3.
La luz de la mañana se filtraba a través de las grandes ventanas de la mansión, iluminando el espacio con un resplandor dorado. Jeongin sostenía un vaso de whisky en la mano, observando cómo la familia de Hyunjin llegaba a la casa. El sonido de los coches y las risas resonaban en el aire, pero él se sentía aislado en su mundo, disfrutando de su bebida a pesar de la hora.
Minho se acercó a él, frunciendo el ceño al ver el vaso en su mano.
—No está bien lo que haces —dijo Minho, cruzando los brazos.
Jeongin levantó una ceja, desafiándolo.
—¿Beber en la mañana está mal? —preguntó, tomando un sorbo de su whisky.
Minho bufó, claramente frustrado.
—Sabes a lo que me refiero. No es solo el hecho de que estés bebiendo; es cómo estás manejando las cosas con Hyunjin.
Jeongin sonrió, dejando que la burla se asomara en su voz.
—Ya me saqué las ganas. Estoy aburrido; no necesito estar cerca de Hyunjin todo el tiempo —respondió, disfrutando del efecto provocador de sus palabras.
Minho lo miró con desdén.
—Deja de jugar con fuego, Jeongin. No sabes qué tan peligroso puede ser.
Jeongin sonrió con picardía.
—A mí me encanta jugar con fuego —dijo, sintiendo una chispa de emoción al pronunciar esas palabras.
En ese momento, Xinyu se acercó a Jeongin con una sonrisa amplia.
—¡Hola, Jeongin! Quiero presentarte a los padres de Hyunjin —dijo, señalando a dos personas que se acercaban—. Y aquí esta su hermano mayor, Bangchan.
Jeongin notó cómo Bangchan observaba a Minho con una mirada intensa, como si estuviera evaluando cada detalle. Se sintió incómodo bajo esa mirada, pero intentó mantener la compostura mientras saludaba a los padres de Hyunjin.
—Es un placer conocerlos —dijo Jeongin, intentando sonar cordial.
El padre de Hyunjin sonrió y le dio la mano. Más tarde comenzaron a almorzar y el silencio incómodo innindaba aquella comida sin Embargo fue el padre de hyunjin quien hablo
—He escuchado mucho sobre ti, Jeongin. Espero que sean cosas buenas —dijo el señor Hwang, con una mirada evaluativa.
Jeongin asintió, sintiendo una mezcla de nerviosismo y curiosidad.
—Espero que sí —respondió—.
—He oído que tienen una gran firma de arquitectura con varias sedes y los mejores arquitectos.
—Así es. Y también tienes una firma de constructores — mostrando interés genuino.
Xinyu rodó los ojos, interrumpiendo la conversación.
—Oh no, ahora le han dado chance para que parloteara sobre su trabajo —dijo.
Hyunjin sonrió mientras le daba un codazo a su prometida
—No lo culpo; a mí también me gusta hablar sobre mi trabajo, especialmente cuando es alguien tan exitoso como él —dijo Hyunjin, echando un vistazo a Jeongin con admiración.
En ese momento, Hyunjin sintió el pie de jeongin acariciándole la pierna bajo la mesa. Se volvió hacia él y jeongin le sonrió pícaro mientras seguía comiendo.
Xinyu miró a Hyunjin y le preguntó:
—¿Has viajado a muchos lugares?
Hyunjin asintió, recordando algunas de sus aventuras.
—Cancún fue uno de mis favoritos... —comenzó a decir, pero un pequeño gruñido se escapó de sus labios cuando Jeongin hizo presión con su pie en la entrepierna.
Chan lo miró con preocupación.
—Hermano, ¿estás bien? —preguntó.
Hyunjin asintió rápidamente.
—Sí, se me encalambro la pierna. Es todo —respondió, intentando mantener su compostura mientras miraba a Jeongin con una mezcla de diversión y desafío.
La señora Yang intervino en ese momento.
—Cuando puedas, deberías llevar a tu pequeña Xinyu a Cancún —sugirió amablemente.
Hyunjin asintió mientras Jeongin bufaba.
—Las personas como ella siempre tienen que esperar a alguien más —dijo Jeongin, disfrutando de la provocación que eso generaba.
Hyunjin lo observó con atención. Había algo en la forma en que Jeongin competía con su hermana que le resultaba cautivador. Sus cejas arqueadas y esa sonrisa maliciosa hacían que Hyunjin se olvidara del extraño juego en el que estaban involucrados. Sin poder evitarlo, bajó la mano y acarició el pie de Jeongin bajo la mesa, provocando un escalofrío en él.
Jeongin retiró rápidamente la pierna, sorprendido por la reacción inesperada.
La señora Yang continuó hablando sobre lo increíble que era tener a todos reunidos en la mesa.
—Me parece maravilloso que todos estén aquí —dijo ella con entusiasmo.
