Lo primero que vio Izuku al abrir los ojos fue el techo de su casa.

‹Lo sabía, es imposible que Shiki y All Might hayan venido...› pensó con un tanto de resignación. ¿Por qué esos dos vendrían? Sólo estaba pensando demasiado sobre el hombre que encontró en el callejón.

— ¡Izuku, ya despertaste!

Al escuchar la voz llena de alivio de su madre, el chico levantó la mirada y se dio cuenta que... Estaba en el piso de la sala, y que sus héroes favoritos estaban ahí, mirándolo con preocupación.

Parpadeó, ¿Acaso seguía dormido? Pero, el piso de la sala era un poco duro.

— ¿Esto no es un sueño...? —preguntó con cautela.

Los tres negaron con la cabeza.

Al ver que estaba despierto y que se había desmayado por la emoción del momento, Izuku se levantó de manera torpe y brusca del suelo, tanto que se mareó un poco por ello.

— Lamento mostrarles algo tan vergonzoso...—se disculpó, limpiándose el polvo del suelo que se había pegado a su camiseta, sin mirar a ninguno por la vergüenza de haberse desmayado delante de sus héroes favoritos. ‹Por favor, tierra, trágame› pensó, tan avergonzado que quería morir. ¿Por qué? ¿Por qué hizo algo tan vergonzoso delante de Shiki y All Might? ¿Por qué?

Bueno, despertar en el suelo de seguro era mejor que despertar en el hospital, sin piernas...

Al ver a este chico tan avergonzado, el rubio rió con esa risa que madre e hijo sólo habían escuchado por televisión— No te preocupes, chico. No es la primera vez que alguien se desmaya por verme —aseguró, dándole una palmadita en la espalda.

— ¿En serio...? —preguntó con los ojos llorosos. No, nunca iba a olvidar esto, no había forma en que lo hiciera, este recuerdo vergonzoso de seguro lo iba a perseguir el resto de su vida.

— Sí, así que no te preocupes —sonrió, poniendo su brazo en sus hombros en un intento de animarlo.

‹Es más fácil decirlo que hacerlo...›

— Eh... All Might-san, Shiki-san, ¿Quieren quedarse al almuerzo? —preguntó Inko, un tanto nerviosa— Estaba a punto de empezar.

Su hijo había salvado a All Might, el héroe número uno de Japón, y por sobre todo, el héroe de su hijo. Sabía que era un poco egoísta, ellos eran héroes profesionales, de seguro tenían cosas importantes que hacer, pero quería que Izuku pudiera pasar un poco más de tiempo con ellos ¿Qué mejor forma de hacerlo que invitándolos a almorzar?

—...—Tenko entonces miró a su padre, quien sonrió. Esto no lo habían planeado.

— ¡Por supuesto! Quiero saber si la comida de Midoriya-san es tan buena como el chico dijo —aceptó con gusto, recordando que Izuku le dijo que la comida de su madre era la mejor de todo Japón.

Inko miró a su hijo, quien ahora estaba tan rojo como un tomate.

— ¿En serio recuerda eso...? —preguntó Izuku con la voz en un hilo, sintiendo ganas de ir a su cuarto y esconderse bajo las sábanas hasta que el año terminará. Cuando estaba llevando a All Might al hospital él hizo una charla con lo primero que se le vino a la mente, y una de esas cosas que había en su mente era lo delicioso que estaba el bento que su madre le había preparado ese día.

— ¡Claro que lo recuerdo!

— A-Ah...

— Izuku, no sabía que pensabas eso de mi comida...—admitió Inko, sintiéndose muy conmovida por saber esto. Su hijo siempre le decía que su comida era deliciosa, pero no pensó que le diría eso al mismísimo All Might— All Might-san, me aseguraré de dar lo mejor de mí en el almuerzo de hoy —sonrió, muy decidida a no hacer quedar mal a su hijo.

— "Toshinori" está bien —le sonrió el rubio, y por alguna razón esa sonrisa hizo que el corazón de la mujer latiera como loco.

— S-Sí, Toshinori-san...—dijo, apartando la mirada del héroe en un intento de tranquilizarse.

Ante la escena, Tenko contuvo una risa. Tal parece, la edad no había menguado ni un poco el encanto de su padre.

Ese día Inko se esforzó mucho en su comida, probablemente más que nunca. Fue como si hubiera entrado a uno de esos programas de cocina de la televisión, aunque los jueces no eran chefs sino el héroe número uno de Japón y su hijo, pero eso sólo hizo que su nerviosismo empeorara a la vez que su determinación crecía.

— Lamento la tardanza —llevó los platos a la mesa, intentando no temblar mientras dejaba los platos. Era la primera vez que cocinaba tanto, normalmente sólo tenía que hacer dos porciones, una para ella y otra para Izuku, y parece ser que se le había pasado la mano un poco...

— Se ve bien —admitió Tenko, mirando el plato delante de él. Olía realmente bien. ‹ ¿Cuándo fue la última vez que comí comida casera? › se preguntó por un momento. Probablemente fue antes de que Hana fuera a la universidad en otra prefectura, su padre y él no tenían mucho tiempo para cocinar— No le molesta que coma con los guantes, ¿Verdad? —se giró a ver a la mujer en busca de su permiso.

— No, no te preocupes —le restó importancia con una sonrisa. Aunque no sabía mucho de Shiki sabía que su quirk era "deterioro", un quirk que desintegraba los escombros, pero... ‹De seguro ha tenido malas experiencias›

Su quirk no era muy problemático aunque a veces hacía flotar algunas cosas pequeñas en su oficina cuando se concentraba mucho en su trabajo, pero con un quirk así era seguro que Shiki había tenido problemas con controlándolo ¿Quién era ella para pedirle que se quitara los guantes si con estos se sentía más cómodo?

Bajo la atenta mirada de Inko, Tenko y Toshinori tomaron una cucharada de la comida de la "renombrada" comida de la madre de Izuku y se la metieron a la boca.

‹Delicioso...› pensó Tenko, sintiendo como los ojos se le llenaban de lágrimas mientras sentía un sentimiento cálido en el pecho, pero no era sólo el sabor de la comida, no, esta... Esta era la primera vez en mucho tiempo que comía comida así de deliciosa, ¿La comida casera siempre supo así...?

— Chico, ¡No mentiste! —rió Toshinori— Midoriya-san, su comida es deliciosa.

— ¿E-En serio? —preguntó Inko, sintiéndose muy nerviosa ante el halago— Es sólo una comida ligera, no es la gran cosa —aseguró.

— ¡Eso es seguro! Está deliciosa —sonrió, logrando que el nerviosismo de Inko empeorara y susurrara un bajo "gracias".

En realidad Inko había elegido hacer un platillo ligero porque Izuku había mencionado que el hombre que salvó había tenido una fea lesión en el estómago, por eso no estaba muy condimentado ni era especialmente elaborado. Habían pasado sólo unas semanas desde entonces, no creía que darle un plato fuerte fuera bueno para All-, Toshinori-san.

— Sí, Midoriya-san. Esto está delicioso —habló Tenko, conteniéndose porque no creía que comerse de golpe todo lo que había en el plato fuera una buena idea. Esta no era su casa y no se sentía capaz de pedir otra porción, así que comería lento.

— Si quieren, cuando terminen pueden pedir más. Creo que hice demasiado —sonrió Inko, notando que Shiki estaba conteniéndose.

— ¡¿En serio?! —esta vez, tres voces preguntaron lo mismo.

— Sí, no se preocupen. Siéntanse como en casa —aseguró.

‹Como en casa...›

Tenko en realidad no tenía muchos recuerdos de su madre, cada vez que intentaba recordarla la imagen de su abuela venía a su mente. La comida de su abuela era deliciosa...

— Eres afortunado, Izuku-kun —comentó Tenko, esperando su siguiente porción.

— ¿Eh? —soltó Izuku, sin entender esta frase. ¿A qué venía eso? Pero Shiki no dijo nada más.

Decían que una forma de conquistar el corazón de un hombre era a través de su estómago, y ese día la comida de Inko definitivamente conquistó el estómago del héroe número uno y su hijo.

— Así que estás entrenando para ser un médico...—comentó Tenko, viendo al chico hablarle con tanto entusiasmo de su sueño mientras que su padre y Inko-san hablaban.

— Sí, mi sueño es graduarme de la escuela de medicina y así poder salvar a muchas personas —sonrió Izuku, ensimismado mientras hablaba de sus planes. Estaba feliz de que Shiki no se burlara de él por querer ser un héroe aun sin tener un quirk.

— Entonces, ¿Qué especialidad piensas escoger?

— ¿Especialidad? —repitió Izuku, quedándose en blanco al notar que... no había notado qué especialidad quería estudiar...— Jaja... supongo que lo descubriré cuando esté ahí...—dijo, un tanto dudoso.

Una especialidad... No había pensado en eso.

— Pero, me gustaría entrar al cuerpo de bomberos también —cambió de tema, sin querer quedar en vergüenza, otra vez, delante de su héroe.

— ¿El cuerpo de bomberos? —repitió Shiki— Necesitas entrenar mucho para entrar —comentó.

Ser bombero en un mundo donde el 80% de la población tenía un quirk podía ser... muy exigente, por decirlo de alguna forma. Algunos niños despertaban su quirk y este resultaba siendo muy destructivo, y esos casos eran los peores.

‹Justo como el mío...› pensó con cierta melancolía al recordar cuando despertó su quirk. No quería ni imaginar qué hubiera pasado si su abuela no hubiera estado ahí.

— Lo sé, pero valdrá la pena —sonrió, muy ilusionado ante la idea de ayudar a los demás. Además, necesitaba dinero para pagar la universidad, no podía dejarle todo a su mamá.

— Chico, ¿Tienes alguien que te entrene? —entró en la conversación All Might.

— ¿Ah?

Al ver esto, Tenko no pudo evitar suspirar. ‹No me digas que es lo que estoy pensando...› pensó, recordando los "entrenamientos" de su padre y abuela.