32. OTRO CAMINO
—¿Calaveras?— Julián enarcaba una ceja tratando de no mostrar escepticismo ante lo que Des le acababa de contar, junto sus manos sobre el estribor del barco sin dejar de ver el oleaje que los rodeaba.
—Era más como una máscara lisa, ahora que lo pienso— Agrego con voz apagada— Sin embargo, eso no es lo que importa, sino el hecho de que podrían seguir deambulando por ahí— Apretó ligeramente las manos cruzadas en lo que se apoyaba de espaldas al barandal.
Julián tendría que pensárselo un poco antes de dar su opinión.
—Parece que hablas de una parca o varias— El rubio era alguien experimentado de situaciones oscuras, no por nada su vida militar le había forjado una especie de temperamento lo suficientemente duro, como para levantar un muro contra todo aquello que le provocaba remordimiento, su pasado y la parte de su carrera que jamás podría revelar.
Por otra parte, el ser secuestrado y traicionado no era menos de lo que podría considerarse "traumático"; ¿Cómo es que Des estaría lidiando con esto? No podía ni imaginarse como es que con apenas 18 años, el peli negro hubiera permanecido relativamente estable, más increíble aun, tomando en cuenta que le conto de sus ataques de ansiedad.
—También lo imagine—Parecía concentrado en el espacio vacío— De hecho, siento que ya las he visto antes—
Un hecho un tanto sorprendente pero que ponía un poco nervioso al mayor.
—¿Quizás en un libro?— Sugirió.
—No lo creo— Volteo unos segundos hacia el rubio en un intento por dejar en claro su punto. No es como si su amigo no le creyera, pero Julián pecaría de mentiroso si asegurara que no era escéptico en un pequeño porcentaje, él quería mucho al muchacho y por eso trataría con todas sus fuerzas de mantener los pies en la tierra.
—Siamo molto vicini al porto (Estamos muy cerca del puerto)— Por más débil que fuera la voz del hombre, no dejaba de asustar por lo inesperado que resultaba ser, el sujeto era sin duda muy silencioso al caminar. Des se limitó a esperar en silencio que Julián respondiera, ya que de entre los dos, era el único que entendía decentemente algo del idioma; además, siempre que el señor August se dirigiese al rubio, hablaría Italiano.
— Sorry to scare you—Rio un poco— I just came to ask .Will they be well in the port? (Siento mucho asustarlos, solo venía a preguntar ¿Estarán bien en el puerto?)— De la misma forma, el hombrecillo se dirigiría al más joven en su propia lengua natal. Ambos invitados se miraron a la espera del primero que improvisaría el plan del que apenas habían hablado, fue el menor quien se aclaró la garganta.
—In fact ... we were wondering if you can help us get to this place (De hecho... nos preguntamos si nos puede ayudar a llegar a este lugar)— No tardo en obtener el papelito de su bolsillo y extenderlo.
El americano hizo una mueca llevándose una mano a la barbilla en lo que ubicaba mentalmente la dirección, una concentración que se rompió abruptamente devolviendo el retazo y girando hacia el prominente tumulto de casitas que iban acercándose.
— Come there? That's Ancona (¿Ven allá? Esa es Ancona)— Aseguro rápidamente— The airport they want to reach is to the north (El aeropuerto al que quieren llegar esta hacia el norte)— Una descripción útil pero no lo suficiente, sin embargo, no hubo tiempo para seguir pidiendo más detalles debido a la lejana pero clara voz radiofónica que venía desde la cabina principal.
—Mi scusi (Disculpen)— No tardó demasiado en desaparecer de la vista.
—Es un sujeto raro— Comento el rubio.
—¿Por qué lo dices?—
—Guantes y abrigos en su propio barco, es un pretencioso o nos venderá apenas atraquemos— La intención era obviamente la de bromear pero al parecer no fue captada, Des solo permaneció serio e ignoró el fiasco. Julián empezaba a preguntarse si había sido un idiota, o como le dijeron sus camaradas en alguna ocasión, su voz no daba para hacer chistes.