Jeongin sonrió y dijo:
—Yo solo quería divertirme un poco en Grecia antes de irme pronto, escuché que los griegos son muy lindos...
—¿Te gustan los griegos? —Investigó Hyunjin.
—Desafortunadamente los hom-
—¡Esta noche iremos todos a la playa! Será emocionante —exclamó.
Después del almuerzo, Jeongin se levantó para dirigirse a su habitación. Sin embargo, fue sorprendido cuando alguien lo agarró del brazo y lo arrastró hacia el baño. Era Hyunjin.
—¿A qué estás jugando? —preguntó Hyunjin con una mezcla de frustración y diversión en su voz.
Jeongin mantuvo una expresión inocente.
—No sé de qué hablas —respondió, tratando de sonar despreocupado.
Hyunjin lo miró fijamente.
—Sé a qué te refieres. No te hagas el tonto —dijo, cruzando los brazos sobre su pecho.
Jeongin sonrió traviesamente.
—¿Tienes miedo de que tus padres se enteren de que te calienta más tu cuñado que tu futura esposa? —preguntó provocativamente.
Hyunjin frunció el ceño ante el comentario y respondió:
—Déjate de juegos. Esto no es un juego para mí.
Jeongin se rió suavemente.
—Eso no lo decías ayer, podemos ser los primeros... —replicó, disfrutando del juego verbal entre ellos.
Hyunjin suspiró, claramente exasperado por la situación.
—Las cosas han cambiado; soy un hombre comprometido ahora —dijo con firmeza.
Jeongin levantó una ceja, desafiándolo.
—Yo no soy ese tipo de persona. Sin embargo, me gusta jugar un poco con fuego —respondió con una sonrisa juguetona en sus labios.
La tensión entre ellos aumentaba cada vez más. Hyunjin sabía que estaba jugando un juego peligroso y que sus sentimientos estaban en juego. Pero había algo irresistible en Jeongin que lo mantenía atrapado en esa danza peligrosa.
Sin poder evitarlo lo besó, con ferocidad, se alejó un poco y vio como jeongin sonreía.
—¿Crees que un "griego" podría hacerte lo que yo?
—¿Y que puedes hacerme tu? —Investigó
—Muchas cosas
—Enseñame.
Mientras tanto, Jeongin disfrutaba del desafío que representaba Hyunjin. La atracción entre ambos era palpable y electrizante; cada palabra y cada mirada eran como chispas que encendían algo profundo dentro de ellos.
—Te voy follar tan bien, que no te quedaran ganas de que alguien más lo haga..
—Enseñame que puedes ha-
—¿Señor yang está ahí? —Investigó Minho y hyunjin sonrió arrodillándose y jeongin negó viendo cómo hyunjin desabrochaba el pantalón
—Ah si estoy aquí, estaba lavando me la ca... Ah~ —Gimio cuando Hyunjin colocó sus labios sobre el miembro de Jeongin
—¿Yang?
—Estoy bien, solo no me siento muy... Mgh, ¿N-necesitas algo?
—no, era para avisarle que voy a salir, necesito aire y...
—Bien vete, estás de vacaciones...
Se quejó mientras Hyunjin siguió lamiendo para luego introducirlo nuevamente y chupar, presionando con fuerza su lengua sintiendo como el miembro comenzaba a enfurecerse. Jeongin mordió su labio y tomó del cabello a Hyunjin haciendo gruñir a este, comenzó a mecer sus caderas follando la boca de hyunjin
Jeongin sacó su miembro de la boca del cobrizo observandolo y como lmio sus labios.
—Una mamada la hace cualquiera... Agh~
Gimió cuando Hyunjin le hizo presión en el glande para luego colocarse de pie y darle la vuelta haciendo que jeongin quede frente al espejo empañado y hyunjin bese su cuello.
—Hay gente afuera capitán... —Gimoteo jeongin.
—¿Te da vergüenza que te encuentren follando con tu cuñado yang? —Investigó y jeongin negó.
—Quien debería estar preocupado eres tú ah~
Hyunjin lamió su dedo y lo introdujo un dedo en jeongin aún con su otra mano presionando el miembro, para luego introducir el otro y sonreír.
—Conmigo es todo o nada yang... No me provoques —Soltó mientras jugueteaba con sus dedos en el interior del contrario haciéndolo gemir, su cuerpo amenazaba con desplomarse y hyunjin comenzó a dejar besos en el cuello de jeongin hasta llegar a su oreja —Di que me perteneces...
—Una follada y ya me quieres para ti... Ah
—Si lo veo, lo quiero, y si lo toco lo tengo... —Jeongin gimió nuevamente, y aferró sus manos al lavabo y hyunjin comenzó a masturbar su miembro y jeongin mordió su labio para oprimir aquel fuerte gemido del orgasmo.
—No te pertenezco, lo siento Hwang.
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