Capítulo 23.
Les advierto que este capítulo tiene un poco de angustia.
...
— ¿Cómo han estado estas dos semanas, Izuku-kun? —le preguntó Sorato con una sonrisa, un poco preocupado. Es difícil acostumbrarse a una nueva relación de tus padres, no importa qué edad tengas, es difícil.
— Han estado bien —sonrió Izuku— Toshinori-san y Tenko-kun, es muy divertido pasar tiempo con ellos, pero...
— ¿Pero...?
— Es... raro...—admitió el chico, desviando la mirada— Toda mi vida he visto a All Might en la televisión y verlo en mi sala... es raro...
Ver al hombre detrás de All Might... era extraño. Toshinori-san no era desagradable, pero, era una persona normal, no una especie de deidad caída del cielo.
Sorato contuvo una pequeña risa al escuchar eso— Lo sé, es extraño conocer a un famoso, alguien que sólo ves en televisión, actuando como una persona normal, ¿No?
— Sí...
Al parecer, Izuku estaba bajando del pedestal a All Might-san y lo estaba viendo como una persona normal.
‹Eso es bueno›
No es sano tener una relación, de cualquier tipo, con alguien a quien tienes en un pedestal, sobre todo si es en una relación con diferencia de poder. Los padrastros tienen poder, y había malos padrastros.
‹No creo que Toshinori-san sea así, pero es mejor prevenir› pensó, haciendo unas cuantas notas.
Hubo un minuto de silencio entre ambos, no eran raros, era normal que sus pacientes se quedarán recordando lo que les pasó en la semana, pero Sorato pudo notar que había algo en ese silencio, aun así, decidió esperar a que Izuku dijera lo que había en su mente.
— Sorato-san...
— ¿Sí? —sonrió.
— Sobre Kenji...
— No te preocupes por él —negó con la cabeza— Él no te molestará.
— No, no es eso —levantó la mirada— Es sólo...—tragó duro— Él... realmente no era tan malo...
— Izuku-kun...—suspiró— No hay nada bueno en alguien que te hizo bullying.
— No, en serio, él... No era tan malo —aseguró, notando que esto de verdad sonaba raro— La única vez que me hizo algo fue... en mi cumpleaños...—la voz del chico tembló al recordar ese día.
— Izuku-kun, si no te sientes listo, podemos dejarlo para otra sesión...
— No, yo... quiero hacerlo —aseguró.
Para Izuku, lo que pasó ese día, en su cumpleaños número catorce, era un tabú, nunca hablaba de eso, pero esta vez...
— Sólo... no quiero que pienses mal de él —dijo, ganándose una mirada confusa de Sorato.
—...—Sorato suspiró, quitándose los lentes— En ese caso...
— ¡Estúpido Deku, te dije que hicieras mi tarea de matemáticas!
— ¡Kacchan, lo siento...!
Fue su culpa, aunque hizo la tarea él se equivocó en un par, por eso Kacchan estaba enojado, y por eso él y sus amigos lo tiraron a la basura, porque todos tenían mal esa respuesta.
— ¡El maestro se enojó mucho al pensar que nos copiamos! —le gritó el rubio, tirándole la caja de bento a la cabeza, desparramando la comida sobre su ropa.
— ¡Auch...!
Desde ese día, se hizo normal que ellos comenzaron a castigarlo quitándole su bento y tirándolo a la basura si no hacía bien sus tareas.
— Un inútil como tú no merece comer si no trabaja.
Pero... luego, incluso si la hacía bien, ellos le quitaban su bento y lo tiraban a la basura. Antes de darse cuenta, en cada almuerzo ellos le quitaban su mochila para tomar sus apuntes y su bento, el cual terminaban tirando a la basura.
— Mamá se va a preocupar si ve la caja así...—murmuró, limpiándolo en el lavamanos del baño en un intento de limpiar la suciedad que se le pegó cuando lo tiraron a la basura.
Él... ya estaba acostumbrado...
— Oi, Deku, dame tu almuerzo.
Al ver a ese chico de cabello azul que hace poco se había unido al grupo de Kacchan, Izuku tembló, pero aceptó darle el bento— S-Sí, sólo... dame un momento —aceptó, abriendo a toda prisa su mochila para darle el bento, asustado de que él le golpeara por tardarse, pero, eso no pasó.