—¿De verdad lo piensas?—
—¿Eh?— Levanto una ceja.
—Que podría ser una trampa—
—No, no lo creo— Julián no volvería a comentar nada—.No hay motivos para que lo sea—
Se quedaron en silencio unos segundos mientras el puerto se acercaba lentamente.
—¿Lo dices por Ivan?— Pregunto el menor.
—Lo digo porque si ese pelirrojo te quisiera ver muerto, habría dejado que ese maniático Aeva—Recibió una fugaz mirada de soslayo— hiciera lo que sea que planeaba hacer contigo— El rubio vio la duda plasmada en los ojos ámbar que observaban atentamente a las olas—¿Por qué mentiste? Tú y yo sabemos que tienes tanto de mafioso como yo de Hippie—
Des jadeo inconforme, pensó íntimamente en esa cuestión, la había repasado varias veces durante los últimos tres días y aun así no hallaba una manera normal de expresar aquella sensación abstracta que lo condujo a tomar tan grande riesgo.
—¿En que estaba pensando?— Susurro para sí mismo como para su acompañante, no pudo evitar observar sus manos en ambos lados y levantar su manga izquierda, prácticamente los manchones oscuros habían desaparecido aunque siguieran ahí como brumas de su mente.
—¿Des?—
—Por un momento me sentí poderoso—Admitió con algo de vergüenza— como si el mundo pudiera estar a mis pies—
El corte que llevaba en su cuello seria el eterno recordatorio de aquel día; nada sería igual, ni aunque volviera a su vida tranquila en Noruega, aunque volviera con sus padres y no tuviera que volver a ver a Nickolas Aeva.
Julián entrecerró los ojos analizando con cuidado al muchacho frente a él, en su tiempo en el barco, no quiso tocar el tema principalmente porque no quería incomodar, pensando que el tiempo ayudaría, o eso se decía a sí mismo.
—Las balas—Llamo su atención— Tú las detuviste ¿Verdad?—
Des asintió.
—Esto es...—Se pasó una mano por el cabello llevándolo atrás, se relamió el labio y trato de buscar las palabras— No puedes hacer ese tipo de cosas— Camino alrededor.
—¿Parar balas?—
—¡Ponerte en medio sin tener la seguridad! Estoy casi seguro que tu no sabías que podías hacer eso antes del secuestro— De acuerdo, Julián dio en el clavo.
—Me disculpo sinceramente por eso— Dijo con un leve tono sarcástico— Pero si yo decido tirarme de un puente es mi jodido asunto— Levanto el tono de su voz.
—¿Des Aeva dijo una mala palabra?— Respondió cruzando los brazos.
El muchacho apretó los puños conteniendo las agobiantes ganas de meter a Vanessa y la palabra "terrorista" a la ecuación.
—Ragazzi (Muchachos)—
—¡¿Que?!— Respondieron al unísono.
El hombre retrocedió un paso algo intimidado por la situación.
—Ho chiamato un taxi per portarti all'aeroporto (He llamado a un taxi para que los lleve al aeropuerto)— Alterno entre la mirada de los jóvenes.
-Eh Grazie (Gracias)- Balbuceo el rubio, intento comunicar sus disculpas con la mirada a la vez que Des se encogió y trato de evitar el contacto visual, el ligero rubor era evidente.
Desembarcaron en minutos y se permitieron agradecer mucho, muchísimo al hombrecillo que les había salvado el pellejo. August simplemente sonrió diciendo alguna frase muy italiana y dando un incómodo abrazo a cada uno. El par estaría cerca de media hora entre el tráfico de turistas de la costa y cierto tramo a pie solo por seguridad.
Iban vestidos tal cual habían escapado a la playa hace tres días, sin nada más que un arrugado papel, algunos euros cortesía del americano y el estrés persistente por no saber qué sucedería a continuación.
Era medio día, el lugar estaba repleto de turistas y el calor comenzaba a ser sofocante, Des lo supo apenas cinco minutos de búsqueda por el área de vuelos privados.
-¿Estas bien?- Fue el mayor quien rompió el silencio.
-Sí, solo necesito un momento- Intentaba respirar profundamente, dejar que sus pensamientos lo estresaran no había sido una idea inteligente, la idea de que no podía confiar en el tumulto de gente a su alrededor ponía nervioso a Des.
-Espera aquí- Ordeno poniendo fugazmente una mano en su hombro. Lo dejo cerca de unos asientos.
Fue casi instintivo querer detener al rubio, una parte del muchacho no quería preocupar a nadie, era natural. Pero se conocía lo suficiente para saber que era mejor prevenir que lamentar.
-No tardes-
Julián camino con calma examinando los rostros con disimulado interés, tratando de atisbar alguna mirada sospechosa o un potencial peligro, esto aun podía ser una trampa. Encontró una máquina expendedora con relativa facilidad, conto el dinero y tuvo que debatirse entre una botella de agua o una lata de gaseosa congelada.
De repente, una especie de alerta sonó en su cabeza al escuchar muy levemente pasos fuertes de tacones y una voz femenina que exclamaba en alto sus molestias. Busco con la mirada entre el gentío hasta dar con aquella mujer que le erizaba la espalda, no tardó mucho en contar a los cinco guardaespaldas que la acompañaban, y lo que era peor, muy cerca del cartel "Voli privati" (Vuelos privados).
Lo siguiente en su lista de prioridades era buscar a Des, alejarse lo más que pudieran de ese lugar mientras maldecían al pelirrojo y contar los minutos para poder poner sus manos en el delicado cuello de la señorita Jhones.
Todo este espectáculo, desde el secuestro hasta la amenaza por delatar al sujeto Aeva, había hecho pensar a Julián en los distintos objetivos de Vanessa para meterse en todo este asunto, no era claro que ganaría ella pero no dejaba de ser persistente.
No fue difícil ver como los empleados se dispersaban, la camisa blanca y traje negro anunciaba el peligro a quien lo viera, la desgracia era que uno de ellos se dirigía hacia él, tuvo que retroceder con paso rápido esquivando a varios civiles hasta que pudo dar con una esquina en la que desviarse.
-Maldición- Murmuro para sí mismo. Revisaba cada tanto para ver si podría escabullirse hasta la salida, confiaba en que Des lograra evitar a los guardaespaldas.
Cerca, paso un empleado de limpieza con un carrito en dirección a una puerta que seguro daría a un lugar solo para personas autorizadas, no fue difícil decidir seguir al sujeto y adentrarse rápidamente al cuarto.
-Hey amigo- Llamo su atención, pero antes de que lograra enfocar le asesto un golpe que lo dejo inconsciente- Lo siento-
Minutos después, llevaba el uniforme de trabajador y se cubría el rostro con una gorra vigilando a su alrededor, paso con relativa naturalidad hasta estar muy cerca de la gran entrada; aun así, los pasos rápidos de alguien era suficiente para mantener su atención detrás de él.
Escaneo con la mirada aquel sector, Des no se veía por ninguna parte, siguió empujando el carrito mientras pensaba en lo que debería hacer, pero no tuvo tiempo de armar algún plan de acción, ya que un grupo de hombres bajaba de un auto justo a la entrada y aunque no los conociera de nada, su instinto le gritaba que se alejara.
Opto por abandonar el carrito y dar media vuelta, sin embargo topo con los ojos castaños de la señorita Jhones antes de que pudiera esquivarla.
-¡Tu!- Exclamo con vehemencia -¡Atrápenlo!-
Julián apenas pudo intentar defenderse de los hombres que lo tomaron por los brazos y lo arrastraron rápidamente fuera del aeropuerto, intento llamar la atención pero supo que no recibiría ayuda alguna cuando un oficial hizo de la vista gorda apenas se acercó unos pasos.
-¡Déjenme!- Opto por intentar recomponerse rígidamente en un intento por mantener cierto control, lo estaban llevando a un auto a media cuadra, lugar en el que lo encerraron a pesar de que algunos transeúntes preguntaron por la situación.
¿Qué ocurriría ahora? ¿Dónde estaba Des?
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-Señorita...-
-Jhones, Vanessa Jhones. Usted debe ser el señor Sokolov- Enarco una ceja.
El grupo de personas se miraba frente a frente a las puertas del lugar público menos indicado para tal encuentro.
-Es un placer- Dijo con una sonrisa lasciva hacia la torpe joven de la que tanto había escuchado hablar.
-No diría lo mismo- Respondió con una frialdad y desagrado poco disimulado.
-Es una lástima, pero ya habrá tiempo para cambiar de parecer- No pretendía darle más tiempo del necesario, tenía un viaje que hacer. Quiso rodear a la fémina pero esta se plantó frente a él de nuevo.
-No tenga tanta confianza, el futuro es incierto al igual que sus relaciones con Rusia-
Insolente y extremadamente torpe para amenazar, una descripción bastante exacta para la flamante niña sin modales.
Bernt dio una carcajada como no lo hacía desde antes de casarse.
Los guardias de ambos lados incluida Vanessa no supieron cómo reaccionar ante tal despliegue de emoción, sería una situación bastante inusual para cualquiera que supiera quien era el hombre con traje café, o peor aún, la relación que tenía con la jovencita que parpadeaba como un ciervo a la luz de los faros.
-Usted debe ser una joya en las fiestas, será bueno verla en Trondheim- No agrego más, no hacía falta.
Vanessa simplemente apretó los puños mientras miraba el suelo con una mueca en sus labios.
-Vámonos- Ordeno con el matiz más profundo de voz que le quitaba toda esa inexperta juventud.
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Francamente ya no sé qué decir cada vez que vuelvo a este fic. Nunca había tenido tantos problemas para salir de un hiatus y es que ganas no me faltaban, solo que recordaba los errores que cometí, los problemas en la trama que debía de resolver, mis propias dudas sobre como continuar y cerrar los arcos... simplemente me bloquee y con los asuntos de la vida real todo se revolvió.
Aunque que hipócrita también de mi parte porque actualice y publique de lo lindo otros fics, jajaja no me odien, el drama con el fandom de Supernatural (la serie sobre la que escribí estos meses) me tuvo con el corazón lleno de emociones fangirl.
Ya no quiero prometer nada, pero al fin estoy de vacaciones y podría intentar darle seguimiento a este fic. De hecho, personalmente siento esta historia casi como una historia original, ya que ha pesar de que se mantiene en la mitología de The Snipster, desde que ella dejo de actualizar AMOLAD, he dejado de tener referencias para construir los personajes en las escenas, por lo que me vi forzada a construir los diálogos y sentimientos metiendo piezas de personalidad que yo creo que tendrían los personajes (Más que nada estos días que he estado planteándome como llegar a los puntos clave de la trama). No me adjudico nada respecto a lo que creo la autora, solo que este fic tomo un tinte más personal al querer mejorarlo y en ese shock me quede meses. Aun así, no me canso de decirlo, quiero acabarlo aunque me tome 10 años jajaja.
Ojala me sigan acompañando en este proceso, ya que este año al fin siento que he llegado a un nivel decente en mi escritura, no es que diga que lo anterior es basura o algo así, sino que siempre apuntaba a mejorar, soy fiel creyente de que puedes disfrutar equivocándote y luego mirar atrás para divertirte con esos errores.
¿Por qué dejo todo este monologo?
Porque sé que habrá una o dos personitas que llegaran hasta aquí y siento que merecen una explicación sincera de lo que ha pasado estos meses y quizás se identifiquen un poco con la experiencia.
Además, con algo de suerte, acabando con mis fics inconclusos, empezare un proceso de volverlos originales. Por lo que apreciare los comentarios y estrellitas dejados para saber que conservar y que quitar.
Gracias por la paciencia. Nos leemos la siguiente :3
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