del trabajo, sacándose los zapatos y cambiándolos por unos más cómodos.

Sonrió.— Mamá, hoy ayudé a alguien.

Al escuchar esto, Inko sonrió también.— Eso suena bien, cuéntamelo todo.

Ser un héroe... No necesitas un quirk para serlo.

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