En su lugar, Kenji tomó su bento, se sentó en la banca y dijo un "gracias por la comida" antes de comenzar a comer.
— ¿...?
En esta ocasión no hubo gritos, ni tirones, él sólo... se comió su bento y se lo devolvió en la mano antes de marcharse.
‹ ¿No pensó que fuese asqueroso...? › se preguntó, guardando la caja en su mochila. Él estaba tan confundido que ni siquiera pensó en que tenía hambre.
Ese día, nadie lo molestó durante el almuerzo ni le quitó el bento, porque Kenji ya lo había hecho.
— Él... hizo eso todos los días después de eso...
— Hoy mi mamá hizo katsudon...—le dijo a Kenji mientras abría la caja. El katsudon era su favorito...
— Hm —fue todo lo que dijo, pero, cuando le devolvió el bento, Izuku pudo notar que le había dejado un poco de chuletas y arroz.
— Cada vez que él tomaba mi almuerzo, ellos no me golpeaban para quitármelo...—admitió en voz baja— Lo sé, porque a veces él se metía en problemas y no comía conmigo...
Kenji fue el único que no le gritaba, insultaba ni nada, sólo le "quitaba" su bento para comérselo, pero, él estaba bien con eso, se sentía bien que alguien comiera con él...
—...—Sorato no sabía qué decir al ver y escuchar eso.
— ¿Por qué eres tan amable conmigo...? —eso fue lo que le preguntó un día, viéndolo comer.
—...—Kenji guardó silencio un rato, como meditando la respuesta.
La respuesta a la pregunta no le llegó hasta que Kenji le devolvió su caja de bento.
— No es tu culpa. —fue la respuesta que obtuvo, pero no la entendió.
‹Sigo sin saber a qué se refería› pensó, un poco desanimado. ¿Se refería al bullying o a que no tenía un quirk...? ‹No estoy seguro, incluso hoy...›
Sin embargo, no se atrevía a preguntarle, porque todavía podía recordar cuando él lo golpeó en su cumpleaños. No sabía si era porque él cambió o porque fue presionado por sus amigos o algo así, no lo sabía, y no quería saberlo.
— Todavía no estoy listo para hablarle...
‹Este chico...› pensó Sorato, viendo a este chico lucir un poco melancólico— No necesitas hablarle, tú no le debes nada a tus bullies.
— Lo sé...—admitió en voz baja. Incluso si lo ayudó, él le hizo daño, pero... él realmente fue el que mejor lo trató en la escuela.— Ese día, estaba preocupado... Tenía miedo que, como los profesores, le restaran importancia a mis sentimientos...—confesó.
Aun si Kenji no era tan malo, los profesores nunca hicieron nada para detener el maltrato de sus compañeros. Incluso si no hubiera hecho nada, absolutamente nada, él era el culpable, él era quien los provocaba, y él... lo creyó.
— Izuku...
— Gracias, Sorato-san...—dijo, bajando la mirada. Ahora que hablaba de ello se sentía mejor, pero no se sentía capaz de hablar del todo del bullying que vivió en su anterior escuela, con su amigo de infancia como principal perpetrador.
— Ya que hoy es tu cumpleaños, quiero disculparme por todo lo que te he hecho...
‹Kacchan...›
— ¡Pfff, jajajaja! ¡¿Viste eso?! —le preguntó a su amigo entre risas.
— ¡Jajaja! ¡Él en serio te creyó! ¡Qué idiota!
Apretó los puños al recordar lo humillado que se sintió ese día. Kacchan jamás cambió, él sólo quería hundirlo más en el barro.
‹Tenían razón, yo era un idiota...› pensó, sintiendo sus manos temblar al recordar eso. ‹Pero ya no lo soy...›
Recordar que estuvo a punto de perdonarlo...
— Tú no le debes perdón a nadie, Izuku-kun —aseguró Sorato, volviéndose a colocar las gafas.
— Sí, lo sé...
Él tenía que perdonar cuando él se sintiera listo para ello, y por eso...
‹Jamás te voy a perdonar, Katsuki Bakugo›
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro